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Lo mejor del Plaza Cellars Fine Wine Celebration 2023

Texto: Rosa María González Lamas. Fotos: Viajes & Vinos y Web (C)

¿Y para qué desplazarse a tierras lejanas si todo lo que buscas puede estar aquí?

Esta vez estaba en Isla Verde, en el Fairmont El San Juan Hotel, donde Plaza Cellars celebró con todo esplendor una nueva edición de su Fine Wine Celebration, cita ineludible con el vino caribeño que este 2023 ha reunido una vez más en Puerto Rico a una verdadera armada de botellas de tanto nivel que no tenía nada que envidiar a otras citas que se celebran en Londres, París, Hong Kong o Nueva York.

Y es que en pocos momentos como el actual la escena vinícola portorricensis se hallado tan dinámica y vibrante como en este momento, con una vastísima oferta que se ha salido del encasillado marquista y replicable que caracterizó el panorama local por mucho tiempo, para abordar regiones productoras menos conocidas, un mayor repertorio de variedades autóctonas, elaboraciones más singulares, vinos de todo nivel de precio, de lo más asequible a lo más exclusivo, y un nivel medio más elevado que en otras ocasiones, lo que confirma que el nivel de madurez del consumidor y el profesional también tiene un más alto listón.

De ahí que Fine Wine haya sido un espejo de esa situación, con una oferta que también reflejó la madurez del evento, que en su 22da edición reunió a cientos de asistentes en dos jornadas que fueron un viaje hechizante por las muchas novedades que se pudieron degustar en el evento, entre las bodegas que exhibían por primera vez, como novedades de reciente introducción o de próxima introducción, tanto de bodegas que se estrenan en el mercado como de otras que seducen con nuevas ofertas en un viaje educativo de vinos que hizo escalas por países de Viejo y Nuevo Mundos, en versiones tinta, blanca, rosada y espumosa, con licores y cócteles, té y chocolate, en una panoplia de sabores que fue, literalmente de la cepa al caviar.

La oferta del evento sirvió también para tomar un pulso al mercado internacional y cómo se están viendo tintos más frescos, algo muy reflejado en una parte importante de la oferta expuesta en Fine Wine, así como una premiurización entre los vinos blancos y consumidores apostando por los blancos también como grandes vinos.

Además de punto de encuentro de productores y consumidores, de bodegas y profesionales, de manera directa y acortando distancias, Fine Wine se ha convertido con el tiempo en un ágora de confraternización alrededor del vino, donde convergen amigos que muchas veces hace tiempo no coincidían, en un preludio festivo a la época navideña, que en Puerto Rico comienza cada vez más temprano y se extiende hasta la segunda quincena del nuevo año.

Blancos de Galicia

El noroeste atlántico español está acaparando el foco internacional de los blancos de calidad y entre sus propuestas con variedades autóctonas el hilo conductor se cose con albariño, treixadura y godello. De la primera variedad es el Cuvée Pazo Pondal, uno de los vinos más premium de esta bodega familiar que llama cada vez más la atención y que, estrenándose en la Isla, reflejó las posibilidades del albariño de la DO Rías Baixas en contacto juicioso con la madera. Su añada 2018, que debuta en el mercado con apenas 800 botellas, tuvo notas florales y a frutas blancas, con tostados que evolucionan hacia un vino elegante, con notas de mantequilla, largura y un buen posgusto. La acidez en este blanco fue más moderada, conviviendo con aromas florales.

Contacto sutil con la madera, en este caso algo también de acacia, es lo que reveló Pazo Barrantes, el Rías Baixas de la riojana Marqués de Murrieta que cautivó a todos por su elegancia y ese diálogo con la madera a sotto voce. Esta referencia sufrió hace un par de años una regeneración, teniendo como resultado mayores tiempo de crianza y una expresión más sofisticada. Parte de ese cambio resulta del hecho de que ahora toda la uva que utiliza la bodega homónima es uva propia, algo que también emplea con La Comtesse, el blanco premium de esta casa en la DO Rías Baixas.

Otra novedad de albariño fue el D. Pedro de Soutomaior Neve Carbónica 2022, un blanco recién llegado al mercado para expandir la familia de esta popular etiqueta de Rías Baixas. Luego de pasar por la mesa de selección, la uva se macera con nieve carbónica durante 12 horas a -4ºC con el objeto de obtener el mayor potencial aromático de su piel, tras lo cual se realiza un prensado suave, utilizando sólo el primer mosto para hacer la fermentación. Este blanco destaca precisamente por su elevada aromaticidad, con recuerdos a cítricos, flores y notas tropicales.

De Rías Baixas a la DO Ribeiro que expuso su El Paraguas 2022 y La Sombrilla 2020, un blanco que suma treixadura y albariño, con casi la mitad del vino fermentada y envejecida en barrica francesa. El vino es largo en boca y salino, pero sin sensaciones amaderadas fruto de esa crianza.

Bierzo

Los vinos de la DO Bierzo continúan escalando posiciones en el mercado y a tono con la pirámide de calidad basada en la especificidad del terruño que ha escogido la denominación castellano leonesa como motor de su identidad, la bodega Cuatro Pasos expande su presencia con dos vinos de villa de exigua producción, apenas 400 botellas, de la que algunas pocas llegan a Puerto Rico, el único mercado internacional en tener esa fortuna. El Martín Sarmiento Villa Otero de Toral y el Martín Sarmiento Villa Valtuille de Arriba, ambos mencías de la añada 2017, surgieron como vinos a raíz de las singularidades expresadas por sus terroirs, antes usados en conjunto para otras referencias, que en la Isla acoge a Martín Sarmiento, Cuatro Pasos Rosé, Cuatro Pasos o Cuatro Pasos Black. Villa de Otero y Villa Valtuille de Arriba destacaron por su fruta y su finura, frescura y elegancia, siendo el primero más esbelto y el segundo algo más goloso y untuoso en el paladar.

Junto con los de Cuatro Pasos también tuvieron presencia los de Vinos de Valtuille, una bodega familiar que llegó a Puerto Rico hace unos años y que, entre otros vinos, presentó su blanco godello joven y otros tintos como el Valdoneje 2017, mencía de viña vieja con más de 80 años que pasó once meses en barrica y fue redondo, fresco y con buen volumen, y el Cabanelas 2018, un mencía de parcela, largo y persistente, pero aún por crecer.

Ribera del Duero y Castilla y León

No cabe duda que una de las denominaciones con más sólida presencia en la cartera de vinos de Plaza Cellars es Ribera del Duero y, cónsona con esa circunstancia, fue la presencia de sus bodegas en Fine Wine Celebration, con alrededor de una decena dando a degustar sus vinos, lo que permitió ver líneas de trabajo y expresiones de la tempranillo, en solitario o en compañía, en las botellas. Algunas de las bodegas ribereñas o con presencia en esa tierra de sabor tienen también algún vínculo con la DO Rueda, con lo que el salón también permitió conocer algunas de las propuestas blancas que elaboran en esa otra zona productora castellano leonesa.

Una de ellas fue Comenge, una que no lleva demasiado tiempo en la Isla y que presentó su blanco de Rueda, así como varios de sus tintos, algunos de ellos con bastante larga crianza en barrica, entre los que se destacó el Don Miguel 2018, un vino potente y con mucha fruta que combina 90% tempranillo y 10% cabernet sauvignon que envejecen 30 meses en barricas de roble francés nuevo. El vino honra la herencia familiar, ya que Miguel Comenge fue un médico especializado en bioquímica que escribió un tratado sobre vino, La Vid y los Vinos Españoles.

Aunque en Puerto Rico apuestan por su blanco de verdejo, la bodega tiene plantada también albillo mayor, variedad autorizada en 2019 para la elaboración de blancos en la denominación, donde produce un vino blanco con una producción muy limitada. La uva procede de una parcela de apenas tres hectáreas, plantadas en 1921. Y de la suma de albillo y tempranillo también elaboran un clarete, tampoco disponible aún en el mercado.

Algo de albillo tiene también Abadía San Quirce, aunque no lo recoge, recogiendo en vez una buena cosecha de tempranillos de la Ribera del Duero burgalesa que la bodega desparrama por Gumiel, Aranda de Duero y La Aguilera. La bodega fundada en 1998 se bautiza por una Abadía del siglo XI que la familia propietaria recuperó y reconstruyó con la idea de que el patrimonio cultural se mantenga del mismo modo que el viñedo, que forma parte de esa herencia patrimonial.

La bodega apuesta por la tempranillo, que se destaca en su M9 2020, un tinto elaborado con cepas viejas de más de siete décadas, cultivadas a mayor altitud, en un terreno con mucha piedra. Se trata de un vino de parcela, toda con viña en vaso, fresco y afrutado, que se contrapone al Abadía San Quirce Reserva, que en su añada 2016 expresó aromas a intensa fruta oscura, así como mucha potencia y estructura en boca.

Si unos dividen su producción con Rueda, otros lo hacen con Rioja. Es el caso de Bodegas Marqués de Cáceres, también con presencia en esta blanca región, pero que desde hace unos años plantó un pie en Ribera del Duero con el proyecto Finca La Capilla, un 100% tempranillo de Roa, con un Crianza y un buen Vendimia Seleccionada.

Otra riojana con un pie en Ribera es Roda, con bodegas La Horra, que trajo a la muestra su Corimbo 2015, un vino con mucha fruta oscura, recuerdos a sotobosque y un final muy especiado en un vino con mucha estructura, pero muy bebible y aún por crecer.

En esa misma línea Trus, que destacó con su Reserva 2017, un 100% tempranillo ya resuelto, redondo y equilibrado, con notas afrutadas y minerales, sensaciones térreas, en un vino sedoso y delicioso.

Arzuaga Navarro es otra de las imprescindibles de Ribera del Duero y destacó por más de una de sus etiquetas. Arzuaga 2019 Reserva fue un vino hecho, salino, con magnifica acidez, recuerdos a toffee y una largura kilométrica en boca. El Gran Reserva 2016, tempranillo en mayoría con algo de cabernet también mostró una gran redondez en el paladar. La bodega, que se ha expandido también en el territorio blanco con algunas laureadas elaboraciones de albillo mayor, también introdujo recientemente en la Isla sus etiquetas Laderas del Norte y Fan d’Oro, un excelente Chardonnay elaborado en Ribera del Duero pero desamparado de esa denominación de origen y que finalmente arribó a Puerto Rico tras mucho tiempo ya disponible en otros mercados.

Vinos más abordables fueron el Briego Gran Reserva 2014, el Infiel 2015, el Briego Oyada 2011, un tinto de pago, con viñas a mayor altitud y cepas de 60 a 80 años. El pasa 20 meses en roble francés y es muy fino en boca y nariz.

De Ribera, pero no de la DO Ribera del Duero, sino de la Tierra de Castilla y León un pie firme con Clunia Finca El Rincón, un tempranillo 100% de altura y de parcela, que siempre destaca por su finura y frescura.

Eslabonada con Ribera por el Duero y la tempranillo está Toro, bien representada en el salón por Dominio del Bendito, cuyo Titán del Bendito sobresalió por su redondez y finura, sorprendente en la reciente añada 2020 que se sirvió en el evento.

Rioja

De Marqués de Cáceres su vino más premium, Gaudium, un tempranillo y graciano que apenas se elabora en años puntuales, y cuya añada 2016 aún está dando sus primeros pasos.

Otra riojana omnipresente en este evento fue Roda, que presentó su Roda 1 de la añada 2018, añada atlántica y lluviosa que rindió un vino con mucha fruta oscura y frescura, aunque aún por crecer. Pero su tinto sobresaliente fue Cirsion 2019, una gran añada en opinión de Agustín Santolaya, Director de la bodega. Este tinto fue muy elegante, fresco, especiado, lleno de frutas de baya y tonos tostados en nariz, y largura y finura en boca.

En la misma línea Ribera-Rioja estuvo Trus, Nivarius en Rioja, que anticipó a DiVINIdades de Viajes & Vinos que coincidiendo con el 25mo aniversario de la bodega lanzará un espumoso de Rioja con 60 meses de crianza antes de su degüelle, así como un 100% maturana blanca.

Pero si una bodega se destacó, no sólo entre las riojanas, sino también en toda la exposición fue Marqués de Murrieta, con tres tintos super premium de ensamblaje: Gran Reserva 2015, Castillo de Ygay 2011 y Dalmau.

El primero fusión de 86% tempranillo con garnacha, mazuelo y graciano que aún estuvo joven, pero ya anticipó su auspicioso porvenir con una abundante fruta oscura y recuerdos amaderados, y que sobresalió por su potencia y elegancia. El segundo un tempranillo (96%) y mazuelo envejecidos en roble americano y que fue super sedoso. El tercero, suma de tempranillo y cabernet sauvignon,en su añada 2019, con una sensación de mucha pureza en el paladar.

Cataluña

De Castilla León al Mediterráneo es la ruta de Bodegas Buil & Giné, que también tiene un pie en Rueda, aunque donde se destaca es en sus propuestas del Priorat y Montsant con variedades autóctonas y viña vieja. De esa hornada se destacaron el Garnatxa 2017, un monovarietal de esta variedad que fue muy afrutado, fresco, salino y largo en el paladar. Las cepas con que se elabora este vino del Priorat se plantaron en 1998.

Otro vino sobresaliente fue el Samsó, nombre de la variedad cariñena o mazuelo en Cataluña, un tinto elaborado con viñas de unos 74 años, que en su añada 2018 fue afrutado y largo, tan grande en boca como persistente, redondo y mineral, con un posgusto muy fresco. El vino fermentó con levaduras autóctonas en depósitos de acero inoxidable y luego se pulió entre 12 a 14 meses en barricas de roble de 300 y 600 litros. La bodega elabora también un vino, Pleret Tinto, que combina garnacha y samsó de viñas más que centenarias.

Jerez

Lustau –-la única bodega del marco de Jerez con vinos en cada puerto--- se ha ido haciendo un hueco sólido como abanderada de los jereces en Puerto Rico, tanto solos como para su uso en coctelería. De su repertorio destacó su Fino, 100% palomino, con aromas a intensa flor de manzanilla, hierbas, heno y notas salinas y un buen volumen y untuosidad en boca. La bodega también dio a degustar sus vermús, uno blanco con tonos muy cítricos y a manzanilla, y el otro tinto, con vino Pedro Ximénez y tonos a cilantro.

California

Los vinos de Estados Unidos son probablemente el pilar del portafolio de Plaza Cellars. Y aunque el foco de Viajes & Vinos no está precisamente en este país, es imposible abstraerse de degustar propuestas de California y más si son tan impresionantes como los de Scrader, en Napa Valley.

El Schrader Las Piedras Vineyard 2018, un Cabernet Sauvignon en solitario, fue sobresaliente y opulento, fino desde la nariz, con fruta fina, anisados, abundante frambuesa, mora, blueberry, tonos minerales a grafito y tanta complejidad como finura.

Otro Cabernet Sauvignon impresionante fue el The Reserve To Kalon de Robert Mondavi, que en su añada 2019 fue exuberante y elegante, con recuerdos afrutados y especiados y muy potente en el paladar.

Solo 82%, fundido con un restante Merlot y Petit Verdot, el Charles Krug Generations cautivó por su abundante fruta, elegancia, frescura y gran equilibrio.

Beaulieu Vineyard hizo honor a la inspiración de su nombre con varias etiquetas destacadas como el BV Cabernet Sauvignon 2019 o el BV George de Latour Cabernet, un finísimo monovarietal.

Portugal

Novedades interesantes llegaron desde Portugal de mano de Symington Family Estates, que introdujo cuatro nuevas referencias de vino tranquilo que, dejaron, en esta ocasión, en pausa la oferta fortificada de Oporto que ha sido la bandera del grupo en previas ediciones de Fine Wine.

El Douro es el epicentro de esta gran casa de vinos cimentada sobre el vino de Oporto, que ha ido pivotando primero a elaboraciones tranquilas en el Douro portugués y luego a otras zonas productoras en y fuera de Portugal.

Una de ellas es el Alentejo, donde en 2017 Symington puso un pie en la Quinta da Fonte Souto, de la que llegan una propuesta tinta y otra blanca que son la espina dorsal de este proyecto ubicado en el área de Portalegre, una de las más al norte y más frescas del Alentejo, próxima también al Douro.

El Quinta da Fonte Souto 2018 Tinto tuvo abundante fruta roja, notas especiadas, a café y frescura, en un vino listo para beber. Este tinto es un ensamblaje de variedades autóctonas e internacionales, syrah+cabernetsauvignon+alfrochreiro+alicantebouschet+trincadeira. El vino se somete a maceración post-fermentativa para favorecer su estructura y envejecimiento. La mitad del vino se crió durante ocho meses en barricas de roble francés de 400 litros, con dos y tres usos.

Por su parte, la versátil y aromática arinto es la protagonista del Quinta da Fonte Souto Branco 2021, que destacó por su mineralidad, que esta gran variedad esparcida por el territorio portugués tiene la gran capacidad de reflejar, especialmente en suelos como los de esquisto y granito donde se cultiva la uva en esta Quinta. El blanco se sazona con un 25% de verdelho. El vino comienza su fermentación en depósitos de acero inoxidable y la termina en barricas de roble de 500 litros donde tiene luego tiene contacto con sus lías.

Del Douro llegan dos nuevas propuestas tintas que llevan ya tiempo en otros mercados y que es una buena noticia ayuden a expandir la oferta lusa en Puerto Rico. La primera Comboio do Vesúvio, un vino que toma su nombre de la histórica Quinta do Vesúvio en el Douro Superior y no tiene contacto con la madera, ya que busca ser abordable, lo que consigue con creces, además de muy afrutado, mineral y muy duriense, es decir, con sentido de origen, muy fresco y gastronómico en su añada 2019. La otra es Pombal do Vesuvio, que sí pasa ocho meses en barrica y que es más estructurado que el primero, con mucha fruta y potencial de crecer. Touriga Nacional, touriga francesa y tinta amarela (trincadeira) son la génesis de este vino.

Francia

Louis Latour revalidó su presencia con una oferta en tinto y blanco para distintos presupuestos, como su Pommard Epenots Premier Cru 2019, aún joven y por crecer, y otros más abordables en ese momento como su blanco Ardèche 2020, un Chardonnay fácil, sabroso y mineral que ya cautivara en la previa edición de Fine Wine y que es una excelente relación precio-placer, así como el Domaine de Valmoissine Pinot Noir 2021, muy especiado, afrutado y fresco en boca.

De la Provenza francesa regresaron con su evangelio de glamour rosé los vinos de Château des Esclans, ahora vinculados a LVMH, que llamaron la atención por la gigantesca botella de la que se sirvieron. Garrus y Les Clans son dos extraordinarios vinos rosados elaborados con la intuición de grandes blancos.

Y, por supuesto, también relucieron las burbujas de champagne Bollinger y Laurent-Perrier, que brilló con su Blanc de Blancs, un brut nature 100% chardonnay de larga crianza super elegante, y su Millesimé 2012 un chardonnay/pinot noir a medias con una década de crianza y una gran complejidad y más estructura en boca.

Argentina

Novedad en Fine Wine este 2023 fueron los vinos de Bemberg Estates, un proyecto de familia de los propietarios del grupo Peñaflor, el principal grupo de vino de la Argentina y uno de los principales a nivel global.

Bemberg es la Argentina super premium con un blanco y varios tintos de altísima gama que no dejan indiferentes. Malbec, Chardonnay y Pinot Noir son algunas de las variedades empleadas por los vinos de este proyecto que saca partido también de terruños muy singulares de los que nacen vinos con tanta personalidad que tendrán una historia separada en www.viajesyvinos.com, adelantando que nuestro vino top de Fine Wine Celebration 2023 fue el La Linterna Pinot Noir 2014.

Italia

Italia dejó una de las más gratas sorpresas de Fine Wine con Schiopetto, otra bodega recién llegada al mercado, que cautivó a muchos con sus vinos blancos de la región de Friuli, no lejos del mar Adriático. El primero fue el Schiopetto Friulano 2022, una variedad con similitudes a la sauvignon blanc en opinión de la bodega, y que regaló un vino más bien austero en aromas, pero con una complejidad que le hizo un vino serio, destacando su mineralidad.

Junto con éste la bodega también cautivó con su Blanc de Roses 2022, una conjunción de variedades blancas como la friulano, la pinot grigio, la pinot bianco y sauvignon blanc, con gran posgusto y untuosidad en boca.

Tinto, Banfi Vigna Marruchetto 2018, un Brunello di Montalcino elaborado con uvas de las mejores viñas para Brunello (sangiovese), un viñedo con tres parcelas marcadas por depósitos de origen marítimo. El vino fermenta en depósitos híbridos de acero inoxidable y madera, y luego envejece por 30 meses en barricas de roble francés. Fruta muy delicada, tanino dulce, todo bien ensamblado para un vino potente, largo y elegante. Banfi también presentó su delicioso espumoso Cuvée Aurora, elaborado por método tradicional con Chardonnay y Pinot Noir.

Uruguay

Bodegas Garzón se ha ido alzando en bandera de calidad de los vinos uruguayos y es una de las poquísimas bodegas del país con presencia en la Isla. Además de su refrescante albariño, Garzón destacó por su Petit Verdot, un vino con mucha fruta, tonos balsámicos y gran redondez en boca.

Pasadas ediciones: Plaza Cellars Fine Wine Celebration 2018 - Plaza Cellars Fine Wine Celebration 2019 - Plaza Cellars Fine Wine Celebration 2022

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