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Cultura del vino para quienes no quieren vivirlo "light"

Viejos, añejos, llámeseles como se prefiera. el caso es que los vinos maduros, con más años a cuestas de los que en promedio acostumbran hallarse en el mercado, se están poniendo muy de moda en Portugal.

Así mismo. Eso de beber vinos más jóvenes, pero más hechos, empieza a tener que convivir con una renovada apuesta por aquel dictado que dejaba vinos a buen recaudo por mucho tiempo para que continuaran afinándose en botella a fin de disfrutarse mejor.

Como las cepas viejas, y no siempre las personas, salvo quizás ahora que el coronavirus parece poner en valor a una población mayor, se empiezan a revalorar los vinos con tiempo, no necesariamente porque hayan sido hechos con ese fin de envejecer, sino porque muestran que son grandes vinos: vinos que están buenos hoy y que seguirán estando buenos, o mejores, veinte años después.

De ahí que haya comenzado esta demanda por conocer su evolución y, en ella, la metamorfosis del vino portugués a lo largo del tiempo y los cambios de estilo que en ese discurrir han tenido algunas regiones en particular, que además de un reacomodo geográfico también en el camino han ido dejando algo atrás la moda de las cepas internacionales para fundirse mejor en un abrazo con el rico patrimonio vitícola autóctono que es el signo de distinción del país.

Ya la conocemos en los vinos fortificados de Oporto, que pueden durar muchos hasta más de un siglo, pero la vocación de longevidad es menos conocida en los de mesa. Algunas denominaciones como el Dão y el Alentejo ya les elaboraban desde hace mucho, pero en otras, como el Douro, donde salvo contadas excepciones como el célebre Barça Velha, fue más bien a partir de la década del 1990 que se empezaron a potenciar. Por ello es tan cautivador explorar aquéllos cuya génesis ronda esas fechas, a partir de las cuales el mismo escenario del vino portugués comenzó notablemente a cambiar y re-estructurarse, incluso reorganizando y renombrando regiones productoras.

¿Qué factores favorecen el envejecimiento de los vinos portugueses? El clima, el suelo, las amplitudes térmicas, todo hace que muestren una aptitud de larga vida. El clima atlántico, que aporta acidez, columna dorsal de la vigencia los vinos, y que permea a través de muchas regiones productoras como Lisboa, Bairrada, Madeira o Vinho Verde, es un elemento importantísimo en esa disposición de perdurar. Del mismo modo, el granito, un suelo compartido con Galicia, es el suelo primordial en Portugal, donde tiene una importante influencia en la cristalinidad de los vinos.

Con todo esto en mente, la más reciente edición de Essência do Vinho Porto dedicó una de sus sesiones de cata a esos vinos viejos que se están poniendo en boga, una degustación que permitió no solo constatar organolépticamente la transformación de cada uno, sino también conocer datos de tendencias y de la evolución del sector.

En contraste, los 14 vinos de la cata fueron rótulos que envejecieron «por azar», ya que no se preservaron con el objetivo de probarles mucho después, sino que más bien fueron botellas encontradas por azar, pero con suficiente tiempo a cuestas para descubrirles y disfrutarles otro perfil. Algo que contrasta con lo que sucede actualmente cuando las bodegas sí están cobrando una conciencia por concebir y preservar más vino con vocación de disfrutar sus botellas con mayor posterioridad.

Contrario a España, modélica en la diagramación de criterios de calidad basados en el tiempo de envejecimiento  ---Crianza, Reserva y Gran Reserva---, las clasificaciones por vejez son un formato casi inexistente en Portugal, donde de acuerdo al Instituto de la Viña y del Vino el uso del término « Reserva » se refiere más bien a una designación de calidad atribuida a vinos que presenten características organolépticas destacadas y un grado alcohólico que supere en al menos 0.5% el mínimo obligado.

Algo interesante, además, es que algunas regiones, como la subzona de Monção-Melgaço en la región de Vinho Verde, están esperando más tiempo para sacar al mercado algunos de sus vinos, y que también muchas bodegas están realizando relanzamientos de algunas añadas de vinos tintos que ya vieron la luz en el mercado.

Hay también variedades de uva que muestran una buena aptitud de brillar a medida que sus vinos ganan madurez, como es la tinta Baga, uva de referencia en Bairrada, y, además de la Alvarinho, la Arinto, una cepa blanca bastante aromática y de carácter bastante atlántico que destaca por su versatilidad a la hora de elaborar y se entiende bien con los suelos arcilloso calcáreos. Una de las variedades portuguesas que mejor envejece, la Arinto está plantada en todas las regiones de Portugal, donde su cultivo está creciendo, además de haberse comenzado a plantar en Australia y también algo en Brasil.

De lo más joven a lo más añejo, el conjunto blanco incluyó a un excelente Quinta da Cocapalha Arinto 2008 de Lisboa, de color dorado y una evolución equilibrada que sostuvo una muy buena acidez, frescor, untuosidad y una boca salina y especiada. También de Lisboa, una región que ha crecido mucho en los últimos años gracias a la demanda generada por el turismo, el Quinta do Pinto Viognier 2008, un blanco más meloso, con aromas tropicales a piña, miel y un punto de manzana asada envuelta en tonos cítricos, que pasó un año reposando en depósitos de hormigón donde adquiró buen volumen y untuosidad en boca. Al Alentejo lo representó un maravilloso Herdade Rocim Olho de Mocho Vidigueira 2008, elaborado a partir de la variedad Antão Vaz que mostró su fruta contenida y tonos de crianza en madera en nariz, sumada a una buena acidez, salinidad, frescura, persistencia y un final especiado.

Vinho Verde ya ha dejado antes bien sentido el potencial de envejecimiento de sus vinos y Soalheiro es una bodega ejemplar en este afán. El Soalheiro Primeiras Vinhas 2006 ya mostró tonos dorados y aromas de miel, melocotón, alguna pizca tostada y algo de kerosene, con una magnífica acidez en boca donde evidenció mucho volumen. Soalheiro es un referente de alvarinho en la subzona de Monçao-Melgaço, que está siendo más paciente con la salida de los vinos al mercado y además busca posicionarse como el punto de origen de la alvarinho en Portugal y, por ende, en una posición superior.

Ubicada en la región de Lisboa, Bucelas es la única denominación de Portugal donde solo pueden elaborarse vinos blancos, y de ahí es el Cavas Velhas 2000 Arinto, que exudó alguna nota de oxidación y un punto de madera, elevada acidez y notas especiadas en boca. Más añejo el Tapada dos Colheiros 1999, un blanco alentejano que ensambló Chardonnay, Roupeiro (Síria) y Arinto, con notas aún más evolucionadas que el anterior, un intenso color dorado y aromas a miel, especias y mazapán.

Ocho fueron las etiquetas tintas que de más joven a mayor edad pasaron por el cedazo del tiempo con mayor antigüedad, estrenándose con un estupendo Quinta de Viçosa 2006, de la región de Estremoz, en el Alentejo, ensamblaje de Merlot y Touriga Nacional con aromas más maduros a guinda en licor y fruta más oscura, además de especiado y persistente en el paladar. Del Alentejo a Lisboa, con un Quinta de Pancas Cabernet Sauvignon 1997, un vino que muestra el peso de la cepa en la elaboración en aquel entonces, así como la calidad del vino, que entre 2001-12 determinó volver a sacar al mercado botellas de esta añada. Color ladrillo, guinda en licor, aceitunas, tonos balámicos, algún verdor y puro café espresso en copa caracterizaron a este tinto, que tuvo una buena evolución en boca.

La zona atlántica de Bairrada es reconocida por el potencial de guarda de sus vinos y, en especial, su variedad Baga, que con el tiempo ha representado una apuesta más firme que la de las variedades internacionales. El Casa de Saima Garrafeira 1997 es de allí y mostró tonos ladrillo, con aromas a cereza, grosella, tonos almendados, tabaco, café, flores y una boca afrutada y aún con presencia de tanino. Sin salir de Barraida, Quinta do Poco Lobo Cabernet Sauvignon 1996, un vino de Caves São João (que se rumora será adquirida por Sogrape), una bodega que siempre conservó vinos con tiempo, que en este tinto se tradujo en notas a maderas tostadas, pimiento, guinda en licor, vainilla, mentolados, tanicidad y buena acidez en un vino redondo, elegante y especiado.

Redoma es uno de los clásicos del Douro y de la casa Niepoort, que en esta versión tinta de 1996 mostró con esta etiqueta un vino de color ligero y muy atlántico con magnífica evolución para su edad, un toque a cuero y animal en nariz, frutas más evolucionadas y especias, con gran salinidad en boca, también alguna acidez volátil, y una gran finura en su pase por el paladar.

Los tintos viejos del Alentejo estuvieron representados por Quinta do Carmo Garrafeira 1986, un tinto de Alicante Bouschet y Trincadeira (Tinta Amarela) que arrastró abundantes aromas balsámicos, a aceite de oliva, sotobosque, tomate, mucha avellana y especias, con un boca con elevada acidez. La Alicante Bouschet, un cruce, ha sobresalido en el Alentejo y en otros lugares, como los Estados Unidos, donde aún la emplea Ridge y fue importante durante el clandestinaje la época de la Prohibición.

Quinta dos Carvalhais es lo mismo que la casa Sogrape en el Dão, que en esta quinta elabora magníficos blancos y tintos como éste de 1985, suma de Touriga Naional, Alfrocheiro y Jaén (Mencía). De color ladrillo, tuvo aromas a café instantáneo, trufa, notas torrefactas, almendra, cereza, pan tostado, algún tufo de reducción y una pizca de acidez volátil.

El más añejo de todos fue un Mouchão, otro tinto Alentejano, que sumó las añadas 1983 y 1984, y que evocó a los Rioja viejos. Un tinto donde destacaron los tostados, las notas animales, avellanas y mejorana que en boca tuvo aún tanino marcado y buena acidez, mostrando el magnífico estado de los vinos añejos portugueses y por qué están cobrando tanta popularidad.

 

Divinidades y Viajes & Vinos agradecen a la organización de Essência do Vinho la invitación a formar parte del grupo internacional de profesionales del vino convidados a este importante evento, con el privilegio y la responsabilidad de integrar el panel de cata que seleccionó los 10 mejores vinos de Portugal.

 

Más Essência: Top 10 Wines Portugal 2018, Herdade das Servas estrena etiquetas en Essência do Vinho 2020, Sogrape y su apuesta blanca a través de Portugal, Los vinos rompereglas de Portugal

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23 de marzo de 2020. Todos los derechos reservados ©

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La nueva moda de los vinos viejos

 

Texto: Rosa Maria Gonzalez Lamas. Fotos: Viajes & Vinos (C)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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