La musicalidad de Ailalá

Texto: Rosa María González Lamas. Fotos: Viajes & Vinos (C)

Puede parecer un fraseo con aire musical, pero en realidad es una pieza alegre y gustosa, compuesta con notas vibrantes de treixaduras y sousones jugosos del más genuino Ribeiro.

Del la-la-la que recuerda los sones eurovisivos de Massiel al lalelo, hay un Ai que enlaza ese espíritu jovial y divertido que proyecta una imagen fresca y joven de la denominación de origen más antigua de Galicia, y que con el proyecto Ailalá-Ailaleo plantea en carácter dominante variedades que en la DO Ribeiro con frecuencia no se elaboran en solitario.

Las uvas nacen en el valle del río Avia, uno de los tres que atraviesan esta denominación de origen de Galicia que, como otras de la comunidad, mantiene una férrea apuesta por las variedades de uva autóctonas, cultivadas en este caso con preceptos biodinámicos en viñas erigidas sobre suelos sábregos, terrenos arenosos de granito descompuesto y elevada acidez.

Son, precisamente, esos preceptos orgánicos y biodinámicos que persiguen una mayor sincronía con la energía del universo los que resaltan el cariz de pureza y frescura que transmiten los vinos.

Positivo y negativo, anverso y reverso de los vinos de una denominación, este dúo en blanco y tinto sorprende por la complejidad que estos vinos son capaces de alcanzar a pesar de no haber sido concebidos como vinos para largas guardas.

El Ailalá Treixadura 2019 es un ejemplo de lo anterior. Uva de piel gruesa con alta acidez, en esta etiqueta se revela con pinceladas de color dorado, en un vino blanco complejo, con una bella nariz que cautiva por el volumen que es capaz de anticiparle al vino. Pronto empieza a revelarse su origen granítico, con aromas a fósforo y humo antecediendo un repertorio de matices cítricos, que resaltan el limón.

A pesar de ser un vino sin contacto con la madera, los cuatro meses que reposa en contacto con sus lías tras su fermentación lo enriquece tanto en aromas como en el paladar, donde es muy untuoso y con buen volumen, una cierta cremosidad que se hilvana con nuevos aromas que aparecen con los anisados, la flor de manzanilla, el hinojo, la toronja en el retrogusto y una acidez presente, pero amable, que invita a detenerse un poco en el vino que revela nuevos matices entre copa y copa.

La sousón (retinto) es la gran protagonista del ensamblaje tinto de Ailalá. Variedad tinta que se utiliza tanto en vinos jóvenes como con envejecimiento en madera, produce vinos con intenso color y buena acidez, y puede llegar a producir vinos muy potentes y estructurados con potencial de guarda. Es una de las variedades insignia del Ribeiro, que en este tinto se sazona con un 15% de otras variedades autóctonas tintas: brancellao (albarello), ferrol y caíño longo.

Pero es la intensidad frutal de la sousón la que refulge en este tinto Ailalá Sousón 2017 con densos y persistentes matices frutales, con recuerdos a mucha baya oscura y azul, como moras o arándanos, en un punto suculento, rozando puntos de madurez. La fruta convive con notas florales, algunos matices especiados a canela y torrefactos, algún tostado y caramelo, fruto de una breve crianza de cuatro meses en barricas neutrales de roble francés que enriquecen al vino, que ya tiene sus taninos bien domesticados, con un fin tan especiado como salino, un gran frescor de tinto inequívocamente atlántico, y una vocación muy muy gastronómica.

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6 de junio de 2022. Todos los derechos reservados ©

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