21 de noviembre de 2016 - Novedades de Viajes & Vinos

En esta edición:

EVENTOS - Plaza Cellars Fine Wine Celebration

ENTREVISTAS: Laurent Drouhin

PROTAGONISTAS - Ribeira Sacra

DESTINOS: La Cata del Barrio de la Estacion

CATAS - Masi

ESTRENOS - Veuve Clicquot Rich

COCINEROS - Jose Andres Culinary Getaway

ESTRENOS - Von Fass

BODEGAS - Pazo de Rubianes

Y ademas: Los vinos de Gilles Epie, Nuevo brunch en Cafe Pierre, Azores, Tapas en Toledo, El nuevo espumoso de Torres, Estrenos de restaurantes, Nueva edicion limitada de Di Saronno y mas...

Este 2016 se cumplió el primer cuarto de siglo desde que la Ribeira Sacra diera sus primeros pasos para convertirse en denominación. Estrenada oficialmente en 1993 como una indicación geográfica protegida, Vinos de la Tierra de Ribeira Sacra, fue en 1996 que advino al rango de denominación de origen, dando un status singular al territorio de vino que nació mucho antes entre los milenarios bancales romanos que dibujan una tierra de belleza singular. Desde entones, la DO Ribeira Sacra se ha esforzado por llevar a buen puerto una aventura de sumar la vanguardia a una tradición milenaria en la cosecha y elaboración de sus vinos, logrando que hoy gocen de gran prestigio y reconocimiento nacional e internacional.

Ribeira Sacra representa el 5.2% de la superficie dedicada al cultivo de la vid en Galicia. Son unas 2,500 hectáreas de laderas repartidas entre el sur de Lugo y el norte de Orense, y que están recubiertas por milenarios bancales de piedra que se reflejan en el espejo de los ríos Miño, Sil y sus afluentes.

El término Rovoyra Sacrata apareció por primera vez en el siglo XII. Cinco siglos después se transformó en Riboyra Sacrata (Ribeira Sacra) definiendo a la perfección una tierra de especial orografía, codiciada por los romanos y elegida para llevar una vida de recogimiento, sacrificio y oración por pequeñas comunidades coronadas por ermitas.

No obstante, el culto que se practica con mayor devoción es la de las vides, un verdadera religión de trabajo, dictado por terrenos que admiten poca mecanización y que obligan a los viticultores a un recogido artesanal, ascendiendo y descendiendo continuamente por empinadas pendientes, irrespectivamente de las condiciones del clima, para extraer de ellas un néctar de perfecta comunión entre la historia, el hombre y la naturaleza.

A través de su territorio hay repartidos hechizantes miradores desde donde puede admirarse la magnificencia de este territorio mágico de vides, que ha cautivado a los lectores de Divinidades a través de distintas coberturas. Hace poco más de un año, desde el Mirador da Capela en Vilachá emprendíamos una procesión de mencías por varias bodegas de la Ribeira Sacra, que generó entre nuestros lectores tanto fervor por esta zona productora que este 2016 proseguimos el recorrido, para descubrir secretos de otras zonas de este territorio cuyos vinos son cada vez más cotizados en mercados internacionales.

En esos espacios casi colgantes del cielo, pasamos de aquel Mirador de la Capela de Vilachá en la subzona de Quiroga-Bibei, al de Mirador de la Pena do Castelo, en la subzona de Amandi. Protegido por la Capilla de San Amaro, San Mauro en castellano, desde allí se abraza con la mirada un paisaje por donde emprender un nuevo capítulo de de vinos a través de las otras subzonas de le denominación de origen  ---Amandi, Ribeiras do Sil, Chantada y Ribeiras do Miño---- cargada de sorbos y sensaciones de un espacio único, la Ribeira Sacra, que continúa más en boga que nunca.

En ruta al Cañón del Sil, se gira a la izquierda en el cruce antes de comenzar la ruta de descenso hacia los bancales y rápidamente se accede a una edificación de piedra no demasiado grande que, sin embargo, dentro contiene en toda amplitud la grandeza de la Ribeira Sacra.

Por donde quiera que se mire, la pizarra rasga el entorno de la bodega. Bruta, como los diamantes, emerge de la tierra, abraza el edificio, y lo aborda todo desde allí hasta la ruta al mirador cercano y su capilla de San Amaro, cuya fachada retrata el suelo que da nombre incluso a uno de sus vinos: Algueira Pizarra.

Hace una década Algueira era una de las pocas bodegas que de la DO Ribeira Sacra que ya elaboraban con ese nuevo espíritu que empezaba a perfumar la zona con la idea de hacer perdurar por mucho las mencías. Vinos que querían acariciar nuevas latitudes, mercados internacionales que diez años más tarde, se rinden con pleitesía a las botellas que se forjaron entre aquellas pizarras desgarradas por las pendientes escalofriantes del Cañón del Sil, como las que elabora Algueira, que ha perdurado y se ha superado con creces a través de esa década prodigiosa en que se ha posicionado como una de las bodegas locomotoras y referentes de la denominación de origen a nivel internacional.

“Los vinos empiezan a hablar ahora, cada vez hablan mejor, pero no siempre sabes entender la partitura. Para interpretarla, está Raúl”.

Lo dice Fernando González, quien casi ha dejado su apellido para convertirse en “Fernando Algueira”, un visionario y trabajador incansable que poco a poco ha ido enredándose con el espíritu de los vinos de la bodega que regenta. Raúl es Raúl Pérez, enólogo todo terreno apasionado de las mencías y la Ribeira Sacra, y quien se entiende bien con él por compartir ambos una filosofía de riesgos y curiosidad en el vino. Poco a poco ha sido en Fernando sobre quien se ha inclinado el peso de la bodega, algo que ha permitido que de las pocas etiquetas que en 2006 comercializaba Algueira, en 2016 ese abanico se vinos se explaye amplio y garboso como la cola de un pavo real.

Aunque su sede está en Amandi, Algueira tiene sus viñas, 20 hectáreas en total, repartidas por casi todas las subzonas de la denominación de origen. “Las orientaciones influyen mucho en las vides y la multiplicidad de orientaciones es una de las riquezas de Ribeira Sacra”, explica el propietario.

Algueira ha sido una de las pioneras en la elaboración de vinos monovarietales de variedades minoritarias, como la merenzao o la brancellao, y también partícipe de la lucha de los bodegueros de poder verlas así nombradas en las etiquetas, convencidos de la importancia de mantener esos nombres de variedades vinculados a Galicia, para que se identifiquen como autóctonas de la región en caso de que alguien decida plantarlas fuera del territorio gallego.

Quince etiquetas entre vinos terminados y por terminar se vierten en copa y se colocan sobre la mesa junto con trozos de piedra y pizarra, también para catar. Cuando se habla tanto de matices minerales en el vino, ¿a qué huele y sabe la mineralidad? La cata de piedras revela que a recuerdos salinos, muy de alga de mar.

En blancos, Brandan 2015, un godello muy godello, fresco y cítrico. El godello Escalada 2014 no oculta en sus notas de fósforo su fermentación en barrica. El joven Cortezada 2015, ensamblaje de godello, albariño y treixadura de la parcela que le da nombre, revela anisados, flores, humos, piedra y en boca es fresco, intenso y persistente. Una cosecha precedente, la del 2009 es compleja, súper elegante y con tonos cítricos, melosos y afrutados.  

La gama tinta de Algueira pasa por una larga lista de jóvenes, vinos con crianza, de parcela,  ensamblajes y monovarietales de variedades minoritarias.

Destaca el Algueira Mencía 2011, que exuda frescura de fruta, con tonos de fresa, mucha vivacidad, aromas a fino café en polvo y pimienta, en un vino súper fino y muy elegante. El Algueira Merenzao 2014, es un vino fresco, aunque más profundo y potente, con reminiscencias a polvo de cacao, endrina, jalea de grosella, tabaco y marcas especias en el paladar. El Brancellao de la misma añada, una variedad de cuya longevidad el bodeguero está convencido, es profundo, más redondo y carnoso, con taninos firmes y aromas a aceite de oliva y especias. De 2014 es también un muy afrutado y redondo monovarietal de sousón. La Alicante Bouschet es la protagonista del Madia Leva 2012, un vino menos ácido, más sedoso, envolvente, y muy balsámico, con notas a aceituna y un aire muy duriense, que en boca es salino, fresco y elegante. Aceitunadas y frescas son también las notas que prevalecen junto con la fruta en un monovarietal de Caíño Tinto, también de 2014, un vino experimental. 

Ensamblajes de variedades son el Fincas 2013, un caíno tinto y sousón, y una versión más joven 2015 de la misma combinación, que envejece por 12 meses en roble francés y muestra matices más ahumados y salinos, y más afrutados a frambuesa, todo en un ejercicio de explorar nuevas opciones para marcar la diferencia. 

Junto con estas etiquetas Algueira tiene otras tres de las cuales tal vez la más conocida es Algueira Pizarra, un 100% mencía elaborado con uva pisada con raspón que se vinifica en depósitos de roble francés, que en su cosecha 2013 mostró notas de mayor madurez frutal, tonos torrefactos y de chocolate, recuerdos a pizarra, y un fin ahumado de madera en nariz, antecediendo a un vino algo más estructurado pero muy fresco y de carácter atlántico. El Algueira Carravel es un vino de parcela, la Carballocovo, con suelos de esquistos. Le envuelve un cautivante bouquet, con una conjunción de notas afrutadas a fresa y cereza, tonos balsámicos con abundante laurel, reminiscencias a humo y grafito, y una boca con taninos firmes, gran frescura y persistencia en su cosecha 2013. El Mencía Homenaje tiene una larga estancia en madera, unos 30 meses en barricas muy viejas, de unos 20 años. Esta etiqueta, también de la cosecha 2013, fue un vino con abundantes notas eucalipto, trufas, y guinda, sazonadas con tonos de crianza en nariz y, en boca, un punto meloso de evolución. 

Junto a las facilidades de elaboración, Algueira tiene un magnífico restaurante, Castelo, donde disfrutar de los vinos de la casa. Una tarea que permite reflexionar también en su futuro, pues como dice Fernando, su creador, “hay que mirar hacia adelante y hacer el vino de los próximos 20 años”.

Pocas bodegas en la Ribeira Sacra pueden presumir de su mirador. Desde las alturas de las viñas que rodean la bodega se admira un horizonte que se extiende en lontananza grabando las montañas de Amandi con hileras de vides que van pintando las pendientes de tonalidades distintas a medida que progresa el ciclo vegetativo de la vid.

De las cepas desnudas, al verde que van tiñendo las hojas hasta los ocres que adquieren las viñas al terminar de vendimiar, los retratos del vino que se admiran desde lo alto de Regina Viarum graban en la retina una ilustración de la viticultura heroica que desde el siglo II antes de Cristo auténticos campeones de las laderas del Sil han practicado con el cultivo de cepas de vid en condiciones de pendiente extrema. Los bancales centenarios, el espíritu de la historia y el tesón de los protagonistas se funden con la última tecnología en vinificación que dan como resultado vinos como los de Regina Viarum, una de las bodegas más grandes de la DO Ribeira Sacra.

Dicen que fue la reina María Cristina de Portugal quien donó las tierras que designó Ribeira Sacra. Y justo frente a la bodega se abre una vía real que llevaba a las profundidades del Cañón del Sil y sus viñas, un Viarum de Regina que elevaba la experiencia del territorio y sus vinos a las cotas del paraíso.

Si se puede pedir un deseo, es revelar el secreto de la Ribeira Sacra. Y lo hace en parte Regina Viarum, una bodega relativamente joven, fundada en 2002, donde se elaboran unas 250 mil botellas repartidas en marcas diversas, de las jóvenes Vía Appia (un vino más ligero destinado a grandes superficies de alimentación) y Vía Imperial (con un poco más de grado y pensado para hostelería), al Regina Viarum Mencía y su Godello, su Sacrima también para alimentación, el Regina Viarum Expresión, el Regina Viarum Mencía Ecológico en barrica, un vino elaborado con uvas de producción ecológica que no se sulfatan, y el La Capitana, un tinto de tempranillo, que empezó como un vino concebido para ensamblar con la mencía y redondearle la acidez, y que ahora se emplea como monovarietal.

La bodega cuenta con unas 25 hectáreas de viña plantada con mencía y godello, y es precisamente esta cepa aquélla en que se está enfocando la bodega, que está incrementando su plantación para el Regina Viarum Godello, un blanco que fermenta parcialmente en barrica con lías y parcialmente en acero inoxidable, y que en su cosecha 2015 mostró tonos herbáceos, con mucha salinidad, a membrillo, marcada toronja y un final con una pizca de miel y también frescor. Además de esas hectáreas propias, la bodega compra uva, toda de la subzona de Amandi.

El Regina Viarum mencía destaca por su fruta muy madura, recuerdos a mora, mayor estructura y buen frescor, en su cosecha 2015. El Regina Expresión es un 100% mencía que persigue la extracción de aromas y colores que en su cosecha 2012. mostró tostados más evidentes en buena convivencia con una abundante frambuesa en un vino más jugoso, con mayor estructura y tonos torrefactos a chocolate.

Los vinos más top de la bodega son su Regina Viarum Mencía Ecológica en Barrica, que realizó su fermentación en acero inoxidable con seis meses de barrica usada. Es un vino mucho más fresco, más vivo, con un poco de tanicidad por pulir, pero que deja ver su vocación de frescura, más a tono con la zona. 90% roble francés y 10% roble americano. Y por último el Finca La Capitana, con 18 meses en barrica y 100% tempranillo que realiza maceración preferentemente en depósitos troncocónicos, maceración prefermentativa y siete meses de crianza sobre lías de un total de 18 que tendrá antes de alxanzar su objetivo de 24 meses en barrica.

La bodega elabora, además, un aceite de oliva.

 

 

Ribeira Sacra, a todo tren

Desde junio hasta octubre, Galicia ofrece rutas de un día en las que los trenes son punto de partida para conocer muchos de los principales lugares turísticos, entre los que la Ribeira Sacra figura entre los más destacados. Los recorridos de los trenes se complementan escalonadamente con traslados en autobús que acercan a los viajeros a los distintos puntos de interés incluidos en los trayectos, a través de los cuales el grupo va acompañado de un guía especializado que ayuda a comprender el alma del tren y a interpretar el paisaje y la historia de los lugares visitados.

El brillante sol de mañana acompaña la ruta que sale de Orense y llega a Monforte de Lemos para iniciar un recorrido por el mágico territorio vinícola y natural de la Ribeira Sacra, que incluye un paseo en trenecillo por algunos de los viñedos más espeluznantes del mundo, una visita a bodegas de esta denominación de origen donde los viajeros pueden ver los progresos del ciclo de la vid, conocer sobre sus vinos y degustarlos, y luego trasladarse al centro de Monforte para recorrer el Centro de Interpretación del Vino donde se explica el territorio y la elaboración, y se degusta otro vino.

Tras almorzar los viajeros vuelven a subirse al tren para otro trayecto que se enfrenta a olivos, lavandas y alcornoques que les conectan con el río Sil, donde abordan una embarcación que les permite admirar su impresionante cañón granítico y algunos viñedos en pronunciada pendiente, para luego proseguir al Monasterio de Santo Estevo donde conocen su historia en una visita teatralizada y coronan el día con una tradicional queimada de orujo para espantar los malos espíritus, antes de volver al tren que les retornará a Orense, admirando en toda la ruta la rica vegetación, las iglesias románicas, la flora y fauna local.

Le cautivó la silueta del Sil y el abrazo de la tierra al curso del río. Hasta llegar a él, el sol se levanta por las Ribeiras do Sil en una ruta que huele a hierba mojada y se salpimenta con pequeñas iglesias, un cementerio, curvas bordeadas de helechos, regatos y multitud de pequeños puentes de piedra que van eslabonando espacios, historias y viñas que construyen otro paisaje en la Ribeira Sacra.

Hasta llegar al río las viñas se admiran desde la altitud, colocadas casi como en la olla berciana, rodeadas de monte y más explayadas y abiertas hacia el horizonte, en una estampa más evocadora del Priorat o el Douro que de la pendiente vertical de Amandi en su cañón. Pero no se trata de ninguna de estos tres grandes territorios productores de vino sino de una de las más desconocidas subzonas de la DO Ribeira Sacra, más de tierra adentro, con un clima más caluroso y donde alrededor de una docena de bodegas elabora una estirpe de vinos que refleja a plenitud el garbo de su paisaje.

A María José Yravedra la cautivó la silueta del Sil y las viñas más a la usanza duriense de su montaña, la placidez del paisaje y el microclima que halló en Ronsel. Frente al río recibe con una copa de su Dona Branca 2015, un vino blanco de una variedad de racimo compacto, que ella define difícil por su fácil oxidación, y que cautiva por sus evidentes aromas florales, matices a piedra, su extrema elegancia, salinidad y persistencia en el paladar.

“El vino necesita paz”, afirma, y fue esa búsqueda tranquila lo que la imantó hasta este paraje mágico a Yravedra, arquitecta de profesión, que halló en un antiguo lagar el espacio perfecto para armonizar sus dos vocaciones convertidas en profesión. Su padre fue creador de la legislación del vino en España, lo que la fue atrayendo por el sendero del vino, que enlazó con su profesión de arquitecta. Así diseñó una arquitectura de vino en el plano de diseño y en el plano real, convencida de la íntrinseca relación que tiene la primera en lo segundo.

“Mi tesis de arquitectura fue sobre la aportación de los arquitectos a la enología y cómo hacer de la arquitectura una herramienta de trabajo para el vino, considerando lo que aportan los espacios y cómo influyen decisiones arquitectónicas en la creación de grandes vinos”, explicó. En ese proceso se percató de que para diseñar con acierto una bodega había que también elaborar un vino con las propias manos, a fin de entender todos los pequeños detalles que se precisan en la elaboración: el espacio, la orientación al sol, las temperaturas, y todo aquello que contribuye a lograr hacer vinos con poca intervención. Así decidió estudiar enología, ensamblando dos pasiones y profesiones, que dieron paso a varios diseños relacionados con el mundo del vino, y al más importante, su propia bodega.

Por eso cuando halló el lugar idóneo donde empezar a hacer sus cositas en un pequeño espacio, decidió lanzarse de lleno a hacer en la Ribeira Sacra un proyecto que la conmoviese, porque para hacer otra cosa, habría podido quedarse en su estudio en Madrid. Así, a orillas del Sil determinó forjar a Ronsel do Sil, dándole ese nombre “ronsel”, como la estela que deja en el agua un barco al transitar por un río.

A los pies de la bodega hay un increíble paisaje de viña que envuelve al río y los bancales como telón de fondo. Rosales blancos abren las puertas de la estructura, que desde fuera parece casi un cajón, pero dentro es un verdadero estuche de armonía y tecnología, organizada por niveles que se asemejan a los bancales, lo que permite utilizar la gravedad en sus elaboraciones y aportar una belleza inefable a las vistas acristaladas que, según la altura, dan un panorama relajante con la sensación de estar flotando en el río. Porque opina que una bodega siempre debe de hacerse a la medida del vino que se quiere elaborar y la vista inspira a asegurarse que el vino refleje la belleza del paisaje. Uno tranquilo y puro, que se traduce en una filosofía de mínima intervención, buscando vinos lo más naturales posibles.

Todo lo muestra y explica con calma y pasión, sumergiéndose en el alma del vino para relatarla. En 2009 comenzaron la obra y en 2011 ya hicieron allí la primera vendimia. A la entrada de la bodega hay una cámara de frío para mantener frescas las uvas y, repartido por la bodega, un cóctel de depósitos de toda forma y tamaño. Desde hormigón pulido a barricas, a depósitos troncocónicos y de acero inoxidable de diversos tamaños. Este surtido permite realizar microvinificaciones. La bodega es de hormigón, porque este material es poroso y ayuda a conservar las levaduras, y de techo alto, porque ayuda a un mejor control de temperatura. Porque el vino también se hace en el clima de la bodega, y la arquitectura contribuye a crear las temperaturas idóneas para su elaboración y crianza.

Pero además de la columna de la bodega, está el de la viña, mitad propia y mitad comprada, a la que aplican algunos preceptos biodinámicos para aportar equilibrio. Y por ella se reparten blancas como la dona branca, la godello o la treixadura, y tintas como la mencía, la merenzao, la garnacha tintorera, algo de mouratón y brancellao, una antigua protagonista de la región.

En 2011 una cata memorable en su casa madrileña sentó la pauta para la creación de cada etiqueta de la bodega, una arquitectura de trabajo delineada por su padre a partir de las microvinificaciones de cada uva que se probaron en aquella cata. De ahí fueron naciendo hasta siete etiquetas de vino, y una producción que se estrenó con unas 10 mil botellas que hoy han casi han triplicado su producción. Aproximadamente un tercio blanco y el resto tinto, sin recetas individuales de elaboración, sino un dictado de la uva, cosecha a cosecha. “Convivir con tus vinos es lo que va dictando su ruta”, opina Yravedra, quien sí guía a las uvas por las lunas para algunas de los trabajos de la bodega.

Además del exquisito Ourive Dona Branca, que evoca a los orfebres del oro y la plata, Ronsel do Sil elabora dos godellos. El primero, Vel’Uveyra (mira la viña alta), con matices más dorados, más de avellana, anisados y fruta de hueso, con más volumen en boca, buena acidez y persistencia en su cosecha 2015. El segundo, una etiqueta donde el godello nace en suelo de pizarra y a unos 600 metros de altitud.

Vel’Uveyra tiene una versión tinta, un mencía con algo de garnacha tintorera, que se cria en barrica de roble francés con varios usos. Su añada 2014 fue pálida, pletórica de fruta y tonos a violeta en nariz, con recuerdos de incienso y algún matiz ahumado, pero fresco, potente y persistente. Para sentirse en la gloria está su pórtico, Pórtico da Gloria Brancellao, un vino monovarietal con esta variedad ancestral que la bodega elaboró por primera vez en 2014 y que escogió su nombre como el camino de los sueños, un poco por el que conduce la arquitectura del vino. Esta etiqueta pensada para la guarda se elabora a partir de cepas muy viejas, unos 75 años, de brancellao, cultivada en un suelo de pizarra, y que es más especiada que afrutada, con una estructura más ligera que el Vel l’Uveyra, y con taninos algo marcados que se pulirán con el reposo en botella.

Más allá del Pórtico está Alpendre, un monovarietal de merenzao (trousseau), una variedad que originalmente se pensó utilizar cono sazón en los ensamblajes, pero que tiene tanta personalidad que la bodega determinó elaborarla en solitario, en ciertas añadas. Una tinta compleja, difícil de elaborar en opinión de la bodeguera, que en su cosecha 2013 entregó un vino muy pálido, con aromas a claveles, jalea de guayaba, endrina, y recuerdos a aceituna. En boca fue finísimo, ligero y envolvente, prevaleciendo esos tonos aceitunados que hacen del vino un relato de la historia en copa, hecha modernidad.

El alma femenina es indisoluble de estos vinos, que destacan por su elegancia, y el ensamblaje de talentos de Yravedra y Cristina Mantilla, consultora enológica para este secreto bien guardado a orillas del río Sil.

La primera piedra de Ponte da Boga la puso una importante familiar de Castro Caldelas en el siglo XIX, pero el primer peldaño para llevar sus merenzao a una nueva cota en botella se colocó en el siglo XXI como una apuesta arriesgada que salió demasiado bien.

Con los ecos del agua que fluye por río Sil, por su ribera orensana se bordea la ruta moteada de verdes que conduce a la viña Alais. Frente por frente a la viña está un antiguo edificio de piedra que cuando se terminó de construir en 1898 se convirtió en una de las primeras bodegas industriales de Galicia y en 2005 en la corona vinícola de Hijos de Rivera que, con su adquisición puso un pie en la Denominación de Origen Ribeira Sacra, apostando por la elaboración de vinos originales y delicados, recuperando las variedades más tradicionales y de calidad de la zona, para elaborar unos vinos que logran un perfecto equilibrio entre lo comercial y lo singular.

Desde entonces Adega Ponte da Boga se ha esmerado por mejorar el viñedo con un trabajo laborioso, y en optimizar la bodega para plasmar en sus vinos el paisaje maravilloso de una de las zonas vinícolas más impresionantes del mundo.

La Ribeira Sacra cuenta con uno de los más espectaculares y bellos paisajes vitícolas del planeta, delineado con pronunciadísimas laderas que recorren los ríos Sil y Miño, donde el trabajo de siglos moldeando el terreno, con preciosos bancales de piedra en los que poder implantar viñedos sobre suelos de esquistos y granito, carentes de materia orgánica, y con unas condiciones climáticas adecuadas se confabulan pero crear un entorno propicio para el cultivo de la vid.

A la usanza de las viñas viejas, había convivencia de variedades, y aunque el bodeguero Rubén Pérez Añón dice que en la zona hay mucha mencía que realmente no lo es, entre las halladas entre esas predominantes “mencías” había unas dos mil plantas de tempranillo y merenzao, Como parte de la mejora al viñedo se eliminaron las de tempranillo, se mantuvieron las de merenazao y posteriormente se plantaron sousón y brancellao. Tintas todas, de color más o menos intenso, y las tres últimas variedades que se estilaba emplear como complemento en ensamblajes, porque entonces no se les perfilaba una identidad vínica en solitario.

Era el caso de la merenzao, una cepa que también se conoce como bastardo y cuyo origen muchos sitúan en Francia donde se le conoce como trousseau. Su tenue color, su delicadeza, hacía que a los vinos de merenzao se les considerasen frágiles, razón por la cual antaño esta variedad sólo se empleaba para vinos de ensamblaje.

Extendida por Galicia y el Norte de Portugal, la merenzao es una uva de poco porte, escasos rendimientos, racimos pequeños, sensible a algunas enfermedades y complicada de trabajar. Pero con el nuevo rumbo de la bodega y la llegada a Ponte da Boga del enólogo francés Dominique Roujou en 2008, a la merenzao comenzó a mirársele desde otra perspectiva y, estimulados por su buen desempeño cuando se elaboró en solitario, se determinó sacar un vino monovarietal de esta cepa que la bodega transformó de patito feo en cisne, convirtiéndola en su estandarte y signo de identidad. Fue como bien describe su nombre, un capricho, una apuesta pionera y arriesgada que luego siguieron otras bodegas de la denominación de origen y que, poco a poco, han ido llevando a la merenzao a una nueva cima de glamour.

Para llegar a los diez meses de crianza entre barrica y depósito que definen al Capricho de Merenzao de hoy, ha transcurrido casi una década a través de la cual la experiencia ha ido permitiendo a la bodega perfeccionar esta etiqueta. A través de una cata vertical demostró una evolución prodigiosa que, lejos de una uva frágil, reveló una variedad con buena capacidad para el envejecimiento en solitario, pero, sobre todo, una delicada aromaticidad, una gran redondez y un porte de gran elegancia.

Extraer el mayor potencia de la merenzao es el caprichoso reto de Ponte da Boga, que en 2013 incluso experimentó con un ice wine, congelando adrede las uvas para el vino.

Desde el estreno de la nueva etapa esta bodega de la DO Ribeira Sacra ha sabido equilibrar el respeto por el entorno, su historia vinícola y lo genuino de sus vides, con un sólido proyecto comercial que aspira a perdurar como los caprichos que pintó Francisco de Goya.

Los Caprichos de Merenzao

 

Capricho de Merenzao 2007:

La añada 2007 fue razonablemente buena y fue la primera vez que en Ponte da Boga se realizó una vinificación de parcela. Esta cosecha no tocó la madera, criándose únicamente en depósito de acero inoxidable. No obstante, al embotellarse mostró unas notas reductivas desagradables a pescado y metal, que hizo que la bodega determinara emplear la barrica francesa para eliminar estos matices, al permitir la barrica entrada de oxígeno. A pesar de estos avatares, este Merenzao 2007 se mantuvo en sorprendente buena condición, con intenso color y aromas a cerezas y guindas en licor que recuerdan los Riojas añejos. Hubo además puntos tostados, de café y almendra. En boca mantuvo una buena acidez y un gran frescor.  Mientras que en nariz prevalecieron los matices de crianza por sobre la fruta, ésta se hizo más evidente en boca, donde el vino se reveló muy graso, con mucha textura y golosidad. 

Capricho de Merenzao 2008:

A la vendimia 2008 vino la bañó la lluvia, aunque afortunadamente la uva ya se había recogido en la bodega cuando eso sucedió. Ésta fue la primera cosecha en que se empleó la barrica, algo evidente en las notas tostadas y más ahumadas que se evidenciaron en nariz, por donde luego aparecieron puntos almendrados y abundante café. Hubo buena presencia frutal en el paladar, aunque el vino quizás se mostró demasiado pulido en su entrada en boca, donde luego fue ganando estructura para terminar con notas salinas y tonos especiados. 

Capricho de Merenzao 2009:

En esta añada el merenzao se envasó en botella borgoñona y se le incorporó un 8% de sousón para darle algo más de estructura en boca, algo que dejó estela en un color más intenso. En nariz aparecieron marcados recuerdos a aceite de oliva que luego se difuminaron para abrir paso a fresas y cerezas e incluso puntos de chocolate. Un vino que se mostró fresco, aunque no tan elegante como otros de la serie.

Capricho de Merenzao 2010:

Esta añada marcó un punto de inflexión en los merenzaos de Ponte da Boga, pues superados los traspiés técnicos quedó definida la personalidad del vino. A pesar de que la del 2010 no se consideró una buena añada, ésta fue probablemente una de las cosechas más interesantes para esta etiqueta que en nariz volvió a arrastrar recuerdos más perfilados a jarabe de grosella o guinda en licor, tonos florales, algo de grafito y naranja y matices a hierbas como el tomillo. En boca se mostró con taninos aún firmes, salinidad, golosidad, y un trago fácil, aunque se percibiera menos fresca. Probablemente el vino más redondo de la serie, y aún con cosas por revelar. 

Capricho de Merenzao 2011:

Una excelente añada en Ponte da Boga, aunque no así para sus merenzaos. 

Capricho de Merenzao 2012:

Si la añada 2011 no fue buena, la bodega considera la del 2012 la mejor cosecha para sus merenzaos.  Este vino se abrió con tonos de crianza que dieron paso a una fruta discreta por la que luego discurrieron recuerdos de almendras. Un vino mucho más pulido en boca, donde se expresó salino, fresco, afrutado y especiado, con finura y buen equilibrio a pesar de su mayor porcentaje de alcohol. 

Capricho de Merenzao 2013:

Otra mala añada en la que diluvió en plena vendimia. Éste fue un vino de nariz más especiada, con recuerdos de pimienta sazonando una jalea de frambuesa, con un predominio frutal en boca, a pesar de su estructura más ligera. 

Capricho de Merenzao 2014:

Este vino reveló una fruta más vivaz en nariz con recuerdos a guindas, jalea de guayaba, pimienta, tonos de vainilla y canela. Su boca fue muy afrutada, pulida y sin astringencias, con matices salinos y gran redondez, frescura y equilibrio.

 

Otros caprichos de Ponte da Boga:

La bodega dispone de 24 hectáreas. Ocho ubican frente a la bodega en la subzona de Ribeiras do Sil, que se encuentran cultivadas, además de con merenzao, con mencía, sousón y brancellao sobre suelos de esquistos. En la subzona de Ribeiras do Miño, hay plantadas 16 hectáreas sobre un suelo de pizarra compacta donde se cultivan las variedades blancas godello, albariño, loureiro, treixadura, torrontés, hay una plantación experimental de blanco lexítimo (albarín) y las mismas variedades tintas que en el Sil. Adicionalmente se compra uva a viticultores de todas las subzonas de la Denominación, principalmente para el Ponte da Boga Mencia.

Actualmente la bodega comercializa las marcas Ponte da Boga Albariño, Ponde da Boga Godello, Ponte da Boga Mencía, Capricho de Merenzao, Bancales Olvidados, Expresión Histórica y Porto de Lobos, un tinto  brancellao, y la última incorporación al abanico de vinos de la bodega.

Hace cinco años, con motivo del 800 aniversario de la fundación de la Catedral de Santiago, la bodega presentó una serie conmemorativa de ediciones limitadas que se estrenó con “Ponte da Boga Expresión Histórica” y prosiguió con Expresión Románica, Gótica y Barroca. Sobre la base de mencía se incorporaron al ensamblaje merenzao, sousón y brancellao, con un 20% del vino criado en barricas de roble durante diez meses. Esta edición permite realizar un recorrido por la arquitectura e historia de Galicia.

Feria del Vino de Chantada 

Cada mes de marzo, el pueblo lucense de Chantada se detiene para volcarse en su Feria del Vino, una gran celebración en la que se congregan muchas de las bodegas de esta subzona de la Ribeira Sacra y también de la de Ribeiras do Miño, dando a probar sus vinos más nuevos, blancos y tintos, que reflejan en copa la plácida inspiración del río Sil y las laderas en marcada pendiente que por siglos han albergado bancales de mencías, godellos y otras variedades que han puesto a esta región productora en el proscenio del vino internacional. Vinos que en la subzona se manifiestan con mayor acidez, menor contenido alcohólico y mayor frescura, como son los Sabatelius, tanto en versión joven como con crianza, los Condado de Sequeiras, o el Papeiros y Rabudos.

Porque Chantada es pueblo llave de esta inspiradora zona vitivinícola, zizgagueante alrededor del río y la montaña, hasta llegar en Ribeiras do Miño al “cabo del fin del mundo”, inefable horizonte de meandro que retrata con magnificencia paisajísitica el sublime nivel que pueden alcanzar los vinos de la Ribeira Sacra.

 

Terroirs de la Ribeira Sacra

El tipo de suelo predominante es uno de los trazos que definen las diversas subzonas de la DO Ribeira Sacra. Los territorios bañados por el río Miño se caracterizan por su perfil más granítico, con suelos limosos y arenosos, mientras que los próximos al río Sil, como los de Amandi, se caracterizan por el xisto y la arcilla con “ollo de sapo”, una evolución del granito. El xisto, con zonas aluviales donde aparecen arenas gruesas, gravas y cantos rodados, predomina en las proximidades del río Bibei y su subzona de Quiroga-Bibei.

Del mismo modo, en la zona de Ribeiras do Sil los vinos resaltan los compuestos polifenólicos, en Amandi se destaca el resveratrol, y en Quiroga los antocianos. El sur y el suroeste brindan la mejor exposición para acentuar los aromas de la variedad mencía. Y si Chantada se caracteriza por sus vinos frescos, es en Amandi, una zona más cálida, donde el vino alcanza un mayor grado alcohólico.

A lo largo de unos veinte kilómetros por la carretera hacia Sober el panorama replica el de las ventanillas de un tren por las que a costado y costado se van dejando atrás bodegas, vacas robustas con ubres a reventar, más iglesias románicas con cementerios, que para algo la Ribeira es Sacra, mimosas amarillas y hasta un pequeño ayuntamiento.

Poco a poco el tránsito llega a Rosende, un pueblo que es casi una moderna aldea, con una enorme casa rural como eje alrededor del cual gira la vida de la villa, donde también hay otro punto de referencia, la bodega Malcavada.

Allí, donde hoy ubica la bodega estaba la que era la casa del abuelo. El hombre, como tantos otros, hacía vino allí a la usanza tradicional, para lo que comenzó a comprar viñas en la subzona de Amandi, la primera de las cuales fue la Malcavada. Su hijo siguió sus pasos en la viticultura, cultivando uvas que luego vendía a otras bodegas de la comarca. Entonces la nieta del abuelo, hija del hijo, al fallecer su padre decidió que en lugar de seguir revendiendo uva, había que apostar por montar una bodega de elaboración, por si algún día se quedaban sin comprador de los racimos. Así decidió a reconstruir  la casa del abuelo, y cambiar una su profesión por su vocación, dejando sus tareas de oficina para dedicarse íntegramente al negocio de vinificar.

El tiempo ha probado que ésa fue una decisión acertada, pues en apenas tres años, Malcavada ha sabido labrase una posición privilegiada entre los vinos de la Ribeira Sacra.

Ubicada en la subzona de Ribeiras do Miño, las viñas más próximas a la bodega están en la circunferencia de Rosende, casi como un gran abrazo de mencías desparramadas por un territorio interior, con terrazas en bancales, pero declives menos pronunciados que en otras subzonas de la denominación. Son como una muralla que rodea el pequeño pueblo, que se ubica en la parte alta, casi como un castillo en la cima.

Lejos del Miño o el Sil, el que guía el territorio en Rosende es el río Cabe, cuyo rumor rompe el pulcro silencio de las viñas que casi son una segunda casa para Araceli. Pasa tanto o más tiempo en ellas que en la propia, velando cada cepa con mimo y una filosofía que apuesta por los tratamientos naturales en su cuido. De mirarlas puede predecir como pitonisa el devenir no sólo de cada una sino de la cosecha entera de la región. Y de mirar la diferencia de verdes del paisaje, quien las recorre puede identificar claramente cuáles son las suyas, cuidadas con corrección, y las que no. Eso tiene recorrerlas con frecuencia, un buen ejercicio diario que lejos de cansar relaja y envicia.

Desde allí llegan cada vendimia las uvas a la casa-bodega en el pueblo, pequeña, pero coqueta, con una pequeña área para catas y otra para depósitos, todo de acero inoxidables, donde se vinifican tanto el propio Malcavada, como un vino que elaboran para un tercero. Una tarea en la que acompaña a Araceli, Luis Buitrón, uno de los enólogos más prolíficos del noroeste español, con proyectos en varias comunidades y una sólida presencia en la Ribeira Sacra.

Los Malcavada se estrenaron con la cosecha 2013, y su despegue internacional fue con la del 2014, que primero arrasó en Alemania y luego repercutió en otros puntos de la geografía española. No engaña. Recuerdos a cereza y frambuesa en nariz con puntos ahumados y tonos de pimienta negra y punta de lápiz antecedieron a un vino afrutado, más carnoso y salino, muy fresco, con buena acidez, complejidad y un final especiado. El Malcavada 2015 añadió a este perfil, una fruta más intensa, con marcada mora y abundante violeta.

La enseña de la etiqueta establece con sinceridad su origen. Una silueta de terraza que promete que Malcavada siga escalando prestigio como una de las más jóvenes promesas comerciales de la Ribeira Sacra.

Guía de Cata Ribeira Sacra

 

Maga Godello 2015

Un vino que se estrena parco en nariz y plano en boca, aunque luego va abriéndose para revelar aromas a frutas de hueso, anisados, puntos minerales a humo. En boca no es excesivamente afrutado aunque con la oxigenación gana en estructura.

Ponte da Boga Albariño 2015

Un albariño sazonado con algo de godello cuya untuosidad se percibe desde la nariz, donde aparecen notas de tiza, muchas flores blancas, recuerdos a melocotón, membrillo y tonos melosos sazonados con pizcas de jengibre y algo de almendra. En boca el vino tiene chispa, es untuoso, estructurado y mineral. El vino se elabora con uvas de cepas relativamente jóvenes que ensamblan dos subzonas, una con suelo de esquistos y otra con suelo arcillo arenoso sobre cantos rodados. El vino se fermenta predominantemente en acero inoxidable, aunque un porcentaje lo hace en barricas francesas de 500 litros. Completada la fermentación reposa sobre sus lías durante varios meses, lo que le confiere su estructura.

Ponte da Boga Capricho de Godello 2008

Una pizca de albariño sazona este godello que, a pesar del tiempo transcurrido desde su cosecha, mostró una impresionante frescura. Siguiendo la filosofía blanca del albariño, este godello se elabora a partes iguales con barrica de roble nueva y depósito de acero inoxidable donde reposa sobre lías.

Viña Vella 2015. Bodega Virgen dos Remedios

Un ensamblaje de godello, albariño y treixadura  de la zona de Saviñao que se revela meloso, fresco, ligero, untuoso, con buena estructura, redondez, frutada, anisados y flores blancas que desembocan en boca en un fin salino, a pesar de su acidez no tan marcada.

Castro Candaz A Boca do Demo 2013

Creación del tándem Rodrigo Méndez-Raúl Pérez, Castro Candaz es uno de los proyectos más excitantes de 2016, un tinto monovarietal de mencía, súper elegante, que destaca por la gran frescura y finura que es capaz de reflejar la uva en la subzona de Chantada. El vino se fermenta en parte importante con raspón y toca madera de tercer uso. En nariz deja memorias a pólvora, regaliz, mora, enebro, flores, lavanda y pimienta, con marcados resquicios afrutados y especiados que dejan un vino aterciopelado, complejo, fresco y profundo. Un tinto fantástico, amparado por la DO Ribeira Sacra, aunque no todos los vinos del proyecto Castro Candaz lo son.

Castro Candaz Finca El Curvado 2013

Un tinto que con su mencía tiene un pequeño condimento de uvas de la zona, como caíño tinto, garnacha tintorera, merenzao y alguna otra que aparecen en su viña centenaria. En nariz es afrutado, con recuerdos a grosellas, un fondo a la par floral a rosas y ahumado con reminiscencias a cuero y una pizca de pimienta. En boca es fresco, fino, cálido, afrutado y persistente.

Cruceiro 2015. Adega Ramón Marcos Fernández

Este mencía de la subzona de Amandi es una plétora d fruta roja, frambuesa, y frescor, a pesar de algunas notas vegetales.

Expresión Histórica 2014. 800 Aniversario de la Catedral de Santiago de Compostela. Ponte da Boga.

Un ensamblaje tinto de sousón, brancellao, merenzao y mencía de vibrante color magenta, que en nariz es una explosión de fruta y matices tostados, y en boca se revela muy fresco, fácil y con un buen ensamblaje.

Fedellos A Cortezada 2014

Fedellos do Couto fue otro de los proyectos de Ribeira Sacra que dio que hablar este 2016. A Cortezada es probablemente la mejor construida de sus varias etiquetas. Un tinto atlántico y afrutado en que aparecen delicadas notas de crianza, pero la sensación de pizarra es punzante. Su Lomba dos Ares también de la cosecha 2014 fue un vino más grande, más alcohólico y más jugoso, con buena sensación frutal aunque la acidez algo elevada, abundante pimienta negra en nariz y un amplio retrogusto en el paladar.

Fedellos do Couto Bastarda

Un monovarietal de merenzao elaborado fuera de denominación. Con apenas 12% de alcohol es un vino muy pulido, en extremo ligero y muy borgoñón. Se estrena con una pizca de reducción y un punto ahumado, así como con reminiscencias de punta de carbónico que luego abren paso a recuerdos a fresas, tonos de canela y mucha pimienta, rosas rojas, laurel y un fondo de café en polvo y almendra tostada. De débil color, es de ligera estructura y un pase aterciopelado en boca. El vino no indica su añada.

Guímaro Finca Meixemán 2013. Adega Guímaro

Un tinto más cálido que deja una sensación de cierta evolución con una fruta muy expresiva que muestra aromas a abundante guinda en licor y trufas negras. En boca prevalece esa fruta y aparecen recuerdos especiados.

Lalama 2011. Dominio do Bibei

Tinto de la subzona de Quiroga-Bibei que abre algo reducido y a medida que se oxigena revela aromas a fruta roja de baya, tonos de crianza en madera que se pasean por los ahumados, tostados, toffees, vainilla, caramelos y especias, y una sazón de tomillo, mucho laurel, jarabe de fruta, y chocolate. Un vino que es estructurado, jugoso y aterciopelado en el paladar.

Martín Lagarón Barrica 2012

Un tinto de intenso color que se estrena en nariz con tonos a maní, cereza, tierra húmeda y que en boca es potente y fresco, aunque no excesivamente ácido, y bastante pulido. 

Quinta Toucedo 2014. Bodega Atrium Vitis

Un tinto que destaca por sus aromas tostados, ahumados y torrefactos, que resaltan los tonos a chocolate y laurel. En boca es afrutado, con cuerpo y muy especiado. 

San Mamed Barrica 2014

Un vino muy pulido que a simple vista muestra su volumen en boca. En nariz tiene un punto de unto, una pizca de carbón ahumado, abundante laurel, un punto de café y recuerdos de grafito envolviéndolo con una marcada frambuesa, algún tufo de reducción y posteriores caramelos. En boca es un vino muy pulido, graso, jugoso y con predominancia de fruta en el paladar. 

San Xiao 2015. Amandi. Bodegas. Esther Fernandez de la Fuente

Un tinto algo oxidado, con un aire oportizado que es muy balsámico en nariz, con algún matiz de aceite de oliva y una fruta en onda licorosa.

Xabre 2013. Eulogio Pomares

Un tinto fresco, más bien ligero que arranca muy especiado, con notas a canela y luego se abre afrutado con tonos de jarabe de cereza y grosella, y tonos balsámicos como laurel. El vino gana jugosidad frutal en copa, que también destaca los persistentes tonos especiados.

Centro del Vino de la Ribeira Sacra

Está en el Centro de Monforte de Lemos. Y más que un interesante complemento educativo, el Centro de Interpretación del Vino de la Ribeira Sacra es un destino obligatorio para los amantes de los vinos de esta región productora cada vez más en boga, pues probablemente no hay otro lugar en el mundo donde se concentre bajo un mismo techo tan vasto inventario de etiquetas de vinos elaborados al amparo de la denominación de origen. Una impresionante selección representativa de toda la gama de estilos y subzonas de la Ribeira Sacra, que puede adquirirse luego de conocer las distintas exposiciones del recinto, a través de las cuales pueden descubrirse detalles del territorio, la historia y la producción en esta hechizante zona de vinos, que también pueden degustarse en La Tapería adyacente, donde se ordenan por botella o por copa, para profundizar en todo el sabor local.

 

¿Sabías que…?

Galicia cuenta con 65 variedades autóctonas.

Riberia Sacra es la denominación de origen gallega con más vinos valorados de 2014 en publicaciones de reconocido prestigio.

Hay casi 200 marcas comerciales de vinos amparadas por la denominación de origen

Se necesita un kilo de uvas para hace runa botella de vino de 750 ml.

El término Ribeira Sacra nació como consecuencia de un error de transcripción en el año 1616.

Una cepa en la Ribeira Sacra produce 1/3 de la capacidad total con respecto al resto de las denominaciones de origen.

Se dice que el Miño a su paso por la Ribeira Sacra es el hogar de los hombres-pez, unos seres acuáticos fantásticos conocidos como los Xacios.

A inicios de este 2016 la DO Ribeira Sacra revisó su reglamento para permitir la elaboración de vinos rosados y la autorización de la branco lexítimo (albarín) como una de las variedades blancas permitidas para elaborar vino. También se explora la elaboración de vinos espumosos.

Las pendientes en Ribeira Sacra pueden alcanzar hasta el 80% de desnivel.

 

 

Divinidades y Viajes & Vinos agradecen al CRDO Ribeira Sacra su colaboración en la coordinación de algunas de las visitas que forman parte de esta cobertura.

Mientras las tensiones políticas subían de intensidad en muchos destinos, algunos decidieron hacer una escapada al Caribe como antídoto relajante al estrés electoral. Nadie mejor que José Andrés, tan cocinero como entertainer, para ser el anfitrión de un fin de semana inolvidable en el Dorado Beach, A Ritz-Carlton Reserve de Puerto Rico, donde se dieron cita apasionados de la gastronomía y amigos del cocinero para disfrutar de un verdadero cóctel de experiencias deliciosas, sazonadas con humor y talento.

Con el azul turquesa del Atlántico como telón de fondo Eric Ripert, Anthony Bourdain y Tim Love se unieron al famoso cocinero español para una agenda de actividades al aire libre, demostraciones de cocina, cenas glamorosas, degustaciones de vino y sorpresas gastronómicas con un eje de humor, sabor y amistad.

Cuatro días y tres noches de celebración se estrenaron con una fiesta de bienvenida en la que se unieron a José Andrés cocineros puertorriqueños como José Enrique, José Santaella, Wilo Benet, Enrique Piñeiro, Xavier Pacheco y Mario Pagán.

Ese preludio nocturno se prorrogó al siguiente día, cuando la histórica residencia Su Casa abrió sus jardines para una barbacoa con ambiente de preludio navideño al son de bachata, trova y otros ritmos latinos, que se fundieron con la brisa, el sol radiante, las palmeras ondulantes y la majestuosa vista al océano como hipnotizante escenografía para disfrutar de un almuerzo de rústico glamour, con una deliciosa selección de propuestas inspiradas en sabores de muchas de las cocinas que José Andrés recorre en sus varios restaurantes en Norteamérica. 

Puerto Rico y España se fundieron en unas ensaimadas rellenas de ricas hilachas de cerdo que pudieron aliñarse con una salsa de barbacoa a base de mangó. Los sabores mediterráneos se revelaron en unas salchichas de cordero servidas en pan de pita con yogur o tomate. El aire mexicano lo pusieron unas tortillas de trigo que atesoraron unos camarones a la parilla con algo de pique. Las reminiscencias del oeste llegaron de la mano de un aromático y tierno brisquet de textura mantequillosa. La conexión con los productores locales se expuso con una selección de lechugas y otras verduras, muchas cultivadas de forma hidropónica. La sazón española dio un twist a recetas como los macarrones, que se sirvieron con langosta y queso Manchego, o al corned beef hash, que se convirtió en hash de chorizo y batata. El dulce se convirtió en helado de coquito hecho con nitrógeno líquido, y en tartas en miniatura de manzana, chocolate y nueces pacanas, entre muchos otros.

El champán Laurent-Perrier fue la armonía perfecta para todos estos sabores y el calor tropical que subió aún más la temperatura con la divertida demostración culinaria que realizó José Andrés, un chef con huevos. Porque fue el huevo el ingrediente estrella de su presentación llena de humor y picardía, y alrededor del cual confeccionó diversas recetas sencillas y prácticas, idóneas para acoger invitados en casa.

El Pisco Sour fue el hilo conductor de esta presentación por la que en tarima desfilaron una ensaladilla rusa hecha con yuca y mouse de mayonesa, un pisto manchego coronado con una tiara de huevos de codorniz, huevos revueltos con trufas blancas y queso manchego, tortilla española en la que en lugar de freír las patatas empleó las crujientes papas fritas de su línea José Andrés Foods, un plato de huevo con setas y trufas, seguido del cual elaboró una versión deconstruida de la tortilla española, antes de terminar con un taco de huevo con caviar, tan crujiente que su dorso se podía doblar para usarse como “tortilla”.

Además de estas sesiones el evento contempló una discusión con comunicadores en la que los cuatro cocineros protagonistas del fin de semana dialogaron sobre la pasión en la cocina. Hubo, además, una paella en la playa, una degustación de vino, demostraciones de los chefs Love y Ripert, firma de libros de Bourdain, y un brunch con champán de despedida. Al evento asistió un nutrido grupo de seguidores de los Estados Unidos y España, amén de comensales locales.

Éste fue el segundo fin de semana gastronómico que José Andrés organiza en el Dorado Beach, A Ritz-Carlton Reserve, donde desde 2012 el cocinero regenta Mi Casa by José Andrés, un laureado restaurante donde se ensamblan las cocinas de España y Puerto Rico. Justo cuando se cumplen cuatro años de aquella apertura, José Andrés abrirá este diciembre restaurantes en Miami y Washington, el primero Bazaar Mar, un local enfocado en frutos del mar que abrirá en el nuevo SLS Hotel de la Capital del Sol y, el segundo, otro restaurante también de inspiración marina donde habrá sidras de Asturias y de Maryland, y que la cadena MGM abrirá en las afueras de Washington, DC, como MGM National Harbor. José Andrés no descarta desarrollar nuevos proyectos en Puerto Rico en el futuro.

 

Adiós a un grande

Ha fallecido Alfredo Ayala y no por esperada su pérdida deja huérfana a la gastronomía de Puerto Rico del padre que tuvo la visión de llevarla a un nuevo nivel. En 2009 la Asociación de Hoteles y Turismo de Puerto Rico supo reconocer el legado de este gran cocinero de Puerto Rico, que en esta pasada edición resume la trayectoria de un grande del fogón, y su contribuciones a la gastronomía de un país. Accedela en: http://viajesyvinos.com/Viajes_vinos_mencia_files_files.htm

Este pasado mes de octubre, Viajes & Vinos se enorgulleció de ser uno de los auspiciadores del 1er Festival del Vino Albariño en Puerto Rico, un exitoso proyecto educativo sobre el que puedes obtener toda la información, incluyendo los vinos presentados, presionando este ENLACE.

Tras los muros de piedra no distantes del Mar Atlántico, se detiene el tiempo y el ritmo se ralentiza marcado por el espíritu de la vid y el vino. En pleno siglo XXI y casi en plena zona urbana, el reloj del tiempo da marcha atrás marcando una hora delineada por siglos pasados, imágenes bucólicas y recintos palaciegos, hilvanados todos por una copa de vino.

Tiene el Pazo de Rubianes un aire francés en el Salnés. En palacio y jardines se respira esa influencia francesa con que Jacobo Ozores lo reconstruyera en el siglo XVIII, cuando luego de regresar de un exilio en Francia, halló a Rubianes destruido y quiso legarle un nuevo esplendor. Fue en ese entonces que se diseñó su jardín francés, un laberinto de boj, y uno de los espacios destacados del jardín histórico que sirve de proscenio a la finca, un gran parque botánico con palmas, castaños, robles franceses y robles gallegos, perfumados alcanfores y árboles centenarios, como los magnolios o los  eucaliptos mastodónticos y centenarios, los primeros plantados en Galicia y el de mayor diámetro de Europa. Y hay, incluso, un estanque donde el color verde musgo pinta las aguas donde conviven ranas, nenúfares y rosas.

Pero lo que más hay en Rubianes, dando identidad a esa plácida finca son camelias. Más de 700 variedades de esta flor que pinta la imagen del Pazo, y que en estos jardines excepcionales se luce más que como mera planta ornamental, pues casi coincidiendo con la vendimia de uva sus semillas se recogen y se prensan para hacer aceite de camelia, un valorado producto cosmético que no sólo se emplea para embellecer, sino también para cocinar, como lo hacen en Asia, donde la camelia es una flor muy valorada.

En Europa también, y por ello la camelia gana a diario más aprecio, tanto, que incluso tiene su propia ruta turística por Galicia. La de las camelias de Pazo Rubianes comenzó en 1830 cuando en los jardines de plantaron las primeras magnolias perennifolias y las primeras camelias, regalo de los duques portugueses de Caminha. Un noble obsequio que fue eje importante de la tarea del jardinero francés Martín Dorgamide, quien en la primera mitad del siglo XIX planificó la vegetación del territorio que afecta al bosque, al campo y al jardín de Rubiáns, donde luego en la primera mitad del XX se expandieron y sofisticaron los jardines, convirtiendo a las camelias en eje de atención.

Poco a poco fue creando nuevas etapas históricas ese amplio recinto cuyo origen se remonta al 1411, cuando a Rubiáns llegó a refugiarse don García Caamaño, cuyo castillo había sido destruido en las guerras entre los Trastamara y Pedro el Cruel, hallando en Rubiáns un lugar tan acogedor, que terminó por establecerse allí y fundar la Villa de García que hoy se enlaza al unísono con Vilagarcía de Arousa. La leyenda de esos orígenes, “Caamaño avante con la cruz delante”, está grabada como relato en un arco de piedra junto a los magnolios, a la entrada de la finca.

Llegó luego la capilla a la entrada del jardín, un pequeño espacio de piedra que data de fines del siglo XVI, desde donde el milagroso San José fue viendo a pasar a nobles generaciones de habitantes del lugar, que hoy día ocupa Paloma Rey Fernández La Torre, Marquesa de Aranda y Señora de Rubianes, el único Señorío de Galicia y uno de apenas tres reconocidos oficialmente en toda España.

Concurren allí, además de la capilla, un bosque, el jardín histórico y el parque botánico, un edificio palaciego en perfecto estado de conservación y decoración. Pero más que todo viñas, 25 hectáreas plantadas con albariño, lo que convierte al de Rubianes en el viñedo de albariño más extenso de la comarca del Salnés.

Porque junto con las camelias reinan las vides. No desde siempre, porque la elaboración de vino no se planteó como un uso histórico del pazo, sino que las primeras viñas, en una parcela ubicada casi a la entrada de la finca, se plantaron en parrales apenas hace unas cuatro décadas, y luego se plantaron más, a mediados de los noventa.

Pazo de Rubiáns tiene 68 hectáreas entre las que se distribuyen jardín, bosque y viña, que se extiende de aquellas originales casi adyacentes al pazo, a lo alto de la finca donde están plantadas en espaldera y se corona el territorio con un enorme peñón de granito envuelto por hortensias, desde el que se abre el paisaje con un contraste de verdes que desembocan en el azul del mar.

Alrededor de ese plácido eje se esparcen los parrales más jóvenes, que originalmente produjeron uva sólo para venta a otros y hoy se comparte entre ellos y la que se emplea en la bodega, que en épocas más recientes determinó emprender un proyecto propio de bodega y producción de vino albariño, como un esfuerzo de buscar la sostenibilidad para preservar el patrimonio natural de la finca.

La bodega es pequeña, ubicada en un espacio del siglo XV donde ubicaban las caballerizas del recinto, con un patio interior, y a la que se le añadió la pequeña nave de elaboración, literalmente de garaje. Pequeñita como es, tiene de todo, sobre todo, limpieza, secreto invisible para la calidad en copa.

La primera cosecha comercial fue la de 2012, que coincidió con la apertura del pazo al público. Este palacio afrancesado del siglo XVIII es, junto con el tesoro en ciernes que es la viña, gran protagonista del proyecto Rubiáns, donde los propietarios aún residen, y en medio de esa convivencia en el pazo que toma el nombre del pueblo donde ubica, permiten no sólo las visitas, sino que incluso se torne escenario televisivo, con la filmación de teleseries. Los techos son todos de madera, con incrustaciones de jade, el comedor está tapizado de rojo y en el salón observan arcángeles peruanos porque el primer Señor de Rubiáns fue también Virrey del Perú.

Es el contexto majestuoso en que habita también el vino, un proyecto literalmente de château, o pago, que tiene por objetivo ser un producto a la altura de su entorno. Diez mil botellas se produjeron en 2014, cambiando el color de la camelia en la etiqueta según la añada. La bodega elabora dos etiquetas, que se distinguen según el mayor o menos tiempo que reposan sobre lías.

José Manuel Juste, también enólogo en proyectos fuera de la DO Rías Baixas, es el encargado de los vinos de Pazo de Rubianes, cuyas uvas se someten a maceración en frío para extraer aromas, antes de despalillar y estrujar la uva.

Luego de completar su vinificación, Pazo de Rubianes permanece en sus lías entre 10 y 12 meses, antes de pasar a botella donde reposa dos meses más. De color amarillo verdoso, el vino de la cosecha 2014 cautiva desde la nariz, por su gran aromaticidad, intensidad y anticipo de su untuosidad. Aparece profusión de aromas en nariz como la pera, la piña, tonos cítricos, flores blancas y matices minerales de talco y piedra mojada, en un vino que en boca es muy afrutado, untuoso y envolvente, con buen volumen, sapidez y persistencia.

Además de ésta, la bodega tiene también una etiqueta top, García Caamaño, cuyas vides proceden de la parcela original con parrales, y que una vez vinificado pasa entre 20 y 24 meses sobre sus lías. Este albariño es más meloso y balsámico, un espejo del eucalipto en la finca, como también son los aromas florales a rosas y jazmines que aparecen a continuación, junto con los tonos a miel, a delicado toffee, los anisados y los recuerdos a piedra. Más austero, pero también más complejo y señorial, la marca original del pazo que tomo su nombre de su refundador, en boca fue envolvente, afrutado y con un punto dulzón en su cosecha 2013. Envejece bien. En su cosecha 2011 el color de este vino permaneció indemne, y en nariz y boca se inclinó por matices algo más maduros, a melocotón e incluso notas almendradas a pesar de no haber pasado por madera. Hay también cierta melosidad, recuerdos a talco y maíz, y notas de humo, antecediendo una entrada en boca que fue sápida, golosa, fina, elegante y chispeante aunque la acidez en boca no se perciba tan marcada.

Además de vino, en el pazo puede adquirirse parte de la producción cosmética del pazo anclada en los beneficios de la camelia. Junto con estas flores protege al pazo un león, un signo de que el espíritu del señor del pazo sigue protegiendo a la gente que recala en su recinto.

Más sobre Pazo de Rubianes: https://youtu.be/YMer6r3dB_o

Desde 1880, cuando se fundó la maison, Joseph Drouhin ha sido un nombre de referencia de la Borgoña francesa, que desde entonces se expandió por las principales zonas de la región, hasta abarcar unas 90 apelaciones, ofreciendo un bucle de terroirs en su singular autenticidad y sutiles variaciones a partir de dos uvas estrella, la pinot noir y la chardonnay.

Si alguien sabe de calidad son los Drouhin, una de las familias de más larga tradición vitivinícola en Francia, y una de las responsables, a través Maurice Drouhin, del establecimiento del sistema Appellation d’Origine Contrôlée en Francia, mediante la creación, en 1935, del Comité Nacional de Denominaciones de Origen, con el objetivo de regular la producción de vino y de terminar con la anarquía de algunos elaboradores, que recurrían a prácticas como la adición de azúcar y almíbar a los vinos, la producción enfocada en grandes rendimientos no muy apropiados, y otras inaceptables para hombres de vino que, como Drouhin, apostaban por la calidad como clave de la supervivencia.

Maurice era el abuelo de Laurent, cuarta generación de la familia, quien junto con sus tres hermanos hoy llevan en equipo las riendas de Drouhin, manteniendo los valores de la maison y su perenne búsqueda por la calidad y la autenticidad, que considera los signos de identidad de la casa y Borgoña.

“Nuestro padre nunca nos forzó al vino. Sí fue plantando en sus hijos semillas de la historia de Borgoña, de la casa Drouhin, de orgullo por nuestra tierra y nuestros vinos, y eso funcionó de forma más sutil”, contó Laurent Drouhin a Divinidades, algo que también él ha empezado a aplicar con su prole, enseñándoles a amar Borgoña y a Drouhin.

Además de hermanos, su generación de Drouhins es un cuarteto bien avenido en los negocios, porque cada hermano tiene unas aptitudes para alguna tarea, complementándose como conjunto. A Philippe lo describe tímido, pero analítico, con lo que es idóneo para ser el responsable de los viñedos familiares. Véronique es bióloga, con lo que lo suyo es analizar el vino y por ello la responsable de elaborarlo en la bodega de Oregón. Él se describe como apasionado de Borgoña y de transmitir a la gente ese entusiasmo sobre el que considera uno de los productos más fascinantes del mundo por la infinidad de facetas que abarca y, como también le gusta viajar, se encarga del mercadeo y las ventas. Y Frédéric, a pesar de ser el más joven, tiene un gran sentido del macro, con lo cual es el CEO de la empresa con la tarea de ensamblar todas las partes del negocio. 

Laurent lleva ya 11 años en Nueva York, donde determinó establecerse luego de mucho tiempo cubriendo el mercado de los Estados Unidos. “Viajaba mucho a principios de los 2000, un tiempo en que mis hijos eran pequeños y se me hacía difícil desprenderme de ellos. Hasta que un día mi hija, que entonces tenía ocho años, me dijo que nunca me veía porque me pasaba viajando. Eso fue el detonante para decidir, si abandonaba los viajes o me trasladaba a América con toda la familia”, rememora. Fue esto último lo que decidió con su esposa, algo que ha resultado muy positivo para los hijos, que al ser jóvenes se adaptaron muy bien a su nuevo entorno.

Eso, en el terreno personal. Porque en el profesional, si de algo le ha servido Nueva York ha sido para estar en el meollo del mercado, mejorar la distribución de los vinos, entablar y fortalecer relaciones, pero también poder ver de primera mano lo que está pasando allí, algo que le permite reaccionar con mayor agilidad a cualquier necesidad o tendencia que se vea venir. “Como cuando vi que los americanos empezaban a apreciar un perfil blanco similar al de los vinos de Chablis e identifiqué una oportunidad para los que Drouhin elabora en esta apelación borgoñona. Cambiamos el empaque y enfocamos las ventas hacia Chablis y fue magnífico”, explicó a Divinidades.

Además de por Chablis, los dominios de Drouhin se extienden por la Côte Chalonnaise, la Côte de Beaune y la Côte de Nuits, a través de unas 73 hectáreas ensambladas parcela a parcela, que la han convertido en uno de los más importantes grupos de vino en Borgoña, con más de 2/3 de sus viñas clasificadas como Premier y Grand Crus. Algunos de sus viñedos se hallan entre los más famosos en Borgoña, como es el caso de Clos des Mouches, Montrachet Marquis de Laguiche, Musigny, Clos de Vougeot o Corton-Charlemagne.

De acuerdo a Drouhin, calidad, diversidad,  identidad y máxima calidad son los secretos del vino francés. “Borgoña está muy en boga porque nunca ha abandonado su autenticidad y lo auténtico es lo que está de moda”, indicó. Se siente en un Côte de Beaune Blanc 2014, un chardonnay que revela delicadamente notas minerales a humo, y en boca es salino, elegante y de fácil trago. También en un Chassagne Montrachet Blanc 2012, un chardonnay que transpira su suelo calcáreo, con matices a piedra y humo y delicadas notas almendradas de crianza, todo sutileza en un vino equilibrado. 

Los vinos de la familia persiguen un perfil que conjuga equilibrio, armonía, carácter y finura, ofreciendo gran pureza de sabor, algo a lo que ha contribuido el trabajo en viña, manejada con preceptos orgánicos y biodinámicos. Drouhin domina el arte de hacer vinos con técnica, pero lo que persigue es que más que técnica tengan alma y sean capaces de expresar el alma del terroir, un término donde se conjugan muchos elementos para crear una identidad inconfundible.

“Terroir no es sólo suelo, es mucho más, es clima, es la variedad, es el lugar donde una variedad específica se expresa de forma excelsa”, explica, haciendo hincapié en su convicción de que terroir es algo monovarietal, porque cuando se mezclan variedades, se trata más de una melodía en la que ha intervenido la mano del hombre. “Puede haber mucho Chardonnay, pero hay un sólo Montrachet”, afirma, recordando que por algo la UNESCO hizo a los Climats de Bourgogne patrimonio de la humanidad.

Lejos de hacer ajustes en la elaboración o crear nuevos productos para adaptarlos a la evolución de gustos del mercado, los borgoñones juegan con la ventaja de su amplia gama de terroirs para satisfacer al consumidor. “Es la ventaja de ser terroir-driven. Si te gustan vinos de cierta forma, buscamos el terroir que mejor rinde ese perfil, manteniendo la esencia”.

Clima es un elemento importante del terroir, y precisamente el clima es una de las grandes preocupaciones de los productores en Borgoña que han estado viendo cambios extremos en el tiempo en los últimos años y por ello están buscando formas para combatir sus consecuencias, como jugar con el follaje o explorar clones de uva más resistentes, pero sin perder la tipicidad. “En Borgoña ocasionalmente ha habido granizo, pero no es normal que lo hayamos sufrido por cuatro años consecutivos. Las temperaturas han subido, poco, pero la realidad es que las fechas de vendimia se han ido adelantando”, subrayó sobre algunos de los aspectos en que se está percibiendo lo que puede atribuirse al cambio del clima.

A la añada 2016 la resume como de una cosecha maravillosa pero llena de retos, muy complicada porque sufrió los avatares del granizo, las heladas, el mildíu, y se perdió mucha uva, pero de la que quedó, han salido vinos que se perfilan muy buenos. “Fue una vendimia corta pero muy buena para tintos, con uvas de gran fruta y concentración”.

En adición a su nativa Borgoña, Joseph Drouhin también ha expandido sus dominios al estado americano de Oregón, donde se destaca la producción de pinot noir. Robert Mondavi fue quizás el responsable del arribo de los Drouhin a Oregón, aunque inicialmente su intención era que hicieran algo con él en California, a donde el padre de Laurent viajaba con frecuencia en la década de 1960 y desarrolló amistad con el gran visionario de Napa Valley. Pero el clima muy caliente de California, no convenció al francés, quien tuvo la suerte de escuchar a alguien hablar de Willamette Valley en Oregón, un territorio cuyos pinot noir comenzó a catar y a gustar, hasta que un día alguien le ofreció un terreno y determinó comprarlo.

Allí plantaron uvas con clones traídos e injertados en Dijon, y su presencia en el estado ha ido atrayendo a otros franceses a poner un pie allí, no en balde la industria del vino en Oregón ha crecido exponencialmente de apenas 25 bodegas en 1987 a las más de 600 que hay hoy. En Oregón elaboran vinos como Cloudline, un pinot gris de Oregón fresco y limpio, elaborado íntegramente en acero inoxidable, con aromas a litchi y un fácil trago, y Dundee Hills, un afrutado pinot noir.

La presencia de Drouhin en ambas regiones del mundo es un viaje de ida y vuelta en el que si bien Oregón se benefició inicialmente de la experiencia familiar en Borgoña, es ahora Borgoña la que recibe los influjos oregonianos, especialmente en el área de viticultura, un beneficio recíproco que enriquece a los vinos y al consumidor.

Súbditos de la pinot noir, de momento han expandido su presencia en Oregón, donde están elaborando unos vinos que aún no llegan a Puerto Rico, y aunque están atentos a otras zonas que se destacan por sus pinot noir, como Nueva Zelanda o la Patagonia argentina, de momento no tienen planes de expandirse. “Somos de detalles. Vamos paso a paso, buscando siempre consolidar lo hecho antes de lanzarnos a una nueva aventura”.

Aunque no demasiado grande, Drouhin es una empresa bien establecida, con una marca y reputación reconocida que se cimenta sobre los pilares de ser una empresa propiedad y administrada por la familia, que hace productos capaces de transmitir autenticidad, y que goza de la lealtad de sus clientes, algo que él considera esencial porque como empresa familiar, siempre piensan a largo plazo.

“Mientras más aprendes de vinos más te acercas a Borgoña. Mientras más conoces de Borgoña, más cerca estás de Joseph Drouhin”.

El peligro de ser Rich

Tiene La Viuda Rica, no el extinto restaurante de Toro, si no el nuevo champán rosé que acaba de estrenar Veuve Clicquot en el Caribe, el peligro de contar con una chispa adictiva que, tan sabrosa como las creativas propuestas de aquel restaurante castellano leonés, puede tornarse peligrosa porque la delicia de sus sorbos va enlazando copas tras otras sin que apenas el bebedor se percate de que puede terminar tomando una botella o más.

La copa, especialmente creada para este producto, se inspira en la silueta de las que acostumbran recomendarse para los vinos de pinot noir, la uva mayoritaria en este producto innovador, que está concebido para beberse con hielo y usarse también en coctelería, que no en balde una de las tendencias en la mixología es el uso de vinos burbujeantes en los cócteles.

“Pónle un poco de limón”, recomienda Pierre Casenave, enólogo responsable de los vinos rosados que sirven de base a los champanes de Veuve Clicquot, y quien estuvo en Puerto Rico para el estreno en el mercado de Rich Rosé, la aventura de burbujas rosadas que se estrenó este verano, siguiendo al estreno de su versión Rich, el pasado 2015 y al boom imparable de vinos y espumosos de color rosé, una categoría que crece cada vez más y cuya demanda, según explica el enólogo, es casi imposible satisfacer.

Históricamente, a los vinos de Champagne que se mezclaban para lograr un mayor nivel de dulzor se les describía como “ricos”, un concepto que inspira el nombre de esta etiqueta, un champán doux.

Cierto es que una sazón frutal o especiada enriquecen a Rich, un champán que en solitario tiene un carácter muy vinoso, incluso denso, y afrutado en línea de tinto, conjugando las características de finura y estructura de la pinot noir y estructura y la chardonnay, pero también de la pinot meunier que aporta frutosidad al ensamblaje en el que hay un 15% de vino tinto. “Para esta etiqueta buscamos uvas más maduras, a fin de que se resalten los matices frutales del vino”, explicó Casenave a Divinidades durante la exclusiva presentación en sociedad en The Ritz-Carlton San Juan.

La botella plateada, evoca la riqueza reluciente, pero también el rico cuerpo que muestra el vino, que convive en integrada armonía con las rodajas de limón, pero se muestra más excitante con los matices especiados del jengibre fresco que, aunque resaltan más que el limón o los trozos de piña natural, son vibrantemente seductores. Casenave sugiere el té, el pepinillo o la bergamota como buenos complementos para el Rich Rosé. Por supuesto, también la salsa, no la que se pone en el plato, sino el ritmo musical tan caribeño y tan universal, una tentación que eleva la temperatura que vuelve al Rich Rosé en las rocas una bebida idónea para climas tropicales, y no sólo como ingrediente de cócteles, sino también como armonía de un menú, por su gran aptitud gastronómica.

Rich busca enriquecer la experiencia Veuve Clicquot, que incluso ha acuñado el término “clicología”, para definir el arte de crear cócteles con sus burbujas de champán, en un estado de ánimo divertido y de disfrute, sin necesidad de mucha reflexión. De ahí su peligrosa tentación.

Esplendor de Vardon Kennett, espumoso estreno de Torres

 

Tras mucho tiempo de ansiosa espera, la familia Torres presentó su primer vino espumoso elaborado en Cataluña con el método tradicional, Cuvée Esplendor 2013 de Vardon Kennett, un vino que nace de viñedos propios en altura, situados en el Penedès a más de 500 metros sobre el nivel del mar, que lo dotan de una frescura y elegancia excepcionales. Conforman el ensamblaje las variedades pinot noir y chardonnay, con un pequeño porcentaje de xarel·lo, meticulosamente seleccionadas y vendimiadas a mano. Tras una crianza en botella de 30 meses, este nuevo espumoso de autor salió al mercado con una pequeña producción dirigida especialmente a la restauración y tiendas especializadas.

“Hemos querido elaborar un vino espumoso con un estilo muy particular, priorizando el frescor y la elegancia desde la feminidad. Es un proyecto realmente único, muy especial, que abre la puerta a una nueva concepción de vinos espumosos de gran calidad”, señaló Mireia Torres Maczassek, responsable técnica del proyecto y miembro de la quinta generación familiar.

Esplendor de Vardon Kennett, una cuvée Extra Brut del 2013, es fresco y vivaz, fiel reflejo de la añada, del terreno y de las variedades utilizadas. El año 2013 fue una añada atípica en el Penedès, con más lluvias de lo habitual y un periodo estival seco y fresco, que favoreció una lenta maduración de la uva. La altitud de los viñedos contribuyó también a la calidad de los vinos base: el pinot noir, fresco y aromático, da cuerpo a la mezcla, mientras que el chardonnay y el xarel·lo aportan una buena acidez, con aromas de frutas blancas y notas cítricas.

Esta primera añada realizó la fermentación maloláctica en su totalidad, suavizando la elevada acidez original que conllevaron las temperaturas frías del 2013. Otros aspectos a destacar son la utilización de levaduras autóctonas en el proceso de vinificación, seleccionadas por el propio equipo técnico; una primera fermentación parcial en barrica, que aporta cierta complejidad al vino, y una segunda fermentación en botella acorde al método tradicional. Todo ello da como resultado un vino de burbuja fina, elegante, fresco y equilibrado, con una gran potencial de envejecimiento. 

Aunque inicialmente Torres contemplaba amparar este nuevo espumoso en la Denominación de Origen Cava, al final ha optado por no hacerlo porque si bien en esta cosecha fundacional toda la uva provino de viñedos propios de la región del Penedès ubicados a unos 550 metros de altitud, porque a futuro no cierra la puerta a incorporar uvas de viñedos no amparados por la DO Cava ni el Penedès, puesto que el cambio climático obligará a buscar viñedos a mayor altitud para mantener la acidez que caracteriza a este nuevo espumoso.

El vino es un homenaje a Vardon Kennett, un británico que echó raíces en el Penedès, con una historia tan singular como los viñedos únicos de donde nace, pues en el siglo XIX residió en la propiedad que hoy alberga la nueva bodega consagrada a la elaboración de vinos espumosos de calidad y que ubica en la finca de Santa Margarida d’Agulladolç de la familia Torres, en el Alto Penedès.

Hijo de una histórica familia de comerciantes marítimos, Daniel Vardon Kennett nació en 1781 en la isla de Guernsey (Canal de la Mancha). En uno de sus viajes, llegó a Barcelona, donde quedó prendado de sus vinos y su cultura. Decidió entonces dedicarse al comercio y a la exportación de vinos locales con destino a Inglaterra y a Saint Peter Port (Guernsey). Años más tarde, Vardon Kennett se casó con la barcelonesa María Francisca de Ferrer e inició una nueva vida entre viñedos. Falleció a los 54 años de edad, sin descendencia. Sus restos descansan en la capilla románica de Santa Margarida d’Agulladolç, donde una lápida conserva las últimas palabras que le dedicó su esposa.

El diseño de la botella rememora el pasado marítimo de Vardon Kennett. De molde exclusivo, sus líneas sinuosas y relieves remiten a las olas del mar, del mismo modo que la etiqueta, con letras negras ribeteadas en oro, recuerda por sus ondulaciones a una concha. El escudo que reproduce la etiqueta es el original de la finca, todavía visible en la fachada principal.

La bodega donde se elabora Esplendor ha sido construida respetando la integridad arquitectónica de los edificios antiguos y su armónica relación con el entorno, y alberga los equipos necesarios para la elaboración de vinos espumosos, así como una pequeña cava para la crianza. También cuenta con un espacio de exposición y cata que permitirá recibir a visitantes en un futuro próximo.

Di Saronno Haute Couture

Aires de Bombay, estampados cargados de exotismo, colorido perfil, reminiscencias tatuadas y esencia etérea es lo que caracteriza la imagen de la nueva botella de Di Saronno, que con su nueva edición limitada se asocia con la marca de moda italiana Etro como nuevo binomio fashion que viste a las botellas del amaretto más reconocido del mundo con el glamour de las pasarelas más estilosas y la convierte en un oasis de estilo y sabor.

Ésta ha sido la cuarta edición limitada de Di Saronno, que se inspira en la cultura del textil, la pasión y el lazo duradero entre el diseño paisley y la familia Etro, envolviendo la botella de colores para convertirla en objeto del deseo y de colección. Es parte del proyecto ICON que enlaza a Di Saronno con una marca italiana de moda, como anteriormente lo fueron Moschino, Versace y Cavalli.

Para celebrar su nuevo atuendo haute couture Di Saronno celebró una tarde de mixología y moda en Saks Fith Avenue de The Mall of San Juan, donde el bar chef Ariel Rosario confeccionó refrescantes cócteles como Sparkling Sour, Etro Sour y D’Italian American, que recorrieron de notas refrescantes y tropicales a otras de intensos contrastes que cautivaron con su juego de sensaciones en el paladar. Di Saronno se elabora con la esencia de la nuez del melocotón.

ICON tiene una vocación filantrópica que apoya Fashion for Development, un proyecto de las Naciones Unidas que recibirá parte de las ganancias de las ventas de la nueva edición limitada para contribuir al desarrollo de esfuerzos humanitarios en Africa.

Los Jóvenes Pomar

Bodegas Pomar lanzó al mercado su nueva línea de vinos jóvenes, Pomar Blanco, Pomar Tinto y Pomar Rosado para potenciar el conocimiento de la marca y resaltar el orgullo por lo venezolano.

La propuesta de valor de los nuevos vinos jóvenes se centra en su fruta y frescura, siendo ideales para todas aquellas personas que buscan en sus momentos de informalidad un vino de calidad. Su imagen se basa en alegría, espontaneidad y modernidad.

Con más de 30 años cosechando orgullo venezolano. Bodegas Pomar es la casa vitivinícola más importante del país. Fundada en 1985 en el estado Lara, los viñedos de Bodegas Pomar cosechan las vides que se transforman en vinos de excelente calidad y que son acompañantes ideales de momentos especiales. Bodegas Pomar posee un amplio portafolio de productos, desde vinos jóvenes como Pomar Blanco, Pomar Tinto y Pomar Rosado, vinos de crianza como Pomar Syrah, Pomar Tempranillo y Pomar Petit Verdot, sus reconocidos vinos espumosos Pomar Brut, Pomar Rosè, Pomar Demi Sec y sus ediciones especiales Pomar Reserva y Pomar Brut Edición Especial.

Best ratings de Fine Wine Celebration

Un año más y con este van 18 ediciones, Plaza Cellars reunió en San Juan a docenas de bodegas del mundo, amantes y profesionales del vino, restauradores, cocineros y hoteleros de Puerto Rico y otros destinos en un ejercicio de amistad, disfrute y aprendizaje, que en preludio de Navidad permiten probar nuevas añadas, nuevas etiquetas y descubrir los sabores de algunas nuevas bodegas y productos que se estrenan en un mercado que a pesar de su crisis económica, no ha dejado de consumir vino.

Además de vino, Fine Wine representó una magnífica pasarela para licores de lujo, que tuvieron protagonismo en una competencia de bartenders, una estrategia que cada vez cobra más arraigo en la promoción de licores y espíritus destilados.

Imposible probar todas las etiquetas disponibles en una misma tarde, pero de las muchas degustadas, y por razones muy diversas, éstas fueron las que más llamaron la atención de Divinidades y Viajes & Vinos.

Espumosos:

Bollinger Special Cuvée Brut, un champán con notas de levadura fina, muy floral, un punto meloso y hasta una chispa cítrica en el paladar que acarició con sus finas y elegantes burbujas, dignas, por supuesto, de James Bond.

Champagne Drappier Brut Nature. La casa Drappier, una bodega familiar y artesanal del sur de Champagne se estrena en el mercado con varias etiquetas entre las que sobresale ésta, en la que la predominante pinot noir se revela con matices que la aproximan a una más estructurada chardonnay. Tonos minerales a talco, melosidad, abundantes flores blancas, complejidad y elegancia caracterizan a este champán largo, elegante y delicioso.

Laurent-Perrier Cuvée Ultra Brut, un champán complejo y fino, con marcada acidez, notas cítricas y muy ligero. Se inspira en los champanes sin azúcar añadida que elaboró la casa en el siglo XIX.

Canella Rosé Brut Spumante, ubicada en el Veneto italiano la casa Canella nació en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, con el tesón de un joven que quedó huérfano y con su madre y hermanos lucharon por seguir adelante con trabajo y la especial habilidad de cata que Luciano Canella teniá para el vino. Su Prosecco Spumante Brut DOC y su Prosecco Superiore Conegliano Valdobiadenne DOCG 2015 fueron sin duda de las burbujas más gratas de Fine Wine, no sólo por su sabor sino por su precio, pero fue su Rosé Brut Spumante, un espumoso fresco, fino, con tonos minerales e idóneo para comer, el que sobresalió entre las burbujas. Este rosado se elabora a partir de pinot noir que se maceran, en lugar de por mezcla de vinos.

Danza, espumoso non-vintage de albariño de Rías Baixas que se presentó en primicia durante el paado Festival del Albariño y que, al igual que en esa ocasión, cautivó en Fine Wine por su fina chispa, punto de dulzor, sazón cítrico y fácil trago.

 

Blancos

Gran Veigadares 2011, una de las grandes etiquetas de albariño en Rías Baixas regresa con una pequeña producción de unas 800 botellas, que encierran un gran vino con crianza en madera, que conjuga aromaticidad, elegancia, complejidad, sin duda uno de los grandes de la DO Rías Baixas.

 

Tintos

Il Grigio Gran Selezione DOCG 2011, un Chianti Classico de Agricola San Felice que se comercializa como “Gran Selezione”, la indicación de alta calidad más recientemente incorporada en Chianti Classico y en el que se ensambla un 80% Sangiovese y otras uvas autóctonas. Un dechado de grandeza, finura y elegancia, sin duda el vino más sobresaliente de los catados en Fine Wine.

Arzuaga Navarro Gran Reserva 2004. Este tinto de trago largo de Ribera del Duero que envejeció a lo largo de 50 meses en barrica es una de las grandes etiquetas de Arzuaga, con seductoras notas a café y un pase aterciopelado por el paladar donde destaca su gran redondez y elegancia.

Toscolo 2014, Chianti DOCG. Toscolo es una palabra renacentista que significa niño toscano y es un apelativo muy acorde con lo que es esta etiqueta, un vino al que no hay que buscarle muchas vueltas, y que encanta por su fácil trago, redondez, plenitud frutal y magnífica aptitud gastronómica, que unidas a su precio lo convierten en un best-buy.

17 x 1 Tinto Crianza 2014. Un vino que Buil i Giné elabora en la DO Montsant haciendo acopio de tempranillo, cariñena y garnacha a partes iguales y que en nariz es afrutado, floral, con recuerdos a punta de lápiz y tiene una gran frescura y sedosidad en boca.

Clunia Tempranillo 2012, un Vino de la Tierra de Castilla León, tinto de tempranillo que revalida su nivel del pasado Fine Wine, en un vino que lo tiene todo y todo bien puesto, fruta, equilibrio, fácil trago, y la tentación de enlazar sorbos.

Red Schooner Voyage 3 2013. Más que por lo que dice el vino en copa, este tinto es interesante por su excentricidad. Convencidos de la excelencia del terroir mendocino para la malbec, los elaboradores decidieron vendimiar las uvas en Argentina y embarcarlas por mar a California donde se vinifican y nace este tinto que definen como un malbec de Mendoza al estilo Caymus, algo que le permite a esta bodega californiana mantenerse ocupada todo el año, al aprovechar la diferente fecha de vendimia en el Hemisferio Sur. Una vez cosechados los racimos se congelan en Mendoza y se envían en recipientes congelados para tras seis semanas de viaje vinificarse en California  Este malbec es denso, opulento, concentrado de color y estructura, con aromas a tinta china, violetas, y lavanda, con taninos aún muy firmes y que tienen por pulir.  Los Red Schooner no se identifican por añada sino por el número que cada viaje representa a California. La bodega contempla hacer un vino similar con Shiraz australiano de Barossa Valley.

Motto Gung Ho Red Blend 2013. Este tinto californiano fue afrutado, con algún punto ahumado a carne asada, y en boca fácil, armonioso y relativamente ligero, con una excelente aptitud para armonizar pavo y cerdo, lo que le hace una buena alternativa para comidas de Acción de Gracias por Navidad.

Revelaciones varietales

Grolleau – una uva tinta del Loira caracterizada por sus altos rendimientos y su uso en ensamblajes, pero que Clau de Nell, en el Val de Loire francés, determinó elaborar como tinto monovarietal que en su cosecha 2012 reveló un vino con un intenso bouquet de fresa, una acidez firme, una estructura ligera y una gran frescura, confiriéndole un gran carácter atlántico a pesar de estar elaborado en el centro de Francia.

Pugnitello - tinta toscana casi en peligro de extinción que rescató Agricola San Felice por considerarla una de las variedades más importantes de la Toscana debido a su potencia, capacidad de envejecimiento y fácil trago. Hoy la bodega tiene 15 hectáras plantadas de esta uva, con la que elaboran un monovarietal de muy escasa producción, pero también la usan en ensamblajes como el de Vigorello 2011, un supertoscano pionero, que fue afrutado, jugoso, fresco, complejo y fino.

 

En Puerto Rico estos vinos se consiguen en La Boutique du Vin, tiendas especializadas y supermercados.

Colaboración: Enrique Sancho


Si Julio Verne viviera y quisiera editar la segunda parte de su “Viaje al centro de la tierra” probablemente no encontraría un mejor inicio para la aventura del profesor Otto Lidenbrock y su sobrino Axel que la boca de Algar do Carvão una de las muchas cicatrices volcánicas de la isla Terceira en Azores. Y si Herman Melville se animara a escribir “Moby-Dick 2” y botara de nuevo el barco ballenero Pequod, comandado por el capitán Ahab, disfrutaría en las aguas de Terceira navegando entre delfines, ballenas y cachalotes. Incluso si el inmortal Ernest Hemingway decidiera escribir la continuación de “Fiesta”, estaría a sus anchas en alguna de las más de 220 touradas, más ingenuas que los encierros de San Fermín, que se celebran cada año en la tercera más grande isla de Azores.

Lamentablemente, ninguno de estos grandes escritores podrá hacerlo, pero los miles de turistas que visitan este lugar pueden sentirse como los protagonistas de estas aventuras. Tierra de exploradores y audaces balleneros, de corsarios y héroes, el espíritu aventurero continúa vivo en esta isla de origen volcánico y naturaleza exuberante. Hoy los espíritus intrépidos que visitan la Isla Violeta –nombre poético con el que también se la conoce– no llevan sables al cinto ni arpones para cazar cetáceos, pero cuentan con atractivos suficientes para saciar sus ansias de emociones.

Terceira forma parte del grupo central de islas que constituyen el archipiélago de las Azores. Fue la tercera en ser descubierta –de ahí su nombre– y la tercera en extensión, pero bien podría ser considerada la primeira en encanto, en dura competencia con Sáo Jorge, la más grande y donde se encuentra la capital. En sus 30 kilómetros de ancho y 17 de ancho se suceden ciudades sembradas de palacios, iglesias, conventos y casas con fachadas en todos los tonos pastel, grandes prados separados por kilómetros de vallas de piedra volcánica donde pastan ordenadamente las vacas (tres por cada habitante), fortalezas que defendieron el territorio frente a los corsarios, acantilados vertiginosos, pequeñas playas solitarias, enormes setos de hortensias y criptomerias, grutas que penetran en la tierra y recuerdan su origen telúrico.

Una de esas entradas “al centro de la tierra” es Algar do Carvão, la mayor atracción geológica del centro de Terceira, una chimenea volcánica de 90 metros de profundidad, formada hace 3200 años debido al drenaje del magma del conducto principal. Dentro de la cueva declarada Reserva Natural Geológica y Monumento Natural Regional, hay distintos niveles, con estalactitas de lava, bóvedas geológicas colosales e incluso un apacible lago cuyas aguas nunca han visto la luz del sol. Pero sin duda lo más espectacular es la entrada, cubierta de helechos, líquenes y otra flora endémica exuberante, con la luz del exterior filtrándose y cayendo algunas gotas de agua acumulada en las plantas. Una auténtica experiencia visual y emocional.

No es la única gruta visitable en Terceira, a poca distancia –todo aquí está a poca distancia–se llega a la Gruta do Natal, llamada así porque se abrió al público celebrando una misa el día de Navidad, que hay que recorrer con casco y donde a lo largo de 700 metros se pueden observar lavas fluidas, hoy solidificadas, que corrieron en diferentes direcciones, formando varios túneles, ramificaciones, estafilitos y pequeños volcanes laterales. Un poco más adelante se distinguen a la vista y al olfato las fumarolas de sulfuro de Furnas do Enxofre, localizadas casi en el centro geográfico de la isla a 600 metros por encima del nivel del mar, un espectáculo casi místico despidiendo vapor por los numerosos manantiales haciendo espirales que finalmente se evaporan en silencio.

“Por allí resopla”


El grito del capitán Ahab en su obstinada persecución del enorme leviatán que lo privó de su pierna y que llevaba en su tripulación a varios marineros de las Azores, ha cambiado y ahora los turistas gritan "allí, allí..." cada vez que ven asomarse algo sobre el inquieto mar, pero la emoción es parecida en las numerosas excursiones de empresas como Aguiatur que proponen el avistamiento de cetáceos a solo un par de millas de la costa. Las aguas que rodean a las Azores, están en el Top 10 mundial para el avistamiento de cetáceos y son actualmente uno de los mayores santuarios de ballenas del mundo. Entre especies residentes y migratorias, comunes o poco comunes, se avistan aquí 24 tipos diferentes de cetáceos, un tercio del total de las especies existentes, en un ecosistema de características únicas.

Desde tiempos inmemoriales, las Azores han sido un auténtico santuario para multitud de especies de cetáceos, que atraviesan sus aguas durante sus migraciones a otras latitudes, y algunas de ellas han elegido estas aguas como lugar de residencia permanente. Esta circunstancia originó una importante industria ballenera en el archipiélago que se desarrolló hasta hace tan sólo unas décadas, por lo que no es de extrañar que en São Mateus, una de las pedanías de Terceira con mayor tradición pesquera, todavía se conserven algunas huellas de la antigua Fábrica de la Ballena que hubo allí tiempo atrás, como calderos y tanques en los que se derretía y almacenaba el aceite de ballena. Hoy la caza de estos cetáceos está prohibida y ha pasado a la historia de las islas, pero todavía es posible disfrutar del sobrecogedor espectáculo que supone la visión de estos gigantes de los océanos y de los simpáticos delfines que a veces muestran sus piruetas por decenas.

Y de animales marinos a los terrestres. Ya se ha mencionado que esta es tierra de vacas y dicen que hay tres por cada habitante, naturalmente también es tierra de buena leche y de suaves quesos. Pero también es tierra de toros; en el centro de la capital de la isla, Angra do Heroismo, hay un gigantesco monumento con tres toros, justo al lado de la plaza donde se torean, aunque no se matan. Pero lo característico de esta isla que presume de ser la más festiva del archipiélago y tal vez de todo Portugal, es su particular “San Fermín” que causaría envidia a Jake Barnes, el protagonista de la célebre “Fiesta” de Hemingway, de la que ahora se cumplen 90 años de su publicación. Entre los meses de mayo y septiembre, un día sí y otro también, la isla de Terceira acoge la nada despreciable cifra de 220 touradas, cuando los ganaderos trasladan desde los campos a las ciudades y pueblos jaulas con novillos que serán soltados después por las calles bajo la atenta mirada de los pastores, que, perfectamente ataviados con camisas blancas y sombreros negros, tirarán de ellos con una cuerda para evitar que se salgan del recorrido marcado. Todo un espectáculo, una gran fiesta en la que, mientras algunos muestran quién es más salvaje, los habitantes de la isla aprovechan para hacer negocios, establecer nuevos vínculos sociales o, simplemente, disfrutar de la gastronomía más típica y de sus regulares vinos.

Los azorianos son muy religiosos. Como ocurre en España, cada pequeño pueblo tiene su gran iglesia, que suele estar siempre abierta y con entrada libre. En Terceira hay más de 60, la más antigua es del siglo XV. Esta gente es muy devota del Espíritu Santo, a quien dedica unas capillas muy coloridas por todas partes, que llaman impèrios, de pequeño tamaño, aunque suficiente para que quepa un espíritu. En su honor, organizan fiestas religiosas multitudinarias que empiezan con fervor y acaban con resaca.

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Lo que hace que Terceira sea especial es el magnífico contraste entre la belleza natural de esta isla volcánica y el admirable trabajo del hombre en el centro histórico de Angra do Heroísmo, su capital. Fundada en 1534, fue la primera localidad de las Azores elevada al nivel de ciudad y la primera en Portugal clasificada como Patrimonio Mundial de la UNESCO. Es una ciudad encantadora, plagada de rincones preciosos, con casas pequeñas de colores, ornamentadas con bellas rejerías en sus balcones. Su nombre le fue concedido por el rey Pedro IV en 1834 por el espíritu de sacrificio y patriotismo demostrado ante los ataques y amenazas del exterior y su resistencia al rey absolutista Miguel, durante la Guerra Civil (1820-1831) que se libró entre Absolutistas y Liberales.

Durante 60 años Terceira fue española. En 1580, ante la subida al trono de Portugal del rey español Felipe II, los habitantes de Terceira apoyaron las pretensiones de D. António, Prior do Crato, candidato portugués. España buscó reprimir la rebelión, pero el primer desembarco de tropas castellanas, en 1581, dio como resultado la derrota española en la famosa batalla de Salga, en la que participaron Cervantes y Lope de Vega. Cuentan las crónicas que la derrota no se debió a la artillería o el coraje de los azorianos , sino a la genialidad de una paisana que concentró docenas de toros en lo alto de una colina: «Los azorianos esperaron al ejército español en lo alto de una colina y arrojaron sobre él rebaños de toros enfurecidos», escribió Antonio Tabucchi en «Dama de Porto Pim».

Dos años después, los españoles regresaron en mayor número y alcanzaron el dominio insular tras violentos combates. En los siglos XVI y XVII, Terceira tuvo gran importancia como puerto de escala para los galeones españoles cargados de riquezas del Nuevo Mundo. El puerto de Angra almacenaba oro, plata, porcelana, especias y seda por lo que fue un claro objetivo para incursiones de piratas y corsarios. En 1597 el mismísimo Francis Drake, liderando una flota de unos cien barcos, intentó en vano destruir los galeones españoles anclados en el puerto de Angra y cargados de oro y plata. Para asegurar la autoridad española y proteger a la isla de los persistentes ataques, se construyeron una docenas de fortalezas, entre ellos el castillo de São Felipe (que pasó a denominarse São João Baptista tras la partida de los españoles) y que es, según se dice, la mayor fortaleza construida por España fuera de la península. El castillo tenía cuatrocientas piezas de artillería en un área de tres kilómetros cuadrados. Hoy es una de las principales atracciones de Agra, sobresaliendo en lo alto del Monte do Brasil.

El centro histórico de Angra do Heroísmo es testigo de los reyes y los nobles que pasaron por allí dejando atrás una bella arquitectura que se extiende en un entramado de calles, callejones, iglesias, palacios, casas señoriales, monumentos, plazas y jardines que han perdurado hasta la actualidad. No se puede dejar de visitar los fuertes de São Sebastião y de São João Baptista, ejemplos singulares de una arquitectura militar con más de 400 años, la Sé Catedral del siglo XVI, considerada el mayor templo del archipiélago de las Azores, el Museo de la ciudad y su bello Jardín Botánico.

Masi: más ecuaciones de vino

Visito nuevamente Puerto Rico Luc Desroches, quien justo hace dos años estuviera para conducir un formato singular de cata que permite a quien degusta entender tanto el proceso de ensamblaje, como el del apaxximento, una técnica que lidera Masi, una de las bodegas familiares más reconocidas del Véneto italiano.

Este concepto de cata, que se asemeja a construir un todo a partir de partes que no se lucen a plenitud en solitario, es una consecuencia de los esfuerzos del grupo técnico de la bodega, que se estrenó en la década del 1960 y con sus hallazgos y discusiones en el terreno de la investigación y desarrollo vitícola y vinícola, han permitido a Masi avanzar tanto en la parte de elaboración como en la de promoción.

En el previo retrato de Masi que hicimos en aquella pasada edición, Divinidades explicó el método de appassimento, una técnica de elaboración que surgió como contrapeso a las lluvias habituales del Véneto que afectaban a las uvas cerca de la vendimia. Para contrarrestar alteraciones en el contenido de azúcar, se determinó deshidratar las bayas por unos cuatro meses, persiguiendo concentración de aromas y azúcares. A partir de ese precepto en esa pasada edición se explicaron con detalle esas distintas formas de jugar con el appassimento, en una serie de ecuaciones que suman líquidos y sólidos.

Con ese fundamento como punto de partida, el renovado ejercicio con Desroches permitió actualizar algunos ensamblajes de la cata previa, armando a-passitos con cosechas más recientes. Del mismo modo, se presentó Bonacosta, una etiqueta de excepción, ya que se elabora con uva que no se ha pasificado y toma su nombre de la parte baja de las laderas donde se cultivan las uvas para el Amarone. Y, como elemento innovador, se armonizaron además todos los vinos terminados y sus vinos de ensamblaje con creaciones culinarias realizadas por la chef Lorraine Colón, lo que permitió comprobar la aptitud gastronómica de los vinos de Masi.

Como conclusión al ejercicio se degustó el Vaio Amarone 2007, una muy buena cosecha que entregó un vino mucho más opulento, sedoso, con frutas del bosque maduras y bien ensamblada, tonos a chocolate, menta y especias con buena acidez e incluso más frescor que otros vinos menos añejos.

Masi elabora también un vino dulce. En Puerto Rico los vinos de Masi están disponibles en La Bodega de Méndez.

Ecuaciones:

 

Uvas y Vino

75% Pinot Grigio +

25% Verduzzo =

Masi Masiaico

2015

Pinot Grigio e Verduzzo delle Venezie IGT

Características uva

Buena nariz pero brevedad en boca

No tan expresiva en nariz, aporta acidez y estructura

Ensamblaje potencia cualidades de cada uva y compensa deficiencias

Vinificación

Fermentando en acero inoxidable. Vino joven.

Ligeramente appassito

 

Notas de cata

Notas a pera, manzana verde, algo de hieba, quenepa que luego evolucionan a melocotón.

Algo parca en nariz, excelente acidez en boca, amplio, más persistente.

Nariz con notas más cítricas, recuerdos a piedra, menta. Más largo en boca.

Maridaje:

Pescado con fideos de calabacín, aceite de oliva, espinacas y cherry tomatoes

 

 

Excelente armonía. Envolvente con el pescado, las notas de acidez contrastan el aceite de oliva.

 

Uvas y Vino

70 % Corvina +

25% Rondinella +

5% Molinara =

Masi Bonacosta 2015

Valpolicella Classico DOC

Características uva

Menos expresiva. Tonos más tostados. Notas de piel de naranja

Aporta color y taninos

No tiene suficiente estructura.

Aporta acidez y frescor a los estilos ripasso.

No tiene suficiente estructura para elaborarse sola.

Vino fresco, joven y afrutado que no es appassito.

Vinificación

Fermentado en acero inoxidable sin appassimento

Fermentado en acero inoxidable sin appassimento

Fermentado en acero inoxidable sin appassimento

 

Notas de cata

Fresco, con notas de cereza y algo tánico.

Mucha fruta, pimienta, polvo de café. Ligero en boca

Muy afrutado, fruta roja madura, en onda jarabe,

Muy fresco,  afrutado y floral. Recuerdos marcados a piel de naranja, algo de polvo de café, flores azules. Tiene taninos firmes, sin astringencia.

 

Uvas y Vino

Bonacosta+

Molinara 2011 +

Rondinella 2011+

Corvina 2011 =

Campofiorin 2013

Rosso del Veronese IGT

Características uva

Vino fresco, joven y afrutado que no es appassito.

Aporta acidez y frescor a los estilos ripasso.

No tiene suficiente estructura para elaborarse sola.

Aporta color y taninos

No tiene suficiente estructura.

Menos expresiva

 

Vinificación

Acero inoxidable. Vino joven

Semi appassito, vino semiseco

Elaborado en depósito troncocónico de madera

Semi appassito, vino semiseco

Elaborado en depósito troncocónico de madera

Semi appassito, vino semiseco

Elaborado en depósito troncocónico de madera

 

Notas de cata

Muy fresco,  afrutado y floral. Recuerdos marcados a piel de naranja, algo de polvo de café, flores azules. Tiene taninos firmes, sin astringencia

Textura más acompotada, denso color, mucha fruta oscura, especias y una pizca de recuerdo a astilla.

Muy especiado y notas astringentes

Tonos a chocolate, fruta negra, ciruela pasa, recuerdos a tiza. Un vino más afrutado y que se siente mucho más hecho

Un vino untuoso desde la nariz, con más notas a fruta oscura, especias y profusos recuerdos a enebro.

Maridaje:

Chuletas de cordero con polenta

 

 

 

 

Buena armonía.

 

 

Uvas y Vino

Molinara 2011 +

Rondinella 2011+

Corvina 2011 =

Costasera 2011

Características uva

Aporta acidez y frescor a los estilos ripasso.

No tiene suficiente estructura para elaborarse sola.

Aporta color y taninos

No tiene suficiente estructura.

Menos expresiva

 

Vinificación

Semi appassito, vino semiseco

Elaborado en depósito troncocónico de madera

Semi appassito, vino semiseco

Elaborado en depósito troncocónico de madera

Semi appassito, vino semiseco

Elaborado en depósito troncocónico de madera

 

Notas de cata

Textura más acompotada, denso color, mucha fruta oscura, especias y una pizca de recuerdo a astilla.

Muy especiado y notas astringentes

Tonos a chocolate, fruta negra, ciruela pasa, recuerdos a tiza. Un vino más afrutado y que se siente mucho más hecho

Un vino más denso, untuoso, pero redondo, con notas a compota de frutas maduras, algo de toffee y espresso y un fin sedoso en el paladar.

Maridaje:

Chuletas de cordero con polenta

 

 

 

Excelente armonía con los tonos ahumados y la corteza de hiberas de la carne.

 

Marisol Bueno, propietaria de Pazo de Señorans, Personaje Enológico

Marisol Bueno, fundadora de Pazo de Señorans, ha sido elegida Personaje del Año Fuera de Serie 2016 en la categoría de Enología. El suplemento Fuera de Serie, del diario económico Expansión, celebra la entrega de sus premios Personajes del Año anualmente, un homenaje a la excelencia que este año celebra su cuarta edición. Los premiados son referentes de talento y esfuerzo en sus respectivas disciplinas. 

Viticultora desde 1979, Marisol Bueno presidió durante 21 años la D.O. Rías Baixas (1986 – 2007) y fue diputada autonómica. Hoy es conocida como la “gran dama del albariño” dedicando todo su tiempo y esfuerzo a la bodega Pazo de Señorans, referencia de calidad y pionera en los vinos de guarda de las Rías Baixas. 

Pazo de Señorans es una bellísima propiedad en Meis, presidida por una casa solariega del siglo XVI rodeada por ocho hectáreas de viñedo. Se trata de un proyecto impulsado por Marisol Bueno y su marido, Javier Mareque, que dedica su producción a elaborar los mejores blancos de uva albariño. La trayectoria de esta bodega se consolidó en 1989 con la calidad y el carácter floral de su Pazo de Señorans. A partir de la cosecha de 1995 surgió Selección de Añada, un blanco de gran expresión que constituye desde entonces un gran aporte a la bodega familiar.

Premiado Pazo Baión

La bodega Pazo Baión recibió el premio al Mejor rincón o  paisaje enoturístico en los III Premios de Enoturismo Rutas del Vino de España. El jurado profesional de este prestigioso certamen describió la propiedad Pazo Baión como uno de los paisajes más espectaculares del panorama vitivinícola mundial. Así mismo resaltó el valor histórico de la finca al albergar edificios tan emblemáticos como la bodega centenaria, el pazo del siglo XV, el hórreo, la vaquería y el palomar”.

La finca Pazo Baión, situada en el corazón del Valle del Salnés, fue adquirida por la bodega Condes de Albarei en el año 2008 con el objetivo de elaborar vinos de pago y de explotar el potencial enoturístico de la propiedad. Abrió sus puertas al público en el año 2011, tras tres años de intensa rehabilitación dirigida por el arquitecto gallego César Portela, convirtiéndose en el mayor proyecto enoturístico desarrollado en Galicia. Dentro de sus seis siglos de historia y de sus 30 hectáreas hay una finca de gran belleza paisajística y arquitectónica que guarda uno de los viñedos más espectaculares del panorama actual. Con sus uvas se elabora el Albariño Pazo Baión, caracterizado por las singularidades de la propiedad así como por su crianza de seis meses sobre sus finas lías.

Antes del premio que ahora recibe, Pazo Baión recibió ya otros premios empresariales, a su libro, Proyecto enoturísico Pazo Baión”, que recibió el premio Gourmand 2013 como el mejor libro del mundo en la categoría de libro del vino para profesionales”, así como numerosas distinciones a la calidad de sus vinos con excelentes puntuaciones y reconocimientos.  

Cambados, capital del vino

Cuna de su fiesta anual y eje en el valle del Salnés, la localidad pontevedresa de Cambados fue elegida, contro todo pronóstico, Ciudad Europea del Vino 2017, una distinción que asigna la Red Europea de Ciudades del Vino, una entidad que agrupa unos 800 destinos de vino en Europa.

 

 

Huelva, Capital Española de la Gastronomía 2017

Huelva, como lanzadera de la cocina europea en materias primas fundamentales como la gamba y el marisco, el jamón y las carnes ibéricas, los frutos rojos, los vinos y vinagres y los aceites, se convertirá en 2017 Capital Española de la Gastronomía, y además un punto de encuentro de la fusión gastronómica entre las culturas europea y americana.

Por primera vez, desde su creación, el galardón es concedido a una ciudad costera, rica en frutos de mar, como su afamada gamba, cotizada entre los grandes cocineros, pero también por productos de la sierra, como su suculento jamón de Jabugo. Éstos y otros como las frutas y verduras, conforman una despensa de excepción con la que se elaboran numerosas recetas como las habas con chocos, los platos de cordero y cerdo, entre muchos otros, que hacen de Huelva un destino más que atractivo para quienes gustan de comer bien.

Todos los manjares típicos se complementan con vinos y vinagres amparados por la  Denominación de Origen Condado de Huelva, y como curiosidad el Vino Naranja del Condado de Huelva, un producto obtenido a partir de un vino de la DO con una adición de alcohol etílico de origen vitícola, aromatizado con cortezas de naranja amarga maceradas.

Huelva fue activa protagonista del Descubrimiento de América. Dese allí partieron las naves de Cristóbal Colón el 3 de agosto de 1492, razón por la que el Almirante da nombre a las fiestas de la ciudad que conmemoran esa salida. A partir de ese momento los vínculos entre Huelva e Iberoamérica han sido estrechos, y la gastronomía ha sido uno de los más sólidos. 

El Descubrimiento de América tuvo un fuerte influjo gastronómico en Europa y América y viceversa. En ambas orillas, se enviaron o recibieron productos hasta entonces totalmente desconocidos y que produjeron el enriquecimiento de ambas tradiciones culinarias a través de la fusión e integración en las recetas tradicionales de las dos culturas. La introducción del tomate y la patata determinan la futura evolución de la cocina europea hasta el punto de convertirse en ingredientes básicos de la misma. Lo mismo sucede en la vertiente americana que, con la introducción del cerdo, el pollo o el arroz, generan una nueva forma de cocina americana. La lista es interminable: el maíz, el pimiento, las habichuelas, el cacao, el maní, el calabacín, la piña y otros muchos, son ingredientes fundamentales en ambas orillas y es Huelva, el elemento original de esta fusión, fiel reflejo en su cocina.

En Mérida, la gula reverencia a un monumento con silueta de adictivas lascas de jamón ibérico, casi transparentes y sensuales en el paladar. Quizás los romanos no conocieron a los ibéricos de bellota como nuestro manjar de hoy, pero sin duda que en alguno de los bacanales imperiales, los cerdos ibéricos ostentaron un preeminente protagonismo, similar al del acervo monumental que los romanos legaron a esta ciudad extremeña que hace siglos convirtieron en capital.

En aquel territorio de Hispania, tropas y colonos romanos llegaron de la provincia de la Bética a tierras extremeñas con el fin de anexionar nuevas tierras a la república de Roma. Tras luchas con otros pueblos, los romanos avanzaron sus dominios hasta las tierras al norte del río Tajo, creando en el año 25 A.C. una nueva provincia en Hispania, La Lusitania, cuya capital el Emperador Octavio Augusto designó Augusta Emérita, para dar la bienvenida a los soldados de las guerras cántabras. Augusta, por Augusto, y Emérita, por los eméritos, o jubilados de guerra, se tornó en una ciudad amurallada y monumental hoy conocida como Mérida.

El nombre está grabado en el suelo que se pisa en su centro histórico, donde a cada dos por tres aparecen planchas con el nombre de Augusta Emérita. Pero más que ese grabado, del largo período que permanecieron en La Lusitania, los romanos dejaron un legado histórico-artístico tan vasto como importante para admirar en la posteridad: teatros, templos, puentes, acueductos, termas, monumentos funerarios, o calzadas como la célebre “Vía de la Plata”, itinerario romano que unía las tierras de Itálica, pasando por Augusta Emérita, con las del norte de Castilla y León.

Lo que más asombra de Mérida es el primorosamente conservado patrimonio arquitectónico de esa época, con obras de ingeniería como el acueducto de San Lázaro o su larguísimo puente romano, uno de los más largos del Imperio, que por centurias ha custodiado el fluir del río Guadiana, reflejándose en sus aguas como espejo. Sus adoquines escoltan un sendero de historia que une dos tiempos de ciudad, la Mérida más moderna, con su centro histórico.

Desde el puente puede accederse a ese centro, con monumentos como el Templo de Diana, el Arco de Trajano, o el Pórtico del Foro Municipal. Pero sin duda alguna el principal estandarte de esa historia es el recinto que alberga al Teatro y Anfiteatro, donde el visitante puede viajar imaginariamente al pasado, no sólo con una foto simbólica vestido de romano, sino pisando el mismo suelo donde del amanecer al anochecer desfilaban los carromatos, combatían fieras y gladiadores, y percibiendo el eco de los dramas y espectáculos que se representaban en el teatro, construido en el 16 AC, y cuyo frente escénico es hoy el emblema de Extremadura. Allí hay también un jardín por donde se paseaban los asistentes a aquellas galas dramáticas y, justo a la entrada del recinto, ubica el Museo Nacional de Arte Romano, una estructura diseñada por el prestigioso arquitecto español Rafael Moneo para albergar muchas piezas arqueológicas de la época romana, rescatadas y preservadas para disfrute de todos.

El puente peatonal romano forma parte de una trilogía de puentes sobre el Guadiana, al que se añade otro de metal y el atirantado blanco de Lusitania. Casi entrando a este último se sitúa la zona arqueológica de la morería, el conjunto representativo de la ciudad romana, con calles, casas y muralla, que contrapone su aire vetusto a los modernos edificios de gobierno de hoy.

Mérida se erige sobre su pasado romano y bajo tierra hay una mina de vestigios que emergen con cada construcción y sorprenden por cualquier esquina. Un pasado romano, pero no sólo romano, porque la situación geográfica de Extremadura, donde ubica Mérida, hizo de esta comunidad española una zona de continuos asentamientos de culturas y pueblos, como los árabes o los visigodos que habitaron la península ibérica, dejando una herencia de muestras artísticas o arquitectónicas de indudable valor histórico patrimonial.

Colindando con el puente romano está la Alcazaba Árabe y Conventual Santiaguista, la fortaleza árabe más antigua de la península ibérica que conserva una torre-mezquita, un aljibe andalusí y una colección de piezas arqueológicas en su jardín de antigüedades. Los árabes permanecieron cinco siglos en Extremadura, y la cultura islámica que rigió del siglo VIII al XIII, dejó su influencia en edificios mudéjar. 

El conjunto arquitectónico de Mérida fue declarado por la UNESCO en 1993 Patrimonio de la Humanidad, y además de las herencias árabe y romana conserva la que retrata su memoria colonial, ésa que llevó a miles de extremeños al Nuevo Mundo para colonizar América. La Mérida española está hermanada con las Méridas de México y Venezuela, y por sus calles estrechas y adoquinadas con nombres como Holguín, Hernán Cortés o Pizarro a mediodía se respira el sopor silencioso de una ciudad que se esconde para la comida y la siesta, y luego del descanso se despierta efervescente en sus plazas y cafés.

En la calle de Almendralejo, una de las principales vías de la ciudad, está El Costurero, un antiguo edificio que antes fue manicomio y donde en 2014 se inauguró el Museo de Mérida, un espacio con exhibiciones sobre la economía emeritense y su crecimiento poblacional, ya que desde la llegada del tren la ciudad se transformó y se convirtió en centro industrial de Extremadura, una despensa que surtió a toda España con productos como algodón o la célebre gaseosa La Casera. En el Museo, además, hay obras del escultor Juan de Ávalos y una coqueta sala de muñecas antiguas con ejemplares que hasta datan del siglo XIX.

Si de cualquier construcción puede surgir una huella romana, de cualquier campanario una cigüeña. Y a pesar de estar coronada por nidos de ave, en Mérida hay apenas unos 60 mil habitantes, muchos de quienes se reúnen en la Plaza de España, donde conviven estilos, de lo morisco a lo colonial, y es punto de encuentro para los niños jugando al fútbol vespertino, o eje de la marcha nocturna y muchas copas de gin tonics. A la plaza puede llegarse por la Calle Santa Eulalia, zona peatonal y eje comercial de la ciudad.

Monumentos y sabor

Mérida es un retorno al pasado en el que la historia, la cultura, el turismo y el sabor se amalgaman con fusión de aromas de diferentes culturas y los manjares de la tierra. La gastronomía se alza como otro monumento y por ello, además de capital de Extremadura, en 2016 Mérida se alzó como Capital Iberoamericana de Cultura Gastronómica, una designación que reconoce la excelencia gastronómica de la ciudad. El amplio programa de actividades concebido para este honor contó con ciclos de cine o música y gastronomía, rutas de tapas, mercados agroalimentarios o hasta una concentración de cortadores de suculento jamón. 

En el centro histórico de Mérida abundan los locales para el tapeo, salado o dulce, pues la herencia conventual se plasma en una tradición confitera con postres como las bollas de anís, los barcos de cabello de ángel o las perrunillas, que recuerdan a nuestros mantecaditos y se elaboran con la manteca de jamón. El tocino es también protagonista en recetas como las migas extremeñas, un plato sencillo, como casi todo el recetario regional, del que destacan platillos como el gazpacho, la chanfaina de cordero con pimentón, o los zorongollos, pimientos de asar con cebolla y otros condimentos.

Por toda la ciudad abundan locales con charcutería donde reinan los productos de cerdo ibérico de bellota, el mejor de los frutos de la dehesa extremeña, que se transforma en jamón, lomo, salchichones o apetitosos chorizos que se pueden acompañar con alguno de los deliciosos quesos extremeños, como los célebres Torta del Casar, los magníficos aceites de oliva de la denominación Gata-Hurdes, el pimentón de La Vera, o las jugosas cerezas del Jerte, cuando están en temporada. Y, por supuesto, también de los muchos vinos blancos o tintos extremeños de historia milenaria y que hoy continúan produciéndose en denominaciones como la Ribera del Guadiana, así como por los burbujeantes cavas, como los que se elaboran en Almendralejo, un pueblo a unos 20 kilómetros de Mérida donde hay un Museo de las Ciencias del Vino que dispone de una serie de espacios polivalentes para exposiciones y actividades, y una plaza de toros, la única con bodega.  

Mérida cuenta con un Palacio de Congresos y tiene cerca un campo de golf. Desde la ciudad pueden emprenderse recorridos por la dehesa, donde los cerdos ibéricos conviven con alcornocales de los que en ocasiones puede verse extraer el corcho. Extremadura es, además, un gran destino de avistamiento de aves. 

Cada verano la ciudad se engalana para celebrar su festival de teatro clásico, un ilustre evento que se celebra en el incomparable escenario del teatro romano, donde se presenta un programa de piezas y conciertos que comienzan cuando se pone el sol, y se complementa con exposiciones y actividades paralelas.  

Este artículo publicó originalmente en la Revista De Viaje de El Nuevo Dia.

Barossa en coalición protectora nombre de orígenes del vino

 

La región suraustraliana de Barossa es el más reciente firmante de la Declaración Conjunta oara Proteger Lugar y Origen en el vino, un movimiento global que persigue asegurar que los nombres de lugares del vino se protejan y ni se abuse de ellos ni se comuniquen incorrectamente a los consumidores.  Con su adhesión a la Declaración Barossa se convierte en el 20mo miembro de esta coalición internacional.

“A lo largo del pasado año nuestra coalición expandió el radio de acción que realiza con el objetivo de proteger globalmente los nombre de lugares de vino, incluyendo las plataformas online, en las que los consumidores están cada vez adquiriendo más vinos”, indicó Linda Reiff, presidente y CEO de la asociación profesional que agrupa a los bodegueros de Napa Valley, una de las fundadoras de la Declaración. “Nos enorgullece que otra valorada región productora se una a nuestros esfuerzos collectivos para proteger la identidad del origen de las regiones de vino y prevenir la confusión de los consumidores”, añadió.

Desde que se firmara por primera vez en 2005, los esfuerzos de los signatarios de la Declaración han conducido a incrementar la atención acerca de la protección de los nombres de lugares de vino. Este año, por ejemplo, cinco miembros de la asociación de Napa anunciaron que volutariamente rescindían del uso del nombre Port, en las etiquetas de algunos de sus vinos fortificados de postre. A pesar de que los productores tienen derecho legal de emplear el término Port porque ya se empleaba cuando en 2006 se firmó el acuerdo sobre el comercio de vino entre los Estados Unidos y la Unión Europea, cada uno acordó abandonar el uso de este término “semi-genérico” para apoyar los esfuerzos que realiza Napa Valley con el fin de proteger los nombres de los lugares productores, así como su alianza en la Declaración con los productores de vinos de Oporto.

En enero de este 2016, la empresa Donuts lanzó las nuevas extensiones .wine y .vin. Antes de ello, los signatarios de la Declaración lograron un acuerdo con Donuts que establece salvaguardas que aseguren que las extensiones no podrán emplearse falsamente para confundir a los consumidores.

La Declaración Conjunta para Proteger los Nombres y Origen de los Lugares del Vino se firmó en Napa Valley en 2005. Los adhirientes de la Declaración incluyen a Burdeos, Borgoña/Chablis, Champagne, Chianti Classico, Jerez-Xérès-Sherry, Long Island, Napa Valley, Oregón, Paso Robles, Oporto, Rioja, Santa Barbara County, Sonoma County, Victoria, Tokaj, Walla Walla Valley, Washington States, Willamette Valley, Australia Occidental y ahora Barossa.

Fiesta de sabores en el BVI FoodFête

Noviembre está teniendo sabor en las Islas Vírgenes Británicas, que celebran el evento culinario más grande de su territorio, el BVI Food Fête, un cóctel de aventuras gastronómicas con que disfrutar los auténticos sabores de este territorio caribeño, entre los restaurantes locales y un grupo de chefs invitados.  

Las actividades comenzaron el domingo 30 de octubre con el Barefoot Beach Soirée en Peter Island Resort. Este es un evento bajo las estrellas donde reconocidos chefs de calibre mundial confeccionaron creaciones culinarias para armonizar con vinos internacionales.

Los asistentes pudieron probar algunos de los mejores restaurantes del territorio durante Taste of the BVI, una actividad compuesta por dos eventos en que los invitados disfrutan degustaciones de vinos y gastronomía en un ambiente de mercado. El primero de los eventos fue en Tortola el 5 de noviembre y el otro en Virgen Gorda se realizará el 19 de noviembre. El chef puertorriqueño Steven McQueeny tendrá participación en el evento de Tortola.

El calendario de actividades volvió a trasladarse a Peter Island Resort para celebrar el Caribbean Food Festival el 11 y 12 de noviembre. Este festival gastronómico reunió a varios chefs del Caribe para destacar la comida y técnicas de cocina de la región. Entre los chefs invitados a participar del evento, estuvieron Roberto Treviño, de Budatai y Bar Gitano.

A lo largo del mes se llevaron a cabo una serie de Bar Crawls, recorridos nocturnos por algunas de las barras más conocidas y coloridas de las islas, y en los que los desplazamientos se realizan en vehículos estilo safari. Los Bar Crawls comenzaron el 13 de noviembre en Jost Van Dyke, y continuaron el 19 de noviembre en Virgen Gorda hasta terminar el 25 de noviembre en Anegada.

El Anegada Lobster Festival se llevará a cabo los días 26 y 27 de noviembre en las costas de la isla. Los invitados tendrán la oportunidad de saborear distintas recetas de langosta en los diferentes restaurantes alrededor de la isla. En los establecimientos habrá música y un ambiente familiar para el disfrute de todos. 

Las Islas Vírgenes Británicas, compuestas de 60 islas y cayos (dependiendo de la marea), están localizadas a 80 kilómetros al este de Puerto Rico, en el noreste del Mar Caribe. Las islas principales son Tortola, Virgen Gorda, Anegada y Jost Van Dyke. Road Town, en Tortola, es la capital de las Islas Vírgenes Británicas, y está conectada por un puente a Beef Island, donde se encuentra el aeropuerto internacional.

Para más información sobre el evento, calendario completo y reservaciones, visite la página web del evento http://bvifoodfete.com/.

Casi en preludio al reconocimiento a toda una carrera que próximamente le hará la Fundación James Beard, en California, el laureado cocinero francés Gilles Épié estuvo en Puerto Rico como invitado del hotel Condado Vanderbilt y su restaurante 1919. No es la primera vez que ha estado en la Isla, un lugar en el que tiene muchos amigos, y donde trajo un poco de la cocina que ejecuta en su restaurante parisino Citrus Étoile, un espacio cercano a los Campos Elíseos en que deleita con sus sabores puros, construcciones sencillas y ligeras, donde conviven al unísono sus raíces francesas con las influencias de su celebrada estancia en los Estados Unidos.

Magníficos vinos de Ambrosia Fine Wines acompañaron el menú que Epié confeccionó con el chef Juan Cuevas, la chef pastelera Nasha Fondeur y su equipo del 1919, y en que los sorbos de Borgoña, Champagne y Burdeos deleitaron por la elegancia y redondez que compartieron con creaciones de Epié, como un buñuelo relleno de foie gras al Oporto y una vieira sobre una cama de papas, hierbas y condimentos.

Champagne Aubry y un Demi-Sec Margaine abrieron y cerraron uno de los menús, que entre medio se hilvanó con otro champán, aunque rosado, Mousse et Fils, un 80% pinot noir muy afrutado, voluptuoso y muy floral, un espléndido Domaine François Mikuldki, un blanco de Borgoña untuoso y fino, con tonos a miel, flores blancas y una delicada pizca final de mantequilla, un ligero y afrutado Gamay tinto Les Grands Cras de Domaine Ruel de Borgoña, y un maravilloso Les Pagodes des Cos, segunda etiqueta del bordelés Château Cos d’Estournel, en St. Esthèpe, un tinto que sobresalió por su redondez y estructura, con notas tostadas, torrefactas, a bayas moradas y tabaco, envolvente y persistente en el paladar.

Más sobre Gilles Epié, quien se plantea dejar París para regresar a los Estados Unidos y radicarse en Miami, en: http://www.magacin.com/2016/10/25/un-frenchy-de-sabor-orange/

Tardaron 20 años en afincarse entre aguas turquesas los pequeños barriles de madera y las casi ánforas de barro con un interesante panorama de sabores para probar, imaginándoles usos en copa o en plato o combinaciones algo inéditas, como la de la naranja con chile picante.

Cuando las ánforas de barro están tan de moda como en boga están los vinos naturales y los graneles, el concepto artesanal y orgánico se moldea con aire de lujoso estilo de vida y vocación gourmet en vomFASS, la experimentada franquicia alemana que pone un pie en Puerto Rico para sazonar las experiencias  gastronómicas de locales y visitantes, además de con buenos productos, con el placer de escogerlos y vislumbrarles usos creativos para disfrutarlos de mil maneras.

vonFASS, término alemán que quiere decir directo del barril, es un concepto de venta de aceites, vinagres, licores y vinos a granel que permite al cliente degustar cada producto directamente del envase antes de adquirirlo. Junto a las pequeñas barricas de armañacs y coñacs franceses o brandies de Jerez hay pequeñas copitas para probar y escoger, imaginar usos o mezclas, o incluso hacer catas comparadas de diversos productos para identificar con definición sus perfiles de aroma y sabor. De envases de barro sellados al vacío salen aceites con origen o sabor y vinagres saborizados que ofrecen un juego sensorial que promete una fascinación similar a la que siente un niño al entrar en una tienda de dulces. En total una selección hecha desde una base de 500 productos, en los que cada uno es la experiencia de una familia de dedicada a producciones artesanales en Europa y los Estados Unidos, utilizando únicamente procesos naturales, agricultura sustentable y abastecimiento ético.

Aceite de calabaza, con intensas notas tostadas rayando en lo torrefacto, delicados aceites con trufa, otros sutilmente tostados con ajonjolí, vinagres de higo, de mangó, de chile o de naranja, juntos o revueltos conviven en ese universo donde también hay infinidad de licores, de rosa a cassis o piña colada, hasta caipiriña, limoncello o la hechizante absenta. Un tentador conjunto de opciones, tanto para aficionados exploradores como aficionados de la cocina y el vino.

Después de tiempo proscrita en algunos mercados, la absenta ha tenido un renacer en los últimos años. En vonFASS tienen una elaborada, además de con ajenjo, con hierbas como el culantro, el hinojo, o la hierba melissa, que entregan una bebida con un altísimo porcentaje alcohólico de 72%, que hay que diluir con agua, y entrega relajantes sorbos anisados y con gran persistencia.

 

Con una larga trayectoria en el mundo de la banca, Anthony Meléndez es el responsable de traer la franquicia vomFASS a Puerto Rico, que se estrena con un primer local en el glamoroso Paseo Caribe. vonFASS fue el concepto que más le llamó la atención de una serie de franquicias que le propusieron, cuando dedicó dar un giro profesional a su carrera, para convertirse en empresario al detal. Con el concepto aspira a abrir otras dos tiendas en Puerto Rico en un período de tres años, así como también expandir la franquicia por el Caribe, zona para la que también tiene los derechos.

El vino es también uno de los objetivos de Meléndez, pues a la tienda vonFass espera incorporar también vinos de importación propia, como GIK, el revolucionario vino azul que ha sido un éxito de ventas desde que llegó a los Estados Unidos. “Busco cosas únicas, vinos raros, tanto en su sabor, la diversidad de las uvas con que se elaboran o el perfil del producto en sí”, explicó Meléndez a Divinidades.

El empresario anticipó que en vomFASS se realizarán eventos con regularidad, con con cocineros y sumilleres invitados que puedan guiar a los clientes por el camino de la exploración de todas las posibilidades de los productos de la tienda, que busca establecer alianzas en su esfuerzo de convertirse en laboratorio de aprendizaje. De hecho, el estreno del concepto estuvo refrendado por el talento culinario de la chef Marisoll Hernández.

Además de los productos que pueden servirse a granel desde los distintos envases, vomFASS tiene FASSZINATION, una línea de productos terminados que incluye chutneys, como el de higo y tomate, almendras garapiñadas, y otros.  La carta sabores de los aceites, vinagres, licores y destilados se rotarán dos veces al año. vonFASS tendrá su tienda al detal en el primer nivel de Paseo Caribe, adyacente al hotel Caribe Hilton en San Juan, y también hará distribución de productos a otras tiendas gourmet y restaurantes.

 

 

Renovado sabor de brunch

Como no hay restricciones de orden, se puede empezar por el final. Gofres (waffles) sazonados con sirope de maple, caramelo salado, helado y lujuriosos trozo de las galletitas que han hecho famosas las amenidades de la marca DoubleTree by Hilton, y que en su hotel de San Juan coronan no únicamente la recepción del hotel sino también una de las propuestas del nuevo menú de brunch que podrán disfrutar tanto huéspedes como visitantes en el Café Pierre del hotel.

Éste es apenas uno en la variedad de gofres y pancakes desplegados en el menú de brunch, en el que hay incluso hay uno con guayaba y queso, un sabor muy criollo. Pero no es el único pan dulce, pues también hay tostadas francesas con frutas y almendras, concebidas por la Chef Mayra Alejandra Hernández, así como un sinnúmero de elementos tradicionales como huevos, variedad de tortillas, mini bagel de salmón ahumado y hasta emparedado puertorriqueño de jamón-queso y huevo en pan sobao. Más sustancioso pero también con un toque tan criollo como cosmopolita una mini pizza coronada por queso gouda, longaniza y huevos escalfados con un rocío de aceite de trufa.

En línea con la conciencia de comer de manera saludable, el menú tiene también una selección de frutas frescas, y platos que conjugan frutas con yogur, miel y granola especialmente creada por el hotel. Además los comensales podrán refrescarse con una selección de mimosas de parcha, toronja rosada y otros sabores, además de Bellini de sandía.

El brunch se sirve todos los sábados y domingos en horario de 6:30 de la mañana a 4 de la tarde en el Café Pierre, a un precio atractivo que varía por plato y en el buffet alcanza $ 17.95 por persona e incluye hora y media de estacionamiento libre de costo.

El Café ubica en el vestíbulo del hotel, que en los próximos meses renovará su lobby para convertirlo en un salón multi usos en el cual se pueda tanto trabajar como compartir, e incluso relajarse con tapas. En 2017 se creará una terraza con wet bar, a la entreda del hotel.

Además del brunch, DoubleTree by Hilton San Juan tiene una oferta de power lunch de lunes a viernes y happy houses de lunes a viernes entre 5 y 8 de la tarde. También el DoubleTree by Hilton celebra cada tercer domingo de mes un mercado de productos agricolas y productores locales.

 

 

Las Nubes de Castellana de El Corte Inglés

 

El Corte Inglés inauguró Las Nubes de Castellana, un restaurante singular que bajo un concepto transversal fusiona la cocina mediterránea e internacional con el mundo de la moda. Las Nubes de Castellana, desde donde se puede contemplar el skyline de Madrid, es un espacio singular que ha sido decorado y diseñado por el interiorista Pascua Ortega y ejecutado por Estudio [Y]. Imágenes y fotografías instaladas a lo largo de la sala, introducen al comensal en el sugerente mundo de la moda.

El restaurante, ubicado en sexta planta de El Corte Inglés de Castellana, cuenta con una espectacular bodega que ofrece más de 160 prestigiosas etiquetas españolas e internacionales, además de tener a di disposición de los clientes todas las referencias de la bodega del Club del Gourmet.

Cuatro elementos diferenciados definen este emblemático restaurante, un wine-bar y barra de coctelería; un gran reservado dotado con tecnología para reuniones y comidas de trabajo; un amplio comedor en cuyo centro destaca una mesa de showcooking; y un mirador en el que resaltan los reservados de mesas circulares. El restaurante cuenta con una capacidad para atender a más de 100 comensales. Los clientes dispondrán, además, de un espacio más informal en el que poder tapear, o degustar cervezas artesanas, vinos, o los más espectaculares cócteles.

 Las Nubes de Castellana ofrece una cuidada carta que apuesta por la calidad, con pescados de lonja, excelentes carnes y productos de temporada. Destacan las frutas y verduras “Kilómetro 0” servidas por Huerta de Carabaña, así como la carne de vaca y buey de Galcarnes (Lugo) procede de animales de raza rubia gallega y con una maduración media de 60 días.

Las Nubes de Castellana ofrece una cocina con platos mediterráneos e internacionales. Merecen especial mención las elaboraciones internacionales como las verduras en tempura con langostinos y salsa teriyaki, rillete de pato con tosta, o el steak tartar de solomillo y tres mostazas; y mediterráneas como los garbanzos con callos de bacalao, ensalada templada de bogavante con tatín de tomates confitados y vinagreta de trufa, judiones estofados con buey de mar y carabineros, el jarrete de ternera blanca braseado con puré de patata o las torrijas caramelizadas de pan brioche, helado de canela y salsa toffee.

Al frente de la cocina de Las Nubes de Castellana está el consagrado cocinero Paco Hernández con una dilatada trayectoria en El Corte Inglés y que tiene sus raíces en “El Cenador de Salvador” (Moralzarzal, Madrid). No faltarán cervezas artesanas y vinos de Madrid, como guiño a la ciudad, café sostenible de la mano de illycaffé, y el pan elaborado con masa madre de la firma Madre Hizo Pan.

La carta del restaurante, que contará siempre con sugerencias fuera de la misma, se cambiará tres veces al año (otoño-invierno, primavera y verano). La zona más informal en la que los clientes podrán tapear lucirá con su propia carta diferenciada.

Entre los cócteles que se podrán degustar destacan Bloody Mary, Lemon la Vida, Dry Martini, White Choco Martini, Mojito, Green Cucumber, Andrea, Apple Honey y Sweet Snow, además de todos aquellos especiales que soliciten los clientes.

El 90% de los productos de la carta proceden del supermercado y del Club del Gourmet. El menaje del restaurante forma parte de la colección de hogar que está disponible en El Corte Inglés.

 

 

Templo urbano de azafrán

 

Abrió en pleno Madrid de los Austrias La Melguiza, una exquisita boutique dedicada a los tesoros del azafrán donde hallar una cuidada selección de productos gourmet, cosmética y hogar en que el principal protaonista es el oro rojo, un sinónimo de cultura, salud y gastronomía.

Melguiza deriva de melliza, un término del castellano antiguo que se refiere a la flor de azafrán que, en lugar de los habituales tres pistilos, tiene seis, casi un equivalente al trébol de cuatro hojas.

Más que una tienda, La Melguiza es un concepto que rinde homenaje al azafrán y busca fomentar su consumo, transmitiendo su delicadeza, valor y tradición, pero al mismo tiempo desmitificando su inaccesibilidad, pues sólo basta una pequeña cantidad de azafrán de calidad para crear grandes recetas y productos.

El azafrán ha sido una de las especies más apreciadas y buscadas a lo largo de la historia. Cleopatra se bañaba con sus flores para cuidar su piel, los griegos lo utilizaban como afrodisiaco y para los budistas es símbolo de sabiduría, de ahí que tiñan sus túnicas con esta planta. El azafrán siempre ha sido la especia más costosa del mercado, la rosa del azafrán florece al amanecer y hay que recolectarla al instante, ya que se marchita rápidamente y los estigmas pierden sabor y aroma. Es artesanía pura, pues para obtener un gramo de azafrán tostado hace falta desbriznar nada más y nada menos que alrededor de 200 flores y la recogida es únicamente a mano; su alto valor en relación con su peso hace que también se le denomine “oro rojo”.

El azafrán tiene numerosas propiedades, combate los trastornos nerviosos, limpia la sangre, elimina las obstrucciones del hígado, constituye una fuente potencial de agentes anticancerígenos, calma la tos y la bronquitis, actúa como remedio para conciliar el sueño, atenúa los efectos del alcohol, es rico en vitamina C, tiene grandes propiedades antioxidantes, activa el ánimo, es beneficioso para la piel, tiene alto contenido en hierro y alivia los dolores menstruales. Se ha demostrado su eficacia en el tratamiento de la sintomatología de la depresión y la ansiedad y es una alternativa a la sal, proporcionando un confundible sabor dulce-amargo.

Los médicos de los Faraones recetaban azafrán para todos los dolores de estómago y desde la antigüedad se ha usado para combatir arrugas, flacidez, inflamaciones y todo tipo de enfermedades de la piel. El azafrán además de ser un gran antioxidante y calmante, es rico en flavonoides y tiene propiedades antiarrugas y antimanchas. El pistilo de esta flor contiene una elevada concentración de glicano, un polisacárido capaz de actuar sobre las células para mantenerlas nutridas y sanas. Además de aclarar y rejuvenecer la piel, la deja suave, hidratada, limpia y libre de impurezas y acné. También actúa de forma similar sobre el cabello con el resultado de un pelo brillante y fortalecido, en la Grecia y Roma clásicas apreciaban mucho su perfume y se tintaban el cabello con él.

Fueron los árabes quienes introdujeron el azafrán durante su dominación árabe entre los siglos VIII y IX. Para la cocina arábiga el azafrán era el condimento más importante. Fue en La Mancha donde tuvo su mayor aceptación al encontrar la planta del azafrán un clima y unas tierras especialmente apropiadas para su cultivo, así se creó un vínculo histórico y cultural en esta región con un vocabulario sobre esta materia de gran riqueza, manifestaciones en el folklore como jotas y zarzuelas o la tradicional ofrenda de regalar unas briznas de azafrán a las parejas de novios como símbolo del deseo de prosperidad. A día de hoy el azafrán manchego es el más prestigioso del mundo y está amparado bajo la D.O. La Mancha.

Todos los productos de La Melguiza se elaboran con azafrán 100% español, ofreciendo sabores y propuestas únicas y de gran calidad en el ámbito gastronómico, estético y aromático, al mismo tiempo que divulgan la historia, las propiedades y curiosidades del azafrán. Entre los productos de azafrán dedicados a la gastronomía hay aceites, sal en escamas, longaniza, patés, miel, chocolate a la taza, además de las exquisitas hebras en bruto para acompañar arroces o guisos. Entre los productos cosméticos hay serum iluminador, crema de manos, jabones y otros elaborados con productos naturales y fórmulas pioneras a base de azafrán.

La Melguiza ubica en pleno barrio de Santiago, (C/ de Santiago 12) entre la clásica zona de Ópera y el Mercado de San Miguel en Madrid.

 

Toledo por descubrir: 6 visitas imprescindibles; 6 tapas inolvidables

Colaboración: Enrique Sancho


Cuando Toledo, actual Capital Española de Gastronomía, se dispone a afrontar el último trimestre de su “mandato”, aún es tiempo de visitar esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad, descubrir algunos de sus magníficos monumentos y otros lugares no tan conocidos y, naturalmente, dejarse seducir por su gastronomía. En esta ocasión en forma de tapas. Un breve recorrido cultural y gastronómico por la ciudad de las tres culturas... y los mil sabores.

Lo Imprescindible. Naturalmente, en una visita a Toledo no pueden faltar el recorrido por sus monumentos más emblemáticos, como la Catedral Primada, una de las más grandes y bellas de España y un auténtico museo en el que destacan la gigantesca la custodia de Arfe realizada en plata, oro y piedras preciosas, o la estupenda colección de obras de El Greco, con su apostolado y, sobre todo, “El Expolio” y, destacable en su arquitectura, el impresionante “transparente” de Narciso Tomé, tras el altar mayor. Tampoco hay que pasar por alto el Monasterio de San Juan de los Reyes, construido por Isabel la Católica tras su ascenso al poder para albergar el panteón de los Reyes Católicos, si bien finalmente no llegó a cumplir esta función., En esta obra maestra del gótico flamígero destaca especialmente su claustro y el retablo mayor.

En la parte más alta de la ciudad y dominándola, está el Alcázar que fue mandado construir por el emperador Carlos V, para tener una residencia digna de tal monarca, aunque no se llegó a utilizar como residencia real, al trasladar Felipe II la Corte a Madrid. Ha tenido diversos usos a lo largo de los siglos, aunque sin duda el que más se recuerda es el papel que representó en la guerra civil española, cuando resultó casi totalmente destruido. Actualmente alberga el Museo Nacional del Ejército. Ejemplos de que en esta ciudad convivieron junto a los cristianos, los musulmanes y los judíos, son la Mezquita del Cristo de la Luz y las Sinagogas de Samuel ha-Leví o del Tránsito y la de Santa María la Blanca, pero también hay que disfrutar del Jardín Sonoro, un espacio abierto que recrea los sonidos de la vida en las callejuelas de la antigua Judería de Toledo; con voces en ladino, sonidos domésticos y públicos envueltos en una melodía sefardita, para revivir la experiencia de un paseo por la Judería toledana de los siglos XIV o XV, en un lugar propicio al descanso y la contemplación.

Lo sorprendente. Toledo es una ciudad relativamente pequeña y llena de monumentos y lugares interesantes, también de unas perspectivas asombrosas que salen al paso en cualquier recorrido. Pero hay otro Toledo no tan fácil de encontrar y que merece la pena. Desde el año 2004, la ciudad dispone gracias a la actuación del Consorcio de Toledo, de unas rutas organizadas para conocer diversos yacimientos arqueológicos, restos arquitectónicos y monumentos recuperados, muchos de ellos caídos en el olvido o no pudiendo ser visitados por su estado de deterioro y abandono. Con su recuperación se persigue el objetivo de conectar a sus ciudadanos con su Patrimonio Cultural y ofrecer además al visitante y turista, una mayor oferta de puntos de interés a tener en cuenta en su recorrido por la ciudad. Es sin duda, otro Toledo, que paso a paso va saliendo a la luz, mostrando lentamente el rico legado artístico que los siglos han perpetuado en la ciudad. Hay termas romanas y árabes, sótanos y pozos de conventos, restos de mezquitas y sinagogas.

En la ciudad hay muchos tesoros ocultos que con un poco de curiosidad se pueden descubrir, como sus patios. El patio toledano forma parte de la herencia patrimonial de antiguas civilizaciones, como romanos y árabes. Sin embargo el tradicional patio toledano tiene su máximo precedente en la cultura árabe, donde las casas y palacios se ordenaban en torno a este espacio. Casi todos los edificios y monumentos del Casco Histórico de Toledo cuentan con un patio lleno de plantas, cerámica y fuentes, entre otros elementos decorativos, que pueden visitarse, especialmente durante las fiestas del Corpus Christi, cuando muchos se engalanan. Muchos ofrecen sus puertas abiertas; hay que animarse a traspasarlas.

Se da en Toledo una rareza arquitectónica y es que bellos e históricos edificios se entremezclan con los usos y costumbres de la actual ciudad moderna y es habitual que esconda construcciones con siglos de antigüedad que se han incluido poco a poco, recuperado para su intervención en la vida del nuevo milenio. Un ejemplo de esta circunstancia son los Cigarrales, cortijos otrora usados como casas de recreo por la burguesía toledana y hoy día reconvertidos en vergeles de paz en las riberas del Tajo, especialmente al sur de la ciudad. Construcciones de estética rústica, señorial, algunos incluso conventual, se rodean de bellos jardines, terrazas o patios repletos de plantas y flores.

 


Las tapas, joyas en miniatura

Hay mucho más por descubrir en Toledo: sus miradores, sus puertas, su muralla, sus numerosos museos, sus iglesias y conventos (más de 60), sus fiestas, su artesanía... Pero en un año en que la ciudad es Capital Española de la Gastronomía, no pueden faltar las delicias con las que tienta el viajero. Hay decenas de buenos restaurantes en los que no falta la cocina más tradicional toledana y manchega, hay algunos con estrella Michelin y otros con sabrosos menús por menos de 10 euros. Pero Toledo es también imaginativa a la hora de ofrecer sus tapas, joyas gastronómicas en miniatura. Aquí destacamos seis de los mejores lugares donde disfrutarlas:

Adolfo.  Es seguramente, el nombre más emblemático en Toledo al hablar de gastronomía. Ha paseado el nombre de Toledo y sus buenos productos por todo el mundo. Tiene tres restaurantes, uno de ellos en un cigarral en las afueras o dos en el casco histórico muy cerca de la catedral, un hotel, además de una Escuela de Cocina, y regenta el restaurante situado en el Ayuntamiento de Madrid, en Cibeles. Adolfo es ante todo una gran familia, un gran equipo en el que destacan sus tres hijos que trabajan con él: Adolfo, Javier y Verónica. Cercano, simpático y galante, suele estar pendiente de cada comensal sin abandonar el cuidado de la cocina. Gastronomía española elaborada con los mejores productos de temporada en platos presentados de forma exquisita. La mejor referencia de la ciudad en esta antigua casona judía del s. XIV con una gran bodega con unas 35.000 botellas de vino y más de 2800 referencias, presidida por su propio vino Pago del Ama. Aunque la cocina de Adolfo Muñoz es de platos contundentes, como su especialidad “Perdiz roja de Toledo, seis aromas y texturas” el “Lomo de ciervo con reducción de syrah” también tiene propuestas innovadoras cuando hace tapas, especialmente en su restaurante Adolfo Colecció. Por ejemplo la Torta de oveja y cabra de los montes de Toledo al horno, los Huevos rotos con boletus y patatas fritas, Cremoso de queso con gelatina de miel y fruta fresca, el Risotto de queso manchego o la premiada Hamburguesita de toro de lidia y queso manchego.

El Botero. En una calleja estrecha a escasos metros de la Catedral de Toledo, el restaurante El Botero ocupa un edificio que, desde hace más de 150 años, ha estado relacionado con el vino y la gastronomía. En tan señero espacio, el chef Víctor Delgado da forma a una carta de cocina casera con toques de diseño muy personales que, dependiendo de la temporada, toma forma de platos como las típicas carcamusas toledanas al estilo Botero, las croquetas caseras, el venado adobado de los montes de Toledo con salteado de setas, los huevos rotos al estilo toledano, el picadillo de morcilla, los huevos rotos con jamón ibérico, el pulpo torrado con patatas y alioli de pimentón, el rabo de toro con puré de boniato y crema de pera caramelizada o la terrina de foie mi-cuit con mermeladas caseras. Entre las tapas, dos recomendaciones muy especiales: Croqueta de rabo de toro, contundente pero delicada por dentro y el sorprendente Carbón de bacalao, una envoltura crujiente para una suave pescado.

Alfileritos 24. Situado también en el casco histórico de la ciudad de Toledo, en un antiguo patio que data del siglo XIV. La decoración muestra el contraste de lo clásico con retazos de un moderno diseño que le dan un singular estilo de elegancia y glamour. Sin duda el local es muy original y presta el mismo cuidado y atención a la mesa y al servicio. Tiene una excelente relación calidad-precio lo que hace que siempre esté hasta arriba. Tienen un menú gastronómico muy recomendable por 25 euros. Su cocina creativa permite saborear la gastronomía española elaborada con productos nacionales de primerísima calidad. A la hota de ofrecer sus tapoas, dos recomendaciones: Cañas de berenjena con salsa de miel y sésamo y Kumato con mozarella y vinagreta de albahaca.

Palencia de Lara. No es un local de tapas al uso, enseguida sorprende su elegante decoración en un espacio ideal para disfrutar de la buena cocina, con muy buena relación calidad-precio, excelente trato y ambiente agradable. Todos los días de la semana se pueden degustar platos de cuchara, tales como cocido castellano, fabada asturiana, fabes con almejas, callos con garbanzos, pochas con perdiz, etc. Tomás Palencia es su chef, curtido en mil fogones y que a temprana edad descubrió los secretos de la cocina tradicional, de la cocina castellano-manchega. Practica el concepto gourmet aplicado a tapas, raciones, tostas y hamburguesas. Entre las sugerencias como tapas, su original Homenaje a nuestro cochinillo, el Chipirón y gamba en salsa de queso manchego o la ganadora en una reciente edición de las Jornadas de la Tapa de Toledo: Hamburguesa de ciervo con rúcula, pan de tomate y salsa de vino tinto.

Nuevo Almacén. Un restaurante diferente situado en el casco histórico de Toledo, a escasos 50 metros de la plaza de Zocodover, en pleno centro de la ciudad. Un lugar donde comer, tapear, cenar y desayunar en la ciudad de Toledo, con un amplio horario, todos los días de la semana. Dotado de terraza climatizada y otra exterior, salones con diferentes ambientes, espacioso, con mesas y sillas altas, mesas para compartir en pareja o en grupo y, sobre todo, una cuidada cocina donde confluyen sabores clásicos y propuestas innovadoras y sugerentes, donde se pueden degustar las mejores tapas y bocados, regados por los mejores vinos y cervezas. En algunas de sus propuestas hay una fuerte influencia asiática, como en el tataki de atún y el steak tartar con aromas orientales. Con precios entre 2 y 3 euros pueden disfrutarse por ejemplo sus tapas de Rollito de pato confitado con col roja y blanca y salsa tailandesa, el Taco sandwich de guacamole y salmón o el Taco de bacalao en tempura con alga nori.

Locum. También en el casco histórico de Toledo, se encuentra este restaurante, en una antigua casa del siglo XVII la cual se ha convertido en un moderno establecimiento que hace una unión de la tradición y de la modernidad, tanto en la decoración como en la oferta gastronómica. Locum ofrece un nuevo concepto en la restauración, cocina innovadora y creativa, de la mano de Víctor Sánchez-Beato, basada en la gastronomía tradicional, utilizando en su esmerada elaboración productos naturales y de primera calidad; al igual que una excelente bodega en la que se incluyen vinos de Pago y de autor. Mientras se degustan sus platos y tapas, uno se encuentra en el entorno acogedor de un patio toledano a tres alturas; con una música acorde con el ambiente y una colección de piezas pictóricas de distintos reconocidos artistas. Entre sus tapas estrella destacan la Vieira asada con yema trufada y la patata con la avellana o la Pieza de carabinero con mollejas de cordero.

Valen así los vía crucis que se detienen en la historia más antigua y más moderna de Rioja. Casi como sus estaciones son las paradas por las bodegas del Barrio, donde no se derrama la sangre de Cristo pero sí se vierte la sangre del vino en copas donde comulgan pasado, presente y porvenir.

Se hilvanan con el valor de la solidaridad, que ha hecho que por segundo año consecutivo siete de las bodegas con más postín de España y el conjunto más grande de bodegas centenarias del mundo se hayan unido en su esplendorosa sincronía e individualidad para celebrar la segunda Cata del Barrio de la Estación, una experiencia multisensorial en la que quienes han escrito la historia más antigua de Rioja exponen su alma y sus novedades a profesionales y visitantes del mundo que durante dos jornadas tienen la oportunidad de sumergirse en algunos de los sorbos más identitarios del vino español y en los secretos de arquitectura e historia, que convierten al antiguo Barrio de la Estación en un destino enoturístico de orden mundial.

Divinidades fue uno de dos únicos medios del hemisferio americano invitado a participar en las actividades para profesionales del vino que protagonizó una excepcional jornada de cata dirigida por el MW Pedro Ballesteros, durante la cual Bodegas Roda, Herederos de R. López de Heredia, Gómez Cruzado, Bodegas Bilbaínas, CVNE, Muga y La Rioja Alta expusieron con minucia la filosofía histórica de sus bodegas y cómo ésta se plasma en la interpretación que cada una hace del arte del ensamblaje como espíritu de los vinos de Rioja.

Cuando la singularidad de los viñedos únicos son el objeto de discusión en el mundo del vino y la viticultura, los bodegueros del Barrio de la Estación riojano ensalzaron la mezcla de uvas y terruños como una apuesta igual de excelente que la que tiene un único origen. Para ello cada bodega propuso la cata de vinos individuales que evolucionan en depósito o barrica para forjar sus vinos futuros y, a partir de ellos, incitó a los catadores a componer ellos mismos diversos juegos de ensamblaje con la guía de lo que es el perfil de vinos que buscar la bodega en determinadas etiquetas. Un ejercicio en el que cada bodega propuso variaciones para un mismo fin, el de la excelencia de los Riojas del Barrio.

Pero más allá de ese porvenir de esa cata de ensamblajes celebrada en Bodegas Bilbaínas, la Cata del Barrio de la Estación extendió una oportunidad de estacionarse en cada bodega para no sólo explorar algunas actividades y ofertas de arte, historia y cultura del vino expuestas especialmente para la Cata del Barrio de la Estación, sino también degustar la oferta más reciente de la bodega.

En la misma Bilbaínas (fundada en 1901) pudo probarse su nuevo cava blanc de noirs a partir de garnacha tinta, fresco, sápido, estructurado, fino y delicioso, que proyecta de una forma diversa la larga historia de elaboración de vinos espumosos que ha ostentado la bodega con su Royal Carlton, un espumoso poco conocido fuera de España. Otras propuestas importantes entre las servidas por Bilbaínas fueron su fino Tempranillo Blanco criado en madera, su colección de vinos singulares, singulares por ser monovarietales o mono parcelas, y otras etiquetas reconocidas de la bodega como su siempre excelente Vicalanda Gran Reserva, fino y especiado en su cosecha 2010, o el Altos de la Caseta 2012, un elegante vino de terruño, con una pequeña producción de dos mil botellas.

Quizás la más desconocida del conjunto y con una aún pequeña producción anual de unas 200-240 mil botellas, Gómez Cruzado (fundada en 1886) fue la bodega revelación de la Cata. Propiedad de un mexicano y más conocida en el país azteca que en la propia España, esta bodega familiar renovó el equipo a cargo de su enología, cuyo trabajo sorprendió por sus vinos de línea más clásica, al igual que por sus vinos de pueblo, que buscan la identidad del lugar donde nacen. Entre los más sobresalientes su Montes Obarenes 2013, un viura con algo de tempranillo que pretende exponer la complejidad que puede alcanzar los vinos elaborados con uva surtida toda en Haro, así como su Pan Crudo 2014, un garnacha 100% que nace cerca de la Sierra de la Demanda. Gómez Cruzado Reserva y Honorable, fueron otras dos interesantes etiquetas servidas durante las catas en bodega.

Casi incunable en el Barrio es López de Heredia (fundada en 1877), ícono de España que sorprendió con su nueva hornada de vinos que revelaron un aire fresco dentro de definida identidad clásica, con una sazón frutal más evidente, siempre en la línea de finura.  Su Viña Cubillo 2008 sedoso, muy afrutado y muy salino. El Viña Bosconia 2005 (80% Tempranillo, 15% garnacha, 2.5% graciano y 2.5% mazuelo), sedujo con sus tonos torrefactos a café, con una boca pulida, especiada, afrutada y elegante. El Viña Tondonia Reserva 2004 (80% Tempranillo, 15% Garnacha, 5% Mazuelo y 5% Garnacha), con seis años de crianza y procedente de una viña aluvial más cercana al río Ebro, destacó por su mayor frescura, jugosidad, salinidad y estructura. Y en bodega un descubrimiento, una copa en forma de catavinos como el diseñado por Pedro López de Heredia basado en el catavinos con que su abuelo probaba vinos en la bodega.

Bodegas Roda (fundada en 1987) fue la última en llegar al vecindario del Barrio de la Estación. Un juego de historia y modernidad vive en su estructura, en que se enlazan un antiquísimo calado de piedra impregnado por el silencio y unas facilidades y sala de barricas state-of-the-art, con magnífica vista a Haro. Allí se cataron el Sela 2013, la más nueva etiqueta de la bodega, que fue afrutado, floral, y fácil de beber a pesar de aún tener algo por pulir. Roda 2011 (91% tempranillo, 8% graciano y 1% garnacha), procedente de viñedos en vaso y fermentado en madera, mostró más matices a fruta de baya más madura, mayor estructura y potencia. Roda I 2009 (antes íntegramente tempranillo y ahora 95% tempranillo y 5% graciano) fue un vino afrutado, equilibrado, con mucho cuerpo y bastante pulido aunque con recorrido para crecer. Cirsion 2012 (90% tempranillo y 10% graciano), tinto con mucha estructura, tuvo una expresión más a frutos oscuros, con matices más torrefactos y muy especiados, especialmente en el retrogusto. Roda está realizando un gran trabajo en viña, intentando anticiparse al futuro por unas dos a tres décadas, para lo cual lleva tiempo trabajando en una importante colección de genotipos de vid, especialmente pensando en el cambio climático.

A la entrada de CVNE (fundada en 1879), se alza y arrastra por la pared una antigua parra con  racimos blancos de enormes bayas dulces, casi idóneas para Nochevieja. Muchas son las que ha vivido esta bodega, uno de los primeros recintos de España en tener luz eléctrica, que en la Cata del Barrio de la Estación abrió las puertas a su gran patio interior, donde sirvió una gran colección de vinos de nuevas añadas y novedades de la bodega, como su nuevo Monopole blanco de la cosecha 2014, un ensamblaje de palomino y viura, de elevada acidez. Sorbos también de su Viña Real 2012, un clásico que en esta añada dejó sobresalir matices a pólvora y pimienta; una muestra de barrica de CVNE Gran Reserva 2010, pletórico de fruta fresca, tonos especiados, carácter y elegancia; Imperial Reserva 2010, aterciopelado, fresco, afrutado, con notas de toffee y potencia; Real de Asúa 2012, con notas tostadas más marcadas; y Pagos de Viña Real 2012, muy afrutado y finísimo.

Bodegas Muga (fundada en 1932) abrió sus puertas y las salas en las que atesora en madera sus creaciones vínicas, haciendo posible un recorrido que transcurrió de las delicadas burbujas de sus exquisitos cavas riojanos Conde de Haro a los más opulentos tintos que tanto prestigio han dado a su casa como el Torre Muga. El Selección Especial 2011, de una añada amable, fresca y con volumen, dechado de fruta, con recuerdos a cereza y frambuesa, finura, equilibrio, delicados matices de crianza, aterciopelado y muy redondo. Prado Enea, el más clásico de los Mugas elaborado con uvas procedentes de viñas a gran altitud, siempre elegante y destinado para larga guarda. Torre Muga 2014, concentrado, muy afrutado con recuerdos a cerezas y moras, notas muy torrefactas, densa nariz y mucha estructura.

La bievenida se brindó en La Rioja Alta (fundada en 1890), con sorbos de La Rioja Alta 904 de 2005, Muga Edición Especial 2009, Viña Tondonia 2001, Roda I Reserva 2007, Pan Crudo 2014 y Viña Pomal Reserva 2010.

Además de su exclusivo componente profesional, las jornadas de la Cata del Barrio de la Estación tuvieron un segundo día destinado al público, que reunió en Haro a más de 4,500 amantes del vino y la gastronomía que pudieron recorrer las siete bodegas, que ofrecieron cada una, dos vinos para catar, una tapa riojana, y distintas actividades relacionadas al mundo del vino así como actuaciones musicales en directo.

Ubicado en el corazón de La Rioja, el Barrio de La Estación de Haro es un paraje sin igual donde se concentra el mayor número de bodegas centenarias del mundo. Construido en torno a un eje central, una estación de ferrocarril, supone un enclave mágico para su máximo protagonista: el vino.

Es considerado como la cuna del vino de Rioja, que empezó a dibujarse en la segunda mitad del siglo XIX, en plena Revolución Industrial, como consecuencia de la sustitución de las caballerías como medio de transporte tradicional del vino por el novedoso ferrocarril. De ahí el nombre del lugar que, además, se ha visto consolidado con el éxito de comercialización que le ha dado a conocer alrededor del mundo. La 1ª edición de esta gran fiesta, celebrada en septiembre de 2015, fue reconocida con el premio “Best of” a la mejor iniciativa enoturística que concede la red internacional de grandes ciudades del vino “Great Wine Capitals”.

 

Divinidades y Viajes & Vinos agradecen a Turismo de La Rioja, a las bodegas y a la organización de la Cata del Barrio de la Estación su invitación a formar parte del selecto grupo de profesionales del vino del mundo invitados a tomar pate en estas exclusivas jornadas de degustación y enoturismo en Haro

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