En esta edición:
Chef Juan Cuevas coloca a Puerto Rico en la
cúspide de la cocina internacional
El lenguaje de Jadot
Casa Solla
Sabor estival de Madrid
Viaje de cata: Sketch, Campo Viejo, Loredona
La Neo cata
Medio siglo de Campo Viejo
"Bulldog" Kleiner, portavoz de Dining Out for Life
Montes se expande a Portugal
Estrenos gastronómicos
Tendencias de consumo
EVENTOS:
Sigue la ruta al Festival de Vinos Omar Sánchez
El whisky escocés invade a Madrid
Mayo, mes Riesling en Finger Lakes
Música entre vinos en Jumilla
Pasión cervecera
Cocina en acústico
De Puerto Rico, el chef más prometedor del mundo
Chef Juan Cuevas
el puertorriqueño en la cúspide de la cocina internacional
Texto: Rosa María González Lamas. Fotos: Viajes & Vinos (C)
Hará unos dos años, Sevi Avigdor llegó a las mesas del reconocido restaurante Blue Hill NYC, en Manhattan, un establecimiento destacado por su uso de productos orgánicos e ingredientes cultivados en su propia granja. Fue allí que conoció a Cuevas y donde empezó a seguirle con atención los pasos. De Blue Hill de Greenwich Village lo siguió al Upper West Side, al 81 Restaurant, donde luego Cuevas comenzó a ejercer como jefe de cocina, y donde Avigdor constató los frutos, más que de una labor en un restaurante, de una carrera consistente.
¿Y quién es Sevi Avigdor? El responsable por la Academia Estadounidense de Gastronomía y representante en los Estados Unidos de la Academia Internacional. Fue así que Avigdor comenzó a coquetear con la idea de proponer a Cuevas como candidato a Chef de l’Avenir, cocinero del futuro, algo a lo que Cuevas no prestó mucha atención en un principio. Así, por su comedor durante un tiempo fueron pasando otros miembros de la Academia Estadounidense, hasta que el pasado diciembre se sentó a una mesa de 81 Restaurant un grupo de representantes de la Academia Internacional de Gastronomía, encabezados por Rafael Ansón, presidente de la Real Academia Española y de honor de la Internacional.
“Todo lo que me habían dicho de ti es cierto”, le dijo Ansón, quien viajó especialmente desde Madrid a Nueva York a invitación de la Academia Estadounidense para poder comprobar los frutos de la preparación de Cuevas, y de la calidad y sofisticación de su arte y sabor en el plato. Y así, un mes después, estrenándose el 2009, luego de tres días de deliberaciones de la Academia Internacional en París, Cuevas supo que el pleno le había seleccionado por unanimidad el mejor chef del futuro del mundo, una distinción que ha recibido formalmente en Nueva York este pasado viernes.
Una velada con un menú a cargo del propio galardonado, a quien algunos miembros de la Academia describieron como un tesoro nacional, capaz de regalar una experiencia gastronómica absolutamente fabulosa y espectacular y al nivel de algunos grandes restaurantes de tres estrellas Michelin en los Estados Unidos.
Puertorriqueño de nacimiento y formación, Juan Cuevas entró accidentalmente en el mundo de la cocina pues sus estudios universitarios se rigieron por la administración de empresas y la contabilidad. Al percatarse de su verdadera vocación, completó su preparación académica en artes culinarias en el prestigioso Culinary Institute of America, donde ya empezó a destacarse entre los mejores estudiantes de esa institución. Su andadura profesional como cocinero la inició bajo la tutela del reconocido Pedro Subijana en el restaurante español Akelarre, hoy día un tres estrellas Michelin. Luego continuó su trayectoria de la mano del chef Augusto Schreiner en Augusto’s Cuisine en su natal Puerto Rico, donde también integró su equipo culinario nacional.
De Puerto Rico emprendió un proceso de internacionalización profesional en el que ha recorrido prestigiosas cocinas del mundo entre las que se destacan la de Santi Santamaría, en el Racó de Can Fabes en Barcelona; la de The Dining Room, del Ritz-Carlton de San Francisco; la de Christian Delouvrier, en Lespinasse; o la de Alain Ducasse, en el Essex House de Nueva York, además de otras en Europa en las que también ha lucido su ejecutoria como cocinero invitado de eventos especiales, o en un continuo proceso de aprendizaje con colegas de la profesión.
Ha sido precisamente en la ciudad de los rascacielos donde Cuevas ha fundamentado sus ejecutorias en los últimos años, primero en Blue Hill Restaurant, donde fue chef ejecutivo, obtuvo tres estrellas del New York Times y una de la Guide Michelin, y desde el segundo semestre de 2007 en 81 Restaurant, como chef de cuisine y recibió otra estrella de Michelin. Cuevas pronto emprenderá una serie de nuevos proyectos como consultor gastronómico en la Gran Manzana.
Además del premio al Chef de l’Avenir, la Academia Internacional de la Gastronomía otorga otros en diversas categorías, aunque la única otra enfocada únicamente en cocineros es la del Gran Premio del Arte de la Cocina, que se confiere a maestros contemporáneos de la cocina, y que en las últimas dos décadas ha distinguido a nombres de tanto peso como el estadounidense Thomas Keller, el suizo Frédy Girardet, los españoles Ferrán Adrià, Juan Mari Arzak y Santi Santamaría, los británicos Gordon Ramsay y Heston Blumenthal, y los franceses Joël Robuchon, Michel Bras, Pierre Gagnaire, Daniel Boulud y Alain Ducasse.
Cual analogía de la célebre escena de Sideways en que el protagonista liquidaba su cotizado Cheval Blanc bordelés con un menú de fast food, acompañamos nuestro light lunch de emparedado, chips y una pecaminosa galleta de chocolate con dos Premiers Crus de Borgoña. Sin prejuicio y con entusiasmo, sentados en una rústica mesa informal. Ni la ubicación ni el maridaje eran realmente relevantes porque, a diferencia del filme, aquí lo importante era el verdadero plato principal: Jacques Lardière, enólogo de Maison Louis Jadot.
Un rato antes de deleitarnos con esos dos vinos memorables en compañía de su hacedor, comentábamos que hacía algunos meses otro profesional de la comunicación vinícola aseveró a un grupo del sector, que Chardonnay era siempre Chardonnay, irrespectivamente de donde procediera.
¿Tenía él razón?
“Entiendo lo que quiso decir el periodista, pero tengo mil razones para probar que no”.
Asió un marcador negro y como si fuera profesor universitario impartiendo una cátedra enológica, Lardière se lanzó a un atril donde descansaba una improvisada pizarra de papel sobre la cual con firme certeza empezó a trazar esbozos como un Picasso del vino. El primero, un círculo, fragmentado en su interior. “Verás. Es que hay anabolismo y hay catabolismo. Entre medio, el proceso”.
¿Anabolismo? ¿Catabolismo? ¿Y cuáles son esas palabras que escuchamos por vez primera en una degustación de vinos? En idioma sencillo, si el vino fuera tan sólo un proceso anabólico, sólo expresaría a la uva como materia prima, su síntesis molecular más básica. Pero en su metabolismo hacia el catabolismo, se refina, se estabiliza, va perfeccionando la síntesis de sus moléculas, que se van enlazando unas con otras hasta redondear sabores, elementos y crear un lenguaje que expresa todas las memorias del vino.
Porque lo más apasionante y distintivo de la personalidad de Lardière es su manera de describir y hacer entender al vino. Una que condiciona a experimentarlo de otra forma. No es el clásico elaborador que habla de si el vino luce o huele a una u otra cosa, sino que simplemente lo expresa en otro idioma. No porque sea en inglés o en francés, sino porque pinta dibujos y selecciona nuevas expresiones y palabras para ilustrar de manera sumamente descriptiva procesos, conceptos y sensaciones de la elaboración y degustación.
Así, a la función de elaboración la convierte en un “proceso digestivo” en el que el vino asimila todos los elementos de la uva, del sol, del clima, de su terruño, de la historia de éste y del paso por barrica. Al envejecimiento lo describe como “el tiempo en que el vino tarda en digerir toda la historia y todo el suelo, el período en que transita de las tinieblas a la luz”. A una “buena añada” como al “20% del vino, porque ayuda a acelerar el tiempo de tránsito de la uva al nivel de resplandor”. Al proceso metabólico lo ilustra como espiral vertical atravesada por una columna vertebral que estructura taninos y acidez, y que, de burda imagen físico-química, transforma al vino terminado en el delicado dibujo de un tallo con una flor. O se refiere a la evolución del vino como a un “carrusel de moléculas organizándose” en el que cada nivel ascendente refleja un nuevo nivel de complejidad, coronado por un tope Grand Cru, “capaz de acaparar el mayor número de memorias”.
Ésa es la visión del vino de Jacques Lardière. “Más que cerebral, el vino tiene que ser visceral, lo tienes que sentir, tanto en el estómago, como en el cerebro”. Así los comunica él. Espontáneo, natural, como los vinos que busca, y expresivos, pues gesticula tanto para acentuar sus convicciones que parece más italiano que francés.
La grandeza de Borgoña y sus vinos
Guía para las AOC
Con una superficie de casi 28 mil hectáreas, el de Borgoña representa el 3% del viñedo francés.
La gran reputación de Borgoña se erige sobre sus prestigiosas apelaciones de origen controlado (AOC). Éstas son un indicador de calidad que garantiza la procedencia del vino, el modo de producción, la historia del producto y el saber hacer de su elaborador. Para Lardière también un indicativo de la capacidad de absorber todo lo hay en el suelo, y de la habilidad de envejecimiento del vino y su velocidad de oxidación. Cada apelación está sujeta a un control minucioso de todas las etapas de producción y comercialización.
La Maison Louis Jadot
A la Maison Louis Jadot la fundó en 1859 Louis Henry Denis Jadot, un joven de descendencia belga cuya familia se había establecido en Beaune a fines del siglo XVIII, y quien desde joven había desarrollado un interés por los vinos de la región, pues los Jadot habían comenzado a adquirir viñas en Borgoña.
Poco a poco, el joven Luis fue introduciéndose en el mundo del vino, primero en la bodega, evaluando los vinos, después en la viña, estudiando viticultura, y luego en su comercio, hasta que en 1859 compró la firma de négociants Lemaire-Fouleux, rebautizándola como Louis Jadot y re-estructurando sus operaciones para estimular una expansión, que comenzó, además de en Francia, en Bélgica. La tradición familiar fue continuada por generaciones sucesivas, que prosiguieron adquiriendo valiosas viñas y fomentando una expansión internacional de la empresa.
En la década del 1960, en ausencia de herederos por línea directa, la familia designó director de la firma a André Gagey, quien se había incorporado a Louis Jadot años antes. Convencido de la necesidad de intensificar su rol como productor-propietario, en 1970 incorporó a la firma a Lardière, considerado hoy uno de los mejores bodegueros de Borgoña. Sin ser originario de la región, Lardière no es ajeno a los orígenes del vino, pues su abuelo estaba acostumbrado a elaborarlo. A Maison Louis Jadot llegó desde el Instituto Pasteur, donde dedicó mucho de su trabajo a temas de identificación de aromas.
En 1985, Kobrand Corporation adquirió a Louis Jadot, cuyos vinos había venido importando a los Estados Unidos desde 1945. Las adquisiciones de nuevos viñedos han continuado desde entonces. La empresa también compra a otros productores uva cultivada bajo sus más estrictos estándares de calidad.
Los viñedos de Jadot se esparcen a través de 154 hectáreas en Borgoña, de la Côte d'Or al Mâconnais y más abajo, en Beaujolais. De entre éstas, hay casi un 10% en los alrededores de Beaune y en Rochegrès, en Beaujolais, que en los últimos años se ha venido cultivando de manera biodinámica. “La biodinámica nos está haciendo regresar a los orígenes del vino. Nosotros buscamos manejos lo más naturales posible para no alterarle a la vid su proceso de digestión natural”. Lardière explica que también escogen cuidadosamente los días para cata y embotellamiento, y que él ha constatado diferencias marcadas entre vinos de una misma añada embotellados en días diversos.
La Maison Louis Jadot celebra este año el 150 aniversario de su fundación. ¿Hay botellas de esa época en el cementerio de la bodega? ¿Las ha catado?
“Las hay más viejas porque no hay que olvidar que, antes de elaborador, Louis Jadot era négociant, con lo que hay vinos que preceden la fundación de la bodega. Yo llegué a catar una de 1845. Impresionante”.
Otro bodeguero borgoñón me dijo una vez que Borgoña es la clave del vino francés. ¿Concuerda con esa afirmación?
“Ciertamente que Borgoña tiene mucho que aportar”.
Y con la difusión internacional de la Pinot Noir y las cotas de calidad que sus vinos están alcanzando en otras zonas productoras, como Oregón, ¿le tienta a Lardière hacer vino fuera de Borgoña, como han hecho otros elaboradores de la región?
“Me lo han ofrecido pero no me interesa. No es una cuestión de un montaje de tecnología, que puede ser complicado, pero no insalvable. Es que siento que perdería mi “mémoire”, ese sentir histórico local de Borgoña que intento transfundir a los vinos que allí elaboro, la relación entre el microcosmos y el macrocosmos. Yo prefiero mantenerme en el camino recto, en lugar de moverme a diestra y siniestra. La memoria es recta”.
Aunque, como otros grandes, no niega que la habría encantado haber hecho algo en Champagne. Y aunque los espumosos crémant fueron el segmento cuyas ventas mejor se desempeñaron en Borgoña en 2008, Lardière afirma que, de momento, Louis Jadot tampoco tiene intención de incursionar en la produción de burbujas borgoñonas.
Entre tanto, una llamada de su esposa. “Chérie, estoy en medio de una degustación”. Pero la atiende, se trata de algo importante que quedó pendiente en Francia.
¿Su esposa es también del mundo del vino? ¿Elabora?
“Ella no. Pero ama a quien lo hace”.
En el mundo del vino de Borgoña comienza a haber cada vez más mujeres, pero según Lardière, su influencia en el vino no es una cuestión de sexo, sino de la sensibilidad y mentalidad del elaborador. “A veces, la sensibilidad de un varón puede ser más femenina que la de una mujer”, opina.
De hecho, cree que Robert Parker es muy femenino, en el sentido de que si busca vinos estructurados, es para que envejezcan con elegancia. “Esto es lo que no se entiende de Parker. La sensibilidad es la cara oculta de esa búsqueda de estructura. Recuerdo que cuando fue por primera vez a Louis Jadot, se negó a probar tintos, empezó pidiendo sólo blancos. A medida que pasaron los años fue sumergiéndose en nuestra oferta tinta, hasta convertirla en su preferida”.
¿Qué tiene Borgoña que ofrecer en tiempos de crisis? Pues precisamente esa memoria que inspira a Lardière. Recuerdos de un espíritu combativo de supervivencia, como en las guerras mundiales, cuando además de tener que proteger a vinos y viñas de ejércitos invasores y traidores nacionales, hubo también que combatir una propia guerra interna de actitudes que imponía restricciones a su consumo. Prohibiciones a su publicidad. Días de veda a su ingesta. Y por primera vez el establecimiento de una edad legal mínima para beberlo: 14 años. Limitaciones de entonces que se asemejan mucho a las que intenta imponer hoy el gobierno francés cuando, a pesar de no tratarse de circunstancias excepcionales, busca impedir la publicidad por Internet, prohíbe el consumo del vino en cafés al aire libre o manifiesta una procupación extrema por el consumo que del alcohol hacen los menores de edad. Descubriendo el pasado, se sabrá la capacidad de trascender, y que en este momento pudiera mostrar ser una buena inversión.
¿Y Jacques Lardière, qué tiene por descubrir?
“El vino es la única bebida que es espiritual, por lo tanto hacer vino es complicado. Es una estupidez pensar que luego de 30 años elaborándolo se conocen todas sus sutilezas”, concluyó.
¿Dónde comprar? El Hórreo de V. Suárez (Puerto Rico), Holterman International SA (Costa Rica), Importaciones Interamericana (México)
Foto cortesía Maison Louis Jadot. Prohibida su reproducción.
Cosechas en Borgoña
1998
A las postrimerías del invierno las caracterizó un clima templado, que se interrumpió con lluvia y frío al estrenarse la primavera. El clima mejoró en mayo aunque un ligero descenso en las temperaturas retrasó el final de la brotación. Esas condiciones bastante buenas se mantuvieron durante el verano, que fue seco y caliente. Las buenas temperaturas aceleraron el envero, y a pesar de algunas lluvias a principios y fines de septiembre, las vides maduraron como anticipado y la vendimia se realizó en condiciones excelentes, de manera un tanto precoz.
Las uvas tuvieron unos buenos niveles de azúcar y acidez, especialmente las cosechadas antes de que las lluvias regresaran casi al concluir la vendimia. Los blancos fueron expresivos y placenteros, destacables por su elegancia y grata acidez y se destacaron en Chablis y l’Auxerrois. Los tintos tuvieron buen color, una estructura equilibrada, una fruta bien desarrollada taninos armoniosos y una acidez ligeramente elevada, una buena base para su evolución a largo plazo.
2005
La magnificencia de la cosecha 2005 se notó desde la propia vendimia, que se realizó en condiciones perfectas. Borgoña considera a ésta una añada superlativa con cepas de madurez excepcional, un perfecto estado sanitario y cualidades “de libro”. La chardonnay y la pinot noir entraron en bodega en una excelente condición fitosanitaria gracias a las buenas condiciones climatológicas y un verano seco, con días soleados y noches frías. La lluvia llegó justo a tiempo para refrescar las vides que ya empezaban a acusar la sequía. Una característica de la añada fue el grosor de los hollejos de la pinot noir, algo que anticipó estructura y color en el vino.
Los blancos se destacaron principalmente en el Mâconnais, con una cosecha de excepción que rindió vinos de una riqueza y complejidad aromática poco comunes, buenas acideces y un impresionante potencial de guarda. Los tintos también tuvieron una cosecha excepcional que para algunos casi rozó la perfección y, en general, manifestaron un espléndido color rubí, una perfil aromático con matices frutales fuera de lo común, una persistencia en boca impresionante y un amplio potencial de envejecimiento.
2006
Si bien fue propicia para los blancos, para los tintos fue una cosecha complicada, con clima caprichoso entre mucho frío, intenso calor y sequía veraniega, y una pre-vendimia lluviosa y nublada, que ocasionó que las vides sufrieran diversas enfermedades y los rendimientos se redujeron bastante. Las que quedaron gracias a la pericia y especiales cuidados de los elaboradores en viña y bodega, produjeron vinos bastante balanceados y con buen color. Muy buenos en blancos y sorprendentes en tintos.
Los blancos de destacaron en Chablis y en l’Yonne, con vinos de referencia, con excepcional madurez y equilibrio entre fruta, mineralidad, estructura y potencial de guarda. Beaujoulais produjo una cosecha excelente, con vinos muy elegantes y afrutados. La Côte de Nuits produjo vinos de una elegancia diversa, subrayada por su diverso perfil frutal.
Los vinos catados
Blancos : Mersault 2005, Puligny-Montrachet 2005, Chassagne-Montrachet 2005 y Corton-Charlemagne 2006
Beaujolais : Château des Lumières Morgon 2006, Château des Jacques Moulin-à-Vent 2006
Tintos : Chambolle-Musigny 2006, Vosne-Romanée 2006, Gevrey-Chambertin 2006, Beaune Clos des Ursules 2006 Premier Cru y Clos Vougeot Grand Cru 2006
La cata
Los borgoñones siempre han preferido trabajar con monovarietales. Pinot Noir en los tintos, Chardonnay en blancos, y Gamay para su vinos de Beaujolais. Como muestra, en ésta su quinta visita al Caribe, Lardière seleccionó un elenco de 11 propuestas de las cosechas 2005 y 2006, las más recientes en el mercado. En todos los vinos, una delicada percepción aromática de madera, que varía de grasas almendras a avellanas o sándalo, a la chispa de especias más contundentes como la pimienta, la canela o la nuez moscada. Pero si hubiera que destacar algo del conjunto sería su juventud, que permitió evaluarles con telescopio de futuro. Lardière piensa que los de 2005 y 2006 alcanzarán su esplendor en seis o siete años. “Los que están fantásticos para beber ahora son los de la 2002 y cosechas precedentes”.
Para estrenar el conjunto, cuatro blancos, aún poco expresivos de su potencial aromático, un universo que aún se expresa de manera muy discreta con recuerdos de avellana, notas melosas y cremosas, otras minerales y vegetales, matices cítricos que van evolucionando en nuevas aromas como la piña y otras que van apareciendo sucesivamente.
Quizás el más expresivo fue el Corton-Charlemagne 2006, apenas embotellado en verano de 2008, y que muestra unos seductores tostados, persistentes almendrados, delicadeza y un gran contraste con los otros tres de la añada 2005. El Puligny-Montrachet 2005, con gran cremosidad en nariz y una notable sutileza de su evidente crianza en madera, fue el preferido de Lardière, quien lo cataloga de “finesse aristocratique”.
Dos tintos de Beaujolais --- un Château des Lumières Morgon y un Château Des Jacques Moulin-À-Vent--- construidos con uva Gamay y que sorprendieron, pues lejos de seguir el estereotipo que identifica a los de la zona con vinos ligeros, fueron muy estructurados y con nervio. “El Beaujolais pasa por un periódo difícil porque se abusó de la maceración carbónica, que a mí personalmente no me gusta”, afirma Lardière. Ambas botellas de la cosecha 2006, una que Lardière compara con la de 1986, fueron gratas sorpresas, pero especialmente el Des Jacques, que abrió en nariz con notas de fresa y almendra y pizca de guayaba, notas especiadas de canela y nuez moscada, y una redondez y menor astringencia en boca que otros vecinos tintos de cata.
El resto, Pinot Noirs de tonalidades translúcidas, estructuras más bien ligeras, taninos firmes, algunos aún con notas verdes, pero ya indicativos de a dónde llegarán. A resaltar del grupo su buena acidez. Destacados entre éste un Beaune – Clos Des Ursules, con una pizca vegetal, pero notas a almendra-avellana, nuez, incienso, y un soberbio Clos Vougeot, aterciopelado en nariz y con una estructura que no deja dudas de su futuro. Ambos de la cosecha 2006.
Texto: Rosa María González Lamas. Fotos: Viajes & Vinos (C).
La foto superior: Pan, huevo y trufa
A pesar de su temprano contacto con el mundo de la restauración, Solla es un cocinero que se hizo de mayor. De mayor, porque antes de entenderse con cacerolas se entendió con vinos, como sumiller. Armonizados vino y comida en su trayectoria coquinaria, se encargó de dar nuevos aires a la casa culinaria de su familia para convertirla en la nueva casa de muchos otros.
Hoy día Casa Solla mantiene ese espíritu de acogida, pero en un ambiente donde lo único tradicional, como la firmeza de sus paredes de piedra, es el compromiso con las raíces gastronómicas de Galicia y el sentido de hacer las cosas bien hechas. Su pétrea estructura del pasado encierra un espacio de líneas modernas, fiel reflejo de lo que el cocinero sabe poner en la mesa.
Foto: Viajes & Vinos (C).
Apertura al exotismo con una reinterpretación de la piña colada, con un helado de ron. Revisión creativa de conceptos dulces por excelencia con un bizcocho de chocolate en un juego de texturas.
Solla es un obseso de la precisión de las temperaturas de cocción como trampolín para un juego de texturas, algo sobre lo que ha investigado extensamente y que quizás se remonta a su trasfondo inicial en la pastelería, pues si en algo la dulce repostería ha servido de referencia a otros tipos de cocina ha sido en su irremediable exigencia de precisión.
El salón comedor es uno de espacios amplios, en el que el cocinero desdibuja los roles tradicionales del personal de un restaurante, volviendo a aquellos orígenes de las casas de comida familiares. Lo mismo cocina, que sirve platos, que sirve vinos ---una carta con una buena representación de marcas consolidadas y también de la excelencia de la nueva Galicia vinícola---, pero siempre, como excelente anfitrión de su Casa.
El sol que comienza a menguar con el arribo incipiente del final de la tarde atraviesa la frontera de cristales que demarca interior y exterior del espacio gastronómico. La intensa claridad repercute simultáneamente en el jardín que se divisa con transparencia a través del ventanal, y en el que hay un hórreo de piedra, una colección de árboles con ramas desnudas, y un verdor ineludible, retrato inequívoco de la esencia de Galicia. Una vista, donde la modernidad de la sala contrasta con la tradición del paisaje, sin desentonar, sino en armoniosa convivencia, reflejo de la visión que guía a Casa Solla.
Eventos
Música entre vinos en Jumilla
La denominación de origen Jumilla, una las zonas emergentes más sólidas en España se une a las celebraciones vinícola europeas del verano que armonizan vino y música, con un ciclo de conciertos en las bodegas de la denominación. Éste se estrena el 16 de mayo en Bodegas Hacienda del Carche con una actuación de la Asociación Musical Julián Santos, seguida por un vino ofrecido por la bodega.
Otros maridajes musicales incluyen:
Bodegas Carchelo con el Ensemble Ad Libitum
Bodegas Fincas Omblancas con la Jumilla Black-Band
Bodegas Pedro Luis Martínez con el Xummiua Brass Quintet
Bodegas Silvano García con el Dúo Mengual.
Bodegas Viña Campanero con el Ensemble Percusión y Metales
Bodegas J.M. Martínez Verdú con Xumiya Wind Quintet
Bodegas Casa de la Ermita con The Vogue.
Bodegas San Isidro con Banda Juvenil de la AJAM
Los eventos se extenderán hasta el 14 de junio y cada uno se concluirá con la degustación de un vino de la bodega anfitriona. Como novedad este año, se expondrá artesanía jumillana, a cargo de la Asociación de Artesanos de Jumilla
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Siga la ruta al Festival de Vinos Sommelier Omar Sánchez
Ya está casi todo listo para lo que promete ser el evento de vinos más completo y representativo de la primera mitad del 2009. La más amplia representación de casas de vino vista en mucho tiempo en Puerto Rico se dará cita este próximo sábado 23 de mayo para celebrar la vida y la amistad en el vino en memoria del sommelier Omar Sánchez.
Si todavía no tiene su boleto, un donativo de $ 65, puede conseguirlo en Cien Vinos o La Cava de Oscar, y los restaurantes Chef Alex o GA The Atelier. También se venderán boletos a la entrada.
Y si ya lo ha adquirido, Divinidades le ofrece el mapa (a la izquierda) para la ruta de degustaciones en el Caguas Country Club.
Los destinos de vinos y licores: El Almacén del Vino de B. Fernández, La Enoteca de Ballester, Bodegar, Bodegas Compostela, La Cava de Oscar, Cien Vinos, CC1 - Coca-Cola, DRS Imports y sus vinos de Sudáfrica, Fine Selections, Gold Wine, La Vinoteca de José Malgor, La Bodega de Méndez, los vinos italianos de Millenium Wines, Plaza Cellars, Sangría de Valenciano, La Cava de Serrallés, El Hórreo de V. Suárez, Venrod, Vinos Selección. Los destinos gastronómicos: Alquimia, Antojitos, Augusto's Restaurant, The Art of Cooking School by Augusto Schreiner, Bistro Amadeus Chef Alex Bistro Catalina, Chef Enrique Piñero, Chef Marisoll, El Batey, El Rincón que no Conoces, GA The Atelier, Gloria, Kasalta, Panadería Joan, Pescao y Salsa, Sangría Global Cuisine, Tartine, Zai Sushi.
Viaje de cata
Loredona 2007
Este joven rosado californiano a base de Syrah de intenso color jalea de guayaba anuncia desde la nariz una textura en sincronía con la untuosidad en boca que recuerda precisamente la consistencia cremosa, pero liviana de la jalea. Es fresco, con cuerpo y mucha intensidad frutal, ubicándose en la línea de los rosados que casi rayan en tintos jóvenes. Estas cualidades le confieren una gran versatilidad como acompañante de comida, pues va bien con amplio menú que va de ensaladas, quesos, pastas y arroces, a carnes ligeras, aves, frutos de mar o incluso frutas para el postre.
¿Dónde comprar?: El Almacén del Vino de B. Fernández y La Boutique du Vin
Tinto de verano, otro estilo de vino
Una bebida española con larga tradición, los tintos de verano se introducen al trópico de Puerto Rico, donde todo el año se disfrutan de las cálidas temperaturas de la época estival.
Los tintos de verano son otro tipo de vino. Una bebida ligera a base de vino tinto y gaseosa, baja en alcohol, que se destaca por su sabor y sensación refrescantes que la hacen una opción idónea para llevar a la playa o para actividades al aire libre. Distribuye: Venrod.
La Neo Cata
¿Por dónde empezar en una cata vertical? ¿Por lo más joven o por lo más mayor? Muchos habitualmente van de infancia a adultez, definiéndolas según la proximidad de su cosecha en el tiempo. Pero hay ocasiones en que la infancia y la adultez se demarcan por la habilidad de un vino de erguir una personalidad de manera consistente, con lo cual la adultez puede suscitarse de manera más evidente en el vino más joven.
A pesar de su relativa juventud como denominación de origen, la Ribera del Duero ya puede hablar de una nueva generación de hacedores del vino que le infunde una visión fresca y más refinada, pero con la sapiencia de la herencia de sus mayores. Entre este grupo se halla Bodegas Conde y su proyecto Neo. Como su nombre bien indica, Neo es un proyecto vinícola nuevo. Nuevo por edad, pero más que juventud, por su vocación de novedad en la comprensión del vino de cepas viejas de tempranillo de más de medio siglo y en la apuesta por él.
A pesar de lo reciente de su trayectoria, ésta es ya lo suficientemente notable como para congregar en una mesa de cata una representación de varias añadas de sus etiquetas, que permiten descifrar una diáfana personalidad en el concepto de Neo. Son vinos que se crecen y tersan en copa de manera remarcable y que, de año a año, mantienen un armazón de consistencia, no tanto en la repetición de sensaciones específicas que pueden generar sus matices, sino en las cualidades conceptuales y la visión del vino que son capaces de transmitir. Lejos de tan sólo madurar con el añejamiento, aquí se hacen más adultos, reafianzado su personalidad en cada nueva añada.
Vinos estructurados, pero sin la opulencia que caracteriza a otros de cepas viejas. Robustos, pero elegantes. Ensamblados artísticamente para disfrutarse ya, pero con cualidades promisorias de tornarse aún mucho más espléndidos en su evolución. Pero sobre todo, vinos muy telúricos, inequívocamente expresivos del terruño de la Ribera del Duero, pero armoniosos en el ensamblaje de sus ingredientes. El principal, la tempranillo, reina absoluta de la casa.
De sus Neo, cinco añadas del 2000 al 2005, exceptuando la 2002. Una media de 15 meses de crianza en barricas de roble predominantemente francés, con algo de americano. La complejidad que se adhiere en su paso por madera se revela más en la línea de la sutileza que del ahumado o la torrefacción. Delicado tabaco en la 2000, coco en ésta y la 2005. En esta última también vainilla, cacao en 2004 y suaves notas especiadas en varias añadas. Taninos firmes y que difuminan cualquier pizca inicial de aspereza al abrirse el vino en copa. También unas interesantes notas balsámicas y minerales.
Del conjunto se destacaron sus añadas más jóvenes, del 2003 al 2005, especialmente estas últimas dos. La 2003 regala un vino esplendoroso que, como perfume, expresa su perfil de finura desde la nariz con una estructura estilizada y con buena expresividad frutal.
En adición a su línea principal, Neo tiene una etiqueta top que como las buenas fragancias se coloca en la punta de la estructura, de ahí que se denomine Punta Esencia. Éstos se caracterizan por una crianza más prolongada, unos 18 a 19 meses, sólo en roble nuevo francés. 2004 y 2005 son, de nuevo, dos soberbios ejemplos de esa visión de elegancia, estructura y terruño, con una mayor expresividad frutal. Hay también otra etiqueta que se enmarca en un disfrute menos pretencioso, el Neo Sentido, un vino que en su cosecha 2006 mostró el atractivo cargado de matices minerales.
Los vinos Neo no se definen con categorías de envejecimiento tradicionales, sino con la enseña de garantía del saber hacer de su autor. En este proyecto, Isaac Fernández, compositor de trayectoria en otras importantes bodegas del Duero castellano, y que en Neo deja impronta no sólo con estos vinos, sino también con otras propuestas elaboradas como especiales proyectos de excepción, basados todos en la máxima de tener las mejores uvas.
¿Dónde comprar? Coca-Cola CC1, GA The Atelier, La Boutique du Vin
Las Neo tapas
Nadie mejor que los chefs Alex Sánchez y Elbamarie Vázquez en su nuevo espacio informal GA The Atelier para transmitir en el plato las cualidades de los vinos de Neo. Para ello un delicado menú de interesantes tapas que supieron capturar esa esencia térrea que tan bien se recrea en el vino. Escargot, tarta de papa y tocino coronado con salmón ahumado, rib eye con cebolla caramelizada figuraron entre un extenso menú en miniatura en el que sobresalieron las setas rellenas de cordero, que encajaron como guante de seda con el Neo 2004, goloso, untuoso, balsámico, especiado, con recuerdos de cacao, talcos y pizarra y una firme personalidad espejo de la Ribera del Duero.
GA The Atelier
Ave. Winston Churchill 177
El Señorial, Río Piedras
DiVINIbriefs
El “prosecco” alemán es italiano
Un tribunal alemán determinó que el vino espumoso elaborado en Alemania a partir de la uva prosecco puede etiquetarse como “italiano”. Alemania importa vinos base de Italia para elaborar algunos espumosos. El dictamen especifica que los espumosos alemanes, podrán conservar su “nacionalidad italiana”, siempre que la etiqueta de su vino base original haya llevado una Indicación Geográfica Típica de un lugar de Italia.
Howie “Bulldog” Kleinberg, portavoz de Dining Out for Life
Care Resource, el mayor y más antiguo proveedor de servicios de salud para la comunidad afectada por el SIDA en el sur de la Florida, ha anunciado que Howie “Bulldog” Kleinberg, competidor de la tercera temporada de la serie televisiva Top Chef, servirá como portavoz local del evento Dining Out For Life. Kleinberg acaba de abrir con gran éxito Bulldog BBQ, en el norte de Miami, un proyecto que vislumbra como la primera apertura de una exitosa cadena de restaurantes.
Dining Out For Lifeä es un evento internacional de recaudación de fondos en el que los restaurantes asumen un papel destacado. A cambio de su apoyo económico a la iniciativa, la organización los promueve con el objetivo de incrementar su flujo de clientes. Dining Out For Life se creó en Filadelfia en 1991 y hoy día tiene presencia en 55 ciudades norteamericanas.
Cava para cocinar
En la edición 2006 de Madrid Fusión, cuando aún el tema de la texturización de ingredientes no había despuntado como lo haría poco después, el cocinero catalán Joan Roca adelantó detalles sobre un proyecto que realizaba en conjunto con la Fundación Alicia y la bodega Agustí Torrelló, con el que se pretendía texturizar el cava utilizando goma Xantana, para que no perdiera su efervescencia al utilizarse como ingrediente en la cocina. Pues tres años más tarde, el producto ya ha llegado al mercado. Cava rosado y cava blanco han adquirido texturas más sólidas que permiten mantener el sabor del cava y su carbónico, con una densidad superior, a fin de servir como una base más consistente para la elaboración de platos.
La chilena Montes anuncia su intención de elaborar vinos en Portugal
Tan pronto como en la cosecha 2009, la importante bodega chilena Montes podría hacer su incursión formal al Douro portugués, una región que ha venido explorando por los últimos dos años.
En declaraciones a la revista inglesa Decanter, Aurelio Montes señaló que el plan inicial es comprar uva y elaborar en facilidades alquiladas, antes de comprar viña y construir una bodega. Montes confesó sentirse atraído por el patrimonio vitícola autóctono portugués, que ofrece variedades para satisfacer la inquietud del consumidor por novedades que trasciendan las cepas de uva más tradicionales.
Presione este enlace para mayor información sobre Portugal, el país con la relación precio-calidad más “in” de la actualidad.
Puerto Rico bebe más albariño que Alemania
Con un incremento de 16% en sus importaciones de vinos de las Rías Baixas en 2008, Puerto Rico ha desplazado a Alemania como consumidor de los vinos de esa denominación gallega convirtiéndose en el tercer mercado en importancia del mundo, tras los Estados Unidos y el Reino Unido. Hasta 2008 Puerto Rico ocupaba el cuarto lugar en importancia en los mercados de exportación, posición a la que desplaza ahora al mercado alemán.
El Plató, lo nuevo de Pedro Larumbe
El premiado cocinero navarro con base en Madrid es el último de los cocineros más mediáticos en apuntarse a la imparable moda de los gastrobares con la apertura de El Plató, como los escenarios de televisión, en el Paseo de la Castellana madrileño, adyacente a su restaurante formal.
Wolf Blass, vino plástico
La marca australiana Wolf Blass ha decidido lanzar dos de sus etiquetas de vino en botellas plásticas PET. La bodega reporta no haber hallado diferencia en sabor en los vinos embotellados en este tipo de envase, propicio a la conservación del ambiente porque genera menores emisiones de gas.
Divinidades es una publicación editada regularmente por Viajes & Vinos, una empresa dedicada a la promoción de servicios de turismo del vino y a la representación de empresas especializadas en la oferta de dichos servicios. Desarrolla además proyectos de mercadeo, editoriales, eventos especiales y consultoría en vinos. Prohibida la reproducción total o parcial de textos o imágenes sin previa autorización.
Editora:
Rosa María González Lamas
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Reluce Arco de Curiel
Además de Neo, Isaac Fernández es responsable enológico de otras bodegas de la zona, entre las que se encuentra Arco de Curiel.
No es extraño pues, que el Roble 2006 de esta bodega del término de Curiel de Duero, haya recibido medalla de oro en la XI Edición del Wine Masters Challenge. Al jurado del concurso, que recientemente se ha celebrado en Portugal, lo integran más de 600 técnicos internacionales, dentro de los que más de 30% son enólogos, procedentes de medio centenar de países.
Brasil consume cada vez más vino
Un estudio realizado por el International Wine and Spirit Record ha establecido a Brasil como al segundo consumidor en volumen de América del Sur, detrás de Argentina. El incremento se atribuye al surgimiento de una clase media que hoy representa la mitad de la población brasileña y es el segmento que más compra vino. Se espera que para el 2011 los brasileños habrán incrementado sus compras de vino en casi un 40% y que continuará la tendencia hacia la importación de vinos de calidad, que entre 2002-2008 incrementaron en 220% sus importaciones y un 300% su valor.
Espacio gastronómico saludable de yogur Danone
Coincidiendo con el 90mo aniversario de la fundación de la empresa, Danone ha escogido a Barcelona, la ciudad que fue su cuna, para establecer su primer local con un menú de yogures, el primero de este tipo en el mundo, enmarcado en un concepto de alimentación saludable. Además del yogur bar, el espacio tiene un menú healthy y light, idóneo para una dieta equilibrada. Danone Barcelona tiene además un área de museo donde se recrea la historia del yogur, un área para conferencias y charles y otra para merchandising.
Calificación de añadas en Ribera del Duero:
2000, 2003 y 2005 – MUY BUENA
2001 y 2004 – EXCELENTE
Sketch, el albariño submarino
Tres meses pasan en ese escondite, manteniendo una estabilidad térmica, de humedad y presión, distinta a las fluctuaciones a las que pudiera estar sujeta en bodega.
Este Sketch, presumiblemente de su cosecha 2003, muestra un color dorado con una profusa y persistente aromaticidad a rosas. Aparecen también resquicios minerales con evocaciones a tiza, y otros matices frutales a melón, melocotón que paulatinamente desembocan en muy sutiles recuerdos a miel. Tiene muy buena acidez, incluso algún resquicio de carbónico, conjugado con una textura en boca cremosa. A pesar de su intensidad en nariz su permanencia en boca es breve. Tiene una sólida estructura, perfecta evidencia del potencial de guarda de los albariños.
La producción de este vino es muy limitada, en 2007 se elaboraron apenas 870 botellas, y aunque se produce en las Rías Baixas, en la bodega Forja do Salnés, su singular sistema de elaboración no le permite ampararse a la denominación. El Sketch se ha venido elaborando desde 2002.
Literalmente, se trata de sumergirse en el vino. Berciano de nacimiento, el muy respetado Raúl Pérez es uno de los más inquietos enólogos del noroeste atlántico español, donde elabora en tres de las denominaciones de origen gallegas, en varias castellanos leonesas y en otros territorios como Asturias o Madrid. Hace un par de años se lanzó con uno de sus novedosos inventos, Sketch, un 100% albariño de pago que toma su nombre del polifacético y ecléctico restaurante londinense de baños disneyworldescos y asesoría gastronómica a cargo del francés Pierre Gagnaire, y que tiene por peculiaridad su crianza, no en una bodega, sino en el fondo del mar.
Las vides de Sketch proceden de cepas de entre 60 y 80 años, cuyas viñas se hallan al lado del mar en el Salnés. El vino se vendimia con una parte importante de ligera pasificación. Vinificado en grandes barricas, las botellas de vino se colocan en los jaulones donde acostumbran a reposar en bodega, pero en lugar de allí se sumergen descansar a una cueva submarina a casi 20 metros de profundidad, donde la presión del mar aún permite que el corcho se mantenga en su sitio.
Otro de los proyectos conmemorativos es el concurso fotográfico “Momentos Campo Viejo”, una iniciativa que pretende mostrar, a través de imágenes, aquellos instantes cotidianos y entrañables que conceden momentos de felicidad y placer. Un jurado de profesionales del mundo del vino, la fotografía y el diseño valorará la calidad de las imágenes recibidas, así como su propia temática. Los mejores tres trabajos se anunciarán a finales de septiembre, en plena vendimia riojana.
Durante la primera semana de octubre, la espectacular bodega Juan Alcorta se vestirá de gala para celebrar el evento principal del 50 aniversario. Un acto festivo que contará con la asistencia de personalidades, amigos y todas aquellas personas que han contribuido a cumplir las metas de Campo Viejo: Elaborar vinos de calidad, estar presentes en millones de hogares y posibilitar momentos de placer.
Para visitas a la bodega Juan Alcorta, casa de Campo Viejo: [email protected]
Medio siglo de Campo Viejo
Bajo el lema “Campo Viejo 50 años contigo”, la reconocida marca riojana Campo Viejo celebra su medio siglo de existencia y su liderazgo vinícola nacional e internacional con una serie de acciones y eventos de carácter histórico, social y cultural, agradeciendo a la sociedad su complicidad con la marca durante todos estos años.
Para la conmemoración se ha diseñado un logo que refleja la filosofía de Campo Viejo, y que encabezará las acciones a realizarse durante el 2009, que se estrenan con la histórica exposición “De toda la vida”.
En esta exposición itinerante por las principales ciudades españolas, Campo Viejo pretende mostrar a través de un túnel del tiempo, la adaptación y evolución de sus productos, desde su origen en 1959 hasta la actualidad. La exposición abrirá sus puertas en Madrid a mediados de mayo, continuará en Barcelona durante junio, Valencia en agosto y a continuación se trasladará a Logroño durante septiembre/octubre. Finalizará en Sevilla en el mes de noviembre.
A “De toda la vida” se han incorporado, a invitación de Campo Viejo, otras quince marcas españolas que también han sabido evolucionar en medio siglo, siendo referentes en la economía española y un recorrido histórico por la sociedad, sus costumbres y hábitos de consumo. Telefónica, Roca, Festina, Famosa, Heno de Pravia y hasta Mortadelo y Filemón que cumplen 50 años, entre otras, participarán en esta exposición.
Mayo, mes Riesling en Finger Lakes
Quizás el área viticultural más conocida del estado de Nueva York, Finger Lakes celebra este mes a su variedad más popular, la Riesling, con degustaciones, cenas y ofertas enoturísticas.
Los lagos de origen glaciar han creado en los Finger Lakes un microclima idóneo para la Riesling. Esto, unidos a suelos de pizarra, propicia que la apelación se destaque como una de las principales productoras de Riesling en el mundo, con una buena relación precio-calidad inferior a los $ 20 por botella.
Finger Lakes cuenta con un centenar de bodegas, lo que la convierte en la principal zona productora del este de los Estados Unidos. La Riesling es la uva blanca de mayor crecimiento en ese país.
Pasión cervecera
El pasado jueves 7 de mayo La Bodeguita de Habanacuba fue anfitriona de una degustación de cervezas artesanales de Craft Beer Distributors. Red Seal Ale, Anchor Porter, Anchor Steam y Racer 5 fueron las cervezas degustadas, y en las que se pudo apreciar sus diferentes procesos de elaboración.
Escocia celebra el mes de su producto más universal, el whisky, pero este año no hay que visitar las Highlands para saborear las variedades más exquisitas. Por primera vez se celebra Whisky Live Madrid, en el que la feria internacional más importante dedicada a esta bebida aterriza en la capital española después de recorrer ciudades como Nueva York, Londres, Tokío, París o Barcelona.
Whisky Live congregará a medio centenar de destilerías y más de 200 marcas de whiskies en un programa de actividades e intercambios con especialistas, que tendrá por sede al hotel Villa Magna, el jueves 21 de mayo.
Entre éstos, varias catas dirigidas por grandes especialistas y maestros del sector, y un concurso de cata de whisky a ciegas, abierto a profesionales y aficionados por igual. Otro de los atractivos de la feria será la presencia de la Glenfarclas Family Collection, una exclusiva colección itinerante, valorada en más de 30,000 euros que recalará en Whisky Live Madrid convirtiéndose en la última oportunidad para poder catar “el whisky de tu año de nacimiento”, desde 1952 y hasta 1994. Whisky Live contará también estrenos. The Macallan presentará su último lanzamiento, la colección “Rankin” de The Macallan, y los “Paps of Jura”, el de “Isle of Jura”.
Estas actividades se complementarán con una cena maridaje “Whisky & Food” dirigida por la especialista Martine Nouet, en la los asistentes tendrán la oportunidad de probar exclusivos whiskies y compartir experiencias y opiniones con los mejores maestros destiladores venidos expresamente desde Escocia. Esta cena de “Whisky & Food” tendrá lugar el 20 de mayo en el espacio gastronómico de Lavinia.
Whisky Live tendrá también un Espacio de la Ginebra, en el que estarán presentes las mejores firmas de este destilado muy en boga. Además el conocido barman Ángel San José, considerado uno de los 10 mejores barmen de España, realizará fantásticos cócteles con todas las ginebras expuestas.
La cocina de Solla sigue la línea de la nueva cocina gallega que busca un feliz punto de convergencia entre preparaciones más elaboradas y reinterpretaciones creativas, pero teniendo por eje la esencia tradicional de los sabores de la tierra, y descansando en una materia prima de excelencia, cuyas posibilidades a veces pasan desapercibidas, e incluso a otros amedrentan, por la propia grandeza de su sencillez.
Y es que Solla hace más contundente su mensaje culinario con unas preparaciones carentes del ruido que a veces provoca el querer introducir demasiados elementos que puedan distraer la atención de la esencia conceptual del plato, así como también de la propia honestidad culinaria con que la que él como cocinero se aproxima a su relación con éste y con su comensal.
El estilo de Solla no es pretencioso ni grandilocuente, sino que busca expresar la elocuencia de la sencillez, el máximo con el mínimo, y dejar que las materias primas hablen por sí mismas.
En su menú, ingredientes ineludibles de la despensa de su tierra como las algas, la merluza, el queso, las papas, los pescados, el pan o el huevo. Pero con notas de innovación sin excesos, como una ajada en polvo, en vez de líquida, para la merluza con nabo en crema; un estuche de crujiente masa de pan rellena de huevo y trufas; o una croqueta de gamba, sin crujientes, sino sólo cremosa textura.
Conceptos en boga como las tapas de cócteles, como una interpretación del whisky sour. Humildes materias primas exaltadas con delicadeza de evocaciones femeninas, como un logradísimo tartar de jurel con mostaza de violetas. Pureza con una pizca de color como una simple almeja, un simple mejillón y un matiz verde de alga.
Más que un restaurante, Casa Solla es una institución culinaria de la cual no puede prescindirse en la historia gastronómica de Galicia del último medio siglo. Ubicada en Poio, a la vera de la carretera que enlaza Pontevedra con Sanxenxo y funde verde con mar, este recinto familiar de piedra es uno de esos sitios de yantar, de toda la vida. Familiar y de familias, ha dado de comer a varias generaciones de gallegos y visitantes, con sentido de acogida de hogar.
Eso es lo que ha sido siempre para su cocinero, Pepe Solla, quien de niño observaba a sus padres labrar un negocio entre fogones, y a la cocina como epicentro de la actividad familiar. No pudo, por lo tanto, zafarse de sucumbir cautivado al encanto de platos y calderos, a las tentaciones del sabor y del servicio, y a la posibilidad de contagiar su pasión por la mesa a todos quienes escogían deleitarse en una de las de su Casa.
Borgoña tiene un centenar de apelaciones, que de acuerdo a su jerarquía se fragmentan en:
Apelaciones regionales – las uvas proceden de todo el territorio borgoñón.
Apelaciones comunales – el vino se produce en las comunidades vitícolas cuyo nombre las designa.
Premiers Crus – vinos producidos en parcelas delimitadas en un poblado específico, y que se denominan climats. Borgoña tiene 635 climats.
Grands Crus – los vinos producidos en los mejores climats, y que expresan y concentran toda la riqueza de su terreno singular. Hay 33 Grands Crus, 32 en la Côte d’Or y 1 en Chablis.
“El vino, más que terroir, es mémoire, tiene que reflejar la conexión del hombre con su pasado”, subraya. De eso se trata el vino en Borgoña. De una historia que refleja centurias de elaboración y el enlace del vino con el entorno, uno que reverbera tradición, pero también se proyecta hacia un futuro promisorio.
Uno de las más prestigiosas regiones internacionales, Borgoña tiene muchos rostros distintos y la responsabilidad de los bodegueros como Lardière es extraer sus sutiles diferencias. Tres palabras afines a sus vinos son temperamental, impredecible y climat. Las dos primeras, características de la Pinot Noir, esencial en esa región francesa. La tercera, representativa de la complejidad del terruño borgoñón, donde cada parcela es un mundo, irrespectivamente de su proximidad a otras.
La cuarta palabra asociada a Borgoña es elegancia, y la quinta es complicada, pues hay tantas apelaciones, tantas parcelas ---producto de las reparticiones equitativas de riqueza y propiedades establecidas en el código Napoleónico--- tantas manos productoras y comercializadoras, y tantos climats, que entender una etiqueta y todo lo que ésta encierra es un laberinto incluso para los más experimentados exploradores.
De ahí que la filosofía de Louis Jadot sea la de conferir una importancia equitativa a cada una de la apelaciones donde tiene presencia en Borgoña, trátese de Grands Crus o de los más básicos vinos regionales. Eso se refleja en el empleo de la misma imagen, la cabeza del dios Baco, para toda su línea de vinos.
¿Cómo se traduce el idioma Lardière en botella? A veces, como describe Lardière, “con fineza aristocrática” y otras, con “finura burguesa”. Pero como el buen perfume francés, siempre con finesse. Ésos son quizás los epítetos que mejor describen a Borgoña: elegancia y finesse.
También a los dos fantásticos Premiers Crus que acompañaron el almuerzo ligero y conversación íntima con el maestro de Louis Jadot, y que demostraron que lejos de decaer, a los vinos de Borgoña el tiempo dramáticamente les infunde vida y esplendor, con texturas más untuosas y amplias en boca, y colores que se intensifican con el envejecimiento.
El primero, blanco, un Mersault Goutte d’Or 1998, dorado intenso, complejo, con notas melosas y una excelente acidez que en boca y nariz recuerda la grandeza y textura grasa y untuosa de los Rieslings alemanes de similar edad, y que no requería más que del placer que provocaba regresar continuamente a deleitarse en él. El segundo, un tinto Les Baudes Chambolle-Musigny, también del 1998. Muy expresivo a fruta roja, sedoso, redondo, una persistente tentación a los sentidos.
“El tema de los maridajes me causa risa. Un buen vino, bien hecho, va bien con todo. Un blanco va con mil cosas”, señaló Lardière, admitiendo cocinar, pero no hacer vino pensando en qué comer con él.
En la particular lista de las mejores cocinas del mundo, Puerto Rico ocupa hoy un lugar verdaderamente privilegiado. Desde este pasado fin de semana, Juan Cuevas, chef puertorriqueño afincado en Nueva York, ostenta con formal orgullo la distinción con que la Academia Internacional de Gastronomía le ha reconocido como Chef de l’Avenir, es decir, Chef del Futuro, del mundo para 2008.
Asociación sin fines de lucro cuyo fin es salvaguardar el desarrollo de las culturas gastronómicas y herencias culinarias, la Academia Internacional de la Gastronomía es quizás el referente global por excelencia de las cocinas del mundo, y la integran organizaciones gastronómicas nacionales de cerca de una treintena de países entre los que se incluyen los de mayor tradición y peso gastronómicos en el orden culinario mundial.
El premio de Chef de l’Avenir se otorga a un chef relativamente joven que la Academia Internacional de la Gastronomía determina tiene un gran potencial de convertirse en cocinero de fama internacional en un futuro no distante. Con su selección, Cuevas entra a formar parte de un grupo de élite que en el pasado promisorio incluyó a nombres tan resonantes hoy como el de los españoles Albert Adrià, Martín Berasategui, Sergi Arola, Elena Arzak, Quique Dacosta, Paco Roncero, Dani García, el portugués José Avillez, el sueco Matias Dahlgern o los franceses Pascal Barbot, Alain Llorca o Hélène Darroze. La selección de Cuevas es doblemente importante por tratarse, además, de la primera vez que esta importante distinción se le otorga a un cocinero cuyo trabajo se desarrolla en los Estados Unidos.
“Estoy súper emocionado, yo realmente no era consciente de la importancia que tenía esta distinción hasta ver los nombres de todos aquéllos a quiénes la Academia ha reconocido con sus premios”, expresó Cuevas en exclusiva a Divinidades.
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