19 de diciembre de 2014 - Novedades de Viajes & Vinos

    

 

 

 

En esta edición:

 

 

Sparkling Nights en Buenos Aires

Masi, armando a-ppassito-s

Sabor a Dior

Susana Balbo, osada interprete

Bachour, dulce estrella

 

 

Eventos

 

Saborea Winter Party

Premios AECORK

 

Sumiller, ¿qué es?

 

 

Feliz Navidad

 

 

En esta edición:

 

Miguel Torres Maczassek, CEO DO Torres

Una decada de Valquejigoso

Segura Viudas, burbujas de estreno

 

Estrenos

Shriner, nueva cerveza artesanal

Joselito Premium 2014

Un nuevo Cielo en Miami

Le Macaron en Condado

 

 

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CEO, DO TORRES
       Texto: Rosa Maria Gonzalez Lamas. Fotos: Viajes & Vinos y Suministradas (C)

Ni usa Facebook ni tiene Twitter. A pesar de lo abarcador e intenso de su trabajo como CEO del Grupo Torres, Miguel Torres Maczassek prefiere el contacto a la antigua, ése de llamadas o mensajes personales de los que lleva perfecto registro gracias a una memoria privilegiada que, entre las cosas que no olvida, está el agradecimiento, un valor lamentablemente cada vez más escaso y especialmente valorado en Navidad.

La de los Torres es familiar. “A la cena vienen todos los miembros de la familia y escoger los vinos se torna casi pesadilla por tantos que son. Todas las botellas son vinos de Torres, cada miembro trae su vino, el que ha escogido para esta ocasión especial, aquél en que está trabajando y que quiere que los demás prueben, algún proyecto secreto, otros especiales, pero todos con cabida en la mesa,” relata a Divinidades.

El menú es más tradicional. Sopa de galets, carn d’olla (cocido de carnes diversas, vegetales y legumbres), pavo y, de postre, un pastel de ciruela que confecciona con esmero su tía Marimar.

Y para nuestros menús navideños ¿qué vino de Torres recomienda? 

Mas La Plana. Recoge el espíritu de Torres”.

El espíritu es visionario, de innovación y avanzada. Y este 2014, el de Mas La Plana ha celebrado el 40mo aniversario de aquel primer cabernet sauvignon español que sorprendió al mundo al superar a los mejores vinos franceses en una competición internacional, la célebre Olimpiada del Vino de París de 1979, organizada por la revista especializada Gault & Millau, y hoy es noble legado de la familia Torres y perfecto embajador de los valores de calidad, innovación y respeto por la tierra que abandera.

Las uvas las plantó su padre, quien a su regreso de Montpellier, donde había estudiado viticultura un año a mediados de los sesenta, convenció al abuelo de Miguel para que le dejara plantar esta cepa francesa que con la etiqueta de Mas La Plana cambió la historia y el rumbo de Bodegas Torres, suponiendo también un punto de inflexión sobre lo que debían de ser viticultura y la enología, valorando la importancia de atreverse, de perseverar y de innovar.

Como parte de las actividades que se han ido desarrollando con motivo de ese aniversario, Torres Maczassek estuvo de visita por Puerto Rico para festejar a esta etiqueta con la comunidad enófila local, pero también para brindar con una representación de etiquetas que Torres tiene repartidas por diversas denominaciones de origen españolas.

A partir de esa y otras experiencias, comenzó un sendero en la empresa familiar que se estrenó en la bodega Jean León y luego fue abarcando otras posiciones corporativas hasta que en 2009 se hizo cargo de la operación de la empresa en Chile, paso previo para asumir en 2012 la dirección general de Grupo Torres.

En Chile dejó huella. Y buena. Incrementó las ventas del grupo en 37%, certificó como orgánicos todos los viñedos, obtuvo una certificación de comercio justo para la línea Santa Digna, superó la crisis del terremoto de 2010 y lanzó exitosamente al mercado el Santa Digna Estelado, el primer espumoso rosado elaborado de uva país, una uva menospreciada que Torres se encargó de traer con notable éxito a la primera plana de la escena vinícola.

“Me sorprendía que en Chile se hablara sobre vino a partir de la cabernet sauvignon, olvidando una historia vinícola de siglos. Rescatando esta cepa con más de medio milenio de presencia en ese país, y de la que había cepas muy viejas, de hasta 150 años, Torres ha buscado recuperar la historia, una donde hay también otras cepas que son verdaderos tesoros que hay que valorar”.

Esta vocación de rebuscar en las joyas secretas del patrimonio vitícola surge de la vocación agrícola de los Torres, que ya desde hacía unas tres décadas habían emprendido un proyecto de recuperar variedades prefiloxéricas y buscar también cepas rezagadas, que se creían incluso perdidas. Esto ha permitido hallar unas 36 variedades antiguas con genomas diversos, que la empresa estudia en plantaciones experimentales para ver cómo se adaptan a diversos microclimas y de las cuales varias están a punto de aprobarse para uso oficial en España.

Aunque el inicio de esta pesquisa precede a la inquietud por el cambio climático sobre la que Torres ha llevado una posición adelantada, los hallazgos han ido revelando variedades que se pueden acoplar bien a éste, mostrando aptitud para cultivarse en terrenos muy secos y áridos, manteniendo a la par acidez y frescor. De hecho, el grupo considera la producción de algún vino en el pre-Pirineo de cara al cambio climático.

La experiencia con el Estelado también sirvió de plataforma para el desarrollo del cava de alta gama que Torres contempla estrenar en el mercado en 2016. “Los consumidores nos preguntaban mucho cómo teniendo una presencia tan importante en el Penedès no teníamos un cava. La experiencia con segundas fermentaciones en Chile nos sirvió de estímulo y nos dio seguridad a mi hermana Mireia, responsable de su elaboración, y a mí, para lanzarnos a su elaboración”, explica el bodeguero.

Para este producto, Torres ha creado una bodega separada, cerca de Montserrat, una zona con una ermita medieval de los siglos XII-XIII. La producción, pequeña, será de unas tres a cuatro mil cajas, destinada al segmento premium. Con más de 20 meses de envejecimiento, el espumoso saldrá al mercado al amparo del CRDO Cava, a pesar de que algunos otros elaboradores no están del todo conformes con el posicionamiento que la denominación ha venido haciendo de este espumoso español.

“La garantía de calidad son las marcas, los productores, no las denominaciones de origen. Las denominaciones de origen son buenos conceptos porque ayudan a orientar a los consumidores, pero creo que más importante que lo que amparar este producto en la DO Cava pueda hacer por Torres, es ver lo que Torres puede aportar al mundo del cava”, detalló.

Todos los martes su hermana Mireia, a cargo del proyecto del cava, así como también de Jean León y la bodega de Torres en el Priorat, su padre y él se reúnen con el equipo técnico de Torres para catar ensamblajes, de los que la última palabra la tiene la familia, asegurando la impronta familiar en los vinos. Torres Maczassek estudió enología pero delega en los técnicos de las bodegas los aspectos enológicos, aunque no niega que su conocimiento sobre elaboración le brinda un mejor entendimiento para poder administrar la empresa.

A pesar de su vasta preparación académica y profesional, Torres Maczassek admite que su mejor escuela ha sido precisamente su propio padre, quien continúa como presidente de la empresa “y mientras pueda continuar mejor, porque vive el vino con pasión. Mi padre ha sido muy inteligente de no regir a Torres de la manera patriarcal que lo hacía mi abuelo, dejándonos más espacio a los hijos para que hagamos nuestras cosas, opinemos, acertemos y nos equivoquemos. Es muy flexible. A veces nos equivocamos mi hermano Mireia y yo, y otras se equivoca él”.

El pasado año Torres estrenó presencia en la DO Rías Baixas, con su albariño Pazo das Bruxas, pero más que en expandir su presencia en nuevas zonas, el interés de la empresa se dirige por la línea de profundizar en zonas como Rioja y Ribera del Duero, aprovechando la experiencia adquirida y abordando segmento más altos.

“España también está cambiando. Los consumidores están buscando vinos diferentes, también vinos que rompan esquemas y estamos viendo también un resurgimiento muy interesante del Penedès”, advirtió.

Lo que no cambia es el compromiso de Grupo Torres con el medio ambiente. Hasta ahora han reducido la huella de carbono en un 10% y para 2015 contemplan poner en funcionamiento una caldera de biomasa, la más grande de una bodega en España y quizás en Europa, para poder calentar agua, algo muy esencial en la operación de una bodega.

Además de su compromiso ambiental, otra de las plataformas de difusión más efectivas del grupo son sus vinotecas, que este año han estrenado presencia en el Medio Oriente. Torres Maczassek dice que todas las semanas Torres recibe acercamientos para abrir nuevas vinotecas, pero que la empresa prefiere ir con cautela sobre cualquier expansión, asegurándose que se cuide la marca.

Lo que no se descarta en el futuro es elaborar algún ron, dados los vínculos de la empresa con el Caribe y su experiencia elaborando brandy.

Al mercado de Puerto Rico, uno de los primeros mercados internacionales de Torres, le vislumbra mucho potencial por considerar que existe una importante masa de consumidores que buscan vinos de más calidad, además de por los vínculos culturales con España y.el vínculo afectivo y amistoso con Torres. 

¿Por dónde cree que debe de dirigirse el vino español? 

“En lugar de ponerse a competir con productos de volumen y precio como los de algunos países del Nuevo Mundo, debe de enfocarse en competir con referencias de Viejo Mundo como Francia e Italia. El reto es mostrar su calidad, de modo que pueda venderse a precios más altos. Para esto las bodegas tienen que salir a vender, viajar, para conectarse con los mercados y dar valor a los vinos”. 

¿Qué impacto cree que puede tener el tema del separatismo catalán en el mercado del vino? 

“El consumidor esta cada vez mas desconectado de la política. Lo que busca es calidad y la calidad no debe de tener fronteras. Los vinos de Torres son para que lo beban lo mismo los de derecha y los de izquierda, los de arriba y los de abajo”

¿Qué valores de Torres quiere que dejen huella en nuestra postal navideña para 2015? 

Se inclinan por la ecología. Hacer un mundo mejor está en nuestras manos y en las decisiones que tomemos.

¿Dónde comprar? El Hórreo de V. Suárez y principales supermercados (Puerto Rico), Spirits Wine Group (Panamá), La Negrita (México), Alvarez & Sánchez – Cava Alta (República Dominicana?

Texto: Rosa Maria Gonzalez Lamas. Fotos: Viajes & Vinos (C)

 

UNA DÉCADA DE VALQUEJIGOSO

 

Más que por luces tenues, la sala casi en penumbra se ilumina por un foco de vino y la intensa luz fluorescente que retroilumina la enorme mesa de cata donde se revisa de manera diáfana y minuciosa lo que éste tiene que contar.

Las botellas que se yerguen en la mesa al discreto amparo de la sala de barricas cuentan gran parte de la historia de un proyecto que este 2014 celebra su décima vendimia y que a lo largo de una década de arduo trabajo ha sabido conjugar variedades nobles del mundo con tintas autóctonas de España en un perfecto ensamblaje de corte internacional, para dar vivo ejemplo del potencial de los vinos de la Comunidad de Madrid y la personalidad definida unos que allí se elaboran, los de Valquejigoso. Vinos opulentos, robustos, especiados y de intenso color que se relatan en vertical, donde cada añada la forja una ecuación diversa dominada por la cabernet sauvignon y siempre en ensamblaje con dos o tres variedades más.

Valquejigoso V2 2011. Grande, opulento, intensamente especiado, elegante y concentrado. Con mucha carnosidad. Notas a vainilla, mucha fruta, tonos a chocolate y café y predominancia de cabernet sauvignon y cabernet franc. V2 del 2010. Un vino ardiente y potente donde se remarcan los tonos especiados que conviven con chocolate, cedro, laurel, golosa confitura de fruta y tonos florales a lavanda. V2 del 2009. Mayor carácter frutal con marcados arándanos y frambuesa, tonos especiados y a trufa enlazados con recuerdos florales a lavanda, regaliz y chocolate. Un vino aún muy entero y mineral, que lleva entre 12 y 14% de graciano en su ensamblaje y un mayor porcentaje, más de 70%, de cabernet sauvignon. V2 del 2008. Una mineralidad más evidente, expresada en matices de grafito, betún, tinta china y una buena dosis de fruta en licor. Alcohol más perceptible y remarcables recuerdos especiados con sazón de coco y vainilla. Cuerpo más estructurado y final de especias. V2 del 2007. Algunas flores azules y notables matices frutales a cereza y arándanos conviven con tonos bastante especiados y torrefactos a café, recuerdos a anís, tomillo, y una boca más pulida, en un ensamblaje moldeado por 50% cabernet sauvignon, 23% syrah y un restante cabernet franc y petit verdot.

Dos años después de haber estado en su vendimia 2012, una con botellas aún por terminar de pulir pero con semejanzas a la añada 2008, regresamos a Valquejigoso para recorrer nuevamente un jardín de ensueño donde el sol de atardecer hechiza la viña haciendo resaltar aún más los tonos cobrizos que salpican un inmenso horizonte de vides, un paisaje otoñal de inefable y cautivante hermosura envuelto en un silencio rasgado por los bramidos de los ciervos que no siempre se dejan ver por los senderos de la enorme Dehesa.

La panorámica uniformidad del viñedo va revelando secretos más íntimos a medida que uno se zambulle por la parcela para buscar los gracianos de tarde. Bayas más pequeñas, pulpas más dulces y buena acidez. Entre líneos tupidos aparecen cajas repletas de uvas, que van dejando los vendimiadores, mientras se escurren por entre el púrpura profundo de los racimos que aún cuelgan de las cepas enmarcados por hojas pardas, que adquieren ese color cuanto más se aproximan maduración y recolección.

Hay menos uva esta cosecha 2014. Tras los gracianos, en la agenda de recolección los racimos de negral, de mayor dimensión, bayas más grandes, pulpa muy carnosa y piel más fina, que en cata dejan curiosos recuerdos a incienso y  regaliz.

Aurelio García, el celador de las vides y el vino, recorre, como es habitual en vendimia, la viña para ir probando uvas y descifrar con la cata el enigma de si se procederá o no al día siguiente con su recogido. No convencen aún las negrales para darles finiquito la siguiente jornada a pesar del magnífico aspecto de los racimos y de que hay algún augurio de lluvia.

Puntilloso como nadie, por una década ha cuidado del proyecto y sus botellas hasta crearles una moldura que refleje el milimétrico trabajo realizado en viña y la minuciosidad del trabajo en un espacio de bodega dotado como pocos.

Mientras unas cuadrillas trabajan en la viña, en bodega un equipo pequeño, pero bien articulado, va dando forma a los depósitos que se encuentran en diferentes etapas del proceso de fermentación, conforme han ido entrado una amplia gama de variedades, que en la viña hay bastantes, convirtiendo a la vendimia en Valquejigoso en una inusualmente prolongada conforme se van escalonando a lo largo del tiempo las particulares maduraciones de cada variedad de vid.

Una de las tareas clave para obtener el perfil de vino que se busca es propiciar la extracción de color. Para ello se estimula el contacto del mosto con las pieles de la uva, un proceso que sirve también para aportar oxígeno a la mezcla estimulando las levaduras en el proceso de fermentación. La etapa en que se encuentre la fermentación determinará cuál de varios procedimientos posibles se empleará para fomentar ese contacto, y en los que se pretende que la gravedad guíe parte de los procesos.

Así que un poco de aire para que respiren mejor los merlots que inician su fermentación. Los aromas a carbónico en nariz contrastan con el gusto a fruta pura. Se toman muestras para analizar la evolución de la conversión de azúcar en alcohol, y se van aprendiendo nuevas formúlas para aplicar reactivos de nuevo uso en la bodega.

A toda máquina

 

El muestreo es una de las primeras tareas de otro día más de vendimia en el que hay, tanto trabajo en viña, como entrada de uva y trabajo en bodega.

El primer cuarteto que se pone a prueba es el de las cuatro barricas en fermentación de lo que será el Mirlo Blanco 2014, que reposan en la cámara refrigerada donde también se estabilizan las uvas luego de recogidas en la viña. De esos cuatro envases se extrae un poco de mosto para analizar la evolución de lo que será una muy limitada producción blanca que se fermenta y después envejecerá en las mismas barricas de roble francés para luego pasar 7 meses en huevo de hormigón. Un ensamblaje de viognier, sauvignon blanc y albillo que, como lo muestra su añada 2012, es un blanco con vocación de tinto, con mucha estructura, buena acidez y recuerdos a flor de tilo, hinojo y anís. Un muestreo que se esparce por todo lo ancho y largo de los depósitos de la bodega hasta acumular en el laboratorio una buena porción de envases teñidos del color que van adquiriendo los mostos a medida que se van transformando en vino.

A lo largo de la mañana y antes de volver a comer, se analizan las densidades que advierten cuánto azúcar falta por transformarse en alcohol. También se reparte mosto a través de los depósitos, un ejercicio a dúo en que dos manos manejan el OVI desde el tope de la bodega y otras dos están desde abajo pendientes de los niveles que el líquido va alcanzando en el depósito. Y además se oxigena el vino en camino que yace en los depósitos empleando délestage, una especie de delicado batido en que el líquido se pasa de un depósito por gravedad, y luego se devuelve a su depósito original.

Después de comer y de algún que otro vino con la comida, regreso “Alá” viña. Acento árabe entre el idioma de uvas que se recogen en una parcela de cabernet sauvignon. Una recolección a ritmo más veloz porque los racimos de la variedad son de bayas más pequeñas, que se enredan menos entre los alambres de las espalderas. Una cuadrilla íntegramente masculina, a la que el encargado azuza con el látigo del tono de voz para que terminen de vendimiar la parcela antes de que la oscuridad, que avanza aceleradamente, se termine de adueñar del territorio. En las postrimerías de la tarde termina de pasar el tractor entre líneos recogiendo las cajas mientras los ciervos siguen bramando con los últimos rayos de sol y los trabajadores se fuman su tabaco negro al final de la jornada, confiando que al siguiente día se confabulen maduraciones y buen clima para proseguir la vendimia.

No habrá tanta fortuna al día siguiente, cuando sólo hay tareas en bodega entre las que no toca la entrada de uva. Hay, no obstante, entre depósitos, todo un andamiaje de efímeras tuberías que se montan y desmontan ajustándole a medida entre tanque y tanque creando casi un acueduto de mangas para llevar y traer el mosto en fermentación.

Un empleado va manga por hombro acomodando los conductos, ajustando los pesados cierres y eslabones,  controlando derrames de vino, tiñéndose de púrpura mientras el néctar va de una dirección a otra, para delante o para detrás, para bajo o por arriba, al compás de un glú glú glú. A veces por gravedad, a veces empujado por la bomba, pero siempre buscando nuevos aires a la cosecha 2014.

En la mesa de selección hay percances técnicos. Afortunadamente el que haya una mesa con dos cintas ha permitido llevar racimos de una a otra cuando la primera cinta se rompe, permitiendo que el paso de uva en su sendero hacia el vino prosiga ininterrumpido.

Tareas diarias que se repiten como en cada vendimia. Y, como en otras, al día siguiente a ése, silencio de uvas, porque no hay trabajo en viña. Ha llovido, y aunque se intentaron adelantar recolecciones, lo cierto es que no todas las uvas estaban listas y no se pudieron recoger. No queda sino tener paciencia con la naturaleza y ajustarse a sus tiempos y ritmos, algo que a lo largo de diez cosechas, el enólogo ha sabido hacer bien.

Por eso los vinos siempre sorprenden en cata, una o más botellas de prueba al día con la comida para reconstatar añadas y probar novedades aún por pulir. Como el Valquejigoso Divine 2010,  una nueva etiqueta que aún no se comercializa, un vino con crianza similar al V2, 18 meses, pero parte en barrica usada. Menor concentración y estructura, mayor frescura, pero similar complejidad y personalidad, con mucha fruta, mucha especia, cafés, tabacos, anís y regaliz en un vino menos robusto, procedente de una cosecha más fresca.

En bodega formas diversas de oxigenar el vino y romper el sombrero de pieles. En los depósitos de madera más pequeños, remontados tradicionales en los que se vierte por el tope de los tinos el mismo vino que sale por abajo. Unos depósitos que se ven desde arriba y que quedan abiertos mostrando sus uvas al aire libre. Y en algunos más grandes, remontados con OVIs, gigantescos depósitos que permiten acumular mayores cantidades de líquido más rápidamente y que rompen los sombreros a fuerza de un golpe más contundente. El color es más intenso, un magenta más marcado. Y moverlo por la bodega es casi operar con licencia de equipo pesado, con fuerza y control preciso, con sumo cuidado por su enorme peso.

Ante la escasez de uva se ralentizan los trabajos. Y se reprograma una agenda escalonada de trabajo y descansos para el fin de semana de manera que el equipo recupere fuerzas para cuando regrese la avalancha de materia prima. Sigue la cosecha diez de Valquejijoso.

 

Divinidades y Viajes &Vinos agradecen una vez más a Bodegas Valquejigoso su invitación a vivir en primera fila una nueva vendimia de grandes vinos.

SPARKLING NIGHTS 2014

Colaboración y fotos de: Alec Brito, corresponsal en Buenos Aires. Fotos: Revista Planeta Joy.

 

Consolidada ya como una feria especializada dentro del circuito de vinos, nuevamente se realizó la muestra de espumantes Sparkling Nights.

Celebrada en los salones del Hotel Panamericano, mirando al Obelisco de la ciudad de Buenos Aires, se convirtió otra vez en punto de reunión de amantes del vino, turistas y periodistas especializados.

El “blend” de expositores, aún con ausencias, fue una muestra cabal de la oferta de espumantes de la Argentina. El espumante se ha convertido en una oferta estable, de una buena parte de las bodegas argentinas.

Si bien no todas tienen un área dedicada a la elaboración de espumantes, la posibilidad de poder mandar sus vinos a preparar a champañeras especializadas facilita que sí puedan ofrecer un producto terminado de calidad dentro sus carteras.

Los espumantes ya se han consolidado como un consumo estable de los argentinos, olvidando su vieja estacionalidad estival, e incluso creciendo dentro de la oferta exportable del país.

La mayor parte de los expositores fueron de bodegas de Mendoza; no hubo muchas novedades en cuanto a espumantes nuevos con la salvedad de Amalaya de la bodega homónima, de la provincia de Salta.

Amalaya es un desprendimiento de la Bodega Hess, que tomó vuelo propio. El espumante presentado es un Riesling con un toque de Torrontés, inversamente proporcional al blend blanco de su línea de vinos tranquilos.

Estuvieron presentes, a mi entender, los mejores productores de espumante de la Argentina. Cruzat Larrain, y Rosell Boher. Ambos creaciones de la mano de Pedro Rosell, en distintos momentos de su vida.

Alta Vista, presentó sus espumantes y mostró con sus Atemporal un producto consolidado de alta calidad, El Alta Vista Premium, a mi gusto, volvió a tener una prestancia que había dejado deslizar en la cosecha anterior.

Una presencia estable en las muestras del sector, es la región de la Patagonia, con la presencia de Bodegas del Fin del Mundo, un grupo que se ha expandido y consolidado fuertemente, Bodegas Schroeder y Secreto Patagónico.

Debo destacar por su delicadeza el Rosa de los Vientos de Familia Schroeder y a la vez lamentar que no se pudiera degustar su Schroeder Brut Nature, del cual había tenido buenas referencias.

España, estuvo muy bien representada por Séptima de Codorníu y Freixenet, sus dos sólidos representantes en la Argentina, ambos con un gran despliegue de botellas para disfrutar.  Séptima y María en distintos estilos por parte de Codorníu, Mientras Freixenet mostro su Xtra Brut y la línea dulce Vivace, entre otros.

Bodega Vistalba, nos deleitó con los tres exponentes de sus espumantes Progenie, mostrando una muy pareja calidad a través de los años. También fuimos muy gratamente sorprendidos con el espumante Sophenia, un blend de Chardonnay y Semillon, de la bodega de inspirada por Roberto Luka.

Otra bodega que llevó varios de sus notables exponentes fue Las Perdices, quizá la bodega que más estilos y varietales haya desarrollado en toda sus líneas de vinos. De ésta probamos su Rosé y el Nature.

Alma 4, estuvo también presente, como no podía ser de otra manera. Este desarrollo se inició hace más de diez años en la Bodega Zuccardi, como un experimento de un joven grupo de enólogos, y que con su innovación han marcado tendencia. Pudimos degustar un excelente espumante de uva Chardonnay con paso en madera, así como su espumante de Viognier, y el Bonarda, el único exponente de espumante tinto.

Los espumantes dulces también estuvieron presentes, siguiendo una tendencia que se impuso en estos últimos años con exponentes como el Dada 7 de Las Moras, el Vivace de Freixenet, y  el Dulce natural de Putruele.

Esperemos que esta fiesta chispeante continúe en los próximos años, aportando  la alegría que solo las burbujas producen.

SEGURA VIUDAS, BURBUJAS DE ESTRENO

Texto: Rosa Maria Gonzalez Lamas. Fotos: Viajes & Vinos y Suministradas (C)

 

Juan Furné, presidente de Freixenet Atlantic, llegó a Puerto Rico en un momento en el que el mundo del cava está remozando su glosario de categorías. En los últimos tiempos del cava una de las grandes preocupaciones de parte del sector elaborador de este espumoso español es que a este producto se le ha posicionado en el mercado a partir de algunas de sus categorías más básicas, de grandes volúmenes y como un hermano menor en precio al champán francés, en lugar de como un producto con origen y personalidad propias y también altos niveles de calidad.

Esta inquietud ha tenido reacciones diversas. Unos han preferido desligarse del amparo de la DO Cava y comercializar sus productos con otras contraetiquetas, como la nueva categoría de Clàssic Penedès, de la DO Penedès, y quienes han decidido permanecer en la denominación de origen han visto la reciente propuesta del presidente del CRDO Cava de crear los “Cavas de paraje calificado”, una nueva categoría premium, que reivindique los cavas de alta gama, largas crianzas y orígenes específicos.

Con lo que su colega, Pere Bonet, director de comunicación de Freixenet y presidente del CRDO Cava, y Furné coinciden es que el cava es un producto de altístima calidad, aunque no costoso. Por eso no es de extrañar que por los últimos doce años el cava Segura Viudas haya sido el líder de la categoría de vinos espumosos en Puerto Rico, superando incluso al champán francés.

“El cava se ha posicionado con una opción de calidad a buen precio dentro del segmento de vinos espumosos lo que ha permitido una gran expansión de la categoría y ha permitido dar a conocer este producto en el mercado de los Estados Unidos”, dijo Furné, explicando que el cava se posiciona en el segmento de los USD $ 15-18 en directa competencia con el prosecco, y reconociendo que hace falta seguir dando a conocer el cava como categoría colectiva, más allá del reconocimiento que le ha llegada a través de marcas individuales.

Furné estuvo en el Caribe para presentar dos nuevas etiquetas ---Cuvée Reserva y Extra Dry--- y el nuevo look del cava Segura Viudas, que despliega una imagen que conjuga mayor elegancia y sofisticación, con las reminiscencias heráldicas de una herencia ancestral de la finca de donde surgen.

Ubicada en Cataluña, la Heredad Segura Viudas data del siglo XI. Originalmente una torre de vigilancia, luego de la Reconquista perdió su importancia militar convirtiéndose en una masía señorial con una tradición agrícola centenaria que en el siglo XIX empezó a elaborar cava. En 1954 Manuel Segura Viudas adquirió la masía y en 1985, Freixenet  ---una de las diez mayores empresas de vino en el mundo---- compró la Heredad, construyendo una de las marcas de cava más premiadas en España y el mundo.

Responsable por el fortalecimiento de las marcas en mercados internacionales, Furné cuenta con una vasta trayectoria profesional en el mundo del vino que comenzó en Asia y luego prosiguió en España, donde se incorporó a Freixenet, para trasladarse a los Estados Unidos donde en 2009 se hizo cargo de la división atlántica de la empresa.

En una refinada cena encabezada por Furné en La Bodega de Méndez, desfilaron cinco etiquetas de Segura Viudas al compás de los sabores de los cocineros Paul Carroll y Peter Bouchard que sirvieron para hacer hincapié en la aptitud de los vinos espumosos como complemento gastronómico, un componente al que Segura Viudas presta mucho atención realizando regularmente acciones de maridajes de sus cavas con todo tipo de productos. De hecho, este mismo diciembre Freixenet ha abierto en Barcelona un espacio gastronómico, Tannic, donde se sirven todos los vinos de todas las bodegas y marcas de la empresa, que este 2014 celebra su centenario.

Furné explicó que la clave de la identidad de la marca descansan en las uvas, el terroir, y los métodos de vinificación. En concreto, el empleo de levaduras específicas a Segura Viudas durante el proceso de fermentación y los largos períodos de crianza, superiores a los requeridos por el propio reglamento del Consejo Regulador, y que van, de unos 18 meses hasta unos 38 en su cuvée prestige, Reserva Heredad.

Acertados bocaditos de tartar picante de atún con ajonjolí, croquetas de queso con aioli de guayaba, miniaturas de carne Wellington, y tostones de panapén con caviar armonizaron el Segura Viudas Brut, y precedieron al menú en que el armonía más lograda fue la del nuevo Extra Dry con una tarta de pera y notas de Frangelico, que resaltaron su punto almendrado al fundirse con el espumoso, un cava con predominancia de uva macabeo, aromáticamente muy cítrico y con la justa pizca de dulzor.

El nuevo Cuvée Reserva, una suerte de cava intermedio que, según explicó Furné, se concibió para atraer a nuevos consumidores resaltando la fruta, destacó también por sus matices cítricos, una estructura más bien ligera y su aptitud gastronómica. Este espumoso mezcla uvas autóctonas como la macabeo (viura) y la parellada, con un porcentaje menor de chardonnay y pinot noir.

En adición a estos tres cavas, en la cena se degustaron también el Segura Viudas Brut Rosé, un cava rosado elaborado con trepat, una uva autóctona de la zona que aporta aroma y finura, y garnacha, sabor. Los vinos base de este rosado se elaboran por separado empleando levaduras autóctonas que aportan identidad al vino.  El rosado pasa menos tiempo sobre sus lías que otros cavas de la casa, con el fin de preservar los aromas varietales de las cepas.

El vino cumbre de la casa es el Reserva Heredad, perfumado, de burbuja fina, cuerpo más estructurado, con una elaboración más minuciosa que comienza desde la íntegra selección manual de la uva y prosigue con un prensado más suave del cual sólo se emplea el mosto flor. Realizada la primera fermentación en depósitos de acero inoxidable, el vino que hará la segunda fermentación en botella se arma ensamblando nueve vinos diversos vinificados por separado para que cada uno luego aporte sus particulares características al conjunto.

La variedad dominante de las mezclas es la macabeo (viura), una uva que aporta acidez y frescor, facilitando también su largo envejecimiento de más de 30 meses reposando en contacto con las lías. Todo el aclarado y removido de las botellas de esta etiqueta se realiza a mano.  La macabeo se complementa con parellada.

“Creo que el mundo del cava se irá por la línea de las cepas autóctonas”, señaló a Divinidades Furné, para quien el Reserva Heredad es su preferido entre los cavas de Segura Viudas.

Además de espumosos, la bodega tiene una menos conocida producción de excelentes vinos tranquilos.

Segura Viudas está muy identificada con su compromiso con el medio ambiente, fomentando, ante todo, el respeto a la flora y fauna, el entorno, algo que entiende, va en armonía con su filosofía de elaboración y viticultura sostenible.

Texto: Rosa Maria Gonzalez Lamas. Fotos: Viajes & Vinos y Suministradas (C)

 

MASI, ARMANDO A-PASSITO-S

 

No es Messi, es Masi. Masi es más que Messi. Gusta incluso a quien no ama el fútbol o no es hincha del Barça, porque los goles de Masi se anotan con uvas. Con el ingenio de lo autóctono y la pericia del appassimento veneciano, su cristalería de Muralto y notas a lo Vivaldi que construyen una verdadera ópera magistral de vino titulada “Amarone”.

La de Masi es la historia de los Boscaini. Una familia que a fines del siglo XVIII adquirió un pequeño valle del “Vaio dei Masi”, emprendiendo en el Veneto italiano un romance mejor avenido que el de Romeo y Julieta, el más conocido de Verona, que sirvió para sellar la historia de una familia del vino y sus viñas con fidelidad a su territorio de origen. Un compromiso intrínseco al carácter regional de los del Veneto, trabajadores determinados, diestros y siempre proclives a nuevas experiencias para mejorar.

Es lo que han hecho los Boscaini, quienes por siete generaciones han hecho de su equipo de trabajo en la bodega una verdadera familia, que les ha permitido dar un salto adelante como embajadores de su tierra por el mundo.

Decir Masi es decir, Amarone, un vino tinto italiano único por su origen, su apuesta por variedades ancestrales de uva y método de elaboración, que emplea parcial o íntegramente de uvas que se han sometido a una pasificación parcial. Es la ecuación perfecta de ensamblajes de estilos de vino y de uvas lo que en manos de Masi convierte al Amarone en obra maestra por el dominio magistral del método appassimento, con que se elaboran.

El appassimento es el método tradicional empleado en las regiones del Veneto para conferir al vino mayor concentración de aromas y sabor. Las uvas se dejan reposar por largo tiempo en esteras de bambú, una técnica que de forma innovadora han empleado la familia y los técnicos de la bodega durante el último medio siglo. El termino Appaxximento, con X es una especie de marca de fábrica de Masi que certifica la maestría de la bodega en el método appassimento en el siglo XXI.

Empleando esta técnica el grupo ha inyectado modernidad y originalidad al método de appassimento, para producir cinco Amarone (secos) y dos Recioto (algo dulces), elaborados íntegramente con uvas semipasificadas, y para conferir carácter a una serie de vinos de doble fermentación, ejemplificados en Campofiorin, y en Masianico, como ejemplo de la técnica de mezclas vinos de uvas frescas y pasificadas. Masi ha exportado su pericia en este método a la Argentina, donde elabora varios vinos.

Cepas autóctonas

Una de las grandes riquezas del vino italiano es su enorme universo de cepas autóctonas que le confieren mucha personalidad y autenticidad a sus vinos en un mundo que ha buscado por mucho tiempo neutralidad en su afán de satisfacer paladares más globales. El patrimonio vitícola confiere complejidad e identidad territorial, y es parte esencial del complejo rompecabezas de denominaciones de origen e indicaciones geográficas que se explaya a lo largo y ancho de Italia.

Este signo de distinción italiano para Masi es como las notas con que se componen los compases de una opéra. Porque es literalmente enlazando compases que se crea un pentagrama en botella.

Sus vinos principales se fundamentan en uvas blancas como la pinot grigio y la verduzzo, y en tintas como la molinara, la rondinella y la corvina.

Pero Masi es también pionero en la experimentación del uso de variedades secundarias del Veneto, y en su empeño es comunicar origen y como parte de ese esfuerzo, ha desarrollado un proyecto de recuperación de variedades ancestrales, como la Oseleta. Actualmente la empresa trabaja en un proyecto que busca resaltar los elementos que confieren tipicidad a un vino, y en el que se presta especial atención a las etapas de maceración y fermentación, haciendo hincapié en el rol de las levaduras.

Masi ha crecido paulatinamente a través de la adquisición de parcelas en algunas de las mejores áreas vitícolas de la amplia comarca de regiones venecianas. La empresa tiene, además, acuerdos de colaboración con la familia del Conde Serego Alighieri, descendiente del poeta Dante Alighieri, en varios de sus dominios en Valpolicella, y con  la familia del Conde Bossi Fedrigotti, en la zona de Trentino, como parte de un proyecto más ambicioso y abarcador que persigue redescubrir el lustre de las tradiciones agrícolas y vinícolas de la nobleza veneciana.

Pinot Grigio – tono cobrizo, aporta frescura y mineralidad. La uva fresca aporta un bouquet fino y elegantes matices frutales.

Verduzzo – blanca autóctona del Veneto, con una acidez particular y que es terpénica y se emplea para vinos dulces. Pasificadas ligeramente aportan cuerpo, untuosidad y suavidad.

 

Molinara – tinta veronesa autóctona que se emplea en pocas cantidades para los tradicionales ensamblajes tintos. Aporta frescura, acidez y marcadas notas especiadas al vino.  Semipasificadas incrementan las notas especiadas.

 

Rondinella – tinta autóctona veronesa que es obligatorio emplear en los clásicos ensamblajes tintos, que deben de contenter entre un 5 a 30% de esta cepa que aporta estructura tánica y color al vino. Semipasificadas aportan color y domestican los taninos.

Corvina – la uva mayoritaria en los ensamblajes venecianos, base de las mezclas y uva que le da su carácter aportando sabores y aromas a cereza madura y un intenso color granate. Debe constituir el 45-95% de las mezclas. Semipasificadas extraen aromas de cereza en licor y matices a nuez.

Ecuación de Appaxximento

La mejor forma de entender cómo se arma la ecuación de vinos appassiti, es probar por fases sus diferentes componentes, de vino “fresco” al vino elaborado de uvas semi pasificadas, para comprender mejor la evolución del proceso que los convierte en vinos únicos.

Para ello, Luc Desroches, de Masi Agricola, condujo una cata para un reducido grupo de profesionales del vino en Puerto Rico que brindó una oportunidad sin parangón de conocer los secretos de Masi, paso a paso.

El fundamento unitario de los vinos es la selección de los mejores racimos de uva, unas dos semanas antes de que el resto de los racimos, a fin de que las uvas conserven una mayor acidez. Escogidos los racimos, se pasan a esteras de bambú donde permanecerán aproximadamente unos cuatro meses, de septiembre a enero, para que pasifiquen parcialmente. El bambú permite que el líquido que vaya saliendo de las uvas escurra mejor, con lo que se evita cualquier contaminación de las uvas en el proceso de pasificación.

Masi elabora tres tipos de vino a partir del proceso de appassimento. El primero, el Amarone, en que todas las uvas empleadas se han sometido a pasificación parcial. El segundo, un vino de “doble fermentación”, en el que se suma líquido y sólido, es decir, que un vino de uva fresca se fermenta y luego se le añade una cantidad de uva parcialmente pasificada para que fermente por segunda vez con ésta. Y el tercero, un vino también de “doble fermentación”, pero sumando líquido y líquido, es decir, haciendo una mezcla de vino fresco y vino seco de uva pasificada. Las segundas fermentaciones se realizan a baja temperatura, y el segundo estilo de vino, es una especie de variación del método ripasso, inventado en 1964 por Masi para el vino Campofiorini.

La cata permitió ir viendo la evolución de las partes de un vino para llegar a un todo en varios casos:

Masi Masianico 2013. Venezie IGT. Pinot Grigio “fresco” y Verduzzo appassito

Aunque Masi elabora un monovarietal de pinot grigio en otra región, en el Veneto prefiere mezclar la uva con verduzzo, una variedad con más estructura, recuerdos a la viognier, y que cuando se somete al appassimento genera matices a miel. Esto suaviza sus notas salinas (que incluso requieren suavizarse con fermentación maloláctica), y complementa la frescura, acidez y persistencia de la pinot grigio en solitario. De esta mezcla, 75% pinot grigio y 25% verduzzo appassito, surge es blanco “Super Veneziano”.

 

Ejercicio tinto de cata: “fresco” y “appassito”

Molinara: una uva veronesa que se emplea para aportar acidez

Fresca: base de un vino fresco, ligero, floral, pulido, algo pálido y poco persistente, pero con una pizca especiada.

Parcialmente pasificada: la molinara intensifica su tanicidad, adquiere más estructura y un posgusto picante, un fin casi electrificante.

Rondinella: una uva que aporta mayor tanicidad.

Fresca: mostró una nariz inexpresiva, pero en boca pizcas de madera, frescura y alto alcohol.

Parcialmente pasificada: incrementa su tanicidad.

 

 

Corvina: base de las mezclas regionales, de piel más fina, corre riesgo de botritis.

Fresca: aromática, denotó algún toque ahumado en nariz, y mantuvo un cuerpo ligero.

Parcialmente pasificada: adquirere notas más maduras y un color más intenso, así como tonos algo balsámicos, florales y a café.

 

De estos ingredientes surgen vinos que se destacan por su equilibrio y sedosidad en boca, con finura inequívoca en sus tres etiquetas que conjugan vinos frescos con el uso de uva parcialmente pasificada.

 

Campofiorin 2011 (Rosso del Veronese IGT)

Elaborado con técnica de doble fermentación, en la que se añade uva a un vino para refermentarlo, este delicioso Campofiorin  es muy fino, con gratos tonos a café y chocolate con alguna pincelada de cueros. Una especie de “baby amarone”, tiene un potencial de añejamiento de unos 10 a 15 años y una excelente relación precio-placer.

 

Vaio Armarone 2007 (Amarone della Valpolicella Classico DOCG)

Un Amarone potente y complejo, que surge de las viñas de la finca de Serego Alighieri y fue envejecido en barricas de cerezo, una tradición familiar continuada a partir de las que se emplearon un año que hubo escasez de roble. Complejidad y finura.

 

 

¿Dónde comprar? La Bodega de Méndez (Puerto Rico).

A lo largo de la Prohibición de bebidas alcohólicas en Estados Unidos, la cervecería se mantuvo a flote produciendo hielo, Levantadas las restricciones al concluir este negro período, las pocas cerveceras en Texas que resistieron vieron su negocio complicarse con la llegada al estado de de gigantes cerveceros, que impusieron nuevos retos a las cervecerías más pequeñas e independientes, como Spoetzl, que mantuvieron sus operaciones en pequeña dimensión.

 

A pesar de un período de declive, a partir de 1994 la producción de la cervecería creció bajo una nueva administración al punto de que para el 2013, Spoetzl era la cuarta cervecería artesanal más grande en Estados Unidos.

 

Shiner Bock está disponible en Puerto Rico en botellas de doce onzas. Puede adquirirse en establecimientos y restaurantes a través de toda la Isla.

 

 

Joselito Premium 2014

La Residencia del Embajador de Japón en Madrid fue escenario de la presentación de la nueva colección Joselito Premium 2014 que, como cada año, cuenta con la mirada creativa de una gran figura del mundo del arte, el diseño o la moda como creador de un estuche de lujo para la joya gastronómica que es el Joselito Vintage 2006, un jamón ibérico de bellota con nueve años de curación.

El japonés Etsuro Sotoo, actual escultor jefe de la Sagrada Familia, diseñó el estuche de la colección Joselito Premium 2014, una edición numerada y limitada a 55 unidades que estará disponible en una selección de los puntos de venta más exclusivos que jamón Joselito dispone por el mundo.

La colección 2014 se enmarca en los actos de celebración del Año Dual España-Japón, que conmemora 400 años de relaciones de intercambio entre ambos países. Etsuro Sotoo, nacido en Fukuoka en 1953, ha sido escogido por Joselito como símbolo de esta conexión y fascinación mutua, expresada a través del arte. Sotoo ha reproducido para Joselito un espectacular cofre, realizado individualmente a mano en Japón, mediante la técnica ancestral “urushi”, un milenario método de grabado e impresión japonés sobre madera lacada. Un equipo de expertos artesanos nipones trabajó durante semanas sobre cada pieza siguiendo antiguas técnicas de lacado con varios siglos de tradición.

La figura del samurai Date Masamune se dibuja en la parte superior del estuche. Conmemora el viaje a Europa que hizo la expedición japonesa liderada por el samurai Hasekura Tsunenaga denominada Embajada Keicho. Un viaje que tuvo lugar hace cuatro siglos durante una importante crisis económica y social que afectaba a Japón, a causa del tsunami que también sufrió la región de Tohoku en aquella época. Así, el viaje de la expedición nipona tenía como uno de los objetivos establecer relaciones comerciales con España, para volver a hacer crecer su economía. El samurái Date Masamune, jefe de Hasekura Tsunenaga, fue el artífice del inicio de las relaciones entre España-Japón y por este motivo se ha celebrado este Año Dual en ambos países.

El samurai es un símbolo universal que denota liderazgo y fortaleza, valores compartidos por Joselito que Sotoo ha querido transmitir también a través de esta noble figura. Japón es uno de los mercados exteriores más importantes para Joselito y también uno de los primeros donde se exportaron sus productos. La colección Joselito Premium 2014 rinde homenaje a estos vínculos tan especiales, tejidos durante años a través de la admiración mutua y del compromiso con la excelencia y la calidad.

Etsuro Sotoo es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Kyoto y ha trabajado como profesor de arte en Kyoto y Osaka. Desde 1978 trabaja en la construcción del Templo de la Sagrada Familia de Barcelona como escultor. De las muchas obras esculturales que ha realizado, quince de ellas se encuentran en la Fachada del Nacimiento, empezada por el mismísimo Gaudí y terminada por el escultor japonés en el año 2000. En 2005 se declaró Patrimonio Cultural de la Unesco, siendo la única Fachada del Templo declarada como tal. Ha recibido otros muchos premios.

Las anteriores ediciones de Joselito Premium estuvieron a cargo de creadores como el arquitecto Rafael Moneo y el diseñador Andrés Sardà.

Un nuevo Cielo en Miami

El colombiano Juan Manuel Barrientos, jefe de los restaurantes de cocina de vanguardia El Cielo de Bogotá y El Cielo de Medellín acaba de inaugurar en Miami el tercero de sus locales, un restaurante que ubica en Brickell on the River – North Tower, en el centro de la ciudad.

Barrientos trabaja una cocina fruto de la libertad, el conocimiento y las ganas de ofrecer amor. El cocinero empezó su carrera en 2004 estudiando gastronomia en la Colegiatura Colombiana de Colombia, donde se formó. Siguió su camino en Argentina, para trabajar con el reconocido Iwao Komiyama, chef especializado en sushi y culinaria japonesa. Al lado de Iwao, Barrientos aprendió las técnicas y el rigor necesario en cocina. En 2005, ingresó en el restaurante Arzak, en San Sebastián, España, donde se impregnó de la cocina vasca y tecnoemocional.  

Al volver a a Colombia, con 23 años, Barrientos implementa el aprendizaje obtenido durante estos años y decide crear el restaurante El Cielo, inspirado en la cocina colombiana. Trabaja con ingredientes locales, dando a conocer la despensa colombiana que junto a su creatividad, y sus conocimientos en neurociencia crea menús degustación que generan emociones y sentimientos a los clientes. El Cielo abrió en Medellín en noviembre de 2007 y en Bogotá, en mayo de 2011.

Con un menú que sigue las directrices de la matriz, en Miami trabajará en la mayoría de sus elaboraciones con ingredientes autóctonos ya que el estado de Florida es riquísimo en pescados y mercados de pequeños productores. El chef se dividirá entre las tres casas por temporadas, dando prioridad a la época alta de cada destino. 

Barrientos es también idealizador de la Fundación El Cielo que tiene como misión unir militares heridos en combate y hombres y mujeres que hicieron parte de guerrillas, a compartir el trabajo dentro de la cocina. El objetivo de unirlos es conseguir que entre ellos se entiendan, se respeten y generen el perdón. 

 

Abre Le Macaron en Condado

 

Cuentan era el postre favorito de Maria Antonieta y siglos después es imprescindible en las pastelerías a través del mundo. Se trata del macaron, compuesto por dos galletas a base de almendra molida, clara de huevo y azúcar, con un relleno cremoso entre medio y, aunque parezca sencilla, su elaboración es una de las más complicadas de la repostería. 

Este confite originario de Italia arribó durante el Renacimiento a Francia, donde se modificó y ahora llegó al Caribe donde Angel Santiago se ha encargado de ponerlo en el mapa con una boutique dulce, Le Macaron, que tras una exitosa primera sucursal en Guaynabo, estrena un segundo local al corazón de la zona turística del Condado, en San Juan. 

La elaboración de los macarons la inicia el chef repostero francés Didier Saba en Florida. El proceso se termina en cada tienda. El reto es que tienen que siempre quedar ligeramente crujientes por fuera, tiernos por dentro y, con un relleno, abundante y cremoso.

Entrar a Le Macaron en Condado es adentrarse en un espacio sofisticado, lleno de luz, donde predomina el rosado, negro, blanco y gris, emblemáticos de la marca. El espacio tiene cabida para unas 50 personas y en el “mezzanine”, llamado “Paradis”, cabe otra docena y es ideal como espacio privado.

La apertura trae consigo la introducción de nuevos sabores como salmón ahumado, perfecto para armonizar con champán, y otros como menta, mangó y naranja con chocolate. Además, ofrece una línea de chocolates artesanales, gelati, galletas, bar de cítricos y croissants. 

Igualmente, la chef repostera Edna Declet se une al equipo para dirigir la confección de bizcochos y una variedad de tapas para disfrutar de la propuesta desde la mañana hasta pasada la medianoche, aportando su magia e ingenio para desarrollar en equipo una diversidad de opciones a la oferta semanal de las tiendas, así como ideas para para desarrollar colecciones de temporada.

El diseño de Le Macaron culmina con la integración de un bar con coctelería especialmente diseñada por el equipo de World Class, y una carta extensa de vinos y espumosos. Continuarán disponibles diversas opciones de té y café puertorriqueño.  

Le Macaron ubica en #1302 Ave. Ashford, Condado.  Abre de lunes a miércoles – 8 am a 9pm Jueves – 8 am hasta la medianoche. Viernes y Sábado – 8 am a 1 am y Domingo – 9 am a 9 pm 

Para más información y órdenes, puede llamar al 787.679.7185. Le invitamos a visitar nuestra página web www.lemacaronpr.com y en Facebook www.facebook.com/lemacaronpr

 

Saborea Winter Party

Con una gran acogida por parte de los turistas y residentes locales, el Hotel Courtyard by Marriott de Isla Verde fue anfitrión del Saborea Puerto Rico Winter Party, donde más de 500 personas pudieron degustar exquisitos platos de comida puertorriqueña y los tradicionales platos típicos de la Navidad en Puerto Rico, en un evento que constituyó un preámbulo a Saborea Puerto Rico, que tendrá lugar del 9 al 12 de abril de 2015.

 

Durante la noche el público tuvo la oportunidad de degustar platos de Sirena, la Escuela Hotelera de San Juan, MBTI College, C-Bar, Cocinando para las Estrellas por Chef Marilyn, Latin Flavors, Plena High Cuisine, Piñeiro’s Latin Cuisine, London Bar, y Pasion Sekua.  Además participaron los chefs Jannette Berríos (Hotel Sheraton en Miramar), José Javier Malavé Cruz (La Bodeguita de Manolo), Martín Louzao (Cocina Abierta y Nonna), Cristian Quiñones (Empresas Santana y Salt Gastrobar), Ángel David Moreno (Casa de Campo Palo Alto y Asador San Miguel), Francisco Maldonado (Vittorino Trattoria), Ventura Vivoni (Vida Ventura en Hacienda Luz de Luna), Javier Nassar (Tras Patio Bistro Puertorriqueño y Nabo Restaurant) y Raúl Correa (San Juan Water Beach Club y su restaurante Zest).

 

La Asociación de Hoteles y Turismo de Puerto Rico es la organización que representa el sector turístico privado en Puerto Rico. Fundada en 1950, la Asociación tiene sobre  560 socios corporativos, entre ellos hoteles grandes, medianos y pequeños,  restaurantes, líneas aéreas  y otros negocios que sirven el negocio de turismo en Puerto Rico.

Sumiller,  ¿qué es?

La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) aprobó este 14 de noviembre la definición oficial de la profesión de sumiller y ha comenzado a desarrollar un currículo único para que todos los sumilleres del mundo tengan una formación minima similar. Conforme a esta nueva definición el término sumiller sólo aplicará al ámbito profesional: “El sumiller es un profesional del sector vitivinícola y de la restauración (restaurantes, bares), bodegas, u otros agentes de distribución que recomiendan y sirven bebidas en el ámbito profesional. Su campo de acción se sitúa en el servicio del vino en la restauración o en los establecimientos que venden vino y en el asesoramiento especializado a los actores del mercado del vino para garantizar la presentación y el servicio adecuados de los productos. El sumiller ha seguido una formación que otorga un diploma o certificado conforme con la definición, el papel y las competencias previstos en esta resolución”.

En el ámbito de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) se premió a la Asociación “El Trampolí” de la Bisbal del Empordà que labora por dar respuesta a las necesidades de personas con discapacidad psíquica en todos los ámbitos de su vida, para integrarse en la sociedad, superar las dificultades, potenciar las capacidades creativas de estas personas y contribuir a la sensibilización de la sociedad en general.  

En el ámbito del medio ambiente se premió a Martí Boada, naturalista y Doctor en Ciencias Ambientales, por la tarea que realiza en defensa del corcho y la difusión que hace en medios de comunicación, libros y presentaciones, como “El valor de los servicios ambientales de los alcornocales de Cataluña”, que ha realizado como investigador de la UAB (ICTA), conjuntamente con el sector corchero.

Cuando el 12 de febrero de 1947 Christian Dior presentó su primera colección en solitario, comisionó a Paul Vacher crear un perfume que reprodujera el amor y pintara con aromas la imagen de sus jardines predilectos.

En aquel París gris e invernal que emergía de la Segunda Guerra Mundial, Christian decoró el salón del desfile con una plétora de flores y lo perfumó profusamente con la fragancia de Miss Dior. El color, la intensidad de aromas y la voluptuosidad de los diseños que contrastaba con la frugalidad parisina forjaron un “new look” que hechizó a los asistentes, que al final del desfile recibieron como obsequio un frasquito de aquel perfume envasado en silueta de ánfora. Fue así que Christian Dior se convirtió en la primera maison de moda de la historia en lanzar simultáneamente una colección de ropa y un nuevo perfume, Miss Dior, que tuvo tanto arraigo que decidió comercializarse la siguiente Navidad. Y desde entonces, todas las Navidades, fascinando a tantas almas que se ha vuelto ícono intemporal de la perfumería, clásico y moderno, sobrio y elegante.

Para Dior la perfumería era un arte, pero también un lienzo indivisible con la moda y la elegancia. Entendía al aroma como el toque final de un vestido, pretendiendo que las mujeres olieran sus diseños en cada frasco de perfume. Y quizás no es arriesgado afirmar que su vocación como perfumista precedió a la de modisto, convencido de la profundidad de la huella que el perfume deja en la memoria.

Parte burgués, parte bohemio, pero siempre con clase y saber estar, Christian Dior nació en Normandía, hijo de una familia con posibles, un padre empresario y una madre que hallaba en los jardines y las flores un adorno indispensable en la casa familiar. Tímido y solitario, fruto de una crianza recta, fue en París, a donde luego se mudó su familia y también las flores de su madre, donde Dior comenzó a dar alas a sus sueños, tornándose parte de una sociedad cambiante a la que él también transformaría. Allí empezó a revelar una sensibilidad especial por el arte, de la mano de otros amigos que pronto se le unieron en su afición de visitar galerías. De esos recorridos surgió la inquietud por diseñar cosas y embellecer jardines, dando paso a una pasión por un mundo de estética y belleza, muy diverso a la empresa de producción de detergentes con que su padre generó fortuna.

Los Dior también vivieron en el sur, lo que permitió a Christian conocer la industria del perfume durante su gran expansión en los años 30, y a Grasse, prestigiosa capital mundial del perfume por sus flores excepcionales.

Decidido a aplicarse a las bellas artes, Dior confrontó la negativa de sus padres, quienes terminaron transando por dejarle estudiar ciencias políticas. Pronto también se hizo evidente que no era ése el sendero que Christan anhelaba recorrer y no tuvieron de otra que permitirle cambiar su rumbo para asumir la dirección de una galería de arte, a condición de que no la llamara galería Dior. En su etapa de galerista, incluso expuso las obras de un conocido, Picasso, y fomentó un estilo que fundía tradición con riesgo, designado neoromanticismo.

Surgieron luego más galerías y más relaciones con gente influyente, para cuyos bailes comenzó a diseñar atuendos, hallando en aquellas fiestas una pasarela donde ejercer su talento con libertad. Así comenzó el recorrido de Dior, el diseñador, quien siempre posó su mirada sobre el 30, Avenue Montaigne, como hogar de su creatividad. Allí convirtió la perfumería en otra forma de pintar, al igual que lo es la gastronomía, la primera, sobre la piel y la segunda, sobre el plato.

Tras las puntadas del genio de la costura que cambió la silueta de las mujeres también había un artista de los fogones, un epicúreo amante de la alta cocina, un hedonista de los sabores y de los placeres de la mesa que amaba por igual cocinar y comer. Un brillante anfitrión que reunía a sus más allegados en torno a su particular chef’s table para agasajarles con sus propias recetas, y también un comelón empedernido que se volcó casi a diario en el comedor del hotel Plaza Athénée.

En su casa en las afueras de París elaboraba un licor de frambuesas y en el Sur elaboraba un vino. Cambiaba su bata de costurero por el delantal, persiguiendo la misma excelencia que nunca transigía en la calidad de las materias primas. Entre fogones elaboraba guisos barrocos, con ingredientes tan nobles como en la alta costura, que manejaba con la misma creatividad y refinamiento con la que dibujaba vestidos o imaginaba perfumes, animado por idéntico empeño de hacer felices a quienes le rodeaban en yantares pantagruélicos en los que cada receta exponía su pasión por la minucia y la amistad.

Habría sido una experiencia insuperable sentarse con Christian a la mesa del chef Ramón Freixa, para participar en un tránsito entre olfato y gusto disfrutando de otra suerte de alquimia de aromas y sabores enatallada por quien es adicto a las fragancias de Dior. Una experiencia novedosa y única en la que Freixa creó un gran menú gastronómico inspirado en los ingredientes y los valores que identifican algunas de las míticas fragancias de la marca Dior ---intemporalidad, elegancia, frescor, atrevimiento, seducción--- y que pretendió honrar esa faceta desconocida del diseñador, pero también permitir al mundo de la cosmética y belleza perfilar sus fragancias desde un ángulo diverso e innovador.

“Es también por eso que me hice perfumista, para ver aparecer todos mis vestidos cada vez que se abría un frasco de perfume, y para vestir a cada mujer con el aroma del deseo. El perfume es el complemento indispensable a la personalidad femenina; el toque final de un vestido, y una firma, como la rosa con la que Lancret firmaba sus pinturas”. Christian Dior.

 

Reprodujo “La Elegancia” y toques etéreos de Miss Dior, uniendo algodón de azúcar y flores con un papel comestible pintado con el tradicional diseño tejido de sus botellas e impregnado del perfume, evocando quizás el origen de Christian Dior Parfums, cuando el diseñador llevaba a su ahijado los domingos a la Pâtisserie Penny en la Place de la Madeleine y una amiga le sugirió añadir fragancias a la oferta de la maison.

Pintó con un “Bouquet de Oro” el femenino y armoniosamente floral J’Adore, de sensual silueta curva que plasmó en una ostra en tartar con velo de vainilla y lámina de oro, lasca de manzana dorada, alveolos de mandarina y crema de rosas.

Provocó los sentidos con “El Hechizo”, una panacotta de chocolate, mini manzana roja, opalina de germinados de cilantro, mermelada cítrica, miel de lichi y pompas de olor de haba tonka que pretendieron recrear la fórmula seductora y embriagadora del nardo, las especias y la manzana de la tentación de Poison.

Reveló que tiene “Una adicción confesable” al Dior Addict con una lámina de arroz socarrat, bogavante, pies de cerdo, jugo de carne, y esencia de mandarina, jazmín y sándalo, que encarnaron juventud y frescor, empleando en el plato parte de los ingredientes del perfume. Ocho platos y cinco vinos que reprodujeron la misma extensión del menú con que una vez el Director del Plaza Athenée agradeció a Christian su patrocinio y en el que se mezclaron carnes con pescados, y se maridaron carnes con vino blanco y pescados con tinto, ejemplo de la audacia que caracteriza a la casa Dior.

Las armonías de vinos para el menú Dior by Freixa incluyeron un champán, dos blancos españoles, un tinto de Borgoña y el Pedro Ximénez Añada 2011 de Bodegas Alvear, un vino dulce con 100 puntos Parker.

 

Otros platillos pasaron por "La intemporalidad" (Lascas de salchicón de Vic, piedra mimética, seta liquen y ficoide para EAU SAUVAGE, el primer perfume en que una nota derivada del jazmín se interpretó en clave masculina); "Transgresión incandescente" (Burger de pato, helado de mostaza a las finas hierbas, ketchup ahumado a la brasa, vainilla, brick de cacao y cuero para FARENHEIT, un perfume que contrasta notas a cuero y violeta) y "Un viaje por el Mediterráneo" (ligereza de lenguado meunière, dado cidra, almendra mimética, gel cítrico, mantequilla de azahar y spaghetti Portofino, para ESCALE À PORTOFINO, combinación de bergamota, almendra y flor de azahar, sencillez aparente para la elegancia perfecta). Conceptos que exudaron los orígenes del cocinero, con una base de tradición familiar y modernidad, y una catalanidad no ajena a Dior quien viajaba ocasionalmente a Barcelona donde compartía con su amigo Dalí.

No son pocas las sinergias entre la alta perfumería y la alta gastronomía, en la que se emplean técnicas como la destilación, son clave las materias primas, hay importantes exigencias técnicas y la búsqueda de la personalidad como signo distintivo es indispensable. Se hallaron además paralelismos en conceptos como la muselina o el tul, e ingredientes compartidos, como las hierbas, la pimienta o el haba tonka, algunos que dan pie a la familia de los parfums gourmands, perfumes golosos con notas culinarias o de alimentos, como vainilla o caramelo, populares en la década del noventa.

El servicio de cada platillo del menú de Dior by Freixa, se acompañó de explicaciones sobre los perfumes en que se inspiraron. Y al igual que en el libro “La Cuisine Cousu-Main”, en el que, tras su fallecimiento, los amigos de Christian Dior recopilaron sus recetas favoritas con ilustraciones de René Gruau, una colección de originales postales y citas de Dior acompañó este exclusivo menú.

Originalmente concebido para el mercado español, la maison parisina contempla la posibilidad extender el ejercicio armonioso de sus fragancias a otros mercados del mundo, donde otros cocineros puedan interpretar con sabor e ingenio los aromas de Dior.

Este artículo publicó originalmente en la edición Otoño-Invierno 2014 de Magacín Lifestyle.

Susana canta el vino, como ninguna, y en cada copa pone su corazón. En cada sorbo de ellos, perfume de uva, sin sombras y sin penas de bandoneón. De la nostalgia en notas de ese instrumento, sólo la de Piazzolla, le va mejor. Los coros de astronautas, valses con Críos,  semáforos celestes y golondrinas por motor.

No estamos piantaos. Entre dos tiempos de vino que ha marcado como acróbata pionera en la enología argentina, la Balbo escoge el sentimentalismo de Malena para armonizar con tango sus vinos más clásicos y el espíritu libre de la Balada para un Loco para los más nuevos. Para los últimos y las locuras de Piazzolla, su BenMarco Expresivo, vino explícito y muy concentrado que honra las manos del viticultor laborando en viña, y al estilo tradicional de vino argentino, que prioriza los aromas primarios de la uva en el viñedo y la frescura de la fruta.

Como sus BenMarco, Susana Balbo, el rostro femenino más importante del vino austral, es expresiva y expresión de dos eras de perfume de mujer, la gran protagonista de los muchos cambios experimentados por la vitivinicultura en Argentina en las últimas tres décadas.

Nació en Mendoza pero de familia sin relación con el vino. Lo que sabía de piba y sabe ahora es que éste estaba en su cultura y sus raíces. “La bebida en mi casa era un poco de vino y un vaso lleno de agua con gas y a medida que íbamos creciendo la cantidad de vino iba aumentando y la de agua, disminuyendo. Pero siempre era una bebida saludable dentro de lo que era la cultura de raíces italianas”, rememora

Deseaba ser científica nuclear, pero al sus padres no permitirle mudarse a donde ofrecían la carrera, optó por otro rumbo universitario que la dejó cautivada por todo lo de química biológica que tenía el vino y la posibilidad de elaborar un producto vivo, que evoluciona, crece y mejora con el tiempo si se maneja correctamente desde sus inicios, y que además ofrecía una ruta para encontrarse por el mundo con gente con gustos afines y similar pasión.

En 1981 se convirtió en la primera enológa argentina con título, diplomada, además, con altos honores. “Era un mundo mucho más difícil, donde no había otro lugar para la mujer que no fuera laboratorio, en cambio hoy tiene un lugar y es respetada como enóloga para hacerse cargo de bodegas”, explica.

Primero en Cafayate, donde pasó varios años y nacieron sus dos hijos, Balbo fue trascendental en la transformación de los vinos de la provincia de Salta. Luego regresó a Mendoza para involucrarse en proyectos de familia, que pausaría para emprender asesorías enológicas y de exportación en reputadas bodegas en y fuera de Argentina. “En cada etapa de mi vida he tenido mentores y personas que han tenido una fuerte influencia en mí”, dice.

Pero su inquietud por sacar adelante una bodega propia persistía, con lo que tras veinte años de trabajar en diversas facetas del vino ---de su elaboración a su comercialización---, que le permitieron estar a la vanguardia en estilos de vinos y tendencias de mercado, y ganar experiencia e intuición para desarrollarse y tener éxito como enóloga-empresaria, a partir de 1999 empezó a dar forma a Dominio del Plata, una bodega dedicada a la elaboración de vinos de alta gama, proyecto que tomó su nombre del altísimo cerro Plata que corona el paisaje de su bodega en el corazón de Mendoza y con el que consagró su trabajo enológico de muchos años.

Poco a poco comenzó a conquistar mercados con sus vinos limpios, equilibrados, con taninos amables y buenos finales, pero con elegancia y capas de complejidad que invitan a reflexionar y mantener el entusiasmo desde el primero al último sorbo, que es así como define a los vinos que demanda el mercado hoy.

“Los 15 años de Dominio del Plata ha sido una trayectoria muy rápida y de un crecimiento extraordinario, y que de alguna manera ha sido vertiginoso. Haberlo conducido durante este tiempo es lo que me llena de orgullo”, afirma quien describe a su bodega como a su tercer hijo, un sueño hecho realidad.

Allí elabora cuatro líneas de vinos premium: Críos, jóvenes con fruta fresca, buen balance y concentración; los BenMarco; los Susana Balbo, elegantes, complejos y sofisticados; y Nosotros, ensamblajes de las mejores barricas que rinden tributo al esfuerzo de todos los que aportan a la creación de sus botellas.

Maestra en el arte del ensamblaje y el juego de fusiones de uva, tipos de madera y tostados, piensa que los blends son el súmmum del talento del enólogo para jugar con la expresión de uvas, suelos y alturas, permitiendo resaltar equilibradamente las cualidades de cada vino, logrando una perfecta armonía y sinfonía de sabores.

¿Uvas preferidas? No tiene, porque opina que cada variedad tiene personalidad y aptitud para distintas ocasiones, y si en algo cifra la ventaja competitiva de Argentina es precisamente en ese amplio abanico de vides expresivas del terroir y los diversos microclimas del país.

Pionera en muchas cosas y trendsetter con los vinos rosados, del logro que más orgullosa se siente como profesional del vino es haber establecido a la blanca torrontés como una variedad de alta calidad capaz de elaborar vinos de alta gama.

¿Vale más técnica o sensibilidad?

“Soy muchísimo más humanista que científica, pero considero que la humanidad y las relaciones entre los hombres deben guiarse por un conocimiento científico que nos permita ser más justos en las relaciones humanas. La sensibilidad es absolutamente más importante porque todas las decisiones se toman por degustación, interviniendo, fundamentalmente, los sentidos”, dice quien ha acaparado portadas de la prensa internacional y en 2012 fue escogida una de las mujeres más influyentes del vino en el mundo.

¿Elaboración? La define a medias entre experiencia e intuición femenina. “La experiencia marca una tendencia de lo que debemos evitar para no fallar y la intuición nos permite elegir nuevos caminos y nuevos cursos de trabajo para innovar”, subraya quien no cree que haya vinos “femeninos”, sino vinos, y consumidores femeninos y consumidores masculinos que eligen en base a sus preferencias.

Su bodega es de líneas limpias y sencillas, y en su área social conviven el acogedor restaurante “Osadía de Crear”, con los más deliciosos manjares criollos y mediterráneos, y el espacio personal de la bodeguera, sincero, pulcro, práctico y con un horizonte de viñas.

Además de los nuevos proyectos en botella en permanente cocción, a la Susana Balbo de fogones le gusta la cocinar “de todo” y está presta a preparar para los suyos “lo que le pidan”. Desde hace algunos años sus hijos José y Ana se incorporaron al retrato de bodega, uno como enólogo y otra en su administración. “Mis hijos eligieron libremente participar en Dominio del Plata. Mi relación con ambos es muy buena como madre y como jefa. Por supuesto como jefa a veces es más difícil, ya que es muy complicado separarme de mi rol de madre, pero para ello tengo un gerente general y todo un equipo de gerentes que trabajan en un pie de igualdad con ellos y evito los roces innecesarios”, dice.

Determinada, da a respetar su estilo y, aunque tenga la última palabra, tiene muy en cuenta la opinión de su equipo, que participa activamente en los procesos de la bodega. Destaca su vocación de servicio y se define como trabajadora incansable, de las que mueren con las botas puestas aunque no necesariamente sea haciendo vino. “Tengo una personalidad fuerte, pero no hubiese sido posible hacer todo lo que he hecho sin tenerla”. 

Su trabajo en bodega lo compagina con la presidencia de Wines of Argentina, organización dedicada a promover el vino argentino en el exterior y a ayudar a orientar la estrategia exportadora del país. Sus prioridades en este mandato son conciliar sin fisuras a la nueva generación de elaboradores con la más experimentada, a fin de compaginar experiencia con nuevas ideas, tanto en la creación de nuevos productos, como en la comunicación del vino a los nuevos consumidores.

“El futuro de las generaciones de enólogos y de la nueva enología argentina está estrechamente vinculada con lo que sucede en los mercados y con la capacidad que posee esta nueva generación de enólogos, muy talentosos, de tomar la experiencia de nosotros los más viejos, y agregarle su impronta de juventud y nuevos estilos”, afirma la enóloga, quien ha estado tres veces en Puerto Rico, un destino que le encanta y al que está segura regresará.

¿Conoce al Papa Francisco? ¿Lo invitaría a vendimiar en Dominio del Plata?

“Lo conozco y desde luego que lo invitaría. Y en la mesa le serviría vino malbec, del que sé es fanático”, declara. Siendo el Papa técnico químico, apasionado del tango y Piazzolla, seguro que con el loco berretín de la Balada, también le convidaría a un valsecito bailador.

Esta entrevista publicó originalmente en la edición Otoño-Invierno de Magacín Lifestyle.

DULCE ESTRELLA

 

 

 

Sin ser mediático es todo un celebrity chef. Le siguen los genios, los maestros, los aprendices, los aficionados a los postres, sus miles de fans de Facebook o Instagram y los cocineros del dulce que quieren ser como él. Los conocedores cruzan el Atlántico por un día para sucumbir sin remordimientos a la sensualidad de sus obras de arte en azúcar y exaltar sus espíritus con azucarados menús de degustación que perturban todos los sentidos y los excitan con la tentación de su estética conmovedora y la prodigiosa imaginación de sus sabores de diseño.

 

En acción fuera de su entorno cotidiano se le halla creando lingotes de aceite de oliva, perfumando intensamente el entorno con aromas a parcha y ajonjolí, moldeando la untuosidad del chocolate, creando bizcochos con sabor umami, manejando mangas pasteleras o aportando con pinzas pinceladas de flores para construir un jardín de sabor.

 

Como a cualquier estrella del celuloide lo reclaman de Rusia, de España, de Bahrein, de México, de Panamá, de Dubai, de Brasil y de tantos lugares cercanos y remotos del globo que recorre continuamente para compartir su saber hacer en consultorías, eventos profesionales e íntimos talleres educativos sobre su pastelería, una vocación didáctica que le hipnotiza y no descarta algún día desemboque en su propia escuela de pastelería. 

 

Pero las raíces del maestro repostero más buscado están en Río Grande. En La Riograndeña Bakery, negocio de su familia cristiano-libanesa que le inspiró sus primeros sueños y un tesoro de creatividad en azúcar gestado entre la Sierra de Luquillo y los cedros del Líbano. Desde allí emprendió nuevos rumbos para pulir su talento en Florida, en París, en España, en Nueva York, depurando quilates que terminarían radicándose en Miami al morir su padre hace años y sin jamás perder esa poderosa esencia de humildad y sinceridad jíbara sazonada con la magia cósmica de Yukiyú.

Magnetizan su modestia y cercanía. Su exigente tesón y su antipatía a la mediocridad. La transparencia de decir lo que piensa sin medias tintas. De expresar con honestidad lo que siente, de criticar abiertamente los restaurantes que no le han gustado a pesar de sus laudos, de hablar con convencimiento sobre sus comidas memorables, y de valorar los buenos sentimientos en los demás, reflejo de que quizás se guía más por el corazón y, de manera incuestionable, con la misma pasión de su maracuyá.

 

Desde 2011 derrama su savoir-faire con magnificencia y originalidad en los postres del St. Regis Bal Harbour miamense, el único hotel de la cadena que opera con Bachour como chef pastelero ejecutivo, en lugar de con el corporativo del grupo de Jean-Georges, a cargo de su gastronomía.

Reconocido por publicaciones del mundo, ha sido distinguido entre los mejores chef pasteleros de América por Star Chefs o Dessert Professional, pero no le pone atención ni a los premios ni a los rankings porque su mejor distinción es el aprecio de quienes le rodean, le siguen y le quieren.

 

Tras el rotundo éxito de “Bachour”, su primera publicación estrenada en 2013 y el primer libro de recetas de un chef pastelero latino en los Estados Unidos, este año regresó a la escena editorial con “Simply Beautiful Bachour”, otro aguardado testimonio de su trabajo que nuevamente rompe récords. Si la primera recopiló sus recetas más representativas y solicitadas, explicadas de forma minuciosa y certera, la segunda se enfoca en 110 recetas de postres plateados siempre denotando sus  señas de identidad: una pintada con los colores y sabores del trópico caribeño que marcaron su niñez y que también son atractivos en Miami. Cocos, mangós, especias, cítricos, parchas, flores comestibles y hasta chocolate con dulce de leche. Conjugados en ornamentados formatos de bizcocho, quenelles, petit fours, helados, espumas, salsas, postres de banquetes y plateados de restaurante, macarons o bonbons. Todos diseños admirables que le sitúan en la alta alcurnia de los genios pasteleros del globo.

Artista frustrado que no estudió pintura y fan declarado de Antonio Capel, pintor español con creaciones casi fotográficas y colores inspiradores, Bachour es un artista del plato que no planifica sus obras, sino que plasma con precisión quirúrgica e intuitiva una hermosura pletórica de espontánea musa que a diario estalla con exuberante elegancia. Mirando semáforos, subiendo en el ascensor, conversando con su equipo, interactuando con clientes, sintiendo, en suma, ese imparable latido vital que pulsa con sorpresas un irrefrenable ejercicio de deliciosa creatividad.

 

“Los consumidores ahora quieren cosas menos clásicas, postres más livianos y menos dulces, con matices cremosos y hasta rompiendo fronteras entre sal y azúcar”, dice, añadiendo que en su postre ideal jugaría con las texturas y temperaturas incluyendo algo cremoso, algo frío y algo masticable.

 

En 2015 estrenará atelier en lo que será el lujoso Brickell Center en Miami, y que no sólo será pastry shop sino también un local donde también servirá desayuno y almuerzo. Habría que convencerle de que venda en tarrito para untar la magnífica gelatina cremosa de aceite de oliva extra virgen con que preparó un sofisticado pan con chocolate del siglo XXI. No hay límites en el universo de esta reluciente estrella del firmamento dulce, que aunque habla árabe y afirma que de volver a nacer sería cualquier cosa menos cocinero, siente y construye con innegable acento boricua.

 

 

Este artículo publicó originalmente en Magacín.com

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Christian Dior era muy supersticioso y para atraer la suerte colocaba ramilletes de lirios del valle (muguet) en el ruedo de los vestidos. Esta flor primaveral que se dice representa el regreso a la felicidad, es una “flor muda”, es decir, muy aromática en su contexto pero poco expresiva en otros. Inspirado en ella, un perfumista le creó un perfume, que el maestro bautizó “Diorissimo”.

 

Una perfumada coincidencia a Dior en una fiesta cruzó los caminos del cocinero y de Sylvie Durcudoy, Directora de Comunicación para Christian Dior España, a raíz de la que desarrollaron una relación profesional y de amistad que un día planteó la idea de rescatar la dimensión más golosa del diseñador con el desarrollo de un menú que interpretara los perfumes más emblemáticos de la maison. “Le di carta blanca, con la condición de que no quería comer lo que olía”, explicó Durcudoy.

El resultado fueron un menú creado en exclusiva y por tiempo limitado para el restaurante dos estrellas Michelin del cocinero en Madrid, en que cada plato se vistió con la elegancia de una maniquí, con hermosísimos atuendos creados por Freixa, un couturier de sabores que plasmó con estética inefable, más que aromas, los conceptos perfumados de Dior en cada bocado, poniendo en cada uno el rasgo común de las fragancias de la maison: una audacia que las hizo rompedoras en su momento (como la incorporación de las flores en el patrón de los perfumes masculinos), creando un menú atrevido, rompedor, arriesgado, puente entre la haute couture y la haute cuisine, hilvanando con puntadas de ingredientes una experiencia sibarita con sabor a Dior.

Así, Freixa creó coherencia de alimentos disímiles y fusiones arriesgadas, pero no chocantes, como las de la “Audacia vanguardista” de un royal de foie, cigala, crestas de gallo, mojama fina y bosque de setas en madera con que buscaba resaltar la envolvente virilidad de Dior Homme, sofisticada y vanguardista que se funda sobre los tonos florales del iris toscano y las notas a madera.

 

 

Premios Aecork

 

La Asociación de Empresarios Corcheros de Cataluña, AECORK celebró la XXIV edición de los premios Gla d’Or, reuniendo algunas de las personalidades más importantes del entorno corchero, vitivinícola, gastronómico y empresarial del territorio catalán. 

Los premiados de esta edición han sido Recevin (Red Europea de Ciudades del Vino), por la promoción de la Cultura del Vino en toda Europa y por instaurar la celebración del Día Europeo del Enoturismo.

Nueva Shiner, cerveza artesanal con larga historia

 

En el 1909, los residentes de Shiner, un pueblo en Texas, se dieron cuenta que podían convertir el agua de un pozo en una deliciosa cerveza. De ahí nació la cerveza Shiner, que luego de más de cien años de historia, una trayectoria consistente que incluso la hizo sobrevivir la Prohibición, y de haber logrado una gran expansión por los Estados Unidos, llega a Puerto Rico para integrarse al portafolio de cervezas artesanales de V. Suárez & Co.  

 

Directamente desde Shiner Brewery, llegan dos etiquetas, Shiner Bock, cerveza emblemática,  y Shiner Holiday Cheers, cerveza de la temporada. Shiner Bock es una cerveza oscura y ligera con una combinación de maltas de cebadas tostadas alemanas y cebadas de Dakota del Norte. Hasta hace unos años atrás, esta cerveza se producía alrededor de las épocas festivas y Cuaresma pero, su gran demanda obligó a su producción el año entero. Shiner Holiday Cheers es una cerveza oscura, hecha con trigo, nuez pacana y melocotones de Texas. Su malteado caramelizado le da un cuerpo ideal para la temporada navideña.

 

La cervecería Spoetzl fue fundada en 1909 y es una de las más antiguas e independientes en Texas. Un grupo de empresarios incorporados bajo Shiner Brewing Association nombraron a Herman Weiss como el primer cervecero de la compañía. Años después el cervecero y emigrante alemán Kosmos Spoetzl, junto con Oswald Petzold, co-rentó la empresa con opción a compra. Educado como cervecero en Alemania, Spoetzl  había trabajado en ese país, en Egipto y Canadá, antes de mudarse a Texas en busca de un mejor clima para su salud llevándose consigo una receta familiar para una cerveza bávara hecha de cebada maltosa y lúpulo.

 

 

Costasera 2010 (Amarone della Valpolicella Classico DOCG)

 

70% corvina, 20% rondinella y 10% de molinara, alguna tiene algo de botritis. En boca regala un intenso tono a polvo de café.

 

 

 

Pero sin uvas no hay paraíso y cada 20 segundos la tornadora automática vierte cada caja que ha reposado en la cámara refrigerada desde el día anterior, volcando sobre la cinta de selección un helado contenido de vid que se despierta de su descanso a baja temperatura. De la cinta empieza un paseo a paso lento para depurar racimos, removiendo elementos extraños a las uvas que, luego de despalillados los racimos, dan paso a una segunda cinta de selección de bayas en la que se remueven los granos verdes y cualquier otro residuo antes de caer en el OVI, con el que luego irá vertiéndose el contenido casi íntegro de uvas en cada depósito. Tocan tempranillos. Racimos grandes como grande es esta tinta española.

Según la variedad de uva se cambia el rodillo. Las hendiduras circulares se acrecentan o empequeñecen para que la despalilladora haga mejor su función. Mientras unos ajustan rodillos, otros lavan cajas. Apiladas como torres junto a la mesa de selección, hay que hacer el justo cálculo de presión al colocarlas en la máquina para que se desplacen con mayor facilidad por el túnel de agua. Hasta que ésta se va a agotando y hay que detener la limpieza. También, cabe decirlo, porque es hora de la pausa para almorzar. No el almuerzo a la americana sino una especie de coffee break sustancioso, entre break y lunch. Un menú pletórico de manjares de pueblo, sencillos pero de sabor indescriptiblemente genuino y delicioso y una oportunidad de convivencia sin pensar, por unos instantes, en uvas.

 

 

 

Los vínculos de los Torres con el Caribe son firmes y longevos, especialmente con la isla de Cuba, uno de los primeros mercados de exportación del Grupo y donde residieron algunos miembros de la familia en los tiempos revueltos que rodearon el período republicano y Guerra Civil española. Y para uno de ellos, la hija mayor de Miguel, uno inquebrantable, al haber sido concebida en Puerto Rico durante un previo viaje de su progenitor. “Mis hijos son aún muy pequeños pero sí que les gusta oler el vino”, dice Torres Maczassek.

Cuando él era niño, pintaba. Como a su madre, Waltraud, que es pintora, a él le gustaba el arte y admite que esa visión artística le ha ayudado en su trabajo, especialmente con el diseño de las etiquetas de los vinos de la casa.

Algo quizás menos conocido es su etapa en el mundo del perfume. “En el mundo del vino sería muy difícil conseguir un trabajo en otro sitio llamándote Miguel Torres”,  relató sobre por qué apostó por el mundo de los aromas para adquirir experiencia. Así que laboró en la casa Antonio Puig, donde tuvo a cargo los perfumes de Carolina Herrera, una experiencia en la que admite haber aprendido mucho, porque vino y perfume tienen en común la capacidad de “mover las emociones y generar sensaciones”, aunque cada mundo tiene su propia individualidad.