De Mateus a Sogrape - Divinidades - Novedades de Viajes & Vinos

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La silueta es inconfundible, forma de mandolina por la que se deslizan las primeras notas con que millones de paladares del mundo comenzaron a orquestar su romance con el vino. A sorbos de Mateus, Portugal se introdujo en el gusto del mundo y Mateus se convirtió en el coqueteo adolescente con copas rosé.

De color rosado más o menos intenso, con más o menos chispa, Mateus Rosé nunca ha perdido vigencia a lo largo de muchas décadas. Porque fue en 1942 cuando la Sociedad Comercial de los Vinos de Mesa de Portugal creó Mateus Rosé, el más famoso de los vinos de mesa de Portugal, precisamente con el objetivo de llevar los sorbos del país al mundo, con marcas e imágenes muy cuidadas.

La de las botellas de Mateus se inspiraban en los frascos de los soldados de la Primera Guerra Mundial y, el contenido, en el gusto de las nuevas generaciones de consumidores y las féminas de entonces, de ahí su perfil de vino fácil, fresco, ligero y con un punto dulce.

Por eso, una refrescante copa fue la elección de Sogrape para dar la bienvenida al jurado internacional del Concurso Vinhos de Portugal en O Watt, uno de los restaurantes más nuevos y más en boga de Lisboa, sumergiéndose no solo en sorbos de Mateus, sino en algunos de los sorbos más populares con que este emporio vínico recorre la geografía vitivinícola y los estilos de vinos de que elabora en Portugal, siempre con vocación de ser vinos concebidos para el disfrute gastronómico.

Para mantenerse actual, el propio Mateus Rosé ha ido evolucionando. Además de con cambios de imagen, que no de forma, a las botellas, hace ocho años añadió a su portfolio un espumoso método Charmat y, posteriormente, Mateus Rosé Tempranillo.

Para preservar el frescor del Mateus se recurre a un sistema de conservación del mosto a temperatura muy baja, lo que permite fermentarlo y embotellarlo según se necesite a lo largo de todo el año, manteniendo su frescor. En el caso de Mateus Tempranillo, las uvas se vendimian algo más temprano para mantener la acidez, y su elaboración sigue las técnicas de elaboración de los vinos blancos, con fermentación a temperatura controlada, sin contacto con las pieles. Tras completar su fermentación queda un vino seco, al que al que luego se añade otro vino con un poco de azúcar residual.

Mateus comenzó elaborándose en la región del Douro, pero hoy surte la mitad de sus uvas, la variedad Baga, de la zona de Bairrada, complementándola con otras castas de las zonas de Tras-os-Montes, como la Tinta Roriz y la Tinta Pinheira (Rufete). Cada vino se elabora por separado en su lugar de origen y luego se ensambla y embotella en el Douro.

El éxito internacional de Mateus permitió adquirir los ingresos y conocimiento que fomentaron el crecimiento de la Sociedad, convertida ya en Sogrape Vinhos, y su expansión a otras zonas productoras de Portugal y posteriormente también a otros países como España y Argentina.

A pesar de que la empresa cuenta con una extensa oferta de etiquetas oriundas de muchas zonas productoras de Portugal, para la cena Sogrape seleccionó un blanco del Alentejo y un tinto del Dão como protagonistas.

La primera región es extensa en territorio y oferta, una zona más hacia el interior donde nace el Herdade do Peso, un blanco muy fresco, fácil y afrutado que se elabora con la variedad Antão Vaz, uva emblemática de la región alentejana donde produce vinos de buen cuerpo, complejidad y delicadeza, y notas a pera, melón o mandarina. Buena línea para acompañar bocados de tartar de atún y ceviche, con este vino de la cosecha 2015, fermentado a medias en madera, pero con matices sutiles y bien integrados al todo del vino.

Más arriba del Alentejo y también hacia el interior ubica el Dão, una de las denominaciones más antiguas de Portugal, demarcada en 1908 y tierra por excelencia para la Touriga Nacional, la variedad portuguesa más emblemática, que el tinto Quinta dos Carvalhais ensambló con otras castas como la Tinta Roriz y la Alfrocheiro, para entregar en su cosecha 2015 otro vino afrutado, fácil y pulido, gracias a su envejecimiento en barrica usada, que le hizo buen acompañante para un pulpo, otro de los ingredientes estrella de las mesas portuguesas.

Junto con sus vinos tranquilos, en Portugal Sogrape también tiene un peso importante en el rango de los fortificados de Oporto, con tres líneas principales: los Offley, más jóvenes; los Ferreira, con un punto de oxidación; y los Sandeman, vinos con mayor envejecimiento y, por supuesto, también mayor complejidad. Un Ferreira Tawny 20 años fue la selección para este yantar, donde sus notas a pasas, frutos secos y hasta chocolate, se alargaron de forma persistente en boca para armonizar un postre con helado de vainilla y piña y culminar así una velada con tradición y modernidad.

Miguel Pessanha, directivo de Sogrape, dijo a Divinidades que la empresa mira con atención la zona de Lisboa como una región de interés para desarrollar nuevas aventuras vinícolas, así como zonas a mayor altitud en el Douro, para compensar el cambio climático. El grupo, con 700 hectáreas de viña en propiedad, y uno de los mayores productores de Portugal, tiene áreas experimentales en cada bodega, y en algunas está trabajando con producción orgánica.

Divinidades y Viajes & Vinos agradecen a Viniportugal la invitación a formar parte del grupo internacional de profesionales del vino con el privilegio y la responsabilidad de integrar el jurado del Concurso Vinhos de Portugal.

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João Portugal

Rosa Maria Gonzalez Lamas. Fotos: Viajes & Vinos (C)