Portos de Sonho: la gloria de un antiguo testamento vínico - Divinidades

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Como un reloj cuyas manecillas se han detenido y recobran su tic tac al abrirse una botella, los vinos de Oporto muy viejos son una especie de cronómetro que pone a andar el minutero de la historia y la historia del vino, permitiendo degustar al tiempo envasado y confirmando, las más de las veces, la consigna de que todo tiempo pasado parece haber sido mejor.

De que los vinos de Oporto se encuentran entre los mejores custodios de tiempos mejores llevan dando hace algunos años constancia los Oportos de Ensueño, una selección cuidadosamente escogida por muchos de sus productores para servir de altavoz al magnífico potencial de muy prolongado envejecimiento que distingue como a ningunos a estos vinos fortificados de Portugal, y les convierten en un relato vivo en copa de la historia regional y universal, pero también de la del vino y su elaboración en el Douro portugués.

El Instituto de los Vinos del Douro y Oporto fue el salón de clases donde Bento Amaral, su Director de Servicios Técnicos y Certificación, junto con diez productores de vino de Oporto impartieron una clase magistral degustada al jurado internacional de la más reciente edición de Essência do Vinho Porto, en la que una vez más se constató cómo el tiempo favorece a estos vinos, convirtiéndoles en manjares líquidos atemporales, piezas realmente únicas e inolvidables.

La cata reunió una decena de Oportos muy viejos, en su mayoría tawnies, con los que se emprendió un viaje por dos siglos de botellas ---XIX y XX---, que permitió conocer y probar un equilibrio de propuestas entre productores más consolidados a nivel internacional y otros que lo son menos, pero que aportaron frescura, amplitud y novedad al espectro productor de vinos de Oporto muy viejos, que, con la selección presentada, ensalzó el adjetivo «raro » como denominador común de las etiquetas.

El decálogo de Oportos de ensueño juntó a un trío de vinos Vintage con siete tawnies, una predominancia por vinos añejados en madera que ha acostumbrado a repetirse en catas anteriores de este proyecto, que una vez más rigió su orden de cata de lo más joven a lo más antiguo. Y en esta ocasión los vinos explayaron de manera muy remarcada su individual personalidad.

Del mismo modo, esta nueva edición hizo evidente que, a pesar de que muchos pueden percibir a los vinos de Oporto como muy clásicos o tradicionales, hay una nueva generación de elaboradores hábil y volcada en interpretar en el siglo XXI la reserva de vinos legada por pasadas generaciones, impartiéndole vigencia para los consumidores que les beban, e intentando, a la par, construir su legado vínico para quienes en el futuro interpreten el quehacer que ellos realizan hoy.

Según datos del Instituto de los Vinos de Douro y Oporto, en 2019 se comercializaron 8.13 millones de cajas de nueve litros de vino de Oporto, que representaron un volumen de negocios de cerca de 300 millones de Euros, siendo Francia, Portugal, los Países Bajos, Reino Unido y Bélgica los principales mercados para los vinos de Oporto.

Uno de los grandes debates en la industria del vino de Oporto es si en su posicionamiento como marca colectiva de calidad, el sector debe de convertir a estos vinos más añejos y especiales, además de con mayor valor, en su estandarte, apostando más por ellos en su ecuación de negocios y convirtiéndolos en el referente colectivo del vino de Oporto, en contraposición a las categorías de producción más básicas y de mayor volumen que, de momento, muchos consumidores cifran como su definición de lo que es el Oporto. Degustaciones como la de los Oportos de ensueño despejan cualquier duda al respecto.

Los Oportos de ensueño :

Quinta do Noval Nacional Vintage 1994

Fundada en 1715 y con 145 hectáreas de viña situadas en pleno corazón del Alto Douro Vinateiro en Cima Corgo, Quinta do Noval es uno de íconos de calidad de los vinos de Oporto. Su Director Técnico, Carlos Agrellos, explicó que la bodega escogió esta etiqueta para la cata por cuatro motivos.

Primero, porque 1994 fue un período de transición en la propiedad de la Quinta, antes propiedad de la familia Van Zeller y, a partir de esa añada, de Axa Millésime, empresa para la que la del 1994 fue la primera añada elaborada en Quinta do Noval. Segundo, porque la de 1994 fue una añada grandiosa para los vinos de Oporto vintage, mucho más balanceada en términos de clima, algo muy obvio tras una pésima y lluviosa cosecha en 1993.

La tercera razón fue que todos los vinos se elaboran en lagar de granito, lo que aporta un signo de distinción al vino, y la cuarta, la singularidad de la viña donde nacen los Quinta do Noval Nacional.

Se trata de un pequeño viñedo situado en el corazón de la Quinta, donde las cepas están plantadas en pie franco. No obstante, no se trata de cepas pre-filoxéricas, sino plantadas después, pero sin injertar, lo que significa que las cepas no fueron atacadas por la filoxera aún cuando no se injertaron con pie americano. De ahí que a la parcela se le llame Nacional, pues se trata de viñas plantadas en suelo portugués e íntegramente portuguesas que sobrevivieron sin necesidad de haberse injertado con material de otro país. Esto, explicó Agrellos, marca unas diferencias claras con el resto de la producción, pues los racimos procedentes de esta viña son más pequeños, produciendo vinos más concentrados y con mayor sentido de pureza, lo que Agrellos sugiere pudiera indicar que tal vez así eran las viñas originales de la región.

Por ello, y como expresión de la conjunción entre terroir y clima, este vino es una rareza que se elabora únicamente en contadas ocasiones y limitadísimas cantidades. Los vinos tienen extraordinaria intensidad y retienen una gran sensación de juventud a pesar de largos envejecimientos.

Este vino es un ensamblaje de las mejores variedades del Douro: Touriga Nacional, Touriga Franca, Tinta Roriz, Tinto Cão y Sousão. Tras su fermentación en lagares de granito, el vino se envejeció en pipas de madera de 640 litros o más por dos años antes de embotellar.

Los matices a ciruela se apoderaron in crescendo de la nariz de este vino, donde también hubo aromas de frutas de baya oscura y enebro. En boca expresó una sorprendente juventud, untuosidad y concentración, con gran frescura, redondez y notas algo especiadas en el paladar donde terminó con enorme finura.

Taylor’s Vintage 1970 (Mágnum)

La Quinta de Vargellas es la columna vertebral de los vinos de Oporto Vintage de la casa Taylor’s, con una historia comercial que se remonta a 1692. Es ahí donde nació este Taylor’s Vintage 1970, un vino con historia por dos motivos. Primero, fue el último año en que se permitió a los vinos de Oporto embotellarse tanto en Portugal como fuera, y segundo, por ser un Single Quinta en un año Vintage, una excepcionalidad que ese 1970 se forjó en anticipo al hecho de que al siguiente, en 1971, se iba a comenzar a construir una de las represas del Douro, lo que significaría que parte del viñedo quedaría sumergido bajo las aguas, como en efecto sucedió con parte de las viñas.

Fue precisamente con uvas de esas viñas que quedarían sumergidas que se elaboró este Vintage 1970, una de las grandes añadas de la segunda mitad del siglo XX, aunque en opinión de Nick Heath, Director de Marketing de The Fladgate Partnership, empresa matriz de Taylor’s, quedara un poco opacada por la de 1966.

Los vinos de Quinta de Vargellas tienen un carácter distinto, puro, con notas complejas de fruta y taninos vigorosos, una conjunción de armonía y tensión como cualidades que definen a los Oporto Vintage de Taylor’s.

Este Taylor’s Vintage 1970 mostró notas de evolución en su color, con tonalidades más claras. A la vista le siguió una complejidad aromática donde aparecieron guindas en licor, muchas notas almendradas, puntos florales, caramelos, tostados e incluso hilos ahumados, todo con delicadeza, algo que se replicó en el paladar, donde aún se percibieron taninos finos, y por donde el vino se deslizó con elegancia, sin destacar por nada en concreto, sino más bien por su finura, profundidad y redondez como conjunto.

Dow’s Vintage Port 1963

El 1963 produjo algunos de los mejores vinos de Oporto del siglo XX y fue una añada caracterizada por una sequía que terminó el 10 de septiembre con intensas lluvias por varios días, lo que fue beneficioso a las viñas en su ruta final a la vendimia, que posterior a ese mal tiempo, prosiguió con buen clima.

Propiedad de la familia Symington, los Dow’s tienen su origen en la Quinta do Bomfim en Pinhão. Este Vintage tuvo tonalidades casi rayando en lo rosado, que antecedieron un desfile aromático de notas a ciruela, pasa, caramelo, humo de leña quemándose, regaliz y tonos almendrados que terminaron en boca con una pizca especiada y un delicado y prolongado final.

Quinta Vale D. Maria 1969 Tawny Colheita

Desde 1996, cuando Cristiano van Zeller compró la Quinta Vale D. Maria en el Douro Superior, esta bodega ha creado vinos únicos con una visión del Douro que busca sacar partido de las diferencias climáticas, paisajísticas y varietales de la región. Este conocimiento minucioso del Douro permitió a Van Zeller forjar una red de contactos de almacenistas con vinos de Oporto muy viejos que luego le han permitido crear nuevas etiquetas a partir de vinos muy exclusivos.

Es el caso de este Tawny Colheita de 1969, una añada de la que Van Zeller fue capaz de hallar entre almacenistas dos buenos lotes afortunadamente registrados. Y esto es así porque para señalar la añada en la etiqueta, el lote tuvo que haberse registrado como tal en el Instituto de Vinos de Douro y Oporto, cosa que estos dos sí cumplían.

Según Van Zeller, el 9 es un dígito casi de mal augurio en el vino de Oporto cuyas añadas terminadas en 9 han probado ser difíciles. No obstante, hay casas que producen vinos excepcionales en años complicados, como el 1969, permitiendo constatar que los buenos productores pueden elaborar buenos vinos de años poco auspiciosos.

Van Zeller explicó que al envejecer, los vinos de estilo Tawny ganan matices diversos a los Vintage, tornándose más intensos, densos y con más color, además de más aromáticos, con remarcadas notas a frutos secos y cáscara de naranja, como fue el caso de esta etiqueta, una verdadera explosión cítrica en conviviencia aromática con notas a abundante almendra, café y cacao en polvo, amén de melocotón seco, que se derramó en boca con recuerdos delicados a almendras, tabaco y suave caramelo, con un pase por boca untuoso, salino y especiado, un fin fino y larguísimo, con prolongado y electrificante retrogusto.

Los vinos base de esta etiqueta color castaño envejecieron en pipas por al menos medio siglo, hasta el momento de su embotellado. Los vinos se embotellan únicamente al surgir un pedido.

Kopke White Colheita 1940

En 1940 Winston Churchill se convirtió en el Premier británico y también en esa añada nació este vino viejo de Oporto blanco, destacable por su aptitud gastronómica, gracias a una acidez que le confirió frescura. El vino nació entre las viñas de la Quinta de São Luiz, en Cima Corgo.

Fundada en 1638 como la más antigua casa de vino en Oporto, Kopke es reconocida por sus fascinantes Colheita y acostumbra siempre a hacer un poco de vino destinado a sus White Colheita. Los vinos viejos de Oporto blanco han estado en boga en los útimos años.

La concentración pintó a este Kopke White Colheita 1940 de color castaño y le confirió delicadeza de aromas como tabaco, orejones, avellanas, miel y cáscara de naranja. Su boca fue super fina y larga, con un profundo y prolongado final con tono a café tostado.

El vino fermentó en depósitos con temperatura controlada hasta que se alcanzó el apropiado grado de dulzor, tras lo cual se añadió el aguardiente vínica. Los Colheita luego maduran en barricas de roble por al menos siete años.

El color de los Colheita blancos puede confundir a medida que envejecen, siendo, según explicó el enólogo Carlos Alves, la sensación de pureza y frescura en boca la que marca el signo de distinción entre éstos y los Colheita que surgieron de uvas tintas.

Maynard’s Tawny Colheita 1935

Barão do Villar, empresa que ostenta el derecho de Maynard’s, se constituyó como empresa elaboradora de vino de Oporto en 1998 haciendo acopio de un estocaje de vinos generosos y tomando su nombre de un título nobiliario que se estrenó con curiosamente con Cristiano Nicolau Kopke.

Tras adquirir los lotes del Colheita 1935, los vinos envejecieron en Gaia, sorprendiendo a sus hacedores con su viveza.

El vino tuvo matices color castaño y recuerdos aromáticos a pasas, higo, nueces, humo, naranja, frutos secos, toffee, canela y nuez moscada. En boca este Maynard’s mostró notas afrutadas, buen equilibrio entre acidez y dulzor, y un final que se estrenó profundo, pero luego se fue difuminando en el paladar.

Porto Vista Alegre Colheita 1934 Vallegre

Vallegre es una empresa familiar que elabora tanto vinos de Oporto, como vinos de mesa y moscateles en el Douro.

De color dorado oscuro rayando en lo castaño con ribetes verdes, este Colheita destacó por sus aromas profundos y exuberantes en línea densa y torrefacta que pasaron por dátiles, trufa, cascarilla de cacao, café tostado, chocolate oscuro, delicada canela, especias y praliné con una pizca de cáscara de naranja y seductor vinagrinho. En boca mostró mayor densidad y untuosidad compensadas con una excelente acidez.

Niepoort Dry Old White

La casa Niepoort es un verdadero estuche de sorpresas y en cada cata de Oportos de Ensueño sorprende con vinos que se distancian de la propuesta colectiva, algo que no fue excepción en la más reciente edición en que presentó un Oporto seco muy viejo, con más de un siglo a cuestas. Es, precisamente, su objetivo, el de posicionarse como un productor de nicho que continúa la tradición familiar de elaborar vinos distintos con una fórmula que suma tradición con innovación.

Este Dry Old White tuvo esa inequívoca seña de identidad con un vino marcado por su sequedad, lo que le hizo sobresalir como distinto del conjunto, al punto de incluso distanciarse del perfil tradicional que se imagina de los vinos de Oporto.

Color ambarino-anaranjado, el vino se estrenó con aromas a cáscara de naranja, alguna nota de queroseno por estar algo cerrado, para dar paso a almendras y tonos tostados. Se creció en boca donde fue ganando redondez y se reveló a la par contundente y sedoso, con un evidente final almendrado.

Embotellado por la cuarta generación de Niepoorts, se trató de un vino muy gastronómico que pasó entre 10 y 20 años en barrica, unos 40 afinándose en damajuana y tras ellos cerca de medio siglo en botella, para sumar más de un siglo desde su inicio hasta su consumo.

Quinta da Boeira Very Old Tawny 1917

Los tawnies viejos son la enseña de Quinta da Boeira, un proyecto que data de 1850, aunque en 1999 fue adquirida por nuevos propietarios, que en 2017 comenzaron a exportar sus vinos. Sus vinos son muy artesanales y abarcan tanto vinos de Oporto, primordialmente Tawnies, Vintage, y vinos de mesa del Douro.

Este viejo Colheita de plena Primera Guerra Mundial tuvo un color castaño y sus aromas cautivaron con su marcado vinagrinho inicial que discurrió por una boca muy cítrica, con abundante naranja, frutos secos, notas amieladas que terminaron con recuerdos a laurel y almendra que dejaron en boca casi un velo de jalea fina. Un vino de Oporto finísimo y delicioso. Tan exclusivo y escaso, que cual perfume se propone servirse en atomizador que rocíe la boca con su exquisitez.

Costa Boal Very Old Port

Costa Boal es uno de esos casi desconocidos nombres de vino que sorprenden de manera tan tajante que hay que recomendar quedarse atento a su devenir porque a pesar de su relativa juventud, todo lo que vierte en copa es sobresaliente.

Creada en 2009, Costa Boal Family Estates posee varias propiedades entre el Douro, donde elabora vinos de Oporto, y la región de Trás-os-Montes, donde produce sus vinos tranquilos. Paulo Nunes es el enólogo que firma estas maravillas embotelladas.

Este rótulo muy viejo se produjo en el Douro y se guardó por generaciones en la bodega de familia. Las analíticas efectuadas revelaron que el vino roza el siglo. En reposo total y sin haberle intervenido en varias décadas, de este viejísimo tawny apenas de produjeron unas 200 botellas.

De color castaño y con un aroma a vinagrinho menos incisivo, este viejísimo vino de Oporto fue la perfecta conjunción de los recuerdos de chocolate con los matices cítricos, a los que se sumaron reminiscencias a abundante higo, sirope de chocolate, notas yodadas y un final de almendra. Con un pase por boca aterciopelado, se trató de un vino con finura y persistencia que se produjo y envejeció en el valle del Douro.

Divinidades y Viajes & Vinos agradecen a la organización de Essência do Vinho la invitación a formar parte del grupo internacional de profesionales del vino convidados a este importante evento, con el privilegio y la responsabilidad de integrar el panel de cata que seleccionó los 10 mejores vinos de Portugal.

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