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Cultura del vino para quienes no quieren vivirlo "light"

El gusto por lo vegetal: la nueva revolución gastronómica

 

 

Texto: Rosa María González Lamas. Fotos: Viajes & Vinos, Peter Thiam, New Wave, Le Bernardin y suministradas (C)

 

 

 

Quizás tenía en sus manos la bola de cristal cuando en su oráculo epicúreo para el porvenir el chef español José Andrés nos predijo en una entrevista que le hicimos en 2007 que las frutas y verduras del mundo tendrían un gran futuro y asumirían un gran protagonismo en la cocina. Años después, abriría Beefsteak y publicaría su libro Vegetables Unleashed.

El español radicado en América no sería el único en anticiparse a los acontecimientos. Desde que emprendiera una ruta como chef empresario, otro español, Rodrigo de la Calle, hizo de las verduras y lo verde su bandera en el plato propugnando una cocina pura, de la tierra, sabrosa y, sobre todo, con sofisticación, del aperitivo al postre.

De la Calle pintó con azul algunas de sus creaciones, al igual que otro reputado cocinero, Angel León, antes lo había hecho de verde intenso usando por primera vez el pláncton como ingrediente. Verde pláncton, azul de spirulina son dos ejemplos de cómo el mundo de lo vegetal se fue haciendo hueco en la alta cocina hasta repercutir, como siempre sucede, en platos más plebeyos que hoy son el pilar de restaurantes más cotidianos.

Porque el interés por el mundo vegetal comestible ya no es una seña de identidad de algunos profesionales de la cocina sino una tendencia en toda regla, un movimiento irreversible impulsado quizás por el hecho de que productores, cocineros y consumidores son cada vez conscientes de lo indispensable que se ha hecho la sostenibilidad.económica y ambiental en todos los eventos de nuestra vida y en nuestro compromiso con el planeta tierra.

En el plato, el gusto por lo vegetal va avanzando a pasos acelerados y por ello The Culinary Institute of America organizó recientemente su Global Plant Forward Culinary Summit.

No es vegetariano, no es vegano, es plant-forward. Lo que quiere decir, incorporar más ingredientes del mundo vegetal en el plato, como proteínas, aunque esto no signifique vedarle otras proteínas como las de las aves, el pescado o las carnes.

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Lejos ha quedado aquel desdén de los niños por las ensaladas, los vegetales, y tantos otros productos agrícolas en cuya ingesta antaño los padres tenían que insistir con perseverancia.

Las cifras no mienten. Desde 2004 el número de consumidores que ha determinado seguir una dieta que incorpore más plantas y vegetales mínimamente procesados y saludables se ha incrementado en un 3,000% en los Estados Unidos, donde 5% de los adultos y 8% de los adultos entre 18 y 24 años se declara vegetariano, 39% de la población intenta activamente ingerir más alimentos con base vegetal y 44% de los consumidores busca reducir su consumo de carnes.

Nada más la venta de setas mostró crecimientos de doble dígito durante casi todo el año desde que se inició la pandemia, motivada probablemente por sus cualidades nutritivas y saludables, con mucha vitamina D recomendada para combatir el COVID-19 y su aptitud para reemplazar la carne. Esto da una idea del empuje de la tendencia plant-forward que crece en ese país al unísono que las nuevas generaciones, pero sin excluir a las más viejas.

Plant-Forward”, “rico en plantas” o “más basado en plantas” es un amplio concepto para una transformación del sistema dietético y alimentario que incluye un amplio conjunto de aproximaciones culinarias más saludables y sostenibles, de las que contienen aves, pescado, lácteos y/o pequeñas cantidades de carne a ofrecimientos vegetarianos y veganos. Las personas que siguen este patrón dietético se llaman flexitarianos.

Plantas, pero no solo plantas. Son tubérculos, vegetales, cereales, legumbres, frutas, semillas, frutos secos, granos, aceites, por supuesto algas, entre distintos alimentos que buscan ensalzar sus cualidades saludables y explotar su versatilidad ignota, repensando su función en el plato, innovando en su tratamiento, siendo creativos en sus presentaciones, recuperando algunos en desuso o sin potenciar, incorporándolos a los menús de establecimientos gastronómicos y, por supuesto, también en las cocinas de todas las casas, especialmente cuando éstas se han vuelto un eje importante de la actividad gastronómica resultante de la pandemia del COVID-19.

Celebrando la belleza vegetal: de casa a las Michelin

 

Tan de cocina para aficionados a través de publicaciones o las ondas televisivas, a deleitar a los más exigentes paladares gourmet, el chef Eric Ripert es uno de los más fervientes impulsores de la cocina vegetal. Conocido por su pasión por los frutos del mar y los vegetales con que se crió en el Mediterráneo francés, el chef confesó que aunque no ha dejado de ser carnívoro, sí ha ido integrando más vegetales en su dieta.

Ripert fue uno de los participantes en este Congreso, en el que también presentó su nueva pubicación “Vegetable Simple”, donde pone el foco en el reino vegetal y comparte técnicas que exprimir la belleza e individualidad de los ingredientes vegetales.

“Enfocarse en el producto antes de en la estética ayuda en el manejo”, explicó. El chef relató su experiencia con un producto como son las alcachofas, que fue manejando con distintas técnicas culinarias para identificar cuáles se adaptaban mejor según qué tipo y tamaño de alcachofa. Así descubrió una armonía inédita, la de trufas negras con alcachofas, que luego fundió en una vinagreta de trufas para aliñar un risotto.

En 2016 se arriesgó a crear un menú de vegetales en su triestrellado Le Bernardin neoyorkino, una respuesta a la demanda de clientes por estos productos y al interés también en exponer los paladares a nuevas experiencias. “Hoy un 15% de nuestra clientela apuesta por el menú vegetariano, lo que también ha servido para atraer nuevos clientes que quizás por temas como sus creencias religiosas antes no nos visitaban”, apuntó.

No solo son vegetales como las alcachofas lo que promueve Ripert, quien apuesta por los vegetales de temporada por lo que aportan de frescura y piensa que los próximos vegetales que se pondrán de moda son vegetales con perfiles concretos, muy económicos, muy utilizados, pero cuyo potencial se pasa por alto, y que pueden ir desde las lentejas hasta las habichuelas blancas.

¿Cómo hacer que más carnívoros como Ripert se interesen por incorporar más elementos vegetales en el plato? La chef argentina Narda Lepes propone incorporar algunos elementos no vegetales en las recetas vegetales, retomar recetas internacionales que ya tiene una base vegetal, sacando partido de la estética, tirar partido de los alimentos de temporada y también utilizar las redes sociales para atraer una audiencia proponiéndoles conceptos innovadores y no repetitivos de lo que ya se ve en ellas. Lepes y otros cocineros admitieron utilizar carnes, pescados o aves para hacer algunas de sus preparaciones, no con un fin de que se conviertan en ingrediente, sino más bien como un elemento que ayuda a condimentar y potenciar sabores, pero también de que sea más fácil cautivar los paladares que los ingieren.

La filosofía vegetal quizás se asocie de manera más natural a establecimientos independientes o de pequeña dimensión, pero también puede llegar a trascender en cadenas de restaurantes u hoteles. Y una forma útil de incorporarla en la experiencia de viajes es la creación de menús especiales o de experiencias de aprendizaje culinario en las hospederías que saquen partido de la despensa vegetal local, como lo hace el hotel marroquí El Fenn, donde la chef Tara Stevens convierte su cocina en el hogar imaginario de los huéspedes, quienes pueden deleitarse en la cocina marroquí e ingredientes como el aceite de argán o los pétalos de rosa.

Porque ya no es cuestión solo de ensaladas o majados, es un abanico de posibilidades que difumina fronteras entre lo dulce y el salado y puede llegar hasta el postre, donde el empleo de cereales menos utilizados es un recurso con mucho potencial. Así, por ejemplo, la chef repostera y autora de “Mother Grains”, Roxana Jullapat recurrió en California a ocho cereales y granos antiguos, para incorporarlos en recetas de postres. En su presentación hizo una receta con alforfón (trigo sarraceno), un pseudocereal oriundo de Asia y el norte de Europa que añade densidad a los bizcochos, manteniendo su ligereza, pero además es libre de gluten, lo que le hace apropiado para los celíacos, y posee proteínas de alta calidad.

Al rescate de lo autóctono

 

Desde hace ya unos años el rescate de ingredientes y tradiciones culinarias ha sido una de las tendencias más importantes de la cocina y la cocina vegetal no es la excepción. Tras la gran revolución de la quinoa, ahora toca el turno al fonio, un cereal oriundo de Africa y considerado un superalimento, resistente además a la sequía, que es de textura semejante a la de cuscús, y que ahora se busca recuperar en la cocina no únicamente porque puede reemplazar a otros granos, sino también porque en su recuperación como ingrediente y grano antiguo se está apoyando a la sustentabilidad económica de pequeños productores. El chef senegalés Peter Thiam es un propulsor del uso del fonio, idóneo para elaboraciones como las croquetas.

Porque lo vegetal pasa por el agricultor y la capacidad de mantener la producción, un reto tanto a nivel operacional como administrativo, especialmente cuando en la agricultura hay un gran problema de relevo generacional. Para ello, Frutos del Guacabo ha creado una especie de ecosistema donde además del cultivo, la investigación y la innovación, la comunicación y la educación contribuyen a potenciar el proyecto y la agricultura local.

Frutos del Guacabo, un emprendimiento agrícola puertorriqueño ubicado en Manatí y fundado en 2010 con el objetivo de minimizar las importaciones de alimentos en Puerto Rico   ---una necesidad hecha muy evidente tras el huracán María y durante la pandemia del COVID-19---, se ha enfocado en el cultivo de productos agrícolas enfocados en su uso en restaurantes y las dark kitchens que han florecido en tiempos pandémicos.

Así, trabajan estrechamente con cocineros locales para asegurar un suministro de hierbas aromáticas, tubérculos, vegetales y otros productos agrícolas, según las necesidades de los cocineros, lo que logran trabajando con unos 40 agricultores en las áreas norte y central de la Isla. Pero además de propiciar una interacción con los cocineros  ---quienes visitando fincas pueden también vislumbrarle nuevos usos a un producto---  adiestran y educan a personal del servicio sobre lo que busca el consumidor, para lo que ofrecen internados y actividades para fortalecer las destrezas de trabajo en equipo.

Frutos del Guacabo cuenta con cultivos hidropónicos y agroecológicos, ya que su consigna es alcanzar la máxima sostenibilidad posible.

Vegetales, pero no solo como vegetales. Porque una tendencia ha sido ir también reemplazando ingredientes del mundo animal con ingredientes vegetales, como son las legumbres o las setas, entre otros. Así, se pueden cocinar unas setas para comerlas al ajillo, unas habichuelas guisadas o trituradas en puré para servir como dip de la forma como los garbanzos se transforman en hummus, o se pueden transformar unas setas o unas lentejas para crear hamburguesas o albóndigas vegetales.

Son dos metamorfosis naturales, pero en el mundo vegetal también se han instalado las futuras fuentes proteínicas que se logran con tecnología, creando alternativas de productos animales elaborados con plantas, como pueden ser las “carnes cultivadas” en que mediante procesos como la fermentación se logran coagular proteínas para crear sensaciones de suculencia que se asemejan a las de la carne. Si los cocineros quizás recurran más a las plantas y vegetales para crear conceptos que se asemejen a la carne, otros conceptos más industriales pueden depender más de aditivos, técnicas y tecnologías para lograr esa transformación, algo que requerirá destrezas de preparación.

Por ejemplo, New Wave Foods apuesta por utilizar lo vegetal como base, no de propuestas “carnívoras”, sino de frutos de mar, como son sus camarones producidos a partir de plantas y algas. New Wave pronostica que los frutos del mar serán la próxima categoría en boga entre las basadas en plantas, y que sus camarones vegetales brindan todo el sabor, la textura y versatilidad de los que se pescan, con el aliciente de que también evitan también el colesterol, las alergias a crustáceos y la destrucción ambiental que provocan los criaderos de camarones y la sobrepesca.

 

Plantas y cadenas de restaurantes 

Los menús basados en plantas son, además de una manera de innovar, una forma de hacerlo con ganancias. Que se lo digan a Chipotle, cuyo veggie burrito ha sido un éxito sin precedentes, y está convencida de que veremos una mayor incorporación de plantas en los menús. La empresa ayudó también a muchos agricultores en los que invirtió unos cinco millones de dólares en asesorías y seguimiento en su mejora la producción para hacer que sus frutos sean más nutritivos y la comida sepa mejor, igual que muchas bodegas hacen con los viticultores que le surten uvas para sus vinos. Esto prueba que el plant-forward puede ser también una opción a gran escala.

Otra, según explicaron, son los aliños para ensaladas, salsas para pasta y vinagretas, territorios de oportunidad para innovar y crear nuevos productos con base vegetal y la posibilidad de producirse a gran escala y con ganancias.

Otra área de oportunidad son los servicios de entrega de comida popularizados durante los confinamientos pandémicos y que pueden conjugar conveniencia y diversión según el formato cómo se planteen y empaquen para facilitar al consumidor su preparación y disfrute. Conveniencia, accesibilidad, nutrición y delicia son las características que deben de tener estos menús.

Hay potencial. Que lo diga el chef David Lee, al timón de Planta, un concepto vegano en la ciudad canadiense en Toronto, cuyo eje son platos centrados en los vegetales que recorren multiplicidad de cocinas internacionales.

Criado y educado en distintos países de Europa y el Pacífico, Lee desembarcó en Canadá, país de cuya despensa se ha enamorado. Reducir de peso y cambiar sus hábitos alimentarios hizo que el cocinero cambiara su dieta por una basada en lo vegetal. Esta fue también su inspiración para abrir su restaurante Planta, donde, al igual que Ripert, puso la técnica al servicio del sabor en el mundo vegetal. De su ubicación inicial, hoy Planta se ha expandido en Canadá e incluso a Estados Unidos, donde a fines de 2020 abrió en Coconut Grove en Miami, y confía abrir nuevas localidades en Washington, DC y Nueva York. Pero también con la pandemia creó Planta at Home, una tienda virtual donde vende productos y algunos de sus platos insignia.

 

Vegetales y vino

 

El auge de los menús con un mayor protagonismo vegetal también repercute en las armonías líquidas utilizadas para acompañarlos. De ahí que algunos sumilleres propongan vinos más vinculados al terruño, a los que muchos consumidores están receptivos. Los vinos naturales pueden ser una alternativa, aunque también más perecedera y no siempre exenta de defectos. Pero a muchos consumidores les gustan. De hecho, hay restaurantes que han desarrollado también programas para complementar los platos basados en lo vegetal, con un repertorio de cócteles basados también en plantas para maridarlos.

Pero no solo es cuestión de como armonizar el vino, sino que incluso las plantas se han planteado como fundamento de envases más sostenibles para la industria de bebidas en el futuro, una dirección hacia la que se dirigen muchas bodegas.

De ahí que empresas como Green Gen Technologies hayan creado botellas elaboradas íntegramente a partir de semillas de linaza que, aunque bastante más costosas, se consideran mucho más sostenibles que las botellas de vidrio, cuya producción requiere de mucho calor, de consumo de combustible en su transporte produciendo emisiones de carbón, y uso de arena tanto en su producción como en su reciclaje.

La linaza se convierte en hilo, luego tela y luego se cocina con bioresina para crear un material resistente y muy ligero que puede transportarse más fácilmente, de manera más económica, y además puede lo mismo perdurar muchos años si se conserva en las condiciones de temperatura adecuadas, o degradarse más o menos rápido según se maneje y el lugar donde se ubique.

Green Gen no está solo en la aventura. Hace unos meses Bacardi anunció que en 2023 lanzaría una botella “vegetal” creada con semillas de palma, soya y canola, biodegradable y que reemplazará las botellas plásticas que usan muchas de sus marcas.

El mundo vegetal es forma y contenido, pero más que todo, un cambio de chip. El nacimiento de una nueva cultura culinaria.

 

 

Viajes & Vinos agradece a The Culinary Institute of America su invitación a formar parte del selecto grupo de participantes del Global Plant-Forward Culinary Summit.

 

27 de abril de 2021. Todos los derechos reservados ©

 

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