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Marabar by 1919: la nueva tentación sibarita

 

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Caviar, caviar y no sucedáneo, foie-gras, trufas, anchoas de Santoña son algunos de los ingredientes de la despensa de lujo gastronómico con que se construyen bocados para disfrutar en solitario o compartir, que relucen como el oro y no escatiman en la más alta calidad de su materia prima, que ensalza también a elementos más humildes en su más esplendorosa sencillez.

El menú se desgrana en cinco líneas de sabor protagonizadas por producto, textura, temperatura y sapidez, con el caviar como su gran hilo conductor.

La textura grasa y el sabor salino guían a la oferta de Osetra y Kristal, que se pueden disfrutar solos, o acompañar con ensalada de huevo orgánico, blinis de batata y crepas de alforfón. El Kristal Acipenser Schrenckii, valorado por su exquisitez y rareza, deja una impresión duradera en el paladar gracias a su complejidad de sabores e incomparable belleza. El Osetra Acipenser Gueldenstaedti, distinguido a nivel mundial como uno de los caviares de más alta calidad, provee una textura cremosa, suave pero firme, a la vez que proporciona una sensación refinada en boca.

Como complemento, ese mismo ingrediente se enlaza con el queso es un bocado nirvana que estalla de placer en el paladar. Además de con el caviar, mozzarella y stracciatella se funden también con la más absoluta exquisitez de las anchoas del Cantábrico, conjugando, además de dos texturas, también lo dulce y salado. Pocos elementos, tan expresivos en sí mismos, que hipnotizan con el dramatismo de su compleja sencillez.

Sencillez no sólo en lo que se cimenta en pocos ingredientes, sino también en lo crudo, con una propuesta donde el estado casi virgen que otorga la poco o nula cocción permite disfrutar de pescados y carnes de muy buena calidad, en un juego de sazones que no opaca la expresión de pureza del producto. Sublime un tartare de res con caviar y hierbas, sashimi de atún con alioli de caviar y mozzarella, vieira con naranja y pólen de hinojo con aceite de oliva Taggiasca, o salmón curado con crema fresca y caviar de salmón, entre otros.

La untuosidad envuelve todo el paladar con el foie-gras zurcido con mermerlada de frutos tropicales y pan tostado campesino.

Si se prefiere algo templado, sashimi, bikini en pan brioche con queso mozzarella y trufa negra, medallón de langosta con salsa de caviar de salmón ahumado y champán, o un excepcional slider de pan de papa con tartar de atún con tomate y caviar. Una propuesta de verdadera alta costura y exclusividad que persigue elevar la experiencia del maridaje de un menú de bar a un nuevo nivel de esplendor.

Y es que el otro gran pilar de Marabar by 1919 es su selección en copa, con una monarquía absoluta de burbujas, inicialmente de Francia, y una selección de vinos blancos del más alto nivel, que se renovará de manera regular para complementar a la perfección cada platillo y realzar la experiencia gastronómica.

Con acidez y efervescencia los vinos espumosos ostentan una enorme versatilidad gastronómica que les hace una armonía idónea para recorridos entre lo dulce y salado, lo untuoso, lo picante, lo crudo y lo cocido. Por eso no es de extrañar que sean la piedra angular del menú líquido de Marabar by 1919, que en su debut ofrece un recorrido burbujeante por Francia, con especial hincapié en champanes de pequeños productores, así como en Krug, el ícono del que el restaurante 1919 es embajador.

Precisamente el Krug Grande Cuvée, que ensambla un amplio repertorio de añadas, destacó por su estructura y complejidad, con aromas a bollería, almendras, hasta polvo de cacao en contraste con un final cítrico, largo y salino. Pura concordia con los matices grasos y salinos del caviar.

Lancelot-Pienne Accord Majeur Brut, un blanc de blancs que funde variedades de uva, parcelas y uvas de medio siglo, y Gonet Medeville Blanc de Noir Bru Premier Cru se fusionaron sin aristas con la mozzarella fundente del bikini en pan brioche, con trufa y speck. Dos champanes de pequeños productores que 1919 y Marabar persiguen traer al proscenio de la efervescencia.

Bechtold Crémant d’Alsace y ensamblaje de Chardonnay y Auxerrois, meloso en nariz y con aromas a fruta de hueso y buena burbuja fue sintonía con el sashimi de atún con caviar. L20 Parigot & Richard Origines, también Crémant, pero de Borgoña, y ensamblaje de Chardonnay, Aligoté y Pinot Noir con un contundente final salino que aportó mucho frescor, se conjugó con gran sinergia con el tartare de res y caviar.

Junto con estos espumosos hay una oferta de vinos blancos por copa que permitirán al comensal un coqueteo líquido que en cada sorbo le brindará la ocasión de hacer escala en algunos de los más prestigiosos destinos productores para vinos blancos.

Bienaventurados los que puedan disfrutar de la fraternidad de este lujo en el paladar.

Para más información y reservaciones visite Marabar by 1919 - Reservaciones en Open Table.

 

2 de marzo de 2024. Todos los derechos reservados ©

 

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Puede que hayas tenido un día accidentado, agobiante o que vivas en estrés. Cuando llegas a Marabar el tiempo se detiene y no se quisiera que las manecillas del reloj se movieran un solo milímetro para poder congelar el momento mágico que, con lienzo de mar Atlántico en el fondo, se delinea en la mesa pintando un paisaje de copas y bocados que convierte la experiencia de este renovada antesala al restaurante 1919 del hotel Condado Vanderbilt en un verdadero spa del gusto, donde los masajes al paladar se hacen con electrificantes burbujas de champán.

Un bar gourmet con vista al mar, el recién nacido Marabar es la más joven creación del laureado Juan José Cuevas, chef ejecutivo del hotel, quien en este espacio da rienda suelta a su imaginación epicúrea para crear perfectas armonías entre manjares super premium líquidos y sólidos, con conceptos intrépidos, tanto en el plato como en la copa.

Texto: Rosa Maria Gonzalez Lamas. Fotos:Viajes & Vinos y suministradas (C)