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Ni son los de Gabrielle «Coco » ni los de Karl Lagerfeld con su rica gatita Hello Kitty. Son los de Alain y Gérard Wertheimer, dueños de un imperio de moda que tras los desfiles, las telas y el Chanel No. 5 tienen también botellas, de vino, of course.

Poca gente sabe que tras el multimillonario  emporio chanelesco hay además varias bodegas regentadas por los Wertheimers: Château Rauzan-Ségla (Deuxième Cru-Grand Cru Classé) en Margaux, Berliquet (Grand Cru Classé) y Canon (Premier Grand Cru Classé), en Saint Émilion. Tres bodegas en Burdeos a las que se une una cuarta, St. Supéry Winery en Rutherford, California, adquirida en 2015. Berliquet, adquirido en 2017, es uno de los más antiguos proyectos de Saint Émilion y se especializa en Merlot y Cabernet Franc. St. Supéry se especializa en Cabernet Sauvignon y Sauvignon Blanc de viñas propias.

Los Wertheimer tienen una fortuna estimada en más de 16 billones de euros, lo que les convierte en parte del selecto grupo de personas más ricas de Francia. Además de apasionados del vino lo son también de la hípica y poseen y operan un establo de caballos purasangre conocido como La Presle.

Para celebrar el 350mo aniversario de Rauzan-Ségla el recientemente fallecido diseñador Karl Lagerfeld diseñó una etiqueta para la añada 2009. Lagerfeld  ---quien curiosamente no consumía alcohol pero era un gran observador de los consumidores de vino---,  hizo para la bodega una versión rompedora y colorida del Château, que se desmarcó de la clásica sobriedad de los vinos de Burdeos.

La propiedad no es, no obstante, el único vínculo de la casa Chanel con el vino, ya que se dice que el logo de las letras enlazadas que retrata a la maison francesa y su perfume Chanel No. 5 se inspiró de las ventanas de una capilla en Château de Crémat, uno de los viñedos con más solera en la Niza provenzal, aunque eso no ha podido certificarse.

Gabrielle « Coco » Chanel  ---quien por entonces era asidua a Grasse, destino por excelencia para los perfumistas---   fue una asidua a las fiestas que Irene Betz, una socialité estadounidense, organizaba en el Château que adquirió a inicios de los 1920 tras vender su hotel Negresco, por considerar que el viñedo ofrecía algunas de las mejores vistas de los Alpes al Mediterráneo, una escenografía perfecta para sus fiestas de postín.

Pierre Wertheimer, abuelo de sus actuales propietarios, fundó la maison Chanel en 1920. Los Wertheimer siempre han estado vinculados al negocio del lujo, desde que su bisabuelo Ernest Wertheimer pusiera los cimientos empresariales de la familia. Judío de nacimiento, Ernest nació en Alemania en 1852, pero luego se trasladó a Francia, primero a Alsacia, y luego a París. La gran fortuna de la familia se gestó por los populares cosméticos Bourjois, que adquirieron al iniciar la andadura de su empresa.

 

En 1924 los Wertheimer se asociaron a Gabrielle «Coco» Chanel para crear Parfums Chanel, fundamento para crear la mítica marca Chanel No. 5. Poco a poco la marca Chanel fue tornándose íntegra propiedad de los Wertheimer y base para una empresa que manufactura un sinnúmero de productos de lujo y enlaza su renombre a las bodegas que hoy poseen sus propietarios.

 

 

21 de febrero de 2019. Todos los derechos reservados ©

 

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Rosa Maria Gonzalez Lamas. Fotos: Suministradas (C)