Cata: Granbazán Limousin - Divinidades - Novedades de Viajes & Vinos

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Antes no fue azul, pero sí fue un referente del vino. Fundada en 1981, antes de la constitución de la denominación de origen Rías Baixas, Bodegas Granbazán, orientada cara al norte para protegerse de los calurosos rayos del sur y envuelta por alfombras elevadas de parrales de albariño que se pierden en el horizonte, nació como un proyecto viitícola cuyo fin era el de lograr transfundir el terroir y el clima salnesiano en copa.

Protagonista de la revolución agroindustrial más importante de Galicia que situó a la albariño en el mapamundi, Granbazán tuvo en su Finca Tremoedo y sus 14 hectáreas que circundan la bodega, un pilar para construir un proyecto basado en el cuidado del viñedo asentado en suelo de granito, que además es referente de investigación, desarrollo e innovación en viticultura y enología. Un viñedo minuciosamente comprendido con la sabiduría del tiempo, que dentro de su extensión tiene microparcelas que aportan singularidad, y cuya esencia pretende preservarse con mínima intervención en bodega.

Precisamente de sus partes más altas, donde las uvas tienen muy bajos rendimientos, nace Granbazán Limousin, un vino pionero entre los albariños de la DO Rías Baixas envejecidos en roble. Porque lejos del estereotipo de vinos jóvenes elaborados en depósitos de acero inoxidable, esa variedad camaleónica que es la albariño tiene un marco de esplendor cuando coquetea con la madera de manera juiciosa y comedida.

Fue a finales de la década del 1980s, cuando la denominación de origen comenzaba a andar, que la bodega empezó a experimentar con el roble francés, un ejercicio que tras varias décadas se ha ido afinando y depurando para lograr la perfecta armonía entre acidez, madera y fruta, regalando en copa uno de los que sin duda es uno de los grandes vinos de la DO Rías Baixas.

Limousin, como el tipo de roble, porque el roble está presente en este blanco como los polvos o las estrellas que salpica la varita mágica de un hada madrina haciendo que la uva se transforme de manera magistral. El vino fermenta en depósitos de acero inoxidable y luego se envejece en barrica durante cuatro a seis meses.

Dorado y brillante como el sol, en su añada 2019 el Granbazán Limousin muestra la delicia que puede alcanzar un albariño en compleja madurez con una conjunción de aromas, texturas y sabores ricos y profusos.

Este blanco es un vaivén de aromas que van de lo cítrico a lo mineral de la piedra y el humo, de las sutiles notas de vainilla, mazapán, delicado toffee y jazmín al albaricoque y al marcado limón que lo envuelve de principio a fin. Hasta una pizca de pimienta blanca y tonos a goma quemada adornan este vino que sobresale por su magnífico equilibrio, con un excepcional trabajo con la madera, apenas un velo de roble en un vino con sus partes bien integradas, con sapidez, perfecto balance entre la textura untuosa de su pase por el paladar y la chispa fresca de su acidez, que termina en boca con un final super cítrico en un vino con textura en boca, fina estructura y exquisita elegancia.

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De los pazos tiene viña circundante y el espíritu elaborador sin casa señorial. La casa, no tiene el señorío residencial palaciego de muchos otros pazos de albariño, pero sí es un palacio de vino, repleto de depósitos y barricas con el abolengo de tener en sus entrañas algunos de los vinos con más trasfondo de la denominación de origen Rías Baixas.

Allí donde se rozan el verde del monte y el turquesa atlántico de la ría de Arousa está el Agro de Bazán. En el corazón del territorio de Cambados, epicentro del albariño, del Salnés y las Rías Baixas se yergue azulada una estructura con aire de château francés, un edificio neoclásico que con su color hace un guiño a las casas indianas gallegas, pero también al azul del mar cercano, que tanta influencia tiene en las uvas y viñas de la región.

Cata: Granbazán Limousin 2019 (DO Rías Baixas)

Texto: Rosa Maria Gonzalez Lamas. Fotos: Viajes & Vinos y Bodegas Granbazán (C)