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Cultura del vino para quienes no quieren vivirlo "light"

CATA:

Albarei Áine 2015

 

 

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Lejos del estereotipo que aún tienen muchos consumidores sobre el concepto cooperativa de vino como un centro elaborador de grandes volúmenes y no siempre de buena calidad, hay bodegas como Condes de Albarei (DO Rías Baixas) que llevan esa errada percepción del colectivo al extremo opuesto de calidad. No solo realizan vinos muy buenos, sino que también osan tomarse riesgos de elaboración.

Uno de ellos es Áine, nombre de la diosa celta del aire y el viento, que la bodega ha escogido para bautizar las botellas que son un homenaje al carácter atlántico de su zona de producción. Se trata de viñas de albariño con más de 25 años que ubican en tres parcelas contiguas al mar en la ribera sur de la Isla de Arosa, donde las aguas preservan más el calor que la propia tierra. Un sube y baja de presiones hace que el aire caliente del mar se eleve, ocupando su lugar el aire frío y seco de la tierra, produciendo una amplitud térmica y brisa que propician una maduración más lenta y evitan la botritis.

Esa proximidad marina incide en la maduración de las uvas, que llegan a adquirir un tinte rojizo y maduran casi medio mes más tarde que las de los viñedos cercanos. Las uvas se cosechan con gran madurez, se vinifican y luego envejecen sobre sus lías en depósitos de acero inoxidable durante tres meses, y luego un año en botellero antes de comercializarse.

De poquísima producción, Áine es un vino erudito y de meditación, que requiere paciencia pues tarda en abrir y expresarse. En nariz estallan sus matices a piedra, sílex, fósforo, aparecen abundantes recuerdos a hinojo y manzanilla. Tonos a aceituna y un velo de manzana verde. En boca destaca por su punzante mineralidad y estridente salinidad, buen volumen, pero antojándose una fruta algo más expresiva en un pase elegante y complejo.

 

30 de mayo de 2018. Todos los derechos reservados © Más noticias de Vinos y Bebidas.

 

Rosa Maria Gonzalez Lamas. Foto: Viajes & Vinos (C)