El nuevo 2009 fue más oscuro que el 2005, pero menos que el 2007. Se trató de un ron ligero, destilado en alambique de múltiples columnas a 150 grados prueba y luego envejecido por una década en barricas de roble blanco con un solo uso, anteriormente usadas para whisky. Por ello mostró más tanino y color, una nariz algo afrutada por donde surgieron algo de especias, vainilla, un fino punto ahumado y recuerdos a fruta de hueso como el membrillo, notas confitadas y caramelo. En boca fue más astringente, con taninos más firmes, recuerdos a crema catalana, torrefactos a cáscara de cacao y un retrogusto persistente. Fue, de los tres, el que enlazó como guante de seda con el postre.

La colección Single Barrel se ha venido elaborando bienalmente en años impares, ya que, de acuerdo a Soto, los impares evolucionan mejor que los pares en lo que concierne a evaporación.