21 de mayo de 2014 - Novedades de Viajes & Vinos
En esta edición:
Monterrei, viñas y carnaval
El Gaitero, legado de sidra asturiana
Retablos enológicos
Premios:
Arrasa Don Q Añejo
Bartender de Stolichnaya
Premios en La Mancha
Marqués de Griñón honrado en París
Berasategui, caballero champán
Destilados:
Tanqueray, coctelería culinaria
Briefs
Gastronomía y Marca España
Cavas de pago
Arte religioso y enologia
En esta edición:
Señorío de Rubiós, feligreses del vino
Dehesa de los Canónigos, aniversario de Dueros
Cubanísimo, rumba de pinot noirs en Oregón
Los vinos de Castilla y León en San Juan
Sabores
Sunday Brunch en Budatai
Calabria en Buenos Aires
Tapas, pan y grandes chefs
Un siglo de Panamonte
Eventos
Veuve-Clicquot Labor Day Experience 2014
Verano musical en Mondavi
Cru Burgeois à Nueva York
Puerto Rico Burger Fest
El valle de Monterrei, el español, en la parte oriental de la provincia de Orense, gravita alrededor de la ciudad de Verín, fronteriza con Portugal y famosa por sus cigarrones en el carnaval. Además de sus vinos, gastronomía y aguas minerales, otro de los principales atractivos turísticos del valle de Monterrei es un castillo que data del siglo XII y que está muy vinculado a la historia española. Perteneció a los Condes de Monterrei desde la época de los Reyes Católicos y durante el reinado de Felipe II fue el principal castillo de España.
Más hacia el sur y hacia el interior de la península, la denominación de origen Monterrei se destaca por un clima con más semejanzas continentales con Castilla-León, que con el atlántico de las otras denominaciones de origen gallegas. El clima es mediterráneo templado con tendencia continental e influencia atlántica, veranos muy calientes e inviernos muy fríos, buenas amplitudes térmicas, buena insolación y menor pluviometría, debido al hecho que el valle de Monterrei está rodeado de montañas que desvían los frentes y evitan la lluvia. Ésta es su característica distintiva, que ayuda en la maduración y confiere a los vinos trazos singulares de untuosidad en boca, baja acidez por una mayor exposición a la luz solar, y mayor graduación alcohólica.
Los viñedos que conforman la denominación se hallan en dos zonas diferenciadas: las laderas de los montes y los valles bañados por el río Támega un afluente del Duero, que cruza a Monterrei de norte a Sur. Una amplia diversidad de suelos ---donde se halla hasta wolframio--- confiere aptitud a diversos tipos de vinos, y así, los de pizarras y esquistos favorecen a los tintos, mientras que los graníticos y arenosos, son más afines a los vinos blancos.
Esta transformación con luces ha sido muy marcada quizás en los últimos cinco a seis años, empujada en forma importante por la demanda del mercado por vinos tintos.
En Monterrei se elaboran tanto vinos tintos, como vinos blancos, y, contrario a otras denominaciones gallegas, como Rías Baixas, donde predominan los vinos monocasta, la característica distintiva de Monterrei son los plurivarietales. Aunque los blancos aún dominan en la denominación casi en un 70%, el crecimiento de tintos ha sido notable.
Entre las cepas preferentes se encuentran la treixadura; la godello, de maduración más temprana y ahora predominante en los cultivos de la denominación; y la Dona Blanca, de grano más grande, que se usa como complemento en ensamblajes porque, a pesar de ser más aromática, es de fácil oxidación y pobre estructura. También se cultiva la palomino, una cepa bastante extendida en Galicia por su productividad, y la monstruosa, o branca de Monterrei, una uva que toma su nombre de la gran dimensión de sus bayas. Los vinos Blancos Monterrei utilizan un 60% de las variedades blancas preferentes. Si el porcentaje de variedades blancas preferentes supera el 85% los vinos se catalogan como Blanco Monterrei Superior.
Entre las tintas se cultivan la arauxa (tempranillo), la mencía, la alicante bouschet (replantada también luego de la filoxera), la sousón, la caíño tinto, la garnacha tintorera, la bastardo (también conocida como trousseau, merenzao o María Ardoña), una cepa que aporta grado alcohólico y es de rápida maduración.
Se dice que la filoxera entró a Galicia por Verín, pero luego de este ataque en Monterrei se plantó con pie americano. Desde la década del 1990 se han retomado nuevas plantaciones de vides, con lo cual, se consideran “cepas viejas” a aquéllas plantadas hace más de 15 años. La edad es relativa, porque aunque estas “cepas viejas” no lo sean tanto si se compararan con las edades de las cepas de otras denominaciones, sí demuestran que las vides no tienen que ser en exceso longevas para elaborar con ellas óptimos vinos. Esto igualmente anticipa el potencial que los vinos de Monterrei serán capaces de alcanzar en un tiempo.
El vino acapara la economía de la zona agrícola, aunque también hay granjas de animales, zonas de huerta, y un importante cultivo de castañas, que hace de Monterrei una de las principales zonas productoras de España. Hay también olivares, destinados prioritariamente a elaboración de aceites para consumo en casa, aunque nuevas plantaciones hacen vislumbrar oportunidades comerciales para los aceites de oliva de la comarca.
Nueva era con denominación
Hasta alrededor de la década del 1970 Monterrei fue la zona vitivinícola más grande de Galicia. Pero las miles de hectáreas de viñedo que se cultivaban hace décadas fueron abandonándose poco a poco por otras actividades más rentables que hicieron casi desaparecer a Monterrei como zona productora de vinos. A partir de 1994, no obstante, empieza a forjarse una nueva era para la comarca, con la creación de la Denominación de Origen Monterrei, que poco a poco fue abriendo surcos en el vino de calidad, de forma análoga a cómo la calle principal que atraviesa Verín abre paso en sus costados a muchas de las bodegas de la zona.
De las aproximadamente tres mil hectáreas disponibles hoy para cultivo de viña, sólo unas 430 están adscritas a la denominación. 370 viticultores las cultivan lo que revela la parcelización del territorio, con un promedio de casi una hectárea por viticultor que reparten su producción entre las apenas 23 bodegas amparadas bajo la DO Monterrei. Una producción que se ha fundamentado durante dos décadas en una apuesta por variedades autóctonas de la zona y viñas predominantemente jóvenes, unos 13 a 14 años en promedio, según explica a Divinidades Luis Miguel López, Director Técnico de la denominación.
“Hace una década nadie conocía lo que era Monterrei y nos preguntaban qué hacíamos vendiendo vino mexicano. El cambio en la denominación ha sido de la noche al día”, añade López.
Souson
Treixadura
Ejes de moda y vino
La transformación de Monterrei como zona productora no puede entenderse sin dos actores que han desempeñado un papel importante en la renovación de los vinos de la denominación: Roberto Verino y José Luis Mateo. Los proyectos encabezados por ambos son importantes, no sólo como locomotoras de la región, sino porque la demarcan en dos estilos de vino, igual de importantes para la denominación.
Más conocido quizás por su dimensión creadora en el mundo de la moda, Roberto Verino buscó en Verín modelar un nuevo diseño para los vinos de Monterrei, un nuevo arte que desde su bodega Terra do Gargalo pretende un homenaje a su natal Verín y a su propia galleguidad. Los padres del diseñador trabajaron en temas de vinos y su hijo buscó rescatar el reconocimiento de Monterrei como zona productora, estableciendo allí su bodega.
Terra do Gargalo ubica justo a los pies del Castillo de Monterrei, con una estructura central de líneas rectas y directas rodeada de viña que se asemeja a un jardín hermoso y apacible, y decorada en su interior por fotos de moda conviviendo entre prensas, tanques y botellas.
La primera cosecha fue la del 1997, producto de vides de cultivo propio y también de uva adquirida, cosechada y monitoreada siguiendo los parámetros de calidad de la bodega. Terra do Gargalo tiene un compromiso con la sostenibilidad y el cuido de la tierra, por lo que minimiza y, en lo posible, evita los tratamientos con químicos. Actualmente colabora con la Universidad de Santiago de Compostela en un estudio sobre cómo el riego afecta las viñas en Monterrei.
En 2011 la bodega rediseñó su imagen y portfolio, cambiando su logo por uno más moderno, y re-estructurando marcas conforme el trabajo de Jorge Hervella, el enólogo que se hizo cargo de dirigir las elaboraciones. Así, sus siete hectáreas de viña hoy son génesis de cuatro marcas: Terra Rubia (un mencía y un godello-treixadura); Gargalo (un godello, un albariño-treixadura, y un tinto joven de mencía-araúxa); Terra do Gargalo, de más alta gama (un godello-treixadura criado sobre lías y un mencía criado en roble); y Viña Verino, un godello fermentado y criado en barrica de roble, el vino más especial que se estrenó con la cosecha 2011 y del que apenas se elaboran unas 800 botellas. La bodega elabora además aguardientes y licores.
Este pasado abril la portuguesa Chaves y la española Verín sacaron partido de su proximidad para crear una eurociudad, ciudad transfonteriza que une a ciudades localizadas en distintos países pero con mucho en común.
El maestro Mateo y su otro pórtico de la gloria
En la casa bodega de José Luis Mateo hay un depósito que se asemeja a caja fuerte, algo que no extraña porque las botellas que se producen en ese espacio de Monterrei merecen protegerse como tesoros muy valiosos, no sólo por la exclusividad de algunas, sino por el gran valor que han aportado a la denominación como productora de vinos de calidad.
A pesar de proceder de una familia vitícola con tradición, fue una vocación tardía la que convirtió a Mateo en vigneron, a la más idéntica usanza de los vignerons franceses que miman su pequeño trozo de viña para extraer de ella singularidades a las que luego dan forma de mil modos en bodega.
En Verín Mateo ha creado un recinto casi de peregrinaje, una bodega de garaje donde se vive el vino con devoción, curiosidad y sin prisas, cautivados por la profunda identidad que bodeguero y uvas le saben interpretar e impartir.
En esta escuela del vino que nutre al autor con toda suerte de disciplinas y zonas productoras de vino del mundo, Mateo extrae un glosario de nombres ignoto para muchos, que designa a muchas de las cepas que se han ido recuperando en la denominación, un esfuerzo en el que él ha desempeñado un papel clave.
“Al trabajar con viñedos viejos se van viendo muchas variedades que no están amparadas ni catalogadas, pero que son interesantes para el viticultor”, explica a Divinidades, añadiendo que también por la proximidad fronteriza, en Monterrei se ha visto mucho intercambio de plantas con Portugal. Así aparecen nombres como la dona branca, la verdello que es como se conoce en la zona a la godello, la louro que es sinónimo de treixadura, la mouratón, cepas de bastardo de más de medio siglo, o la monstruosa, conocida también como blanca de Monterrei, una cepa que él ha ayudado a recuperar, y que es de baya grande y esférica, hollejo grueso, muy vigorosa, de ciclo largo, tendencia a altos rendimientos, buena acidez, y que él considera apropiada para ensamblajes por su interesante carácter floral.
De su padre y su abuelo heredó dos parcelas, y hoy tiene viñas propias y arrendadas que se esparcen a través de 15 hectáreas. Fue su abuelo quien creó viveros que sirvieron para ir reproduciendo alguna de las cepas casi perdidas de la región. Todas las viñas de Quinta da Muradella, que así se llama la bodega, tienen certificación ecológica desde 2005, y anteriormente Mateo incluso empleó prácticas biodinámicas para dinamizar la tierra de las viñas viejas que iba adquiriendo, una filosofía en la que cree, pero que hoy la falta de tiempo no le permite seguir a rajatabla.
En bodega hay colección de formatos para manejar el vino, cada uno con propósito. Desde fudres a tanques de hormigón sin revestir que Mateo emplea para fermentar y envejecer por su capacidad de microoxigenar sin los aportes que da la madera, y también para preservar acideces a fin de conferir frescura y longevidad, hasta “barricas de inox”, es decir, depósitos de acero inoxidable concebidos a la medida por Mateo, con forma de barrica, y que él emplea para pequeñas vinificaciones o para conservar vinos estabilizados.
Pero además de esto, Mateo tiene en un recodo de la bodega una colección de rocas que ha ido recogiendo de sus viñas y que muestra la gran diversidad de suelos que enriquece el terruño de Monterrei. De ahí que en Quinta da Muradella se elabore una extensa cantidad de etiquetas, a partir de las vinificaciones de unos 32 vinos. 80% de la producción se exporta, una que alcanzó las 30 mil botellas en 2013.
Con el maestro Mateo se recorre la bodega como si fuera atravesándose un nuevo pórtico de la gloria dibujado entre racimos de uva. Su pasión y convicción son tan avasalladoras que no va de un depósito a otro buscando compartir nuevas sensaciones aún en proceso de evolución y que él va regalando a medida que extrae muestras de todo tipo de envase, con un denominador común de transparencia y finesse en copa. Una línea que decide seguir a partir de 2004-05 porque considera que el terroir y las uvas se expresan mucho mejor en los vinos finos que en los concentrados. Y es que la longevidad es un reto que Mateo busca superar con creces en sus vinos.
Las etiquetas de la bodega se organizan, a grosso modo, por uvas y terruños.
Entre las principales etiquetas de la bodega los Alanda, los vinos más básicos, elaborados en acero inoxidable su versión blanca, y una crianza de unos 14 meses en barrica en su versión tinta, y que son un recopilatorio de zonas de Monterrei. Además de éstos los Quinta da Muradella varietales, como brancellao (albarello) o sousón; los Muradella, a secas, que pretenden reflejar un pináculo de uva, tanto en su versión Dona Branca como en la más oscura de caíño yinto, y los Quinta de Muradella Gorvia y el A Trabe, vinos de parcela. La bodega comercializa también el Quinta da Muradella Sábrego Branco Ecolóxico, un vino elaborado con dona branca de suelos graníticos, y el Quinta da Muradella Berrande, el top de la bodega, elaborado a partir de mencías procedentes del viñedo más alto del proyecto, unos 700 metros de altura, sobre suelos de pizarra.
Para ensamblar todo esto un rompecabezas en depósitos que Mateo va dando a degustar a sorbos magníficos. Unos elaborados con raspón, otros sin él, en depósitos abiertos o cerrados y mediante todo un abanico de prácticas de vinificación que buscan extraer lo mejor de uvas y terruños. Dona Blanca, una uva que Mateo entiende extrae bien el carácter de la tierra, aguarda en su cosecha 2011 por ser embotellado luego de un pequeño pase por madera que le revela como un vino fino y complejo. Treixaduras de diversas parcelas como una de 2011, fresca, con tonos de crianza más marcados, mayor persistencia y carácter salino. Bastardo de la cosecha 2012, fresco, floral y afrutado. Gorvia tinto 2012 en el que domina la mencía, más jugoso y afrutado. Para Muradella 2012, mezclas de viñas viejas. Juego de mencías y otras cepas de las viñas a mayor altitud, que entregan una boca fina e incluso recuerdos a flores blancas a pesar de ser un vino tinto. Y el A Trabe 2012, una mezcla de fincas que ensamblan las de mayor altitud y las de viñas más viejas, un vino más jugoso, pero también más fino, más balsámico, con más nervio y buena acidez. Y otros experimentos por demás de un inquieto elaborador.
Curas, monaguillos, feligreses y templos de uvas
En la parte alta del valle de Monterrei ubica otro templo de uvas, que ha servido para posicionar a una marca de la denominación como uno de los buenos ejemplos de una buena relación de precio-calidad, fungiendo también como locomotora de la comarca. Se trata de Crego e Monaguillo, una bodega fundada en 2002 literalmente por un cura amante del vino, el Padre Ernesto en unión con otro Ernesto, Rodríguez, el seglar que se designa el monaguillo de esta liturgia de botellas.
Con una herencia familiar que producía vinos para consumo en casa, Crego y Monaguillo fue un proyecto que se hizo sobre la marcha, ya que cuando empezó en una vieja bodega de apenas 24 metros cuadrados, no había ni objetivo ni visión para el vino. Poco a poco, el crego y su monaguillo se fueron dando cuenta de que tenían que sacar adelante el proyecto para poder vivir de él.
Ampliada poco a poco a trozos, desde su primera cosecha en 2003, la bodega hoy alcanza casi el medio millón de botellas elaboradas a través de tres marcas principales: Crego e Monaguillo, buque insignia de la bodega; Father 1943, que evoca al “Padre” Ernesto, como llamaban al cura en Londres, y su año de nacimiento; y Marova, un acrónimo blanco, pero sin descartar elaborar alguna más. Si bien antes repartían su producción en más blancos que tintos, hoy casi lo hacen a partes iguales por la demanda de estos últimos en el mercado y el convencimiento de “el monaguillo” de que “los tintos de Monterrei no tienen competencia en tintos”.
La Ruta de la Plata es una de las vías menos conocidas del Camino de Santiago, pero de la que toma el nombre Vía Arxéntea, una bodega boutique que en realidad se llama Manuel Guerra Justo, como el joven que la regenta y se encarga de sus viñas.
Manuel está decidido a transformar los antiguos viñedos de sus padres, enmarcados por un telón de mimosas, y antaño más enfocadas en rendimientos que en calidad. El bodeguero se estrenó en el vino a los 18 años y se ha dado a la tarea de replantar las cuatro hectáreas propias, predominantemente de treixadura y godello, algunas próximas a ejemplos de esos lagares ancestrales que testimonian la milenaria tradición elaboradora de vino en el valle de Monterrei.
“La idea es hacer poco y bueno”, dice a Divinidades. Manuel cuenta con el apoyo de un enólogo en el proyecto, que elabora unas 20 mil botellas en total, que se exportan a algunos países, y cuenta con tinto mencía joven con un pequeño toque de madera.
Otro joven comprometido con la nueva era de Monterrei es Cristóbal Boo Rivero, de la bodega en Villaza que lleva el apellido familiar y elaboradora de los Fragas do Lecer. Los Boo Riveiro han sido viticultores desde hace varias generaciones y mantienen diversas producciones agrícolas a la par que esta bodega, cuyo nombre significa “bosques para descansar”.
La bodega tienen unas 24 hectáreas de viña repartidas con diversidad de suelos, una de las riquezas de la denominación. Es precisamente el padre de Cristóbal quien colabora con él en la viticultura, mientras que en la parte enológica cuentan con el apoyo de José Manuel Martínez Juste.
Más que grandes producciones, han hecho una apuesta por las variedades autóctonas buscando vinos diferenciados, de los cuales elaboran entre 70 y 80 mil botellas, casi todo blanco. El alma de sus vinos es la godello, al que añaden treixadura para aportar acidez.
A pesar de representar apenas un 10% de su producción, Boo Riveiro apuesta también por el tinto, para lo cual han buscado mejorar sus variedades, replantando cepas.
La cata de depósitos pasa revista por vinos de la cosecha 2013, una vendimia pasada con mucha agua, pero que dejó vinos más afrutados y buena acidez, como muestra un godello criándose sobre sus lías, fresco y redondo. De una añada previa, la de 2012, un tinto sin barrica, con mencía-bastardo-araúxa, pleno en la boca y con buena estructura. Con un pase de barrica, un tinto 15% mencía, 60% araúxa y 25% bastardo, elaborado a la usanza de los antiguos lagares abiertos, y que es mucho más estructurado, sin llegar a ser robusto, afrutado, y con tonos balsámicos a laurel y notas de aceite de oliva.
La vendimia en Monterrei acostumbra a discurrir durante la segunda quincena de septiembre, hasta inicios de octubre.
Es precisamente en tintos que la denominación ha hecho un gran avance y hay otras bodegas ---muchas pequeños cosecheros--- con buenas propuestas tanto en vinos jóvenes como con crianza en madera, como son el caso de Ladairo, Pazo das Tapias (Alma de Blanco), Castro de Lobarzán, o Quinta do Buble, la bodega ubicada a mayor altitud en Monterrei, unos 800 a 900 metros, y probablemente también la más alta de Galicia y que elabora un blanco y un excelente tinto. Castro de Lobarzán elabora también un vino top, su IS.
Notas de cata
Crego e Monaguillo Blanco 2013 – Godello-treixadura de intensa aromaticidad explayada en recuerdos a flores, especias, manzanas, frutas blancas y muchos anisados envuelve a este vino que en boca es muy fresco, goloso, envolvente, con buen volumen, persistencia y una chispa especiada como colofón.
Crego e Monaguillo Tinto 2013 – Un tinto mencía joven en la línea de los Beaujolais, fresco, afrutado, goloso y con jugosidad en boca.
Father 1943 cosecha 2011. Bodega Crego e Monaguillo – Tinto elaborado con mencía-araúxa-bastardo y otras cepas bien seleccionadas y envejecidas en barrica nueva que entrega un vino con intensos recuerdos a frambuesa, notas ahumadas, especias y una boca más compleja, especiada, densa, que revela un vino redondo, fácil, pero con más potencia. 2011 fue una buena añada para los tintos de Monterrei.
Fragas do Lecer 2012. Godello y treixadura que dejan algún recuerdo de fósforo en nariz antecediendo puntos minerales y a flor blanca, y que en boca es fresco, con volumen, largo y con tonos salinos.
Gargalo Albariño-Treixadura 2012 – blanco que remarca los matices aromáticos a albariño, resaltando tonos cítricos en un vino con más volumen en boca sin llegar a ser pesado, a pesar de tener una acidez menos marcada que otros blancos de Galicia.
Gargalo Godello 2012 – uvas cultivadas en suelos graníticos y pizarrosos, idóneos para que se exprese la godello que en nariz manifiesta tonos minerales y a flor blanca, y en boca es afrutado, con más chispa, frescura y acidez.
Marova (de barrica) Bodega Crego e Monaguillo – este blanco de godello-albariño-loureiro-treixadura, toma su nombre de las primeras letras de Marta Rodríguez Vaz, hermana de Ernesto. El vino, sin terminar aún su crianza en madera, revela tonos florales y a pera. Este blanco es un vino que hay ido cambiando su composición de uvas.
Sila Mencía 2011. Un tinto de Avante Selecta que pasa seis meses en barrica y revela fruta muy madura en boca.
Stibadia Tinto 2010 y 2012. Bodegas Tabú – Un mencía y araúxa que pasa 9 meses barrica y que destaca por sus tonos tostados y ahumados, con un cuerpo bien estructurado que lo hace idóneo como acompañante de comidas.
Terra do Gargalo Carballo 2009 – un 100% mencía procedentes de suelo de arcilla y pizarra que pasa 10 meses en barrica de roble y que revela mucha fruta jugosa y notas de crianza, y tiene taninos firmes en boca, donde se elegante y persistente, con matices tostados y especiados.
Terra do Gargalo Sobre Lías Godello-Treixadura 2012 – un vino muy untuoso en boca, pero fácil al trago y que va revelando su chispa en copa con matices cítricos, florales y a fruta blanca. Idóneo para paellas y arroces con mariscos, pescados cocidos y carnes blancas. Las uvas proceden de suelos graníticos y de pizarra.
Terras do Cigarrón 2012. Adegas Galegas. Un 100% godello con tonos varietales, aromas a flor de naranjo, frutas blancas, rocío, hinojo, un punto de nuez y un menos comprensible tono a cáscara de huevo. Su estructura en boca no es demasiado densa, pero tiene buena acidez, frescor, y es de trago fácil y agradable.
Vía Arxéntea 2013 – Treixadura y godello se funden en un blanco joven, fresco y fácil, con buena aromaticidad, volumen y persistencia en boca, y una buena acidez que concluye en una nota salina.
Vía Arxéntea 2012 – Treixadura y godello fermentados y criados en barricas de roble francés y húngaro, equilibrado en fruta y sus notas de paso por madera, tan bien integradas que son casi imperceptibles.
Se sabe que la manzana se cultivaba y apreciaba como fuente de riqueza en Asturias desde el siglo VIII y que a partir de la Baja Edad Media la explotación del manzano se convirtió en la mayor riqueza arborícola asturiana. Algunos afirman, que incluso ya se elaboraba sidra en la región tan atrás como el año 100, al punto que se dice que fueron realmente los asturianos quienes enseñaron a elaborar sidra a los normandos franceses, entre incursión e incursión por tierras cántabras. A partir del siglo XVI el cultivo de la manzana comenzó a expandirse hasta estallar en el XVIII, con el resurgimiento económico asturiano. En ese siglo creció la población en algunos puntos de la región, con lo cual hubo que plantearse nuevos cultivos para alimentarla, entre los que cobró importancia la manzana, por requerir menos trabajo para su cultivo.
El nuevo comercio con las Américas, estimulado por la emigración, obligó a la industria asturiana a idear la manera de conservar la sidra en óptimas condiciones durante su viaje a través del mar. Para ello recurrió a la máquina champanizadora, una herramienta originada en el ámbito médico de aguas medicinales y en el farmacéutico, que permitió generar la burbuja carbonatada de la sidra y conservarla para su consumo, permitiendo que a través de este producto el sabor de Asturias llegara a sus emigrantes en América.
A partir del siglo XIX se popularizó y empezó a diversificar el producto, con el surgimiento de las sidras achampanadas y la emigración, consolidándose su consumo en el siglo XX. Con el estreno de la sidras carbonatadas y la producción industrial de sidra se marcó también el inicio de la era industrial en Asturias.
La palabra sidra procede del griego sikera. En latín se llama sicera y posteriormente degenera en sicer, sizra, en asturiano, y sidra, que puede verse desde una perspectiva tecnológica y otra cultural. Se trata de una bebida de baja graduación alcohólica producto de la fermentación de la manzana o su mosto, pero también de un hecho cultural y social, una forma de relacionarse, un estilo de vida alrededor de un producto que históricamente ha sido una bebida de masas.
Al igual que sucede con el vino en otros lares, la sidra en Asturias es un eje vertebrador que resume el espíritu de esa tierra y sus gentes, de ahí que sea un atractivo diverso para conocerla y al nuevo espíritu de la sidra, tanto por vía urbana, como por vía rural.
Así como una nueva era para la sidra comenzó en el siglo XIX con su elaboración industrial, a partir de la creación en 2002 del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias, la sidra de esta comunidad ha vivido una renacimiento a raíz del cual su calidad ha evolucionado mucho y se han desarrollado nuevos formatos de consumo que apelan a tendencias internacionales, al potencial gastronómico de la sidra y la innovación en el sector.
Hay que imaginarse esos barcos de vapor cargados de cajas de sidra que en el atardecer del siglo XIX y el amanecer del XX se aprestaban a salir por la Ría de Villaviciosa para comerse el mundo a efervescentes sorbos de manzana. En ese tiempo de transición alrededor de la Guerra Hispanoamericana, la sidra entró en ebullición en Asturias como una opción de prosperidad, celebración y unidad, para lo que se construyó en la Ría todo un entramado industrial que permitía dar salida en pequeños navíos a sueños, posibilidades y a una riqueza en prospección que aspiraba a esparcirse por toda la comunidad.
Todavía anclados en la imagen de copas Pompadour con que se brindaban las Navidades de algunas décadas atrás, poco se recuerda hoy cómo fueron forjándose las burbujas de sidra y mucho menos lo que representaron para la cultura y economía asturianas.
Desde sus inicios, Sidra El Gaitero fue una marca que apostó por la publicidad. En su sede museo en Villaviciosa, conservan muchos de los carteles publicitarios de esta empresa, que fue proveedora de la Casa Real Española.
Actor en primera fila de ello ha sido El Gaitero, no sólo empresa de sidra, sino imagen de Asturias en el mundo entero.
La empresa se constituyó a fines del siglo XIX adquiriendo equipo para champanizar la sidra, así como terreno para crear una planta industrial, como bases del nacimiento de Valle Ballina Fernández, que así se designa la sociedad comercial creada en 1890.
Los apellidos funden el conocimiento de varios empresarios asturianos, algunos de ellos con trasfondo en México. Uno de ellos, Obdulio Fernández, viajó por Europa para ponerse al día en lo concerniente al aspecto técnico de la elaboración de sidras, previo a adquirir, en 1896, la finca La Espuncia, al lado de la Ría de Villaviciosa, para centralizar todas las operaciones de la empresa.
La manzana fue riqueza industrial que algunos ilustrados de Asturias buscaron para sacar de su pobreza a la comunidad. Eje importante de ese esfuerzo fue la exportación de sidra, estimulada por la emigración de asturianos a América que convertían a la sidra en un importante eslabón afectivo con su tierra madre y brindaban posibilidades de crecimiento a los negocios. Ya para 1890 El Gaitero exportaba sus sidras a Puerto Rico, México y Cuba.
Este proceso de internacionalización lo realizaban por agua y a través de la Ría de Villaviciosa, ya que el pueblo quedó fuera de los trazados del tren y la única forma de sacar la sidra de la fábrica era por agua, ya que las carreteras no estaban en buenas condiciones, lo que hizo que Villaviciosa se mantuviera aislada por mucho tiempo. Así, las gabarras trasladaban los productos por la ría, mientras que un barco de vapor lo hacía a ultramar.
En La Espuncia se erige hoy aún como tótem industrial la chimenea de la fábrica de botellas que por tiempo se produjeron en ese enclave manufacturero.
El llagar de sidra se asemeja en muchos aspectos a una bodega de vino. Cosechadas las manzanas llegan al canigú, es decir la zona exterior de entrada de la manzana, donde éstas donde se pesan, se lavan antes de su prensado. El tipo de manzana determina a qué compartimiento se destinará entre los que son para sidra adscrita a la Denominación de Origen Protegida y las que no.
El Gaitero cuenta con carpinteros propios que ayudan al mantenimiento de sus longevos depósitos.
El producto transita a través de tubos y un túnel subterráneo, hasta llegar a la prensa casi con forma de cohete espacial, de donde saldrá como mosto, para transformarse en sidra. Para algunas sidras, la pasta se reprensa, luego de haberse pasado al macerador para que el mosto adquiera mayor calidad.
Otra de las naves está pintada de rojo, con depósitos en fermentación maloláctica, ya que completada su fermentación alcohólica en otoño-invierno, toda la sidra se somete a fermentación maloláctica.
En El Gaitero hay varias naves que se coronan con la bodega de toneles de roble y castaño, una enorme bóveda de la sidra, unos 100 o más metros de historia a cada costado del recinto, con unos 200 toneles y un enorme tino de pie. En este espacio histórico que ha ido ampliándose con el tiempo, los toneles se identifican con nombres de destinos, un recorrido por los mercados de la geografía española y americana a donde llegaban las burbujas de manzana. En el mundo de la sidra, la madera se emplea para conservar la sidra terminada, pero no para aportar matices a ésta.
Los elaboradores de sidra siguen una formación en enología para realizar su labor, ya que el proceso de elaboración de vino y sidra es similar, variando apenas la materia prima. El “enólogo de sidra” realmente se forja por tradición generacional.
La sidra natural es la base productiva de El Gaitero, que tiene también otros estilos de sidra e incluso realiza pruebas para la elaboración de una sidra dulce, para tener presencia en casi todos los segmentos de la categoría, incluidas la sidras brut y las sin alcohol. Y es que parte del éxito de la empresa ha sido montarse en el carro de la innovación, incorporando a su producción las nuevas tendencias de elaboración.
Bajo las marcas El Gaitero, La Gaita, Pomarina y Valle-Ballina y Fernández, la empresa elabora sidras naturales filtradas, espumosas y brut (elaborada siguiendo o bien el método champenoise o el método charmat), además de formatos individuales, con marca propia y sin requerir de escanciado al servirse.
El Gaitero cuenta con unas 14 hectáreas de pomares propios en Villaviciosa, una tierra donde domina el minifundio.
El principal secreto de las sidras El Gaitero es su perfecta combinación de tradición y modernidad. A las sidras originales, las más conocidas de la empresa, se han unido en los últimos años innovadoras sidras naturales, de nueva expresión e incluso de consumo individual. La gama de sidras de la marca abarca las espumosas tradicionales (El Gaitero Extra, El Gaitero y El Gaitero Etiqueta Negra, una sidra algo más seca); las naturales (Pomarina natural, Sidra natural Valle Ballina y Fernández, El Gaitero sidra natural), las brut (Sidra Valle, Ballina y Fernández Brut, Pomarina brut) y las de formato botellín (El Gaitero Tercio, El Gaitero 500ml y El Gaitero Rosada). Además, elabora bebidas sin alcohol, como son la nueva El Gaitero Sin ---una sidra desalcoholizada que inicialmente se elaboró para el mercado inglés pero que ha tenido mucho éxito en España--- y el jugo de manzana.
Uno de los desarrollos recientes más exitosos y atractivos de El Gaitero son sus sidras Pomarina, una etiqueta lanzada al mercado el pasado año con el objetivo de presentar un producto con imagen moderna y contrastante a la más tradicional de El Gaitero. Pomarina se elabora con manzanas amparadas en la DOP Sidra de Asturias y se sirve en dos formatos, el primero una sidra natural filtrada y embotellada, fresca y afrutada, y la Pomarina Brut, una sidra con segunda fermentación realizada mediante el método Charmat, con burbujas finas, buena estructura en boca, notas afrutadas y una gran aptitud gastronómica.
El millón de habitantes que tiene Asturias bebe unos 30 millones de sidra anual. La sidra es una bebida sin crisis, cuyo consumo se ha sostenido y crecido.
Una dimensión muy poco conocida, pero también innovadora de la sidra y de la que El Gaitero ha sabido sacar partido es la coctelería, con tragos como la “Mimosa Asturiana” o incluso tragos históricos, como el “España en llamas”, un cóctel con sidra y brandy que fue bebida de moda para el aperitivo en Cuba, un importante mercado importador de El Gaitero.
Aunque la sidra es el eje de El Gaitero, alrededor de la manzana la empresa elabora otros alimentos, como dulces y mermeladas de manzana, turrones típicos y artesanos, además de una selección de platos preparados que aúnan lo mejor de la cocina asturiana y sus conservas cárnicas, como la fabada asturiana, el chorizo a la sidra, chorizos y morcilla asutriana, entre otros.
La cosa empezó más o menos en orden, pero pronto en la mesa empezó a subir el volumen de la conversación, siempre con esa indescriptible habilidad caribeña de poder entenderse aunque sea dando voces porque todo mundo habla a la vez, y alto.
En este caso, además de las voces de los asistentes, hablaron también las de las copas, en sincronía con el ambiente de calidez que se apoderó de la larga mesa familiar en Ropa Vieja, en el Condado, porque es que así se sintió el encuentro, como una reunión de familia antillana, con el pájaro de dos alas postrado con cariño sobre uvas pinot noir de Oregón.
El “patriarca” de la mesa fue Mauricio Collada, nacido en Cuba y exilado en Miami, donde con su padre, pintor de brocha fina, empezó pintando cosas y casas hasta convertirse en neurocirujano que se trasladó muy joven a Oregón en busca de oportunidades profesionales, descubriendo allí un paisaje que le enamoró, y una uva, la pinot noir, que le embelesó por su versatilidad y potencial.
Así, comenzó la historia de Cubanísimo Vineyards, su proyecto de bodega en Willamette Valley, donde además de hacer vinos muy agradables al paladar, pretende, como buen cubano, ser un anfitrión generoso y divertido de todos sus amigos para celebrar al vino y celebrar a Cuba. No hay más que ver las inconfundibles etiquetas de las botellas, donde se destaca una voluptuosa rumbera y el escudo de la Isla, inspiración de las cajas de cigarros que tanto prestigio han dado al país, un emblema muy único para una etiqueta de vino que tiene vocación de ensamblar la cultura del vino con la cultura del Caribe.
En 1986 compró el terreno de la bodega, plantó las uvas en 1991 y en 2003 comenzó el proyecto comercial de pinot noirs, una uva que considera una magnífica opción para que la gente se introduzca al vino, por ofrecer una gama de estilos y niveles de expresión, pero también una facilidad de trago y una importante aptitud gastronómica, que hace a sus vinos extraordinarios acompañantes de la cocina puertorriqueña, cubana y de cualquier otro punto de la gran cuenca del Caribe.
Los Cubanísimo son vinos que se entienden fácil en idioma caribeño. La bodega elabora un blanco de uva pinot gris, un rosado de pinot noir y otras dos etiquetas tintas.
La primera, el Rumba Pinot Noir, un vino que en su cosecha 2010 fue súper pálido, no se sabe si definirlo como un rosado que aspiró a ser tinto o un tinto que prefirió quedarse rosado, y que destacó por sus recuerdos a cereza que luego dieron paso a un perfume a guayaba y tonos de crianza muy sutiles, en un vino afrutado y fácil, no excesivamente alcohólico y que pretende que todo el mundo pase a la siguiente copa y se suba al tren del vino, como en una fila de conga en el Tropicana o en la Calle Ocho.
El otro pinot noir, el Estate Pinot Noir, tiene un poquito más de estructura, mayor intensidad en nariz, más matices de crianza, pero también es un vino fácil y delicioso, como lo es su precio. Las uvas de esta etiqueta proceden todas de la viña que rodea la bodega, aunque para el anterior, compran alguna a otros productores. Cubanísimo elabora también un vino reserva, pero sólo en algunas añadas.
Collada empezó Cubanísimo haciendo un poco él de todo, aunque a medida que el proyecto, que aún tiene dimensiones manejables, fue creciendo, fue añadiendo a su equipo otros profesionales como Robert Stewart, quien se encarga de la asesoría enológica de la bodega.
Este zurdo de ideas muy derechas vislumbra al vino como una extensión de su vocación médica en lo que respecta a la relación con la gente, y el arte de mantener un contacto con las personas y llevarlas de un momento, que incluso puede ser difícil, a otro de celebración. En esa suma de ciencia y arte, a sus pacientes, confiesa, les ha indoctrinado con la receta del vino y los Cubanísimos, desplegados en afiches por toda su consulta.
Quien sabe, aunque de momento piensa que el Caribe no ofrece la amplitud térmica esencial para la buena maduración de las vides, quizás no sorprenda, haciendo en algún momento del futuro, un Cubanísimo, casi a la vera de Varadero.
¿Dónde comprar? El Almacén del Vino de B. Fernández, Tinto & Blanco (PR), Miami y otras principales ciudades de los Estados Unidos.
En la parroquia de Rubiós la feligresía del vino se había cimentado sobre un bagaje tinto ya que el 99% de los vinos tintos que se elaboraban en las Rías Baixas procedían de allí. Rubiós pertenece al Concello de As Neves, casi fronterizo con Portugal y en la margen derecha del río Miño, un enclave que forma parte de la subzona del Condado de Tea, un paisaje de relieves que discurre desde la ciudad de Tui hasta el límite con la provincia de Orense.
Siendo ésta tierra de lampreas y tintes de tinto, Coto Redondo se fundó con un objetivo de elaboración de vinos tintos, por los que hoy día hay cada vez más interés entre las bodegas de Rías Baixas, vendiendo y promocionando los ya famosos vinos de Rubiós, que buscaban una plataforma de salida al mercado. Eso sucedió en 2003, bastante después de que lo soñara Amaro, y no fue hasta 2005 que tuviera su primera cosecha. Pero como no sólo de tintos se vive en Rubiós, la bodega también elabora blancos y espumosos.
La bodega, hoy una sociedad limitada con 102 socios, fue armándose mientras iba comprando trozos a pequeños viticultores arraigados en el minifundio, intercambiando derechos de plantación para unir pedazos minúsculos de viñedo y crear mayores extensiones de cultivo.
Así se forjaron nuevas plantaciones de fincas propias y de los socios, unas 25 héctareas de éstas en propiedad. Algunas rodean la bodega, otras están esparcidas por perímetros cercanos, casi rupestres con gallinas, tractores y caminos muy estrechos, y algunas algo más distantes, desparramadas en laderas de montañas y algunas incluso a la vera del Miño, por terrenos arenosos y con cantos rodados, que envuelven un clima atlántico y más moderado que en las zonas de la costa, lo que aporta mineralidad, frutosidad e intensa aromaticidad a los vinos.
Rodeando la bodega, una estructura sencilla, amplia y cómoda dominada por la piedra y la madera, se halla una extensión de parrales de espadeiro, sousón o mencía ---más fresca y afrutada en esta zona----, variedades tradicionales de Galicia por los que apuesta Coto Redondo, como también lo hacen por la loureiro tinto, la caíño tinto, la brancellao, o la pedral, que mima don Manuel D’Amaro.
Ese inventario de cepas autóctonas se redondea con blancas como la albariño, la loureiro, la treixadura, la godello o la torrontés, piezas para los ensamblajes que caracterizan a los vinos de O Condado, cuyos blancos representan entre un 65 y 70% de la producción.
Ese amplia panoplia de cepas permite a Bodegas Coto Redondo tener una variedad de estilos de vino, elaborados con una filosofía que conjuga las últimas tecnologías con la tradición en el cuidado de las viñas, una innovación cimentada en la esencia, la personalidad y la tradición, en vinos fáciles de beber y de elaborar.
Apoyado en el día a día por Paco Arenas como bodeguero, Jorge Hervella es el enólogo de esta bodega en la que bajo diversas etiquetas se elaboran blancos y tintos tranquilos, así como dos blancos espumosos, un tinto con burbujas y aguardientes y licores. En tintos jóvenes buscan viinos frescos y fáciles de beber, siguiendo una línea afín a los Beaujolais. Uno de sus mencías tiene un ligero pase por barrica de 500 litros, con el objetivo de mantener la fruta, y la bodega se plantea elaborar un blanco de alta gama a partir de ensamblaje de uvas, y también con toque de madera.
Aunque el objetivo en la creación de la bodega era hacerse con la marca Señorío de Rubiós, en tanto pudo adquirirse la bodega elaboró otras, algunas de las cuales han permanecido en su inventario hasta hoy.
El vimbio es un material natural que se emplea para amarrar las cepas en los parrales una vez se podan. Al tratarse de parcelas pequeñas, la poda se realiza de forma manual, generalmente por mujeres a quienes los técnicos de la bodega han enseñado a realizarla con criterios más científicos que antaño.
Entre las nuevas que se integraron a éste destaca la Manuel D’Amaro, una que celebra al viticultor que fue uno de los fundadores de la bodega, y del que se elaboran dos etiquetas tintas de producción muy limitada, una monovarietal de pedral, y otra, de sousón, dos uvas que él cuida en sus fincas, además de la albariño.
En 2013 Bodegas Coto Redondo produjo unas 600 mil botellas que hoy tienen presencia en países como Estados Unidos, Irlanda, Suiza, Japón, Polonia, México y Australia.
El sabor en copa de Señorío de Rubiós:
Señorío de Rubiós Albariño 2013 – un monovarietal de albariño con persistente intensidad aromática. Glicérico y muy gastronómico, trae recuerdos a toronja y marcada piña, y en boca es chispeante, fresco y mineral, con mucha estructura y tonos florales.
Señorío de Rubiós Condado – una de las mejores relaciones precio-calidad en blancos del mercado. Ensamblaje de albariño, loureiro y treixadura con tonos minerales, muy afrutado, de textura untuosa y más estructura en boca que le confiere una gran aptitud gastronómica, tanto para pescados como algunas carnes.
Señorío de Rubiós Viño Novo Maceración Carbónica 2012: un vino nuevo, como los Beaujolais Nouveau, de baja graduación alcohólica (11.5% alcohol por volumen) y elaborado a partir de sousón, espadeiro, pedral, brancellao, caíño y mencía mediante el sistema de maceración carbónica (fermentación de racimos enteros). Es un vino que no se hace todos los años pero que es muy “carnoso”. La nariz brinda recuerdos a piruleta, anisados, laurel y tonos minerales, para terminar con gran frescura, untuosidad y amplitud en boca.
Señorío de Rubiós Mencía 2013: este vino se elabora con mencías de las mejores parcelas de la zona que luego de realizar su fermentación maloláctica pasan a barricas de roble francés de 500 litros por unos cuatro meses. El vino es color magenta, y se revela floral, fresco y alegre, con volumen, y notas minerales a grafito, marcados recuerdos a bosque y grato pino. En boca es jugoso, afrutado y persistente. Un vino concebido para durar varios años.
Señorío de Rubiós Tinto Condado 2012: otro vino de baja graduación alcohólica, apenas 10.5% alcohol por volumen, pero intenso color, donde aparecen la sousón, pedral, mencía y caíño tinto. A pesar de no tener pase por madera, tiene recuerdos ahumados que luego van abriendo a un abanico de intensa frutosidad en la que se destacan las cerezas, en un vino fácil y muy redondo en boca.
Manuel D’Amaro Pedral 2011: Apenas tres mil botellas se hacen de este tinto de perfil muy fresco y atlántico, con mucha fruta fresca y jugosa que se sostiene entre medio de notas de marcadas especias, tonos de grafito e intensas flores. Es un vino joven, sin pase por barrica donde la uva se despalilla y se fermenta el mosto con su hollejo, sin sangrar.
La pedral es una uva delicada y complicada, vigorosa como la albariño, pero de cosecha tardía, que se recoge a partir de primeros de octubre, unos 15 a 21 días luego de vendimiar el resto de las variedades de uva.
Manuel D’Amaro Sousón 2011. Otra producción también de tres mil botellas, pero donde hay más concentración, más fruta, recuerdos de fruta más madura, confituras de frambuesa, tonos de grosella y chocolate, menores notas florales y minerales, pero más carácter, con muy buena acidez y frescor, y, como su contraparte de pedral, rondado los 12 grados de alcohol. Un vino también joven, pero con más estructura, mucho equilibrio y mayor aptitud gastronómica.
Abundante burbuja en un espumoso con gran finura, buena estructura y óptima acidez, elaborado con albariño, loureiro blanco, torrontés, godello y treixadura, y que muestra gran frescura e intensas notas florales y cítricas, y también a pera. No demasiado persistente en boca, este vino es muy elegante.
Un espumoso fresco e intenso elaborado con los ensamblajes de la subzona de O Condado con albariño, loureiro y treixadura, menos seco que su contraparte brut nature, pero con más estructura, en boca. Matices florales a rosas en la nariz, frutas de hueso, salinidad y persistencia en boca decoran a este espumoso que fermenta en botella por nueve meses hasta su degüelle.
Maridaje
La notable aptitud gastronómica del Señorío de Rubiós Blanco Condado, lo hace óptima compañía para un ingrediente tan singular como la lamprea, en temporada hasta verano y un producto esencial en la zona y con gran importancia económico-turística. En el restaurante Casa Calviño, los apasionados de la lamprea pueden degustarla a través de un menú de degustación temático con recetas como la empanada de lamprea, el carpaccio de lamprea en escabeche, la lamprea rellena, la lamprea a la bordelesa o la lamprea ahumada a la brasa, una verdadera delicia, y todas sus versiones, apropiadas para este vino.
Dehesa de los Canónigos, aniversario de Dueros
La capacidad de la vid de regenerarse en cada nuevo ciclo vegetativo no se diferencia en demasía de la nueva savia que va haciendo que los proyectos de vino sean capaces de trascender, de generación en generación. Iván y Belén Sanz conforman la quinta y más joven generación de una familia con esencia a pura Ribera del Duero y cuya bodega, Dehesa de los Canónigos, celebra este mayo su primer cuarto de siglo.
Los Sanz, no obstante, llevan en el mundo del vino mucho más que esos 25 años. Los bisabuelos de Iván y Belén adquirieron en 1931 la Dehesa, una antigua explotación agrícola con más de dos siglos de historia, que antaño fue propiedad de la Iglesia, y en la que un clérigo se responsabilizó de convertirla en la primera finca en haber plantado cepas de uva en la repoblación del Duero luego de la filoxera, algo que hizo con vides procedentes de Borgoña. El clero fue el primer dueño de la finca, ya que perteneció al Cabildo de la Catedral de Valladolid, compuesto por 22 canónigos, de ahí su nombre, Dehesa de los Canónigos.
Habiéndose dedicado por mucho tiempo al cultivo de uva, que vendían a otras bodegas de la denominación, en 1989 el padre de esta pareja de jóvenes elaboradores decidió construir una bodega propia para elaborar vino con sus excelentes uvas, haciendo de la materia prima el foco de esta bodega familiar. En 1998 fue Belén quien se hizo cargo de la parte enológica de la bodega, intentando seguir la línea elaboradora que la precedía, pero impartiendo también su propia marca a los vinos.
Como no es de extrañar, Dehesa de los Canónigos se centra en vinos tintos, aunque para su elaboración, además de la tempranillo castellana y algo de cabernet sauvignon, emplee algo de la blanca albillo en sus mezclas, siguiendo una tradición de muchos en la región. Toda la uva que se emplea en la bodega es de cosecha propia, se somete a una estricta selección, fruto de un cuidado proceso de producción del que apenas se aprovecha el 50% del fruto. Iván es quien se encarga de las viñas en la bodega, de la que es además su gerente.
Cuatro vinos permitieron constatar, sobre todo, la evolución de los Dehesa de los Canónigos durante su envejecimiento: Dehesa de los Canónigos 2009, Dehesa de los Canónigos Reserva 2006, Dehesa de los Canónigos Reserva 2005 y Dehesa de los Canónigos Reserva Especial.
Del conjunto sobresalieron el Dehesa de los Canónigos 2009 y el Dehesa Reserva 2006. El primero, un vino de una muy buena añada, que gustó por su estructura y complejidad aromática, con recuerdos de pimienta, setas, flores azules, chocolate, aceite de oliva, eucalipto y mentol, pero más que todo por su carácter mineral, muy terroso en boca, donde fue muy afrutado y manifestó una estructura con mucho nervio y potencia. Este vino, que sigue la fórmula 88% tempranillo y 12% cabernet sauvignon, envejeció por 15 meses en roble americano.
En contraste, el Dehesa Reserva 2006 procedió de una cosecha complicada en la Ribera del Duero, y agradó por su redondez, al ser un vino más pulido y fino tanto en nariz como en boca, donde se perciben muchas especias, mucha fruta, tonos balsámicos a regaliz, tostados, pero también mucha frescura, sedosidad y elegancia. Si bien el primer vino, se envejece íntegramente en roble americano, este Reserva tiene un toque de roble francés de 4 meses antes de pasar otros 20 en americano. El vino ensambla 85% tempranillo, 12% cabernet sauvignon y un 3% de uva albillo. La albillo es una uva equilibrada en acidez y alcohol, y con buena madurez que se usa para aportar sedosidad y volumen a los vinos.
El Dehesa de los Canónigos Reserva 2005 fue un vino más discreto que el de la cosecha 2006, con muchas notas especiadas a pimienta negra y nuez moscada, y mayor persistencia en boca aunque algo más corto de fruta. De ahí que sorprendiera su excepcional armonía con un rico budín de pan brioche, que le extrajo magníficos destellos de fruta que transformaron dramáticamente al vino, para mejor.
El Dehesa de los Canónigos Selección Especial es un vino que se estrenó con la cosecha 2005 y que sólo se embotella en mágnum. Es un vino que para su cosecha 2006 inicialmente sólo contempló roble nuevo en su crianza, pero que luego escogió roble de un uso con el objetivo de resaltar la fruta. El vino se estrena bastante entero en nariz y boca, pero pronto acelera su evolución en copa para evidenciar más matices de su crianza, vainilla y torrefactos envolviendo la fruta, que luego deja su impronta de forma más evidente pero siempre contenida.
Para celebrar su 25 aniversario, Belén ha estado trabajando en un nuevo vino, que ha designado “Quinta Generación”, y que es una etiqueta con menor tiempo de crianza para resaltar la fruta, pensado también para consumidores más jóvenes, que se inician en la cultura del vino. Su nombre rinde homenaje a las cinco generaciones que desde 1931 han habitado en la finca agrícola, y tiene una producción limitada a 20.000 botellas, elaboradas con uvas del viñedo propio “El Caserío”, de 20 años, con cuatro meses en barrica.
Ubicada en Pesquera de Duero, la bodega está haciendo también una apuesta por el enoturismo y por la exportación, para la cual Puerto Rico, Estados Unidos, México, Alemania, Suecia y Dinamarca constituyen uno de sus principales mercados.
Además del viñedo, la finca cuenta con 200 hectáreas de pino piñonero y 330 hectáreas de cultivos de patata, trigo, cebada, maíz, remolacha y 5000 olivos. Para el riego de los cultivos utilizan una tecnología pionera, con lo que consiguen un rendimiento superior de la tierra y un mayor control de la producción.
¿Dónde comprar? La Enoteca de Ballester (Puerto Rico).
Premios
Stolichnaya escoge el bartender más original
El vodka Premium Stolichnaya y su distribuidor exclusivo en Puerto Rico, Méndez & Co., presentaron por primera vez la competencia para buscar el ‘Most Original Bartender’ en un evento celebrado en Eternal Lobby Lounge, del Hilton Condado Plaza.
El evento albergó a un grupo selecto de miembros de la industria de la coctelería quienes compitieron por el título de ‘Most Original Bartender’ de Stolichnaya, siendo vencedor Efraín Cortez del restaurante Ruta 4419 en Moca. El segundo y tercer lugar correspondieron, respectivamente, a Emmanuel Santiago del restaurante Panorama en Ponce y Carlos Santiago del restaurante Platos en Isla Verde.
El ‘Stoli’s Most Original Bartender’ obtuvo el título por un año y viajará el 11 de julio al lujoso hotel The Crane en Barbados para la final de la región junto a los ganadores de Bahamas, Barbados, Bermuda, Grand Cayman, Jamaica, St. Maarten, Trinidad y las
Islas Vírgenes de Estados Unidos.
Días previos a la competencia, se celebraron varios seminarios a vendedores y bartenders y degustaciones exclusivas a medios y clientes de la marca, preparados por su Embajadora Lizette Garcia, quien visitó la Isla para promover y destacar Stolichnaya, y el súper Premium vodka Elit.
Marqués de Griñón honrado en París
Carlos Falcó, Marqués de Griñón, presidente y co-fundador de Círculo Fortuny, fue galardonado con el Grand Prix de La Culture Gastronomique, concedido por la Académie Internationale de la Gastronomie (AIG), formada por 27 academias nacionales de Europa, América, Oriente Medio, Asia y África. La ceremonia de entrega se celebró en el espléndido edificio que posee la Embajada de España en la Avenue George V de París, residencia oficial del Embajador.
Jacques Mallard justificó la concesión del Premio –--que a lo largo de un cuarto de siglo ha sido entregado a un elenco de grandes escritores gastronómicos, al Premio Nobel de Literatura Camilo José Cela y al tenor Luciano Pavarotti--- a la trayectoria de D. Carlos Falcó, vinculada a dos cultivos y sus productos, todos ellos esenciales para la cultura gastronómica -la vid y el vino, el olivo y aceite- así como por sus dos libros – “Entender de Vino” y “Oleum”, obra de referencia mundial en la materia de aceite de oliva, su historia y cultura.
Berasategui, Caballero del Champán
L´Ordre des Côteaux de Champagne, una de las cofradías más antiguas, distinguió al cocinero español con 7 estrellas Michelin Martín Berasategui ‘Caballero del Champagne’. Prometió ser fiel al vino y defenderlo en cualquier circunstancia.
Los orígenes de la orden se remontan a la segunda mitad del siglo XVII, compuesta, en un principio, por jóvenes nobles de la corte de Luis XIV, amantes de la gastronomía que apreciaban especialmente los vinos originarios de tres zonas: Ay, Avenay y Hautvillers. Se establecieron como defensores de los principios del champán, poniendo en valor los vinos de dicha región; así como, su modo de conservación, sus especificidades y sus diversidades.
Premios en La Mancha
El CRDO La Mancha entregó los XXVII Premios a la Calidad a los vinos embotellados que se elaboran en dicha denominación de origen española.
Bodegas Asociadas Cooperativas, de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), con su blanco Dominio de Baco, se alzó entre un centenar de etiquetas elaboradas con la uva airén, la mayor en superficie de cultivo en la denominación.
Otras bodegas premiadas incluyeron a: Mejor Macabeo - Bodegas Ayuso, de Villarrobledo (Albacete) por Castillo de Benizar ; Mejor verdejo - Cooperativa Nuestra Señora de la Muela (Toledo) por Portillo; Mejor chardonnay - Bodegas Hermanos Rubio (Toledo) por Zocodover; Mejor sauvignon blanc – Vinícola de Castilla (Ciudad Real) por Señorío de Guadianeja.
En la categoría de vinos rosados las bodegas premiadas fueron: Vinos SAT Coloman de Pedro Muñoz, (Ciudad Real), por su rosado tempranillo Besana Real; Puente de Rus Moravia, de la de la Cooperativa Nuestra Señora De Rus, de San Clemente (Cuenca); Isla de Oro, Garnacha de Bodegas Isla, de Villarta de San Juan (Ciudad Real); Torre de Gazate, Cabernet Sauvignon, de Vinícola de Tomelloso, (Ciudad Real); Doña Berenguela Syrah de la Cooperativa Oleovinícola Campo de Calatrava, de Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) y por último el merlot rosado Viña Orce de Bodegas Martínez Sáez, Villarrobledo (Albacete).
Para los vinos tintos varietales, el ganador en la variedad más representativa de tinto cencibel o tempranillo ha sido Albardiales de la Cooperativa San Antonio Abad de Villacañas (Toledo). Para otras variedades como merlot, syrah, cabernet sauvignon, petit verdot y garnacha los ganadores fueron, respectivamente: Laminio, de César José Velasco, Villarrobledo (Albacete); La Cruz Vega, de Bodegas Bogarve 1915, de Madridejos (Toledo); Opera Prima, de García Carrión La Mancha, de Damiel, (Ciudad Real); Símbolo, de la Cooperativa Nuestra Señora de Criptana, de Campo de Criptana, (Ciudad Real) y Entremontes, de la Cooperativa Nuestra Señora de la Piedad, de Quintanar de la Orden, (Toledo).
Los mejores tintos envejecidos en barrica distinguieron a Cooperativa Nuestra Señora de Criptana, de Campo de Criptana por su Símbolo tempranillo 2010. Idéntico premio han conseguido, respectivamente para Crianza, Reserva y Gran Reserva Cuevas Reales tempranillo 2008 de Bodegas Alcasor, Noblejas (Toledo), Agazador Cabernet Sauvignon-merlot 2008, de Bodegas Pago de la Jaraba, Villarrobledo (Albacete) y Señorío de Guadianeja Cabernet Sauvignon 2004 de Vinícola de Castilla, de Manzanares (Ciudad Real).
Finalmente, en vinos espumosos el Primer Premio ha ido a parar a San Clemente en Cuenca de la cooperativa Virgen de Rus, con su vino Puente de Rus.
Thomas Aske, Coctelería Culinaria
El húmedo calor del trópico convierte la mayoría de las cocinas de los restaurantes en el Caribe en verdaderos baños de vapor para quienes se mueven entre sus ollas y fogones. Otros, no pululan entre ellos, pero sí cocinan otro tipo de receta entre esos saunas caribeños con el objetivo de combatirlos.
Sus recetas son líquidas, pero requieren igual destreza e imaginación. Son las del mixólogo o bar chef Thomas Aske, Embajador de la ginebra Tanqueray, quien convirtió la barra al aire libre de Delavida Restobar cerca de la placita de Santurce, en una tarima de coctelería culinaria donde las técnicas de vanguardia se aplican en la copa haciendo de la demostración de su elaboración todo un espectáculo en acción.
A pesar de tener apenas 31 años, Aske tiene una vasta experiencia en el mundo de la coctelería. En Londres dirige varios locales y Fluid Movement, una firma de consultoría en coctelería y espíritus destilados. Por primera vez visitó Puerto Rico para ofrecer una serie de demostraciones y seminarios para la plataforma World Class, enfocada en sus productos vodka Ketel One y ginebras Tanqueray.
Precisamente sorprende que, en contraste con esa juventud, Aske preste tanta atención a la historia y orígenes de los productos como inspiración para la elaboración de cócteles muy innovadores, que hasta podrían calificarse de revolucionarios.
Y es que su interpretación en copas y vasos, no obstante, no tiene nada de tradicional. Más bien todo lo contrario, porque Aske ensarta detalles sencillos, con humor y las más contemporáneas técnicas de cocina para ensamblar ingredientes poco habituales en estas latitudes.
Lo curioso es que Aske no ha tomado cursos de cocina; más bien se considera un autodidacta en el aprendizaje de técnicas empleadas por cocineros de prestigio, como Heston Blumenthal, en cuyo desempeño se ha fijado para poder extraer aplicaciones con ingredientes líquidos.
Su demostración de cocina y espectáculo líquido la ejecuta con la destreza de un bailarín, convirtiendo los ensamblajes de sabores inéditos en verdaderas piruetas de acción mientras se suman elementos en la copa.
Así, con el objetivo de añadir el uso de más sentidos al disfrute de un cóctel, piensa en hasta en detonar bombas, no para empezar una guerra, sino para crear sorpresa e incorporar el oído al trago, al cual amarra un globo, cuyo lazo enciende como dinamita, hasta que lo hace estallar. Un atractivo poco oneroso para una barra, que añade gran innovación a la experiencia líquida.
La cocina al vacío y a baja temperatura la emplea para elaborar licores, cordiales o siropes, evitando que éstos se sobre cocinen extrayendo sabores indeseados que a veces surgen en cocciones a mayor temperatura. El sifón también se vuelve un objeto creativo y que facilita el servicio, y que el emplea para aportar chispa, como la que hizo surgir en un trago con cítricos, ginebra Tanqueray 10 y aceite de oliva. Aceite y vinagre se incorporan como ingredientes cocteleros, pues, además de este Olive Fizz, Aske también emplea shrubs, un preparado de moda donde diversos sabores se engarzan con los del vinagre, creando contrastes agridulces totalmente inesperados en paladares como los del Caribe. Ultrasonido, hielo seco, lecitina o bombas de acuarios para crear espumas de aroma fueron algunas otras sorpresas que regaló Aske en su ejecución.
Base para todos estos artilugios fueron la vodka Ketel One, y las ginebras Tanqueray y Tanqueray 10, elaborada la primera con especias y hierbas como el enebro o el regaliz, y la segunda con las mismas bases de la Tanqueray, además de con cítricos y manzanilla. De ahí que ambas sean profundamente florales en nariz y perfumadas en el paladar, reflejando con transparencia los sabores de sus ingredientes y, de manera mucho más fina y elegante, la Tanqueray 10.
El método y los principales resultados obtenidos
“En la bibliografía antigua hay nombres de variedades de vid muy concretas y ligadas a determinadas zonas, pero sólo en algunos casos van acompañados de brevísimas descripciones. En el siglo XIX empiezan a aparecer descripciones más amplias que incorporan, en casos muy excepcionales, ilustraciones pero que se refieren a variedades de zonas muy concretas de España. Por tanto, a día de hoy el debate en torno a los orígenes y nombres de variedades antiguas sigue vigente y hay zonas vitícolas, como las de Galicia, en las que no se sabe con certeza si algunas de las viníferas que se cultivan son autóctonas o foráneas”, explica Carmen Martínez Rodríguez, investigadora científica del CSIC y jefa del Grupo de Viticultura de la MBG.
Martínez empezó a trabajar en 1986 en la prospección, localización y descripción de las principales variedades de vid de Galicia y Asturias para, entre otros objetivos, determinar cuáles eran autóctonas, cuáles siendo foráneas adquirieron nombres locales distintos y cuáles siendo foráneas conservaron sus nombres originales. Posteriormente, junto con su grupo de investigación, fundado en el año 2000, fueron incorporando nuevas técnicas de descripción de las variedades (técnicas ampelográficas, análisis de imágenes, distintas técnicas moleculares) y reuniendo nuevos datos de la bibliografía antigua.
“Todo ello no fue suficiente, en muchos casos, para determinar la antigüedad de su cultivo en una zona concreta y, a raíz de una anécdota vivida en 1991 durante un muestreo en Galicia, empecé a plantearme utilizar una original y nunca explorada fuente de información científica: los retablos barrocos y las representaciones de las hojas y los racimos que aparecen en ellos”, cuenta Carmen Martínez Rodríguez, quien añade que “el trabajo de campo, sin embargo, no se inició hasta el año 2006, cuando, después de muchas reflexiones, una investigadora predoctoral del grupo, Pilar Gago, aceptó el reto de incluir este arriesgado tema en su tesis doctoral”.
Para empezar, los científicos recabaron información sobre la ubicación de iglesias con retablos barrocos, tanto en zonas rurales aisladas como en grandes ciudades, dentro de las principales zonas vitícolas de Galicia y Asturias, comunidades autónomas donde se localiza una parte importante de las investigaciones del Grupo de Viticultura de la MBG. En total, seleccionaron 101 retablos encontrados en 54 iglesias.
En segundo lugar, estudiaron tanto in situ como en los laboratorios de la MBG las hojas y los racimos representados. Así, midieron, por ejemplo, la longitud de los nervios principales de las hojas y sus ángulos y tomaron notas acerca de los más mínimos detalles botánicos.
“En un número importante de retablos encontramos un alto nivel de realismo, precisión y fidelidad en las hojas y racimos representados con respecto a los reales. En algunos de casos fuimos capaces de identificar algunas de las variedades que suponíamos eran tradicionales y autóctonas de la zona vitícola en la que se ubicaba la iglesia estudiada”, explica la Dra. Martínez.
En Galicia se identificaron en distintos retablos las variedades loureira, tinta castañal, albariño y albarello. “En uno de ellos encontramos, por ejemplo, las hojas típicas e inconfundibles de loureira, con sus nervios principales perfectamente dibujados, así como los profundos senos laterales inferiores y superiores típicos de las hojas de esta variedad. Pero, además, entre las hojas que trepaban por la columna salomónica del retablo, se disponían racimos perfectamente identificables de la misma variedad, compactos, de forma entre cilíndrica y cónica y con una curvatura característica y casi exclusiva de la variedad”, añadió.
En Asturias, concretamente en el santuario de “El Acebo” (Fuentes de Narcea), se encontró el retablo con las hojas y los racimos más perfectos de todos los estudiados en el que, además, aparecían perfectamente tallados los brotes de la vid, los zarcillos o las hojas. “Sin embargo, la variedad representada no se correspondía con ninguna de las que nosotros considerábamos más antiguas de la zona, sino con una variedad que se cultiva allí actualmente con el nombre de “blanca extra”, pero que se creía introducida en la zona en el siglo XIX y que no es otra que el “palomino fino” de Andalucía. Por tanto, este hallazgo demostraría que fue introducida ya en Asturias en el siglo XVII”, explican los miembros del Grupo de Viticultura.
Este primer estudio a menor escala ha permitido constatar que los retablos barrocos de España, además de obras de arte, pueden ser obras de ampelografía en las que están representadas algunas de las principales variedades de vid existentes en el siglo XVII en los viñedos próximos a las iglesias.
“A través de ellos podemos aproximarnos, con rigor, a los usos y evolución de la vid en el pasado. Y en esa línea vamos a seguir trabajando desde el Grupo de Viticultura de la MBG, pues estamos seguros de que los retablos nos seguirán dando pistas únicas y valiosísimas para nuestras investigaciones”, avanza Martínez, quien cree que esta misma fuente podría ser utilizada también para recabar información sobre otras especies botánicas y ornitológicas.
A corto-medio plazo, y si consiguen financiación para ello, el Grupo tiene pretende realizar la prospección y el análisis de cientos de retablos situados en las 69 Denominaciones de Origen Vitícolas de toda España y en más de 40 Indicaciones Geográficas Protegidas.
Los vinos de Castilla y León en San Juan
En Santervás de Campos, cerca de Valladolid, se intenta hallar explicación al hecho de que a uno de los capiteles de la iglesia románica del pueblo lo corone una imagen precolombina. ¿Cómo es posible que tal imagen esté presente en una obra que se construyó previo a la llegada de Colón a América?
Aunque algunos piensan que fue una imagen que reemplazó a alguna colocada allí previamente, lo importante del hecho es que remarca los fuertes vínculos de unidad y amistad que han unido a castellanos e iberoamericanos desde hace siglos, y entre los que el vino es uno de los puentes más firmes de comunicación y entendimiento.
A la altura de ese capitel ha estado la muestra de bodegas Castilla y León que visitó este mayo Puerto Rico, permitiendo a profesionales locales del vino probar una selección de botellas castellano-leonesas en su mayoría sin presencia en el mercado, pero además variedades de uvas y denominaciones de origen muy poco conocidas fuera de España.
Aunque quizás su faz más conocida es la de la Ribera del Duero, la Tierra del Sabor que es Castilla y León cuenta con nueve denominaciones de origen (Bierzo, Toro, Tierra del Vino de Zamora, Ribera del Duero, Rueda, Tierra de León, Arribes, Arlanza y Cigales), tres indicaciones de vinos de calidad (VC Valles de Benavente, VS Sierra de Salamanca y VC Valtiendas), y una regional (VT Castilla y León).
De éstas, la DO Arlanza y la DO Tierra de León fueron las menos conocidas entre las que expusieron diez bodegas con un alto nivel de calidad en su casi medio centenar de vinos, que también abarcaron otras denominaciones como Rueda, Toro, Ribera del Duero o VT Castilla y León y un desfile de blancos, rosados, tinos y hasta una novedad frizzante.
Aunque en Puerto Rico se consigue algún vino elaborado con prieto picudo, ésta es una uva prácticamente desconocida en el mercado. Se trata de una variedad tinta autóctona castellano-leonesa y más concretamente de la provincia de León, con racimos compactos, mostos no demasiado abundantes, y que es de alta intensidad aromática con finos caracterizados por aromas a frutas del bosque, recuerdos a fresa y tonos florales, una alta acidez natural que les confiere frescor y aptitud de guarda, y mucha persistencia en boca. Esto hace a sus vinos, tintos complejos, pero fáciles de beber por su equilibrio y frescura.
Fueron precisamente los prieto picudos de Bodega Madag XXI, con sus etiquetas Brandea y Bran 10, dos de los más sobresalientes de la muestra. Ubicada en Sahagún (León), el primer lugar por donde comienzan a difundirse las uvas francesas de Borgoña de la mano de los monjes benedictinos, y un punto famoso del Camino de Santiago, Bodega Madag es la ilusión de un neurólogo castellano apasionado por la historia, que ha cifrado su producción en la prieto picudo como uva diferenciadora en Castilla-León, en un proyecto que se estrenó como entretenimiento de jubilación, pero que ha ido descubriendo al vino como arte.
Brandeas, que en latín significa reliquia de contacto que adquiría carácter sagrado, y fue un término del que hay muchas referencias en los libros sobre el Camino de Santiago, se inclina por la línea de la finura, con dos etiquetas muy bien ensambladas y que destacan por su equilibrio y elegancia gracias al hábil manejo de la madera, nuevas y usadas de tostado medio, tanto barrica francesa como americana. Su Brandea Prieto Picudo Roble 2010 apenas envejece por 9 meses entregando un dechado de elegancia donde predominan tonos balsámicos a anís, enebro, laurel y mentol, que conviven la fruta y la elegancia de flores azules. Su añada 2011, siempre fina, tiene algunas pizcas algo más ahumadas, pero pronto se encamina por los matices de su cosecha 2010.
El Bran 10, ensambla a medias prieto picudo y tempranillo, lo que rinde un vino algo más estructurado, pero igual de elegante, con un perfil de buena fruta, que mantiene sus tonos balsámicos.
La tempranillo sigue siendo la reina en la DO Arlanza, una denominación de origen vinícola creada en 2005 para los vinos producidos en el valle medio y bajo del río Arlanza, en las provincias de Burgos y Palencia. Arlanza ubica un poco más arriba de la Ribera del Duero, y también a una mayor altitud, unos 900 metros, lo que representa un clima más duro, pero también vinos más aromáticos.
Allí está Bodegas Arlanza, que con su Dominio de Manciles aportó una selección blanca, tinta y rosada a la muestra, entre las que se destacó su DM Blanco, interesante ensamblaje de viura y albillo a partes iguales, un joven que en su cosecha 2013 fue menos seco en boca que otros blancos, y tuvo una grata salinidad, frescor, e interesante final de nuez. El DM Rosado 2013 es pura guayaba en nariz y boca y el DM 2007 Tinto Selección, un selección especial, monovarietal de tempranillo, realiza maloláctica en barrica con bastoneo y luego se envejece por unos 30 meses para revelar un vino con el perfil de finura que caracteriza a los de la bodega, y en el que se destaca la fruta con pinceladas de café tostado.
Los blancos de Rueda se destacaron con su Pluma Blanca 2013, un verdejo de Bodegas El Inicio, aromático, varietal, fresco y fácil y el Tomás Postigo Blanco fermentado y criado en barrica francesa por la bodega homónima y creado por el gran hacedor de vinos del mismo nombre, quien busca con este blanco otra expresión de la verdejo, convencido en el gran potencial de guarda y evolución de esta cepa que compara con la chardonnay, y que en copa lo constató con sorbos del 2008, vivos, sedosos, almendrados, con sutiles matices de su pase por madera y muy buena acidez, en un ejercicio de equilibrio y gusto entre sus partes.
El fuerte de la muestra, no obstante, fueron los tintos, tanto de Ribera del Duero, como de Toro, representados por varias bodegas que embotellan al amparo de esas denominaciones, pero también de los Vinos de la Tierra de Castilla León.
A destacar entre los de Ribera del Duero, el A! Admiración Selección Especial 2009 de Bodegas El Inicio, un ensamblaje de 70% tempranillo y 30% tinto fino, una variedad prefiloxérica que a veces se emplea como sinónimo de la primera aunque no son idénticas, y que fue floral, torrefacto, con notas minerales a grafito, muy afrutado y fino, a pesar de estar bastante entero. El Valcavado de Traslascuestas, también de 2009, procede de viñas viejas cuyas uvas se fermentan en tino y envejecen también en este tipo de depósito, mostrando el vino mucha fruta, aromas primarios a vainilla, ahumados y tostados, también en la línea de finura, pero sin dejar de lado la potencia y raza de los terruños del Duero.
De Ribera del Duero también el SQR 2007, de Bodegas Valdrinal de Santamaría, elaborado con uvas de cepas de unos 60 años cuyo vino se cría en barricas nuevas de roble francés que le confiere una expresividad frutal a frambuesa, gratos tostados con tonos a incienso, en un marco de taninos firmes. Bodegas Comenge destacó con su Don Miguel Comenge, un vino que honra a Miguel Comenge Gerpe, padre del fundador de la bodega y autor del libro “La vid y los vinos españoles”, publicado en 1942 y hoy un tratado de referencia sobre el cultivo de uva. El vino, afrutado y aromático, procede de un pequeño pago a 900 metros de altitud. En contrate, muy agradable también su Biberius, el vino joven de la bodega, una plétora de fruta bien ensamblada, en sorbos jugosos, golosos, con estructura y de trago fácil.
Tomás Postigo tuvo una dilatada trayectoria como responsable enológico de varias bodegas señeras de la Ribera del Duero, pero hoy dedica su pasión a su propio proyecto de vino en Peñafiel, donde además del blanco fermentado en barrica elabora un tinto crianza en el que busca resaltar la fruta. Su Crianza 2011 es un dechado de finura, equilibrio y complejidad donde predominan las especias conviviendo con la fruta de baya, y compases de chocolate, vainilla, tostados, caramelo y cedro en un vino muy redondo, jugoso y goloso, con taninos firmes y persistente fruta que conjuga elegancia con potencia. Postigo contempla dar un paso más adelante con mayores crianzas en botella, y tiene planes para elaborar alguna otra etiqueta dentro de su portfolio.
Los tintos de Abadía de Acón se destacaron por su potencia, potencia frutal, complejidad, sentido de terruño, pero también carácter pulido. En su mayoría monovarietales de tempranillo, alguno tiene alguna sazón de cabernet sauvignon. Sorprendente su vino joven, un tinto que apenas realiza maloláctica y no pasa por madera y que es sumamente afrutado, complejo, muy potente, pero a la par muy pulido. Su Crianza 2009, tempranillo en plenitud, es afrutado, jugoso, con buena estructura, toques tostados y torrefactos, y su Acón Selección 2005 sorprendió por la viveza de su fruta, sus tonos especiados, su estructura y golosidad.
Redondeando la Ribera del Duero Pagos de Matanegra, ubicada en Olmedillo de Roa, un minúsculo poblado de apenas 200 habitantes, cuyos tintos, elaborados íntegramente con uva de cosecha propia, se caracterizaron por su abundante fruta, buen ensamblaje y complejidad. Destacaron en su oferta el Matanegra Crianza 2009, con 14 meses de envejecimiento y que mostró mucha fruta, taninos firmes, complejidad, terruño, largura en boca y elegancia, y el Vendimia Seleccionada 2010, vino de pago de producción limitada que se elabora a partir de viñas de más de 100 años, y que sigue la línea del crianza, pero con mucha más finesse.
Los frizzanti de Toro fueron un elemento diferenciador de bodegas Monte La Reina, elaboradora del primer frizzante tinto de España que, junto con el rosado, es muy agradable e idóneo para el calor y el verano, por ser vinos con chispa, pero sin exceso de burbuja. Monte La Reina también presentó dos interesantes tintos de Toro, el Castillo de Monte La Reina Cuvée Privée 2009, elaborado para el décimo aniversario de la bodega y que incorpora barricas de roble cáucasico en su crianza, que luego se expresa en una nariz afrutada, con tonos avainillados, a regaliz y monte bajo en un vino con estructura, pero redondez. La bodega también elabora un Vendimia Seleccionada (2005), un tinto concebido para envejecer con toda la potencia de Toro, y que se comercializa con contraetiqueta de Reserva.
Sabores
Sunday Brunch en Budatai
Todos los domingos a partir del 11 de mayo hasta agosto, el restaurante Budatai desplegará un menú especial de brunch al estilo ‘nuevo latino’. Este menú incluirá variedad de panes hechos en casa, como cinnamon rolls, blueberry muffins o pan de guineo, un dulce preludio a otros platillos como tortilla con habichuelas tiernas a la mostaza con queso Jack y salchicha dulce al estilo chino; salmón con kale crudo, batata, tamari y quinoa; pancakes de blueberries y guineo con sirop de maple y mantequilla de tocineta; o chilaquiles de costillitas con mole asiático a caballo, además de una selección de postres.
Para acompañar el menú habrá disponible una selección de mimosas y sangrías, confeccionadas con jugos naturales, además de la oferta de cócteles diseñados por la plataforma WorldClass.
Budatai está situado en la Ave. Ashford 1056, frente a Ventana al Mar en Condado y su brunch dominical se puede degustar en su terraza o en el interior del restaurante de 11:30am a 4:00pm.
Un siglo de Panamonte
Además del centenario de su canal interoceánico, este 2014 Panamá celebra otro acontecimiento importante en materia gastronómica. Se tratar de los primeros cien años de El Panamonte Inn & Spa, una hospedería autóctona con lujo histórico en pleno terroir de Chiriquí, y en medio de una finca donde se cultiva café orgánico geisha, pero también deleitan los más exquisitos platillos del chef Charlie Collins, uno de los más reconocidos del país y su propietario.
Afiliado a la prestigiosa cadena Small Luxury Hotels of the World, y fundado en sincronía con el Canal en 1914, cuando empezó a albergar a huéspedes y exploradores del mundo entero, El Panamonte se encuentra en plena zona cafetalera y anualmente celebra varios festivales gastronómicos con chef invitados de los mejores restaurantes de Panamá, así como ofrece experiencias culinarias en la escuela de cocina regentada por Collins, donde la diversión y la degustación van de la mano con el aprendizaje sobre la cultura y gastronomía panameñas.
Por más de 50 años los Collins, de origen escandinavo, han fundido su tradición europea con la hospitalidad y bellezas que ofrece Boquete, en una exquisitez que se basa en la despensa agropecuaria de la zona donde ubica y que ha valido al restaurante de El Panamonte haber sido seleccionado por la prestigiosa revista Condé Nast uno de los mejores de Centroamérica.
Con motivo de este primer centenario, se ha publicado un libro de recetas de esta hospedería.
Calabria en Buenos Aires
Ariel Paoletti tiene 50 años, de los cuales 30, los ha dedicado a la cocina. Su experiencia en varias ciudades de Argentina, España, Francia e Italia, determinó la herencia que dejará a su familia: su amor por la comida y el restaurante María Fedele, un local ubicado en la sede de la Asociacion Nazionale Italiana en el barrio porteño de Montserrat, donde el chef y su equipo ofrecen un sitio único en Buenos Aires donde saborear exquisitos platos calabreses preparados con ingredientes del día.
El secreto de Ariel es que cocina tal como quiere comer. “Yo cocino para mí. No para complacer. Cocino como si lo hiciera en mi casa”. Venerando su herencia italiana de buen apetito, inauguró el restaurante con su hermano Sergio hace casi dos años.
“Los clientes regresan a María Fedele por el menú, que suma calidad y cantidad", dice el chef Ariel, cuyo restaurante no dispone de carta, sino de menú único, guiado por el lema de ser cocina de mercado y comer como en casa.
Ese menú cambia todos los días: su famoso antipasto tiene 10 platitos característicos de la región calabresa, luego pasta o risotto, un segundo plato de ave o carne, y luego un postre. Los ingredientes más característicos de la comida de Calabria, en la península italiana, son la aceituna, el jamón crudo, la berenjena, el ajo y la canela en todos los dulces.
María Fedele es la bisabuela de Ariel Paoletti. A los 33 años falleció por una enfermedad en Santo Pietro, su pueblo natal. Gracias a un vecino, sus hijos Genaro y Fortunata sobrevivieron y se trasladaron a Buenos Aires, donde residía su padre Gabriele. Eso fue por los años 30, de ahí en adelante la familia creció y hoy dos de los hermanos Paoletti se dedican a la gastronomía y rinden homenaje a su herencia familiar.
Con una historia de inmigración a cuestas, Ariel y Sergio aspiran dejar el restaurante a sus hijos y sobrinos. Una nueva generación que seguirá la tradición calabresa.
Mientras María Fedele se sigue consolidando en el escenario gastronómico porteño, los Paoletti abrirán prontamente la pasticceria, una fábrica de pasta para abastecer el restaurante y de venta general que estará ubicada en la calle Chile.
También hacen fiambres en la cocina del restaurante, que acompañan los platos principales; y tienen su propio aceite de oliva Familia Paoletti.
Tapas, pan y grandes chefs
Son la última moda en gastronomía. Un local bar-restaurante con la esencia de siempre pero con todo lujo de detalle. Diseño, productos selectos, oferta informal a base de tapas reinventadas y picoteo a precios medios. En los últimos años, el gastrobar se ha consolidado en España como modelo de alta cocina creativa a precios asequibles. Su pintxo estrella es el de toda la vida pero elevado de categoría: la tapa de autor.
Aunque si hay algo que tienen todos estos locales en común y que no ha cambiado con los años es su ingrediente principal, el pan. El ingrediente estrella de la cocina de vanguardia y de la Dieta Mediterránea.
Por ello se han adherido a la campaña Pan Cada Día, algunos de los más destacados cocineros españoles, para transmitir la importancia que tiene este producto en este patrón alimentario aprovechando que durante 2014 se celebra el Año Internacional de esta forma de vida, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010.
Albert Adrià, de Tickets, Pakta y Bodega 1900; Dani Garcia, de El Burladero; Paco Roncero, de Estado Puro, y Pedro Larumbe, de El 38, entre otros, han sucumbido a la moda casual con un local arreglado pero informal y conocen como nadie la importancia del pan en la cocina.
Eventos
Verano musical en Mondavi
Las botellas y barricas de la bodega Robert Mondavi tendrán notas de jazz este verano, cuando se estrene una nueva edición de su Summer Concert Series, cuyo concierto inaugural será el próximo 28 de junio.
“Desde su inicio en 1969, los conciertos de verano han sido mi oportunidad favorita para invitar amigos y vecinos para celebrar con nosotros en el viñedo”, explicó Margrit Mondavi, responsable del desarrollo de este proyecto.
La edición 2014, la 45ta, debutará con fuegos artificiales y un concierto de Preservation Hall Jazz Band, un conjunto fiel a este evento musical. La banda traerá a viña y bodega notas al mejor estilo de New Orleans, y éxitos de su último album, That’s It!
La serie de conciertos proseguirá el 5 de julio con la Big Bad Voodoo Daddy y su big band swing. El 12 de julio regresará a la tarima de Robert Monday, John Ondrasik, de Five for Fighting, y el 18 las notas del saxo y el jazz, deleitarán a los asistentes de la mano de Dave Koz and Friends Summer Horns. La serie de conciertos concluirá el 19 de julio con el cantautor y guitarrista Colbie Caillat.
Este evento se inició como un pequeño proyecto artístico que ha evolucionado hasta convertirse en uno de los eventos más destacados del verano en Napa Valley. Más de 100 artistas de todos los géneros musicales han pasado por las tarimas de Robert Mondavi. A lo largo de sus anteriores 44 ediciones, el festival ha logrado recaudar unos dos millones de dólares que han beneficiado a numerosas organizaciones de la región. La edición 2014 destinará sus recaudos a Napa Valley Music Programs.
Robert Mondavi fundó su bodega homónima en 1966, siendo la primera gran bodega construida en el valle de Napa luego de la Prohibición, y enseña de la modernidad de la industria del vino en California.
4ta Edición del Burger Lovers Fest
Los amantes de las hamburguesas están de plácemes porque regresa el evento más esperado del verano, el Burger Lovers Fest, el domingo 8 de junio, desde las 11:00 de la mañana, en la Plaza Alcaldía de Bayamón.
La atracción más importante del Burger Lovers Fest es la competencia en la que se premia el Mejor Hamburger en tres diferentes categorías: Open Burger – cualquier creación con carne de pavo, pato, pescado, cordero, cerdo, vegetariano, entre otros; Beef Burger – confeccionado con 100% carne de res y, el Sándwich Boricua– confeccionado en los tradicionales panes puertorriqueños soba'o y de agua.
Como en las pasadas ediciones, la competencia será evaluada por chefs y personalidades reconocidas como los Chefs Ricky Ocaña, Raúl Correa, Jesús Herbon, Javier Nassar, Ariel Rodríguez y otras personalidades como Mary Jo Sifre, entre otras figuras importantes del ambiente culinario.
Esta es la cuarta edición del Burger Lovers Fest, un festival gastronómico para el disfrute de toda la familia y entrada libre de costo. Además de las hamburguesas, los asistentes contarán con entretenimiento, artesanos, rifas, machinas para niños, clases de zumba y la música en vivo de la Orquesta Pa'l Solar,Latin Spirit, Rigel Torres y Besitos de Coco, entre otras sorpresas.
Algunos de los establecimientos que competirán por el mejor hamburger incluyen a La Jamberguera, Yam Burger, Amanda's Wood, Krazy Burger, Bistro Burger, Longa Burger, Wings Burger, Nano Box, Arredo, Yummy Dumpling, Embutidos con gusto y Frita Cubana, entre otros.
Para participar de las competencias o en la categoría de exhibidor, los interesados deberán inscribirse a los correos electrónicos: [email protected] o [email protected]
Para más información del Burger Lovers Fest el domingo 8 de junio, desde las 11:00 de la mañana, en la Plaza Alcaldía de Bayamón, (787) 399-4213 o acceder a PR Burger Lovers Fest en Facebook.
Crus Bourgeois à New York
Cuarenta châteaux bordeleses derramaron sus vinos en las copas de “Un épico descubrimiento de Burdeos”, el evento con el que el capítulo de Nueva York de la Commanderie de Bordeaux celebró su primera cena y degustación con los Crus Bourgeois del Médoc.
El evento, celebrado en el University Club de la ciudad, fue el primero realizado en Manhattan desde que se estableciera el nuevo procedimiento de selección de calidad. Un centenar de asistentes y dignatarios participaron en el evento, en que se presentó en sociedad el libro “Bordeaux: An Exploratory Journey”, el primer libro en inglés dedicado a los Crus Bourgeois del Médoc.
Crus Bourgeois de Médoc representa vinos de algunas de las más prestigiosas denominaciones de Burdeos (Médoc, Haut-Médoc, Listrac-Médoc, Moulis, Margaux, Pauillac y Saint-Estèphe). Todos los vinos de la selección anual de esta agrupación deben de cumplir con estrictos estándares de calidad que incluyen una cata a ciegas de profesionales. Los vinos que cumplan los requisitos, se distinguen con el sello de calidad “CB”.
Crus Burgeois es un término que se remonta a la Edad Media en Francia. Hoy, es una organización auto-reguladora que trabaja con bodegueros y viticultores del Médoc, representando sus intereses alrededor del mundo, trabajando activamente en la promoción de la región.
Cavas de pago
El CRDO Cava parece contemplar una nueva categoría, “Cava del Paraje Calificado), una clasificación para cavas elaborados de parcelas únicas. La clasificación, que ha sido bien acogida por muchos elaboradores, pretende comunicar la gran diversidad de estilos dentro del segmento espumoso del cava, y los altos niveles de calidad que algunos cavas premium pueden alcanzar. En los últimos años, la preocupación de muchos productores sobre el posicionamiento del cava en mercados internacionales como un vino económico y de volúmenes ha hecho incluso a algunos elaboradores retirar sus vinos del amparo de la denominación.
Gastronomía y Marca España
El liderazgo global de España en materia de agricultura, gastronomía y producción agroalimentaria fue uno de los aspectos resaltados durante el Foro Empresarial España-Puerto Rico, un encuentro bilateral celebrado en San Juan con el Ministro español de Asuntos Exteriores y Cooperación, D. José Manuel García-Margallo, como orador principal.
García-Margallo hizo hincapié en la gastronomía como uno de los valores más sólidos y prominentes de la Marca España, y una plataforma que invita a las personas a descubrir otras disciplinas y experiencias en las que España es líder.
Durante la presentación, la Marca España se proyectó como innovadora, inclusiva, vanguardista y solidaria. Algunos datos presentados incluyeron el posicionamiento de España como líder mundial en agricultura orgánica y el país con mayor extensión de tierra dedicada a la producción orgánica en la Unión Europea. España es también el primer productor mundial de vino y aceite de oliva, el segundo con el mayor patrimonio histórico y cultural, y el tercero del mundo en importancia en agrobiotecnología.
El Canciller destacó que tres restaurantes españoles pertenecen al grupo de diez mejores del mundo, que el país se destaca como productor de vino y aceite de oliva, y que las exportaciones, particularmente las agroalimentarias, han sido claves para mejorar el desempeño económico español.
Durante su presentación, García-Margallo explicó que las marcas consolidadas son clave para atraer inversiones. “La globalización permite a las empresas diversificar sus procesos de producción, la tecnología ha brindado inmediatez a la información, concediendo una oportunidad de anticipar, pero son las marcas lo que determina el éxito o fracaso de las relaciones económicas”, dijo durante su presentación sobre Marca España, un concepto que, indicó, ha sido uno de los ejes del trabajo del Ministerio de Asuntos Exteriores.
En adición a la presentación del Ministro, el Foro ---celebrado en la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico y organizado por el Consulado General de España y la Oficina Comercial de España en Puerto Rico, en conjunto con la Universidad---- contó con un panel de discusión moderado por Andrés Salinero, Consejero Comercial de España en Puerto Rico, en el que un conjunto de especialistas de España y Puerto Rico identificaron al turismo y la agricultura, como dos de muchas áreas de oportunidad de negocios entre ambos países.
Regresa el Veuve-Clicquot Labor Day Experience
Si se quedó con ganas de Mundial Brasil no se preocupe. Con brío y sabor a samba retorna el fin de semana más efervescente del año, que este 2014 tendrá, del 29 de agosto de agosto al lunes 1ro de septiembre como destino el champán, puro sabor carioca en El San Juan Resort & Casino en Isla Verde, y una nueva celebración burbujeante con Veuve-Clicquot, que festeja en Puerto Rico la segunda edición de su Labor Day Experience en la que el chef franco-brasileño Ricardo Lapeyre toma el relevo de Ingrid Hoffmann y el enólogo François Hautekeur el de Pierre Casenave, para deleitar con una exclusivísima selección de una de las más célebres burbujas francesas.
Discípulo de Alain Ducasse y de Pierre Troisgros, y nacido en Brasil de padre cocinero francés, el jovencísimo Lapeyre dirige la cocina del restaurante Lapiole, ubicado en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro donde apuesta por un viaje de sabores de la alta cocina mundial. Sus creaciones le valieron en 2013 la distinción de Mejor Chef del Año otorgado por la prestigiosa revista Veja, en Rio.
Lapeyre encabezará el evento estrella del fin de semana en El San Juan Resort & Casino, tres días en los que los asistentes a esta celebración con chispa podrán disfrutar sus creaciones en armonía con las burbujas de Clicquot y las notas de la Orquesta Filarmónica de Puerto Rico. A destacar en el evento de este año, una especial selección de añadas antiguas de Clicquot, como la del 1980 ó 1989, en mágnums.
Además de estos eventos de especial degustación, el fin de semana contará con una fiesta de bienvenida al son brasileño, un “Constellation Party”, un desfile de modas en la piscina, una celebración al son de salsa, música continua, desayunos buffet con champán, una obsequio de botella de champán y mucho sabor. Quienes deseen alojarse en el hotel pueden adquirir paquetes que incluyen tres noches de alojamiento.
Éste es un evento único en el mundo que en su primera edición contó con una concurrida asistencia de amantes de Veuve-Clicquot.
Para reservaciones y más información, los interesados pueden llamar al 1-888-579-2635, visitar www.elsanjuanresort.com/veuvecliquot o contactar a La Bodega de Mendez, distribuidor de Veuve-Clicquot en Puerto Rico.
Hace Diez Años...
Se casaban los Príncipes de Asturias y su enlace era una de las noticias que contamos en Divinidades. Accede a aquella edición, en el siguiente ENLACE.
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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha determinado por primera vez, empleando retablos barrocos, la antigüedad del cultivo de algunas de las principales variedades de vid, tanto blancas como tintas, en Galicia y Asturias. Es la primera vez que en el mundo se emplean los retablos barrocos como método de estudio de antiguas variedades de vid, técnica con la que científicos del grupo de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia lograron identificar en tallas de columnas del siglo XVII variedades reales de vid.
El estudio exploró viticultura en Galicia y Asturias, pudiendo constatarse que en el siglo XVII en Galicia ya se cultivaban variedades como la albariño, la loureiro, la tinta castañal o la albarello (brancellao), en zonas de las DDOO Rías Baixas y Ribeira Sacra. En Asturias se hallaron representaciones de la variedad “Blanca Extra”, comprobándose que se trataba de la variedad palomino fino que se creía se había introducido allí a principios del siglo XX.
La revista Economic Botany publica los resultados, lo que avala desde el punto de vista científico la validez de una fuente de información, los retablos barrocos, a los que, hasta el momento, no se había recurrido nunca desde el ámbito científico para resolver uno de los principales temas de debate en torno a la viticultura: el origen o la antigüedad del cultivo de determinadas variedades en zonas concretas.
Premios
Arrasa Don Q Gran Añejo
Destilería Serrallés, Inc. y su producto Don Q Gran Añejo están de celebración ante las noticias de los premios que este producto ha recibido en competencias internacionales en las cuales Gran Añejo se midió frente a otros rones finos del mundo.
El ron puertorriqueño Don Q Gran Añejo fue seleccionado mejor Ron Añejo Premium en la edición de la “2014 Rum XP International Tasting Competition”, celebrada recientemente en Miami como parte del “Rum Renaissance Festival”, y en la cual compitieron 133 de los mejores rones del mundo. Este galardón lo otorgaron 24 jueces, considerados a nivel mundial como los máximos especialistas en ron, que cataron a ciegas rones del mundo en 17 diversas categorías.
Además de en esta competencia, el Don Q Gran Añejo ganó otras tres importantes distinciones en el 2014 Ultimate Spirits Challenge, incluyendo el máximo galardón del “Chairman’s Trophy Award”, como el mejor ron súper premium de la competencia. Otras buenas valoraciones en este certamen fueron un reconocimiento especial como “Rare, Tried & True” en la categoría de rones finos, y una puntuación de 96 puntos, con una calificación de “Extraordinary Ultimate Recommendation” por los jueces de dicha competencia.
Ultimate Spirits Challenge es una competencia anual que reúne expertos catadores y críticos de rones finos de todo el mundo, quienes evalúan cada espíritu destilado desde sus procesos iniciales y elaboración hasta el producto final en catas a ciegas bajo estrictos parámetros, para medir la excelencia de cada producto competidor.
“En Destilería Serrallés estamos de fiesta ante estos premios máximos alcanzados por nuestro Don Q Gran Añejo. Estos reconocimientos que nos conceden los críticos y expertos internacionales, reafirman nuestra pasión por la excelencia de casi un siglo y medio elaborando los rones más excepcionales de Puerto Rico. Este reconocimiento pertenece a todo el equipo de trabajo en Serrallés y nos incentiva a continuar alcanzando metas a nivel internacional, para llevar el nombre de Puerto Rico alrededor del mundo a través de la extraordinaria calidad de nuestros rones”, comentó Roberto J. Serrallés, vicepresidente de la empresa.
Por casi siglo y medio, Destilería Serrallés ha mantenido su tradición de excelencia en la elaboración de rones excepcionales en Puerto Rico, siendo éstos reconocidos entre los mejores del mundo. Su línea de productos incluye: Don Q Cristal, Don Q Gold, Don Q Añejo, Don Q Gran Añejo, Don Q Limón, Don Q Coco, Don Q Mojito y Don Q Pasión.
Con uñas sucias que retratan su amor a la tierra y un tractor como medio de transporte, Manuel D’Amaro va y viene de bodega recorriendo As Neves escribiendo nuevas crónicas del vino.
Como no le gusta la televisión, sólo tiene radio en casa, prefiriendo dedicar a la lectura el tiempo que no pasa entre viñas y a registrar minuciosamente en sus cuadernos las crónicas del pueblo y la región.
Mucho debe de haber escrito en esas libretas de este viticultor con muchas décadas en el cuerpo, y con varias por delante en la vitivinicultura regional. Fue él uno de los fundadores de Bodegas Coto Redondo y uno de los visionarios de los vinos de Rubiós en de la subzona de O Condado, en la DO Rías Baixas.
Desde 1985, y precediendo la creación del Consejo Regulador de esta denominación de origen, ya quería Manuel crear una bodega en propiedad en la zona, una idea que en varias ocasiones posteriores le rechazaron, porque viticultores de la comarca tenían a quien vender sus vinos hechos en casa. “En 1992, nos juntamos seis y quedamos dos”, le cuenta a Divinidades con gran lucidez.
Él comenzó a cultivar uva cuando apenas tenía cinco años. Entonces había ya cepas centenarias en su casa, como de la tinta pedral (conocida también como albariño tinta, rufete en Castilla León y Tinta Pinheira en Portugal), una cepa que él se empeñó en proteger y que hoy es la base de uno de los vinos que para honrar su trabajo de avanzada elabora Bodegas Coto Redondo, mejor conocida por su marca Señorío de Rubiós.
La altitud promedio en Monterrei es de unos 410 metros.
Dona Branca
El hecho de que en Monterrei se concentre una importante cantidad de lagares rupestres evidencia cuán temprano en la historia comenzó a elaborarse vino en ésa, la hasta ahora más discreta de las denominaciones de origen gallegas.
Esas bases excavadas en las rocas donde se pisaba la uva testimonia la elaboración milenaria que se dice introducida en la zona por los romanos, y que luego expandió cultivos de la mano de órdenes religiosas durante el Medioevo, cuando incluso llegó a emplearse el vino como moneda de pago.
Como zona productora, Monterrei tiene tanta o más historia que las demás. Además de esos vestigios pre-románicos de molienda de uva, se sabe que para salvaguardar el prestigio de sus vinos, en el siglo XVI se tomaron medidas protectoras para fijar el precio del vino e impedir la entrada de uva de otras comarcas (incluso antes de que el Douro se convirtiera en la región vitivinícola demarcada en el siglo XVIII), también para proteger su producción.
A fines del siglo XVI, Felipe II nombró a Gaspar de Zúñiga y Acevedo quinto conde de Monterrei, segundo virrey de la Nueva España, y lo envió a México para zanjar un levantamiento popular que acechaba a la Corona, algo que logró realizando labor social y concediendo privilegios que pacificaron a los indios. En esa época y por ese motivo, los vinos de Monterrei se comercializaron en América, especialmente en México y, en honor de este conde gallego, se designó con el nombre de Monterrey a la ciudad mexicana del estado de Nuevo León, con la que muchos confunden a la comarca española cuando escuchan su nombre.