Quince días para recorrer 1,220 kilómetros a través del Norte de España en el apabullante calor de agosto con el objetivo de que los pedales de tres bicicletas de montaña que recorrerán más de una decena de denominaciones de origen vitivinícolas sirvan también como pedales para impulsar la esperanza de los pacientes que sufren de Atrofia Muscular Espinal (AME), utilizando al vino español y al enoturismo como dínamos de una aventura lúdica, benéfica y edificante.

Es la propuesta de Camino del Vino, una iniciativa solidaria y singular que llevará a tres amigos apasionados del vino a ir de Cataluña a Galicia en bicicleta en 15 etapas que del 1ro al 15 de agosto harán escala en algunas de las denominaciones de origen más importantes de Cataluña, Aragón, Navarra, La Rioja, Galicia y Castilla y León.

La idea es crear una especie de sendero del vino que motive a los consumidores a realizarlo luego, de forma presencial o desde su casa, imaginándose por aquellos parajes y degustando los vinos que brindarán nuevas fuerzas al final de cada capítulo del recorrido. Esto persigue acercar el mundo del vino y el enoturismo a los jóvenes mediante el deporte, la salud y la aventura, una forma desenfadada y amena de mostrar el peso económico, cultural y medioambiental del vino en España, una tarea especialmente relevante tras el período de confinamiento debido al COVID-19, que ha incidido de manera importante en el consumo, pero nunca detuvo el trabajo de viticultores y bodegueros que siguieron afanados en el quehacer agrícola marcado por los ritmos de la  viña que requiere de cuidados continuos como también los necesitan los pacientes aquejados de AME.

Por eso esa vocación de disfrute y de descubrimiento pretende beneficiar a la Fundación AME, una organización que apoya investigación, tanto a nivel español como transnacional, con el fin de acortar las distancias entre el hoy y la cura de esta enfermedad neuromuscular de origen genético que afecta las neuronas motoras de la médula espinal y hace que progresivamente se pierda la fuerza muscular.

«Es una enfermedad horrible que, al ser considerada rara, apenas recibe fondos para investigación y las familias están haciendo todo lo imposible para intentar que tenga mayor visibilidad», explicó Rodrigo Guerrero, junto con Eduardo Pelayo y Antonio Di Lelio, los ciclistas de la experiencia.

«El proyecto surgió hace cinco años en un momento en que conocí a una niña que llevaba tres años aquejada por el AME. Esta niña había nacido solo ocho días después de mi sobrina y por eso sentí que se trataba de una condición que perfectamente podía haber tocado a mi familia. Al final ella falleció, pero no así nuestro deseo de ayudar a esas familias y por ello hemos mantenido la causa un lustro después», añadió.

Viñedos y copas son la mejor forma de acortar también distancias entre el vino y sus consumidores, que podrán ser parte de la aventura, haciendo una aportación a FundAme, a través de la Fundación Mi Grano de Arena. La meta es recaudar 5 Euros por kilómetro, hasta alcanzar los 6,100 Euros para que FundAme pueda utilizarlos en la lucha contra AME.

Del Mediterráneo casi hasta el Atlántico, de Vilafranca del Penedès hasta Salvaterra do Miño en la frontera con Portugal, los ciclistas del vino pasarán por las denominaciones de origen Penedès, Priorat, Cariñena, Campo de Borja, Navarra, Rioja, Ribera del Duero, Cigales, León, Bierzo, Ribeira Sacra y Rías Baixas en 15 etapas que recorrerán el territorio del vino y culminarán cada jornada en bodegas anfitrionas, pudiendo así conocer los secretos de elaboración y también degustar un producto de conexión, tanto de quienes le beben en compañía como de los elementos sociales, históricos, geográficos, económicos y culturales que vincula.

De este modo, garnachas, cariñenas, mencías, tempranillos, albariños, godellos, albarines, prieto picudos y otras variedades regarán cada fin de etapa de entre 70 y 100 kilómetros, que se documentará en redes sociales y en distintos medios de difusión, para que cualquiera que lo desee pueda vivir también la ruta y degustar los vinos que la hilvanan.

Marqués de Vargas, Conde de San Cristóbal, Pazo de San Mauro son algunas de las bodegas que visitará el recorrido.

En la época de desconfinamiento tras el COVID, el enoturismo es una de las actividades de ocio y vacacionales más recomendadas, por desarrollarse en entornos casi siempre rurales, de poco tránsito de personas, donde es más fácil mantener distancia y con medidas de seguridad.

Tanto si eres un aficionado al vino como si eres una bodega que desea involucrarse en este proyecto que inyecta un halo de esperanza para los enfermos de AME e invita a los consumidores a explorar el vino de España a través del enoturismo, contacta a: [email protected]

 

11 de julio de 2020. Todos los derechos reservados ©

 

 

 

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