Eric Ripert se añade una nueva estrella. No son nuevos brillos de Michelin o del New York Times   ---su Le Bernardin tiene ya tres estrellas de la primera, cuatro del segundo y otra constelación conferida por un sinfín de publicaciones y guías que lo colocan al más alto nivel---,   sino la que le otorga “Avec Eric”, su nuevo programa de televisión que le convierte en estrella televisiva.  

Un viaje culinario para explorar cómo cocinamos y permitir al telespectador echar una mirada íntima a sus fuentes de inspiración es el eje vertebrador de esta iniciativa con la que Ripert se estrena como en el mundo de la televisión culinaria con su propio programa. 

La serie de diez episodios inicia este otoño en las estaciones del Public Broadcasting System (PBS) estadounidense y se ha grabado en escenarios reales en Italia, el norte de California y Nueva York, con el objetivo de trasladar al espectador a la fuente de inspiración del cocinero, recorriendo, de la cocina de su restaurante a la sencillez de una cocina casera. El chef busca restablecer la conexión del televidente con el origen de las materias primas y sus productores, algo que entiende es fácil pasar por alto en ciudades como Nueva York.  

“Mis vivencias son la base de mi cocina. Mientras filmamos viajé a lugares maravillosos, sentí a su gente y su cultura, adquiriendo un nuevo conocimiento para inspirar mi propio arte culinario”, señala. “Es algo natural en mi proceso creativo y espero que esas viviencias tengan en el espectador un impacto similar al que han tenido conmigo”.  

Cada programa se divide en tres segmentos. El tema del episodio se introduce en las cocinas de Le Bernardin, para luego trasladarse a las áreas donde se producen los alimentos y surgen los conceptos creativos.

Y también vinos.

Por ello, en su nuevo local, el chef Edwin Maldonado propone una serie de “Maridajes Perfectos”, el primero de los cuales tendrá lugar el próximo miércoles 16 de septiembre y en el que los platos de su confección serán el lienzo perfecto para los vinos de Fine Selections.

Brío se inauguró hace unos seis meses como una nueva dimensión del espíritu polifacético de Maldonado, un cocinero que antes de serlo se dedicó a hacer otras cosas más de corbata y gabán antes de descubrir su verdadera pasión, la cocina.

Luego de una exitosa andadura en su restaurante de espíritu italiano, “Allegro”, emprendió una aventura más casual donde poder expresar su inquietud creativa con la misma libertad que se crea una obra de arte. En Brío, una especie de arte pop, pues el espacio donde reina la sencillez, el minimalismo en el mobiliario y prima un servicio de alto nivel, se integra en las tendencias bistronómicas de ofrecer arte para el bolsillo, buenos platos a precios en extremo asequibles.

El menú de este primer Maridaje Perfecto no es la excepción pues por $ 75 se podrá disfrutar de tres platos, canapés, un postre y cinco fantásticos vinos.

El perfil de las propuestas culinarias pasa por un tránsito entre mar y tierra, entre el que se destacan unos interesantes canapés protagonizados por un delicioso hummus a dos texturas, un filete de bacalao con salsa de almejas, langostinos con risotto de filete de cerdo, y un excitante ossobuco de ternera con setas. La culminación del recorrido es un cremoso mantecado de papaya, acompañado por delgadísimas rodajas de frutas cítricas caramelizadas, tan bien ejecutadas que invitan a repetir por el fantástico equilibrio que alcanzan en su manejo de un contraste entre azúcar y acidez.

Los vinos propuestos por Fine Selections incluyen el Raventós i Blanc L’Hereu de Nit Reserva 2006, un cava rosado lleno de elegancia, fruta, fina burbuja, suavidad, fragancia floral y frescura, que recién llega al mercado y está causando verdadera sensación. Un Albariño de Fefiñanes 2007, distinguido, complejo, graso, con notas cítricas, buena acidez y un fin mineral, símbolo de una nueva estirpe de albariños que busca diferenciarse de la imagen estereotipada de vinos ligeros y jóvenes que se le ha impuesto a los vinos de Rías Baixas, y dos tintos Reserva de la riojana Bodegas Ontañón. El primero de la añada 2001, redondo, sedoso y sensual, con suavísimas notas tostadas que luego desgranan elegantes toffees y torrefactos en una seductora textura cremosa, y el segundo, uno de la añada 2004, con algunos recuerdos lácteos, frutoso, especiado, pero también con alguna fina nota de tanicidad.

En solitario se luce el Ontañón Reserva 2001, pero el maridaje perfecto es el del ossobuco con el Reserva 2004, donde las setas shiitake aportan unas ternuras carnosas, que brillan en contraste con la suave textura de la carne que se deshace en boca, y conjuga por su sustancioso sabor con la mayor potencia del 2004. El vino de postre es un dulce moscatel de la denominación riojana de Valles de Sadacia, el Marco Fabio, que también encaja pecaminosamente bien con las rodajas cítricas y las notas avainilladas del mantecado de papaya.

Brío contempla redondear el 2009 con otro evento de la serie Maridaje Perfecto. En 2010, contemplan varias comidas armoniosas de este tipo, y también una exposición de comida y pintura, donde Maldonado ejercerá literalmente de pintor, delineando cuadros cuyas imágenes recreará en el plato, que los comensales luego podrán degustar.

Adornando el salón de Brío se hallan las obras del artista José Montalvo, también con notas culinarias pues no utiliza pinceles, sino cuchillos, en la elaboración de sus óleos que llenan de color y contraste el ambiente del local. En el nivel superior de esta galería gastronómica para mirar y degustar, hay una galería dedicada íntegramente al arte pictórico, y en la que hasta el 29 de septiembre se expondrá una exhibición de la artista Cuqui Aponte, dedicada a los orishás. Mitología caribeña que sirve de colofón al brioso arte de la mitología greco-romana que enmarca el espíritu de los vinos de Ontañón.

Para reservaciones:  787-774-2746

Brío está localizado en la Ave. Piñero 1165, en Puerto Nuevo. Posee un amplio estacionamiento y ofrece servicio gratuito de valet parking.